AERONAUTAS Y CRONISTAS

lunes, 9 de diciembre de 2013

EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO. CAPITULO 11


EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO

CAPITULO 11

·       Este tratado confirma el estado en que existía antes de la batalla de Tarqui y que la misma batalla decidió a falta de un arreglo por la vía diplomática sobre cuál de los dos beligerantes era el propietario de esas dos provincias, Jaén y Maynas. La victoria de Colombia presupone derecho incuestionable. En ese entonces, nadie podía suponer que años después el Perú reclamará jurisdicción sobre las regiones septentrionales del Amazonas hasta la cima de las montañas de la provincia Pasto.

·       La Nueva Granada y el Ecuador se separaron en 1832 y desgraciadamente los dos gobiernos no han adoptado una actitud igual con respecto a sus controversias de límites con el Perú.

 
SALIDA DEL RIO IGARAPARANÁ

DESPUES DEL ESTRECHO

·       La guerra de 1829 establece el derecho de Colombia sobre las provincias meridionales de Jaén y Maynas. Sin embargo, en 1853, el Perú dictó un decreto para establecer la gobernación militar y política de Loreto, que abrazaba todo el territorio que comprendía la antigua provincia de Maynas. Colombia protestó inmediatamente.

·       Años más tarde el Perú, celebró un tratado con el Brasil para la delimitación de fronteras, que fue cambiado más tarde cuando se dio la línea de demarcación desde un punto cercano a la desembocadura del río Popurrís hasta otro punto a situado 50 millas arriba de la desembocadura del Putumayo. Según los términos de este tratado, el Perú sedía territorios al Brasil que no le pertenecían. Su secreta intención era, indudablemente, la de que se le reconociera como soberano de la región situada al occidente de la línea indicada.

·       El tratado, tan pronto como fue descubierto, Colombia se dirigió ambos gobiernos, haciendo mención de los derechos que le asistían sobre estos territorios. El Brasil declaró que no tenía conocimiento de que el territorio en cuestión hubiera sido del Perú, y que si Colombia lograba hacerlo reconocer como propio, el Brasil aceptaría esa solución.

 
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·       Entonces Colombia elevó una protesta más fuerte pero no obtuvo que los dos gobiernos no llevaran a efecto la delimitación de esa frontera porque en 1873 una comisión plantó un poste o marca de lindero a la confluencia de los ríos Cotuhé y Putumayo. Lo inapropiado de dicha acción lo demuestra el hecho de que la Comisión fronteriza, navegando aguas arriba para llegar a dicho lugar, tuvo que pasar delante del lugar ocupado por un oficial del gobierno de Colombia, cuya casa y oficina estaban situadas un poco más abajo, sobre el Putumayo. El comisario del Brasil le declaró en una nota en la que decía que había observado que la línea de frontera estaba mucho más arriba del sitio en que habitaba el empleado que ejercía jurisdicción por cuenta del gobierno de la Nueva Granada.

·       De seguro estos fueron los hitos que destruyó el general Reyes por su cuenta al darse cuenta que habían penetrado territorio colombiano. Así era el descuido de nuestros gobiernos con las fronteras nacionales. Y si fuésemos conquistadores y expansionistas, abríamos aprovechado el desconocimiento que tenía el Brasil de hasta donde llegaban sus limites para haber ampliado nuestra soberanía. Pero como no lo hemos sido, los demás si lo han aprovechado.

·       Pero además le manifestó al empleado colombiano que debía abstenerse de continuar en el ejercicio de dichos poderes en la región del Putumayo por medio de una advertencia solemne. Eso indica que hasta el año de 1873 Colombia había gozado pacífica posesión de esas regiones hasta la confluencia el Putumayo con el Amazonas y que por lo tanto el Brasil quedaba situado más allá del río Putumayo.

