AERONAUTAS Y CRONISTAS

jueves, 5 de diciembre de 2013

EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO. CAPITULO 6


EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO

CAPITULO 6

 

·       En julio de 1901 llegó a Iquitos la lancha peruana Putumayo trayendo a bordo, en calidad de presos, a los colombianos Rafael Tovar Cabrera, Sergio Plata Rojas, Juan de Jesús Cabrera y Aquiles Torres, quienes fueron tomados en el río Igaraparaná, afluente del Putumayo, en la población de la Chorrera, acusados de un delito cometido en el Caquetá, región sin duda alguna colombiana y cuyo juzgamiento, por lo tanto, corresponde las autoridades de Colombia. Estos individuos fueron llevados y encarcelados en Iquitos donde sólo fueron liberados a requerimiento del cónsul colombiano.

·       En enero del año de 1902 zarpó de Iquitos la lancha de estado Iquitos conduciendo una comisión del gobierno peruano con el objeto de levantar planos y trazar caminos en la parte alta del río Putumayo.

·       En marzo del 1902 el prefecto de Loreto Coronel Pedro Portillo, se dirigió con oficiales y 15 hombres de tropa a los ríos Napo, Putumayo y Caquetá con el objeto de establecer nuevas oficinas y autoridades peruanas.

 
 
ACTUALMENTE ES USADA COMO INTERNADO ESCOLAR

·       En noviembre de 1902 salió de Iquitos en la lancha Putumayo el oficial Albarracín con algunos soldados con el fin de reforzar una guarnición en el río Igaraparaná afluente del Putumayo y sobre territorio colombiano.

·       Los anteriores hechos demuestran el empeño con que las autoridades peruanas está procediendo con el deliberado fin de tomar posesión en regiones de absoluta e indiscutible propiedad de Colombia. Actos que tienden a alterar la amistad leal y sincera que existe, y debiera siempre existir, entre el Perú y Colombia.

·       Ocho meses después el Perú comunicó a los señores Arana Hermanos: el objeto de esta carta es con el fin de que empleen, por cuenta del gobierno del Perú, al Sr. Robuchon, con el fin de que efectúe en la zona en que está situada sus propiedades las correspondientes investigaciones mencionadas por el gobierno de Colombia, y espera que ustedes facilitarán al mencionado señor todo lo necesario para que logre cumplido éxito en su empresa. Tenga la bondad de pagar al señor la suma 35 libras mensuales.

·       10 meses más tarde harán hermanos contestaron: esta Casa a resuelto tomar a su cargo los gastos que requiera la misión del señor Robuchon, pues deseamos ardientemente contribuir a los patrióticos designios de nuestro gobierno. En el contrato que le hizo la Casa Arana al señor Robuchon no se estipuló la obligación de este de investigar los hechos reclamados. Más bien se le comisionó la exploración de los ríos del Putumayo y de las tierras adyacentes con el fin de mejorar y extender la explotación de dicha región en lo que se refiere a los recursos caucheros.

·       En julio de 1906 se firmó en Lima un convenio entre Colombia y el Perú con el fin de que todas las guarniciones, autoridades civiles, militares y aduaneras que uno u otro país hubiera establecido en el Putumayo serían retiradas con el fin de entrar en discusiones sobre la soberanía de los dos países en esa región. Sin embargo, para el año de 1907 el encargado de negocios de Colombia en Lima comunicaba: ”posteriormente a lo aprobado en el tratado, el gobierno de Colombia lo ha cumplido religiosamente. Ahora bien, por el hecho de no haber aprobado el Congreso del Perú ese tratado, el continuo avance de los peruanos en el territorio al amparo de la falta de guarniciones y autoridades colombianas, la necesidad de proteger de una manera eficaz a nuestros compatriotas establecidos en aquellos territorios, ponen al gobierno de Colombia en el caso de ordenar a usted, como lo hago por la presente, el inmediato denunció el acuerdo sobre el modus vivendi existente. Manifestamos al gobierno del Perú la imposibilidad de convenir en que nuestro territorio oriental siga convertido, en un asilo de bandoleros en que se roba ó se asesina impunemente y donde no ha quedado otra ley que la del más fuerte”.

·       En 1907 el intrépido Rocca, director de los periódicos la Felpa y la Sanción, hizo conocer del público los terribles crímenes que se cometían en el Putumayo: “los asesinos de la casa Arana continúan su obra de carnicería que aunque han vendido parte de ella a un sindicato inglés, sus parientes son todavía los accionistas principales y tienen el Putumayo sus antiguos agentes. El robo, el asesinato y el incendio siguen adelante y nada hacen nuestras autoridades judiciales para impedir que el juez posponga indefinidamente el castigo de los crímenes. Semejante decisión puede significar solamente una de dos cosas: o parcialidad o error, al nombrar a un magistrado en un distrito sobre el cual Perú había perdido todo derecho de soberanía”.

