AERONAUTAS Y CRONISTAS

martes, 7 de mayo de 2019

DE LA MONARQUÍA A LA REPÚBLICA



El 14 de abril de 1931 cayó la monarquía española y nació la segunda República. Uno de los protagonistas fue el General Dámaso. Quién como ministro de las fuerzas armadas nos describe la situación del Ejército. Se encontraba entre estar dispuesto a hacer cuánto acordarán el rey y su gobierno. Al mismo tiempo, en medio de una gran desorientación y desconcierto nacional. La revolución había dado pasos para sustituir al régimen.

Fueron las fuerzas armadas el único elemento que se mantuvo alejado de la lucha pasional. Dispuestas a prestar los servicios que se le pidieran de la mano de quien fuese su jefe. Pero el ejército también vibraba observando aquella descomposición nacional. La desviación de la Constitución y las leyes. Lo cual le causó resentimientos y agravios en aquella prueba decisiva, entre la disciplina y el cumplimiento del deber.

Si hubiese tenido que verter sangre, ya se encargarían de exagerar los mismos revolucionarios que habían creado las circunstancias para que así se hubiera dado. De esta forma, controlando el desorden, resultaría siendo víctima de su cumplimiento del deber.

Un dilema político por el que muchos ejércitos han tenido que pasar en el transcurrir de la historia. Y siendo el salvador de la patria terminan siendo vilipendiados por quienes no fueron los favorecidos en su interés ideológicos.

Las fuerzas armadas también son víctimas. De la incapacidad de los dirigentes políticos para mantener estables las naciones.  En Colombia también hemos pasado por similares situaciones.  Por eso es  tan difícil la profesión de las armas. Que debe mantener un equilibrio sensiblemente inestable. Entre la emoción y la razón. La fuerza y la mente. La pluma y la espada.


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