·       El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, en nota dirigida al gobierno del Brasil, protestó contra la demarcación de fronteras mencionadas. El presidente del estado del Cauca dirigió también la siguiente nota al prefecto del Caquetá: “proceda inmediatamente cortar los árboles que he mencionado. Tome las fuerzas de que tenga necesidad. A la cabeza de dichas fuerzas, con banderas desplegadas a tambor batiente, recorra toda la extensión de la tierra que ocupan los colonos extranjeros. Reúna todos los colonos ilegales en voz alta el memorando de nuestro secretario de Relaciones Exteriores. Corte, enseguida, los árboles teniendo cuidado de llevar a la capital de la región la parte del árbol que contenga la señal de que había servido para demarcar la frontera. Levante un acta en que conste que se dio cumplimiento a las exclusiones anteriores, allegue la firma por los prominentes de los colonos. Notifique inmediatamente después a los colonos que si quieren seguir viviendo allí deben prestar juramento de que reconocerán y obedecerán nuestra autoría nacional y de que gozan posesión de la tierra en nombre de los Estados Unidos de Colombia. A quienes se les leerá nuestra constitución nacional y la del estado soberano del Cauca. Si hubiera en esa región es una fuerza guarnición extranjera, envié notificación escrita a su jefe para que desocupe el territorio sin demora. En caso de que ofrezca resistencia o de que desobedezca la orden, usted debe hacer uso de la fuerza armada que lo acompaña”.

 
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·       Cortados los árboles que sirvieron para demarcar la línea de frontera, fueron llevados a Mocoa, en donde permanecieron muchos años, hasta que se pudrieron. Fatal descuido. El gobierno de Colombia replicó al acto de la Comisión de fronteras destruyendo las marcas de los linderos y restaurando la jurisdicción de Colombia. Sin embargo, hoy el Perú pretende poseer soberanía sobre el Putumayo esta Pasto. Colombia puede, con igual razón y justicia, establece su derecho de soberanía hasta el Cuzco y con mayor verdad y justicia.

·       Durante la controversia diplomática entre el gobierno de Colombia y los representantes del Brasil, en Bogotá, por los años de 1867 y 69, se demostró que la jurisdicción de Colombia se extendía hasta la ribera del Amazonas, es decir, hasta el Abatíparaná.

·       El Perú, sin embargo, pretende hoy ejerce colisión exclusiva. La ocupación del territorio por una compañía comercial no constituye propiedad territorial. Si reforzáramos un poco el argumento podemos decir que dicho territorio pertenece a la Gran Bretaña, puesto que tales derechos fueron propiedad de una compañía inglesa.

·       En 1905 se resolvió que el río Putumayo sirviera de línea divisoria entre las zonas que provisionalmente debían ocupar las dos repúblicas usando un convenio de 1904 firmado en Lima en que ambas naciones mantendrían la autoridad entre los ríos Caquetá y Napo. Grave error porque se estaba ignorando la cédula real y el principio del uti possidetis juris.

·       El 6 julio 1906 se firmó un nuevo convenio en Lima, y en vista del tratado del arbitraje celebrado en Bogotá el año anterior, los dos gobiernos convinieron en mantener el estato cuo en el Putumayo. Convinieron en retirar durante la situación temporal así creada todas las guarniciones, autoridades civiles o militares y aduanas establecidas en la región. El nuevo convenio no implicaba reconocimiento ni abandonó derechos territoriales de una nación en favor de la otra. Nuevamente se cometió un grave error.

·       Colombia retiró sus oficiales, en tanto que el Perú aumentó el número de los suyos, animando los más y más en su obra de usurpación. Posteriormente, como el Perú no aprobara el tratado de arbitraje, y como los peruanos continuarán avanzando en territorio discutido, el gobierno de Colombia se separó del convenio de modus vivendi de 1906 e informal gobierno del Perú que no podía permitir que en virtud del modus vivendi el territorio oriental de Colombia para convertido en asilo de bandidos.

