AERONAUTAS Y CRONISTAS

miércoles, 24 de abril de 2019

EL CARTEL DE LOS SOLES.


EL CARTEL DE LOS SOLES.

Nació mucho antes de que fuese bautizado con ese nombre. A comienzos de la década de 1980 instalamos un radar en la Guajira para el control de las aeronaves que violaban nuestro espacio aéreo. El sensor estaba en los predios del batallón de Riohacha. Su tarea era la  detectar las aeronaves clandestinas que traficaban marihuana hacia los Estados Unidos. Cuando nos era posible interceptarlos les aplicábamos los protocolos aeronáuticos. Los que, en caso de no ser acatados, terminaban con el derribo del violador del espacio aéreo.

Algunos, lograban escaparse pasando la frontera con Venezuela. Extrañamente comenzaron a aparecer muchas trazas hacia el espacio aéreo venezolano. No parecían tener relación con el tránsito aéreo, comercial y privado. Daba la impresión que existía algún acuerdo de autoridad aeronáutica, civil y militar, venezolanas para hacerse los indiferentes.

Las cosas se fueron olvidando. Hasta cuando se descubrió, bastantes años después, que existía un cartel cubano que tenía consentimiento político, por parte del gobierno de esa isla en el cual actuaba algunos militares. Ante el desprestigio mundial resultó siendo víctima de un juicio militar, para salvar apariencias,  el mencionado Coronel Ochoa. Que fue ejecutado injustamente pues obedecía órdenes del dictador cubano, Fidel Castro.

También se supo que existía otro cartel militar para el tráfico de narcóticos. Ya de origen norteamericano, con el fin de obtener dineros para comprar armas con las cuales dotar a rebeldes iraníes. El gobierno norteamericano, presidido por Ronald Reagan, los ayudaba a combatir al gobierno de esa nación. Que tantos problemas diplomáticos les estaba causando desde años anteriores. Cuando fue el derrocado su aliado el Sha y, luego, tomada la embajada norteamericana en Teherán.

Según la investigación, esas operaciones de narcóticos fueron efectuadas en Nicaragua por el Coronel del ejército norteamericano Oliver North. Con pleno conocimiento y consentimiento pasivo por parte del gobierno norteamericano, porque estaban en la dirección de sus intereses internacionales.

Después de estos antecedentes históricos, se llegó al gobierno de Chávez, en Venezuela. Que al tener diferencias ideológicas con Colombia se fue acercando a los terroristas de las Farc y algunos sectores de izquierdistas violentos colombianos, exinsurgentes delincuentes, como Gustavo Petro. La razón fue su mutua identidad en la ideología socialista.

Chávez, conociendo de la experiencia del narcotráfico cubano y norteamericano, comenzó a facilitarles, no sólo apoyo y simpatía ideológica a las Farc. También económico con el comercio de narcóticos. Que ha sido la fuente económica de este grupo terrorista.

Ya para esa época el gobierno colombiano había mejorado mucho su capacidad de vigilancia e interceptación de defensa aérea. Hasta el punto de llegar a pedirle a Chávez que controlara mejor su espacio aéreo. Que estaba siendo utilizado por las narcofarc. Se captaba una gran cantidad de trazas no identificadas, que entraban y salían desde y hacia los llanos del sur de Venezuela, hacia los llanos orientales de Colombia.

Entonces se comenzó a descubrir que existía, no sólo una gran simpatía sino abierto apoyo venezolano a los terroristas colombianos. Con una clara participación de altos miembros,  tanto políticos como militares, en el gobierno venezolano que consentían y hasta participaban en el comercio de narcóticos. Y esa disposición llegó, incluso, hasta la presidencia de Venezuela a comienzos del siglo XXI.

Entonces le ofrecimos, y solicitamos permiso, para continuar persiguiendo los aviones ilegales que cruzaran la frontera. A lo que se le llamó Persecución en Caliente. Chávez reaccionó violentamente ante esa oferta y negó completamente tal posibilidad aduciendo sensibilidad en soberanía. Chávez declaró que no le correspondía gastar recursos económicos en combatir el aerotránsito de narcóticos. Porque ese era un problema colombonorteamericano. Pero nosotros sabíamos que la verdad era que, además de ayudar a las FARC, no tenía la capacidad para hacerlo.

Sin embargo, no todo quedó así. Posteriormente, Chávez canceló completamente el convenio que existía, desde algún tiempo atrás, entre los militares venezolanos y los norteamericanos para efectuar operaciones de sobrevuelo de aeronaves militares norteamericanas de vigilancia aérea. Vigilancia con la cual los norteamericanos se daban cuenta del tránsito irregular de aeronaves por Venezuela. Pero que ellos se hacían los de la vista gorda debido a que tenía muy buena relaciones comerciales por ser uno de sus principales proveedores estratégicos de petróleo.