 
IMAGEN 10

·       Rocca denunció al juez del crimen de Iquitos: “yo, Benjamín Saldaña Rocca me permito informar a los célebres malhechores Víctor Macedo y Miguel Loaiza de haber cometido crímenes de asesinato, incendio, estafa y robo, agravados con las más crueles torturas y martirios, cometidos con agua, fuego y látigo, en los ríos Igaraparaná, Caraparaná, Cahuinarí y otros en los cuales la Casa Arana efectúa la industria cauchera. Estos lugares se llaman la Chorrera y El Encanto. Víctor Macedo es administrador de la Chorrera y Miguel Loaiza de El Encanto. Se complacen en asesinar y en quemar vivos a los pobres indígenas, indefensos e inofensivos que evitan esa región”.

·       En la Chorrera, Fidel Velarde después de pensar y recibir la goma apartó 25 de los 800 aborígenes que habían llegado a entregar la producción con el pretexto de que eran demasiado perezosos en el trabajo. Víctor Macedo y sus cómplices Loaiza dieron orden de que cada indio fuera envuelto en un saco empapado en petróleo, al cual se prendió fuego inmediatamente. Las víctimas emprendieron su fuga arrojándose al río con la esperanza de salvarse, cosa que no lograron, pues todo se ahogaron. Estas crueldades se cometían a manera de diversión habitual de Macedo y de sus compañeros infernales.

·       Otras de las hienas del Putumayo se llama Miguel Flores quien asesinó al número de hombres, mujeres, viejos y niños que Macedo, temeroso de que se despoblara totalmente la región, le dio la orden expresa de no matar más por diversión sino solamente en el caso de que no entregaran el caucho. Flores obedeció las órdenes de su superior, y en dos meses solamente mató 40 indios. Las torturas con que los castigaban eran constantes y las mutilaciones terribles, porque también les corta orejas, narices, manos y pies, a un número considerable de víctimas. Eran las ocupaciones favoritas del empleado modelo de la Casa Arana.

·       Abelardo Agüero tiene la costumbre de practicar el tiro al blanco con los indígenas que mantiene presos en Matanzas. Se ocultan los esqueletos de los millares de víctimas del terrible Norman, joven que no ha cumplido aún 22 años.

·       Dos individuos de color negro llegado de Barbados llamado Stanley y Lewis, para cumplir las órdenes del subdirector de la sección, dieron 155 azotes a una india, hasta el punto de despedazar los muslos. Enseguida la fusilaron. Emprenden viajes en busca de tribus de indios y de caucho. Los que no han logrado presentar la cantidad exigida reciben 25 azotes de estos dos negros de Barbados que han sido llevados con el único fin de servir de verdugos. Al 10º azote las víctimas pierden el sentido. A veces tres o cuatro indios dejan de aparecer por qué no ha podido recoger la cantidad de caucho exigida. Los buscan y después de encontrarlos rodean la choza en donde se ocultan prendiéndole fuego. Los indios que emprender la fuga son fusilados inmediatamente pero en la choza también se ocultan ancianos niños y enfermos y todos parecen bajo el bárbaro machete del Putumayo.

·       Las posesiones de Arana, si es que puede llamarse así, comprendían 12,000 millas cuadradas. En la reunión a anual de la compañía el Presidente declaró que ésta no poseía título sobre esa región sin embargo, los llamados derechos fueron adquiridos por una organización ilegal compuesta de 1000 empleados que gozaba del apoyo de la soldadesca peruana y cuyo objeto era despojar a los colombianos de sus propiedades. El gobierno peruano tenía conocimiento de tales hechos. La intención del gobierno peruano cuando contrató a Groucho fue el de adelantar el avance de sus derechos en el Putumayo, pero como este no cumplió sus designios, después de permanecer dos años en el Putumayo, desapareció misteriosamente como lo denunció Casement en su publicación.

 
CASA DE LA CHORRERA

·       Las fotografías inéditas tomadas por lo muchos son muy conocidas y representan escenas verdaderamente espantosas. En su prólogo al ahora el cónsul general del Perú manifiesta: la casa Arana ha invertido más de 300,000 libras con el fin de civilizar, de alguna manera, a los salvajes que habitan esas regiones, concluye el prefacio diciendo que el informe de Groucho tendrá indudablemente valor grandísimo, porque probara, en caso de que tal cosa fuere necesaria, la aplicación de la actividad peruana a regiones que ciertas naciones vecinas nos reclaman.

·       El 20 febrero 1907 el presidente de la República recibió el siguiente telegrama: diariamente tenemos conocimiento de las atrocidades cometidas en el Igaraparaná por los peruanos. Obedeciendo órdenes de Arana, hicieron preso en Barcelona, al cacique principal de los Huitotos y después de darle 100 azotes lo colgaron bocabajo con una cadena al cuello. Las víctimas son muchísimas.