·       En abril de 1909 se firmó el célebre protocolo en donde se convenían nombrar una comisión internacional que investigara los crímenes del Putumayo e indemnizar a los damnificados.

·       En abril de 1910, según el cual una comisión internacional debería fijar el monto de la indemnización pagadera por uno de los dos países al otro por los daños causados a los ciudadanos, a sus autoridades y a sus propiedades, debía iniciar una investigación judicial con el objeto de que los criminales fueran juzgados y castigados. Este convenio tampoco fue llevado a efecto.

·       El último convenio lleva la fecha del 19 julio de 1911 y fue firmado en Bogotá. Su única importancia es la de que en la época en que fue celebrado, el gobierno peruano despachaba tropas organizadas en Lima para que atacara la guarnición colombiana de La Pedrera. El gobierno del Perú se comprometía, además, a no cometer en La Pedrera acto ninguno de hostilidad contra los colombianos. Compromiso que tampoco se cumplió.

·       El Senado de Colombia aprobó unánimemente una proposición en que decía que, como los gobiernos de Inglaterra y de los Estados Unidos, creyendo erróneamente que el Perú tenía título soberano sobre el Putumayo, se habían dirigido al gobierno del Perú con el objeto de que pusieran fin a las atrocidades cometidas por los peruanos con los indígenas del Putumayo, eso era un reconocimiento de soberanía del Perú sobre dichos territorios.

·       Colombia proclamó, una vez más, su derecho único de jurisdicción sobre el territorio en cuestión, y que, aunque en el año 1901 y en adelante los caucheros peruanos hubieran despojado y robaba los colonos colombianos, no por eso renunciaba su dominio sobre esa región.

·       El gobierno del Perú asegura que ejerce la jurisdicción sobre el Putumayo, pero el relato de los crímenes cometidos con los indios es prueba evidente de la ausencia de ese dominio. Al respecto dijo sin Roger Casement: " debo confesar que me encontré allí autoridades ningunas del gobierno peruano”.

·       Míster Cubbins, presidente de la Peruvian Amazon manifestó que el hecho de que el gobierno de los Estados Unidos hicieron la reclamación ante el gobierno del Perú para qué se indemnizará su ciudadano Míster Hardenburg por las pérdidas sufridas por él en el Putumayo, indicaba que el gobierno de los Estados Unidos reconocía que el Putumayo pertenecía el Perú. Esa es la lógica de la que se sirve de base del Perú en su pretendida soberanía en el Putumayo.

EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO. CAPITULO 12


EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO

CAPITULO 12.

·       Las revelaciones en el informe de Sir Roger Casement:

o   Una casa peruana organizó y llevó a cabo un sistema de crueldades increíbles contra los pobres indios que habitaban la región cauchera.

o   Formó una compañía inglesa para aprovechar este sistema, pero como eran ciudadanos peruanos su castigo correspondió al gobierno del Perú.

o   El territorio fuera considerado generalmente como peruano. Concepto que se afirmó más con el envío de dos misiones religiosas para establecerse en el Putumayo.

o   La actuación del Order Office facilitó al gobierno del Perú la proclamación de sus pretensiones en el exterior..

o   El ministro del Perú en Bogotá firma un convenio con Colombia en el que se especificaba que la ocupación peruana no significaba en manera alguna un derecho adquirido sobre el Putumayo.

o   Que los criminales serían juzgados de acuerdo con las leyes del país en que hubieran nacido.

o   Que la manifestación que hiciera el gobierno peruano de hacer justicia, sirvió de pretexto para que también formulará planes de gobierno sobre el Putumayo.

o   Que nadie puede dudar de que el Perú ha perdido el derecho de gobernar esa región.

o   El hecho de que los crímenes cometidos por los delincuentes peruanos, en territorio colombiano, estén impunes es un argumento formidable en favor para qué los peruanos, unilateralmente, definan la fronteras con Colombia.

