AERONAUTAS Y CRONISTAS

martes, 23 de abril de 2019

LA CORRUPCIÓN COLONIALISTA.


LA CORRUPCIÓN COLONIALISTA.

La corrupción en Colombia ha llegado a tal punto que somos víctimas de las multinacionales inmorales, mercenarias e internacionales. Ya sea de origen brasilero o de origen español. Incluso con el apoyo y facilitación de poderosos grupos económicos y bancarios colombianos con espíritu antipatriótico.

Tenemos el caso de la empresa Electricaribe que aún se considera estar en el tiempo de la conquista. Cuando, por derecho divino, era lícito apoderarse de todo cuanto se quisiera y a cualquier precio. Sin importar ningún sentimiento social, humanitario y mucho menos legal. Como si aún estuviéramos en los tiempos en que la religión justificaba el saqueo. Porque la autoridad monárquica provenía de Dios y cuestionar ese orden social era incluso cuestionar la voluntad de Dios.

Y para afirmar esa circunstancia se utilizaba el poder militar. Ya que éste tenía mucho que ver con la economía pues eran pagos por los ricos y sin su intervención los Conquistadores no podían arrebatar a los conquistados las riquezas que se codiciada.

Es lo que los españoles han hecho actualmente en la costa atlántica. Robándose, incluso, los subsidios que nuestro gobierno nacional aporta para dar electricidad a los pobres. Que salen de nuestros bolsillos de toda la nación. Y es tan alto su descaro que hasta los españoles aspiran  a  recibir parte del tesoro  hundido  con el galeón  San José.

La demostración clara que aún existe el tiempo de la conquista y que sigue el saqueo de la colonia por parte de los españoles. Y que nosotros los colombianos ingenuamente hemos creído que son gente honrada. Permitiendo, con nuestra pasividad, que nos hagan, todavía, víctimas ingenuos de su codicia y usurpación. Por eso tenemos que castigar, a toda costa y en la forma más severa posible, tal abuso ibérico descarado.  Los españoles aún siguen siendo tan despreciables como en el tiempo de la colonia. Cuando, por tal motivo, perdieron el 80% del todo el territorio del continente americano y su gran Imperio mundial se desplomó catastróficamente convirtiéndose en la burla de todo el planeta.

Tales actitudes españolas, las de estar pensando que aún deben ser asaltantes de la que fueron sus antiguas colonias americanas,  son las que nos generan rencores y odios. Razón por la cual,  incluso, nos incomoda hasta el  escuchar el tono de la pronunciación del castellano ibérico. Preferimos, más bien  nuestras propias entonaciones americanas del idioma.


A los españoles les hemos dado oportunidades creyendo, erradamente, que son gentes más desarrolladas mentalmente que nosotros. Un cultural complejo de inferioridad que nos reduce a ser explotados, sin darnos cuenta, por parte de culebreros intelectuales y astutos. Pero totalmente inmorales.

Los que se las dan de creíbles y salvadores del mundo con sus pócimas mágicas. Que son portadores del santo grial, el eterno elixir de la vida y piedra filosofal. Como si aún viviéramos en el tiempo de las ciencias ocultas de brujos medievales.

Y con ese cuento nos no solo nos han robado descaradamente sino que nos han causado muchos años de conflicto interno. Como si aún visemos en el tiempo de la patria boba. Donde solo bastó que un brutal español, como el Pablo Morillo, llegase a cortar cabezas para saquera la nación. Es el momento de efervescencia y calor para poner en su lugar a la astuta “Madre Patria”, en cuanto suene de “Vieja España”.