Por lo tanto, el espacio aéreo venezolano quedó totalmente disponible para todo tránsito de aeronaves ilegales. Que en su mayoría son vuelos que transportan narcóticos.

Para finales de los dos períodos presidenciales de Chávez, se comenzó a hablar de la participación, no sólo del consentimiento de los vuelos ilegales en el espacio aéreo venezolanos sino, incluso, participación en los negocios del tráfico de narcóticos por parte de militares venezolanos de alto rango.

Surgió el llamado y ahora ya muy famoso, Cartel de los Soles. El que, en este momento, revive con mucha fuerza con la captura, en España, del General, venezolanoCarvajal.  El símil del Coronel Ochoa cubano y el norteamericano Coronel North. Además de otro Coronel de la Fuerza Aérea norteamericana. Que siendo Agregado Aéreo en la embajada de EE UU en Bogotá, enviaba cocaína en la valija diplomática, aprovechando la inmunidad diplomática. Pero no condenado a muerte como el Coronel Ochoa

El Cartel de los Soles se compone de varios militares y policías de alta graduación. En contubernio con gobernantes de alto rango. De varios otros países. Incluida Colombia. Es lo que está de moda actualmente. Pero todo se inició muchos años atrás. A comienzos de la década de 1980.

martes, 23 de abril de 2019

LA CORRUPCIÓN COLONIALISTA.


LA CORRUPCIÓN COLONIALISTA.

La corrupción en Colombia ha llegado a tal punto que somos víctimas de las multinacionales inmorales, mercenarias e internacionales. Ya sea de origen brasilero o de origen español. Incluso con el apoyo y facilitación de poderosos grupos económicos y bancarios colombianos con espíritu antipatriótico.

Tenemos el caso de la empresa Electricaribe que aún se considera estar en el tiempo de la conquista. Cuando, por derecho divino, era lícito apoderarse de todo cuanto se quisiera y a cualquier precio. Sin importar ningún sentimiento social, humanitario y mucho menos legal. Como si aún estuviéramos en los tiempos en que la religión justificaba el saqueo. Porque la autoridad monárquica provenía de Dios y cuestionar ese orden social era incluso cuestionar la voluntad de Dios.

Y para afirmar esa circunstancia se utilizaba el poder militar. Ya que éste tenía mucho que ver con la economía pues eran pagos por los ricos y sin su intervención los Conquistadores no podían arrebatar a los conquistados las riquezas que se codiciada.

Es lo que los españoles han hecho actualmente en la costa atlántica. Robándose, incluso, los subsidios que nuestro gobierno nacional aporta para dar electricidad a los pobres. Que salen de nuestros bolsillos de toda la nación. Y es tan alto su descaro que hasta los españoles aspiran  a  recibir parte del tesoro  hundido  con el galeón  San José.

La demostración clara que aún existe el tiempo de la conquista y que sigue el saqueo de la colonia por parte de los españoles. Y que nosotros los colombianos ingenuamente hemos creído que son gente honrada. Permitiendo, con nuestra pasividad, que nos hagan, todavía, víctimas ingenuos de su codicia y usurpación. Por eso tenemos que castigar, a toda costa y en la forma más severa posible, tal abuso ibérico descarado.  Los españoles aún siguen siendo tan despreciables como en el tiempo de la colonia. Cuando, por tal motivo, perdieron el 80% del todo el territorio del continente americano y su gran Imperio mundial se desplomó catastróficamente convirtiéndose en la burla de todo el planeta.

Tales actitudes españolas, las de estar pensando que aún deben ser asaltantes de la que fueron sus antiguas colonias americanas,  son las que nos generan rencores y odios. Razón por la cual,  incluso, nos incomoda hasta el  escuchar el tono de la pronunciación del castellano ibérico. Preferimos, más bien  nuestras propias entonaciones americanas del idioma.


A los españoles les hemos dado oportunidades creyendo, erradamente, que son gentes más desarrolladas mentalmente que nosotros. Un cultural complejo de inferioridad que nos reduce a ser explotados, sin darnos cuenta, por parte de culebreros intelectuales y astutos. Pero totalmente inmorales.

Los que se las dan de creíbles y salvadores del mundo con sus pócimas mágicas. Que son portadores del santo grial, el eterno elixir de la vida y piedra filosofal. Como si aún viviéramos en el tiempo de las ciencias ocultas de brujos medievales.

Y con ese cuento nos no solo nos han robado descaradamente sino que nos han causado muchos años de conflicto interno. Como si aún visemos en el tiempo de la patria boba. Donde solo bastó que un brutal español, como el Pablo Morillo, llegase a cortar cabezas para saquera la nación. Es el momento de efervescencia y calor para poner en su lugar a la astuta “Madre Patria”, en cuanto suene de “Vieja España”.