·       Míster Brys, embajador inglés en Washington aconsejaba a Sir Edward Grey en 1912 así: “Colombia tiene un derecho anterior sobre el Putumayo. Sus ciudades establecidas allí antes de la llegada de los agentes del Sindicato Arana fueron despojados asesinados por estos. Por eso mientras las pretensiones de Colombia sobre el Putumayo sean sometidas al arbitraje, Brasil y los Estados Unidos y la misma Inglaterra aseguren el bienestar de sus habitantes por ser un territorio discutido”.

·       Las anteriores declaraciones se deduce claramente que el bienestar futuro de los habitantes del Putumayo depende directamente de la suspensión forzosa de toda recolección de caucho. Ese es el objeto que se propone el presente libro, porque estamos seguros de que bajo el régimen colombiano no sólo se suspenderá la explotación sino que dará libertad a todos los aborígenes. Pretensión que ha buscado el gobierno colombiano desde hace mucho tiempo pero con resultados infructuosos debido a la intervención del Perú.

·       En una de las declaraciones de Casement dijo: “la Casa Arana es culpable el sistema cauchero establecido en el Putumayo. Ese sistema no es simple efecto de la casualidad o del descuido y obedece a planes deliberadamente concebidos. Después de formar la compañía los agentes de ella efectuaron invasiones contra las propiedades de ciudadanos colombianos, asesinándolos, incendiando sus casas y confiscando sus propiedades.

·       Las invasiones eran organizadas por Arana Hermanos con el fin de despojar a los colombianos, quienes no solamente eran competidores sino que también ofrecían refugio a los indios que huían de las persecuciones de la compañía. Mientras existieron empresas colombianas en el Putumayo, los indios pudieron refugiarse en ellas. También que los hará más iban al Putumayo como filibusteros despojando a los colombianos por medio de la estafa y del ataque. Arana gozaba del apoyo del ejército peruano y de la simpatía de ese gobierno. Aseguró que los indios carecen de derechos humanos y se les trata simplemente como bestias feroces. Y ratificó lo dicho por el doctor Paredes quien afirmó que los asesinatos en el Putumayo no constituían un crimen.

·       Míster Barnes, quien hizo parte de la Comisión como experto en agricultura tropical coincidió con Casement en que Arana era el organizador del sistema criminal vigente el Putumayo.

·       Míster Mitchel, cónsul inglés en Iquitos: opinaba que se daba pésimo trato a los indios en todo el Perú oriental y sin embargo a Arana se le consideren Iquitos como un buen patriota y que no dudaría en acudir a la fuerza para adelantar la explotación cauchera.

·       Mister Gubbíns presidente de la Peruvian Amazon: considerábase a Arana como una especie de símbolo de la soberanía del Perú en la región del Putumayo. Por esa razón si las propiedades del Putumayo no eran entregadas a la Casa Arana, podrían caer en otras manos sobre las cuales la compañía no ejercería dominio. Y que por ello la prensa del Perú decía que si el territorio se entregara a los ingleses, estos podrían entrar en comunicación con Colombia evadiendo tal vez la soberanía peruana. Y que no creía que hubiera continuado en el Putumayo ningún tráfico de esclavos pero que el territorio en cuestión estaba efectivamente bajo la ocupación del Perú.

·       También que no creía que hubiera prueba ninguna que demostrara que el Putumayo pertenecía Colombia: el hecho de que los colombianos vivían en esa región no probaba que ella fuera colombiana. Que por esa razón en 1910 Perú había reclamado contra los colombianos 160,000 libras esterlinas por perjuicios por el daño causado por la fuga de indios que habían sido favorecidos por las autoridades colombianas y por los gastos incurridos en la persecución de esos indios.

·       Sir Lista, directivo de la compañía, dijo que si se declaraba como colombiano el territorio del Putumayo, el gobierno de Colombia acabaría con la explotación cauchera, grabando la con derechos de exportación prohibitivos.

