AERONAUTAS Y CRONISTAS

domingo, 8 de diciembre de 2013

EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO. CAPITULO 9


EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO

CAPITULO 9

 

·       El informe del juez Paredes tenía por objeto probar que las condiciones que existen en el Putumayo son las mismas que ayer reinaban antes de la llegada de Casement. Dice Paredes: “los criminales fueron remplazados por otra clase de hombres, ignorantes y mal remunerados, los cuales, si no continúan ejecutando los actos abominables de sus predecesores en el exterminio de los indios, no harán ciertamente, nada en favor de ellos”. Antes de dar la acción tomada por el actual gobierno nadie pretendió reprimir los crímenes cometidos en el Putumayo, ni castigar a los criminales, y mejorar la condición a los desventurados indios.

·       Las exclusiones dadas al juez Paredes por su gobierno antes de que emprendiera al Putumayo, le ordenaron proceder con prudencia y discreción para no hacer daño a la Compañía Arana, ni alterar la obra de nuestras guarniciones quienes cumplen deber patriótico defendiendo esa remota frontera de nuestro territorio. Estas instrucciones confirman que existía una conspiración general basada en motivos, que ya viles, por parte de todos aquellos que quieren mantener la jurisdicción peruana del Putumayo. Y ese sostenimiento de jurisdicción era logrado por medio de guarniciones militares formadas por hombres a quienes se les denominaba con el nombre de Soldados Caucheros.

 
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·       En otra parte de su informe, refiriéndose a los negros de Barbados, el doctor Paredes los llama las hienas del Putumayo. Cuando sir Roger Casement quiso poner los negros bajo la jurisdicción de los tribunales de Iquitos, se contestó: “el Perú y las autoridad judiciales no pueden obrar en regiones que quedan fuera de su jurisdicción”.

·       Unas veces cuando era para explotar el caucho y esclavizar a los nativos colombianos, era jurisdicción peruana. Y cuando se trataba de castigar a los criminales no era jurisdicción peruana. Esa ha sido una mentalidad astuta, acomodada, cambiante y perversamente calculadora, la de los peruanos desde cuando Bolívar y el ejercito neogranadino fue burlado por los peruanos. Nunca han tenido principios ni constancia ni dogmas o fundamentos constantes y confiables de carácter. Por eso Sucre debió cobrarles con todo rigor y sin ninguna compasión su mentalidad ventajosa y atrevida después de la batalla de Tarqui, donde los venció categóricamente. Mentalidad muy propia de las costumbres de los pueblos aborígenes precolombinos y mesoamericanos.

·       Una de las razones que hacían inútiles los esfuerzos del gobierno fue la exportación de los negros barbadenses. Con ello perdieron los tribunales peruanos una importante fuente de información. Casement apoyó esta expulsión porque creyó que con ello se lograba el primer paso para disolver esa cuadrilla de asesinos. Fue una extradición inconveniente. Además había una especie de convenio tácito para negar los hechos basados en una especie de falso patriotismo y cierto respeto basado en el servilismo y la adulación a la opulencia de la Casa Arana. De esta forma se llegaba hasta negar absolutamente la existencia del mal.

·       Se hace referencia también a que los jefes de las tropas estacionadas castigan a los indios con látigo. En tanto que es cosa sabida que uno de los peores criminales, el famoso Loaiza, tiene a su cargo una de las dos empresas centrales de la Compañía Arana.

·       El informe del doctor Paredes afirma enfáticamente, como cosa curiosa, el hecho de que los peruanos han resuelto, últimamente, encarcelar y en Iquitos a ciudadanos colombianos por crímenes cometidos en el Putumayo. Aparentemente, no ha llenado aún el Perú la copa de la iniquidad y se ha hecho solamente efectivas un mínimo número de órdenes de prisión.
 
 
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·       Míster Hardenburg, debido a las revelaciones del ministerio de Relaciones Exteriores de Inglaterra, resolvió entrar en acción, haciendo una investigación independiente sobre la verdadera situación del Putumayo. En su libro titulado “El Putumayo”, menciona especialmente los esfuerzos hechos por los colombianos para llevar el cristianismo esa región. Se describe a Santiago como una aldea de chozas alrededor de una iglesia construida por los capuchinos. En Sibundoy hay un convento de capuchinos con la ayuda del gobierno colombiano. Lo religioso de Mocoa se dirigen frecuentemente a Guineo, lugar del alto Putumayo en donde se levantó una iglesia y un convento.