·       Sir Clementes opinó al respecto: en todos los documentos oficiales se ha dado por sentado que la región del Putumayo es territorio peruano. Sin embargo Colombia ha protestado únicamente contra lo que consideraba como invasión de sus derechos mas no por los abusos.

·       El señor Arana manifestó que en el año de 1907 el gobierno peruano había requerido su apoyo para rechazar una invasión efectuada por colombianos en territorio peruano. Tuvo como resultados combates y asesinatos, después de los cuales fue destruida la avanzada colombiana de La Unión, pereciendo 10 colombianos. Ese desagradable incidente indica que nada es más fastidioso que el inquietarse por asuntos tan triviales como los supuestos maltratos de que han sido víctimas caníbales infieles. Y que ellos ha sido algo más que enojoso por tenerse que someter a recibir insultos.


·       Por diversos medios se argumentaba que la colonización colombiana se habría efectuado tranquilamente sin que hubiera sido por el espíritu agresivo de los peruanos, que obligó al gobierno peruano a ponerse a órdenes de la Casa Arana para sus propósitos inhumanos de explotación comercial.

·       Para comprender los derechos de soberanía de Colombia sobre el Maynas, debe recordarse que las repúblicas latinoamericanas son sucesores de las provincias americanas de la monarquía española. Ese principio quedó establecido en 1810 quienes a su vez convinieron mutuamente en reconocer el uti possidetis. Por eso Colombia basa sus derechos en las reales cédulas de 1000 717,739, cuando se creó el Virreinato de la Nueva Granada y que determinaron el Maynas como cantón de Pasto, a su vez componente de la gobernación de Popayán y esta perteneciente a la República de Colombia.

·       En contra de esa realidad el Perú adujo que de 1616 a 1760 se ejerció en el Maynas, con gran influencia, las actividades misioneras de los padres jesuitas pero que con la expulsión de estos religiosos en 1767, la comarca volvió a su primitivo estado de barbarie. El rey de España con el fin de reparar el mal causado, lanzó una cédula en 1802, que constituía el gobierno la capitanía de Maynas, la cual abrazaba el Marañón o Amazonas y sus afluentes hasta el punto en que los altos y cataratas de los ríos no permitieran su navegación. De esa forma la capitanía quedaba bajo la jurisdicción de la diócesis de Lima.

·       Pero Colombia dice que esas cédulas de dudosa autenticidad, puesto que sus originales no se encuentran en los archivos de España. Que nunca fue confirmada. Que los virreyes de Quito ignoraron su existencia. Que no se hace mención de ella en la real ordenanza sobre independencias. Y que, finalmente, los peruanos renunciaron formalmente sus derechos después de la derrota que sufrieron en Tarqui, como quedó en constancia en el tratado de Guayaquil. Éstos son los argumentos fundamentales presentados por el senador y general Rafael Uribe Uribe ante el Senado colombiano.

·       En Alemania surgió una leyenda que fue acogida por los diarios peruanos que pretende hacer creer que Casement fue un simple instrumento de un poderoso sindicato para sacar a los peruanos del Putumayo y apoderándose así de la floreciente industria cauchera. Sin embargo ese argumento no sólo no tiene ninguna prueba que lo sustente sino que se desvirtúa por lo que dice el General Valencia sobre la evidente desaparición del caucho natural gracias a los métodos empleados en la industria moderna y el interés que tienen los indios de destruir la causa de sus torturas.

·       El 3 abril 1910 Colombia nombró una comisión investigadora puesta a órdenes del General Gabriel Valencia quien llevó consigo un pequeño cuerpo de la gendarmería nacional. Ésa pequeña fuerza estaba destinada a manejar las aduanas nacionales de Colombia la Pedrera en el bajo Caquetá. El relato que hace el General Valencia de su expedición ilustra admirablemente los obstáculos que para la comunicación se encuentran en esa región. Partió de Bogotá el 10 diciembre 1910. La expedición fue diezmada por la fiebre amarilla emanados y llegó a su destino el 10 marzo 1911.

·       En los informes del General hace referencia los ultrajes que fueron víctimas los ciudadanos colombianos por parte de los peruanos. Uno de ellos fue el del señor Félix Mejía Peláez contó que el colombiano Emilio Gutiérrez su esposa y todos los habitantes de su empresa, compuesta de más de 40 personas fueron asesinados por los peruanos.

·       El General Valencia hace reiterada recomendación sobre la colonización de la comarca. Para ello propone dos regiones: la superior a las cataratas del Araracuara y la segunda la región correspondiente al bajo Caquetá. Los colonos que se establezcan en el Orteguaza y en la región situada entre la confluencia con el Caquetá y la Araracuara, tendrían forzosamente que tener relaciones comerciales con las provincias Cisandinas del Huila y Nariño.

·       La comunicación con el interior tendría que hacerse por medio de los caminos que pasan por Florencia y Mocoa. Por eso la construcción y conservación de los caminos son un asunto de necesidad primordial e interés nacional. Asegura que Florencia y Tresesquinas deben ser asiento principal de la administración, con preferencia de esta última por encontrarse en la confluencia de los tres principales brazos fluviales: el Orteguaza para la comunicación con el Huila, el alto Caquetá con Nariño y el bajo Caquetá que se conecta fluvialmente con el río Caguán, por vía terrestre en el ismo de Caucayá con el Putumayo y aguas abajo con el Amazonas.

·       Sugiere la fundación de una ciudad en el punto relativamente sano de Puerto Córdoba, donde se deben construir habitaciones a prueba de mosquitos como las utilizadas en Panamá. Refiriéndose a las atrocidades cometidas por los peruanos dice que no hay peores conquistadores de esas tribus de salvajes que tales negociantes.

·       Como resultado de los informes del General Valencia, el gobierno resolvió emprender la organización de esas inmensas regiones. Establece una comisaría permanente en el Putumayo con residencia Mocoa. El 17 junio establece la comisaría de Caquetá con residencia en Florencia. Resolvió activar la construcción del camino de Florencia con el fin de hacer más rápidas las comunicaciones con el gobierno central.

·       Este informe se describen el boletín de la Comisión de longitudes. En él se encuentran datos que representan el país en toda su realidad: campos inmensos llenos de ganado que no tiene quién los cuide. Plantaciones de cacao abandonadas y perdidas. En Altamira las mujeres se dedican a tejer sombreros mientras que sus maridos pasan el día atendidos y fumando tabaco.

 

EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO

FIN

EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO. CAPITULO 10


 

EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO

CAPITULO 10

 

·       Por ello es necesario hacer un recuento de los títulos de Colombia donde se acredita su derecho:

o   Antes del descubrimiento de América, el imperio de los incas no se extendió en dirección oriental y mucho menos por el norte hacia el Amazonas. El reino indígena de Quito no se extendía en dirección de las llanuras orientales más allá de las montañas. Conquistados por los incas hacia mediados del siglo XV, ese reino fue subyugado 50 años después por Belalcázar. Y Orellana, partiendo de Quito y descendiendo por el río Napo, descubrí y navego el importante río que lleva su nombre. Aventura contada en el libro " El País de la Canela”.

o   En 1538 el gobierno de Quito incluía cinco grupos de provincias, a saber: en el norte, Pasto o Payán y Antioquia. En el centro: Quito, Tecunga, Puruhá, Canaris, Calvas y Ayabaca. En el sur Tosco más Huancabamba, Jaén, Yaguarsongo. En occidente: Atacama, Caras, Babas, Tumbes, Paita, Piura y Poseos. En el oriente: Macas, Canelas y Quijos.