·       En la pequeña aldea de San Diego el señor Hardenburg pudo constatar que la casa comercial colombiana " Martínez y González " no permitía que se cometieran abusos. Toda la región había sido colonizada desde un principio por los colombianos, quienes fueron despojados por los peruanos, hasta el punto de que en enero de 1908 solamente quedaban en pie tres empresas colombianas. Cuando el señor Hardenburg, respondió al interrogatorio que le hizo, le contestó que los peruanos trataban malísimamente a los indios, azotándolos, mutilándolos y matándolos. Además le contó, voluntariamente, cómo los colombianos no hacían uso de tales prácticas y trataban siempre los indios con la mayor benevolencia.

·       El viajero hace un relato sensacional del rapto de la esposa de Serrano, así como el pésimo trato dado a este colombiano por los peruanos y del robo que éstos le hicieron de mercancías por valor de 1000 libras esterlinas. Los empleados de Serrano dormían en hamacas, en tanto que los desventurados que estaban en servicio de la Casa Arana se veían obligados a dormir en el suelo. Los indios empleados por este colombiano usaban ropa extranjera así como también los empleados de la casa "Ordóñez y Martínez”. Los colombianos daban a los indios tiempo suficiente para que cultivaran y cosecharán víveres abundantes, en tanto que los indios esclavizados por la Casa Arana morían muchas veces de hambre. El autor describe los métodos empleados por la Casarán Hermanos para despojar a los colombianos, asesinándolos, robándoles sus esposas y esclavizando sus empleados.

·       Míster Reginald Enock hace revelaciones importantes. Dice que: “el gobierno del Perú y la prensa han tenido siempre conocimientos del tratamiento brutal que se daba a los indios, a quienes consideraban como animales”. Sita un pasaje de un volumen que contiene documentos oficiales referentes al departamento de Loreto, publicados en 1905, que demuestra el exterminio de los indios y la venta y compra que de esto se hacía como de mercancías ordinarias. Dice: “el asesinato y la esclavitud son parte integrante de las costumbres del Perú”.


 
MAPA DONDE SE MUESTRA LA FRANJA DEL RIO NAPO QUE NOS PERTENECIA POR CEDULA REALY QUE LOS NEGOCIADORES INGENUOS COLOMBIANOS LE CEDIERON AL PERU

·       Míster Paternoster también hizo las siguientes declaraciones. “Que los colombianos trataban generalmente a los indios con bondad. Y con la iniciación de los negocios de la Casa Arana principiaron las orgías de crueldad en el Putumayo. Que es verdaderamente vergonzoso que una nación que se considera civilizada se entregue al prevaricato y a la mentira con el fin de impedir que se castigue a los criminales. También asegura que en vista de las últimas inmensas consignaciones de caucho, se ha vuelto los antiguos métodos, y que por medio de látigo, el machete y el revólver, se obliga a los indígenas a trabajar hasta derramar por ello la última gota de sangre”.

·       Míster Perkins, ciudadano americano, en sus viajes por el Putumayo, dice: “cuando estuvo en El Encanto fueron capturados 29 colombianos por una fuerza considerable de peruanos que los obligó, por medio de engaños, a que depusieran las armas. Ésos prisioneros, atados e inermes, fueron asesinados con pistolas y machetes. Algunos de los peruanos, más valientes que los otros, mutilaban a los muertos cortándoles las cabezas y los brazos”.

·       Míster Bell, quien formó parte de la comisión investigadora, asegura que: “la única persona que recibió castigo alguno de las altas autoridades del Perú ha sido el juez del crimen de Iquitos, el doctor Valcárcel, a quien se destituyó por haber lanzado órdenes de arresto contra los principales agentes de la casarán”.

·       Sir Edward Grey declaró: “en la Cámara de los comunes que el informe de las atrocidades del Putumayo era la lectura más horrible que hubiera hecho en su vida y que el gobierno británico haría todo lo que estuviera su alcance. Apoyaría todas las indicaciones de las demás potencias para llegar a la certidumbre de que tal estado de cosas había terminado”.

·       Derechos de soberanía Colombia. La simple tenencia del suelo no constituye propiedad territorial. Los derechos de Colombia sobre el Putumayo son, en este sentido, anteriores a los del Perú, Colombia no presenta ese argumento válido para ejercer juicio sobre el Putumayo y sus afluentes. La ocupación constante el Putumayo por Colombia hasta 1900, fue usurpada en ese año por la Casa Arana que se convirtió, más tarde en compañía inglesa. Es organización comercial principio sus trabajos asesinando millares de indígenas colombianos y muchos ciudadanos de esa misma nación. El usurpador extranjero, es decir, el Perú sigue adelante su campaña criminal con el fin de retener tierras que pertenecen a otra nación. En este aspecto debe alejarse el principio de uti possidetis de facto, puesto que el Perú sostuvo que el territorio es neutral. Por lo tanto tiene ponderación el principio de uti possidetis de jure.