 
 
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o   En 1541, Carlos V separó las tres provincias septentrionales de Pasto o Payán y Antioquia y las añadió a Santa Fe de Bogotá. En el Lejano Oriente se suponía que existían regiones aún no conocía ni conquistadas. En el mismo año salió de Santa Fe de Bogotá la expedición dirigida por Hernán Pérez de Quesada, quien fue el primero en descubrir las regiones bañadas por los ríos Caquetá y Putumayo. Al mismo tiempo Pineda y otros españoles, partiendo de Quito, (Provincia perteneciente a la jurisdicción de Santa Fe de Bogotá) exploraron las tierras bañadas por el Amazonas. Por eso las regiones situadas entre los ríos Napo y Putumayo, y entre el Putumayo y el Caquetá, eran conocidas con el nombre de misiones de Mocoa y Sucumbios que dependían invariablemente del Cantón de Pasto, hecho por nadie discutido ni contradicho.

o   Para 1635 llegaron religiosos franciscanos de Popayán y autoridades civiles que formaron colonias en diferentes puntos de esa región. Pero incluso desde antes en 1616 y posteriormente 1760 los misioneros jesuitas y los oficiales políticos fundaron 22 ciudades en las riberas de los ríos Ucayalí, Huallaga y Macara y conquistaron 40 tribus de indios.

o   En 1717 y 1739 o 1749 se constituyó el Virreinato de la Nueva Granada. Que limitaba con el virreinato del Perú por el río tumbes y por el río Marcará, en su desembocadura del Amazonas.

o   Debido a la expulsión de los jesuitas en 1767, las misiones fueron abandonadas resultando de ello la vuelta de los indios del estado salvaje.

o   No existe ley ninguna que emane del rey de España en la cual, tácita o expresamente, se cancele, reforma modifique el real decreto del 20 agosto 1739 que marcaba la línea territorial de jurisdicción entre los dos virreinatos.

o   El tratado de San Ildefonso, hacia que las regiones del Putumayo formaran parte integrante del Virreinato de Santa Fe de Bogotá. Hasta momento en que se verificó la independencia sudamericana, las autoridades del virreinato de Santafé ejercieron jurisdicción pacífica sobre toda la región septentrional del Amazonas.

o   Después de la emancipación de Suramérica las nuevas repúblicas aceptaron y proclamaron el principio de uti possidetis juris de 1810 como base sus límites territoriales. Por esta razón la constitución del congreso de Angostura 1818 dice que el territorio de la República de Colombia será el mismo que antiguamente formaba la capitanía General de Venezuela y el Virreinato de la Nueva Granada.

o   La constitución que dictó en 1821 el Congreso de Cúcuta se refiere a la real cédula de 1739 que sirve de base los derechos de Colombia en relación con el Perú.

o   En 1824, en una ley aprobada por el Congreso de Colombia sobre fijación de límites territoriales, se afirmaba que el departamento de Azúay incluye las provincias de Cuenca, Jaén y Maynas. No tenemos noticia de que el Perú protestará jamás contra esa ley que definía la soberanía Colombia sobre Jaén y Maynas.

o   El Congreso Bogotá en 1830 repite la misma fórmula diciendo que el territorio de Colombia incluye las provincias que antiguamente constituían el Virreinato de Nueva Granada. Y pruebas adicionales las constituyen los artículos 1 y 3 de las constituciones de 1853, 1863 y 1886. esto prueba que Colombia mantenido persistentemente la tradición de sus derechos en esas regiones.

o   Cuando las constituciones antes mencionadas decretaron que el territorio nacional de Colombia por el mismo del Virreinato de la Nueva Granada, se referían a los límites de fronteras indicados en la real cédula de 1739, con la sola excepción de la frontera ecuatoriana.

o   En 1848 se firmó un tratado de Federación entre la Nueva Granada, Perú, Ecuador, Bolivia y Chile, en el cual se declaraba que la repúblicas tenían derecho para mantener los límites tal como ellos existían en la época ese en que se libertaron de España.

o   En 1853 el ministro peruano Tirado declaró que admitir el principio del uti possidetis que expresaba el estado de cosas que existían con respecto a los límites territoriales en 1810

 
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o   En 1822 el gobierno del Perú incluyó en un decreto sobre circunscripciones electorales las provincias de Jaén, Quijos y Maynas. El gobierno de Colombia protestó contra ese procedimiento el Perú, diciendo " que si se consentía, el Perú se apoyaría en ello más tarde para reclamar título de soberanía sobre esa región”. Por ello el gobierno del Perú desistió de su empeño y el 5 julio 1822 anuló el decreto dando así plena satisfacción a Colombia sobre la soberanía de Colombia sobre tales provincias.

o   Un año más tarde en 1823 se firmó en Lima un convenio según el cual ambas repúblicas aceptaban como límites de sus respectivos territorios los mismos que primitivamente pertenecieron a los virreinato de la nueva Granada y el Perú.

·       La situación del Perú en esa época era sumamente crítica, debido a su guerra de independencia contra España. El gobierno del Perú se vio obligado a pedir ayuda Colombia. Bolívar consintió en enviar 6.000 hombres en apoyo al Perú. Al hacerlo, manifestó así su opinión: " Colombia cumplirá su deber con el Perú enviando sus tropas. Volver a nuestros soldados a sus hogares de su patria trayendo como única recompensa el recuerdo del apoyo que prestaron a los peruanos en la conquista de su libertad. Colombiano no exige una sola pulgada de suelo peruano, porque su seguridad, su valor y su felicidad consisten en preservar su propia libertad, dejando que sus hermanas repúblicas gocen de su independencia”.


 



·       Cumpliéronse tales aspiraciones y las victoriosas tropas colombianas regresaron a la patria llevando tan sólo los laureles alcanzados por su heroísmo. El Perú se negó a pagar los gastos hechos por Colombia que constituyeron sencillamente el precio de su independencia.

·       Fue entonces cuando Bolívar, ansioso de evitar una guerra con el Perú, envió a Lima una comisión de paz que no fue recibida por el gobierno peruano. En su lugar el Perú, enseguida, bloqueo a Guayaquil, y como lo dice el Mariscal Sucre, "invadió con 8.000 soldados la tierra de sus libertadores, pero fue derrotado por 4.000 colombianos el 27 febrero 1829", en la batalla de Tarqui.

·       Posteriormente el Mariscal Sucre, "firmó con una pluma de paloma un tratado de paz que debiera haber arrancado, como conquistador, con la punta de su espada". En vez de seguir adelante y de destruir completamente a los invasores, planteó en Lima las condiciones de paz, que se reducían al reconocimiento de la soberanía de Colombia sobre Jaén y Maynas y al pago de la costa de la guerra de independencia a los que Perú se había comprometido y negó.

·       Sucre se limitó a nombrar delegados por cuenta Colombia para que suscribirán el convenio de Girón, en el cual se estipulaba que "los límites de ambas naciones serian arreglados por una comisión que tomará como base de dichos límites la demarcación política que existía en agosto de 1809 entre los Virreinato de la Nueva Granada y el Perú. Lastimosamente, el Mariscal se equivocó políticamente dando la opción de discutir lo que no era discutible. En la misma forma como acabamos de actuar con respectoa a Nicaragua.

·       Pocos meses después firmose un nuevo tratado definitivo que fue promulgado ese mismo año con Colombia. En el tratado de Guayaquil, en cuyos artículos cinco, 6y 7 se estipulaba que los límites de los respectivos territorios serían los mismos que los antiguos de los Virreinatos antes de la independencia sudamericana. Este tratado constituye un título incontrovertible y fue firmado por Colombia y Ecuador con el fin de defenderse contra los actos proditorios de los peruanos.