AERONAUTAS Y CRONISTAS

lunes, 28 de octubre de 2013

CONCORDIA. FRENESI Y GUERRA. CAPITULO 8


CONCORDIA. FRENESÍ Y GUERRA

CAPITULO 8

CULTURA DE APOSTADORES Y LUDÓPATAS.

Arturo Vargas de Concordia, trigueño, juguetón, era y es el decano de las apuestas entre los caballos, seguido por el salgareño Hilario Salazar. El 29 septiembre 1983 Arturo Vargas hecho una carrera entre Bolombolo y Concordia. Un caballo de Titiribí financiado por el trabajo legal de los finqueros del suroeste antioqueño y una yegua traída de Pereira, por la clase emergente, producto del trabajo ilegal, por 50 millones de pesos. Ganó el caballo el cual murió a los dos meses.

El amor por los dados tenía la siguiente escala: Salgar, Concordia, Bolívar, Betulia, Andes, Fredonia y Urrao. Los gallos: Urrao, Salgar Fredonia, Andes y Concordia. Las carreras de caballos: Concordia, Salgar, Jericó, Bolívar, Fredonia y Andes. En el juego de dominó y cartas sobresalía Francisco Luis Colorado (el Overo). Hombre hosco, dispéptico que no sonreía nunca. Se presentaba en ese tiempo el tahúr profesional y el ocasional. El tahúr profesional hombre frío, calculador, parecido al prestamista, sin sentimientos de solidaridad humana. El tahúr es individualista. Hace del juego una profesión y su modus vivendi. Considera al juego como la máxima pasión superior al poder, a la sexualidad, a la amistad y al amor. La familia es secundaria. En muchos de ellos hay un componente machista. En otros un hastío por la vida. Nada por fuera del juego le interesa. Otros son masoquistas. Tienen el pálpito o la intuición de que van a perder y sigue jugando. El juego es como un escape y una concreción de complejos. Realmente es una institución y una enfermedad. Tiene sus rivalidades y crea una comunicación con los jugadores de otros pueblos formando una especie de hermandad, moviendo festivales, patrocinando hospitales, sociedades de mejoras públicas e instituciones de beneficencia a través de las alcaldías.

La cooperativa de municipalidades estaba construyendo un hospital regional en Concordia. El autor intelectual de la obra fue el doctor Bruno González. Concordia se había constituido en un centro médico. Lázaro Restrepo, representante a la Cámara presentó la ley y sacaba las partidas anuales del presupuesto nacional.

FAMOSO BURRO

En Concordia se encontraba el famoso burro de La Coruña y el caballo Mago de la Herradura. Alberto Uribe, uno de los dueños de la finca La Aguada, criaba hermosos ejemplares caballares. Alberto Uribe era sagaz, atrevido, conversador afortunado aficionado por las fincas y los caballares. Se hizo cliente de La Bolsa acompañado de Gabriel González (Botijo), ciudadano hipertiroidano y exagerado. Prototipo de antioqueño.

CEMENTERIO LAICO

Luis Felipe Posada llegó a Concordia antes de la muerte de Rafael Núñez. Fue un gran escribiente, buen vestir, caligrafía maravillosa, humor de mil maravillas, aguardientero y cierta sensibilidad social. Era una especie de abogado de los pobres en el tiempo libre después de la oficina. Era una especie de memorialista, defensor entre otros de la Mona García. Murió en 1937 como librepensador. Fue enterrado en la orilla la carretera en el cementerio como en una especie de cementerio laico. (Para finales de los años 60 aún se podía ver una pequeña tumba cubierta por una lámina de zinc y rodeada con un alambre de puas para que no la dañara el ganando que pasta en el potrero. Quedaba en la parte alta del talud de la carretera justo al frente del cementerio católico donde los chicuelos curiosos solían asomarse con cierto temor para ver cuál era el misterio que contenía).

PERSONAJES DE TIRIBI

Una noche nos saturamos del versificador tomando la palabra poeta Jorge Quijano. Titiribí ha sido un semillero de pueblos y de hombres notables en todos los ramos del saber humano: Uribes, Posadas, Vélez, González, Restrepos. Personas de versos desbocados y picantes. La marca de éstos está en la finca llamada Los Micos.

Su riqueza minera atrajo a numerosas familias extranjeras como los Johnsons, Wolffs, Moores, Freydells, y el conde francés Gustavo Adolfo de Bourmont. Louis de Girardot, nacido en París, (padre de Atanasio) fue uno de los primeros que explotó los minerales del zancudo. Los Freydell construyeron la barca de los pobres que en el día de la inauguración se ahogó en el río Cauca Alberto. Los Wolffs fueron magníficos manipuladores del hierro. El célebre cuentista, filósofo y minero Efe Gomes, de Fredonia, autor de Guayabo Negro vivió y trabajó en Titiribí. Baldomero Zanini Cano, maestro de uno de sus colegios, siendo novio de Cecilia, hermana de Benito Restrepo no gustó a la Restrepería por su color negro. Cariolano Amador, millonario célebre por sus frivolidades y extravagancias que hicieron historia. Le llevó al rey de España un jarrón con su correspondiente palangana fabricada con cuatro libras de oro puro. Adquirió el título de Conde de Amador, fundó el Banco de El Zancudo. Cuando se quebró trató de vender acciones de este banco en la Bolsa de París.

El ingeniero inglés Tyrrel Moore hizo un montaje minero desconocido en Antioquia y en Latinoamérica y elaboró el plano de la población de Bolívar.

En 1748 Francisco Pacheco denunció una mina de beta cerca al río Amagá. Los minerales de El Zancudo fueron en un principio propiedad de José María Uribe Restrepo y luego pasaron a manos de Cariolano Amador. Francisco Quijano fue un próspero comerciante que llegó a tener 40 buenas haciendas. Ruperto Echeverri tuvo una hacienda que iba desde los alrededores de Titiribí hasta Bolombolo llamada San Joaquín.

El pueblo fue trasladado de Sitioviejo a su actual ubicación en 1815. La población tenía una vocación minera con salero andaluz de mujeres elegantes y hermosas. Hombres con fama de conversadores, bien vestidos, el típico cachaco, el pueblo amante de las corridas de toros, la literatura, caballistas, tahúres, pendencieros, magníficos jinetes. Ciudadanos que descollaron en la medicina, ingeniería, el derecho, en los campos de batalla. Filósofos como el famoso Masato Y copleros como Indalecio Ortiz.

Fueron fundadores de Concordia y Andes con sus respectivas fracciones de Jardín, Betania Bolívar y Salgar. Los Restrepos, González y Londoños salgareños, son los mismos de Concordia.

DE BOLÍVAR

El boliviano es audaz, hiperemotivo, emprendedor, gran negociante. Famosas sus fondas camineras de Farallón, Alfonso López, Ventorrillo y Remolino. El arriero quiere a sus mulas. Alegra las veredas por donde pasa, es el correo de la región, traer la última noticia y el chisme fresco, glotón desde comidas frías, calientes, mal preparadas, emplea un lenguaje con palabras de grueso calibre. En su peregrinaje compra productos baratos para después venderlos caros. Muchos de ellos han hecho grandes fortunas. Individuos dispépticos con una gran predisposición a la úlcera duodenal. Sucios, crudos, amigos de la intemperie y se enorgullecen de su oficio. Famosas fueron las recuas de mulas de Urrao a la vereda de Piedra de Candela. De San Mateo a Concordia. De San Mateo a Cangrejo. El Salgar a Bolívar y de esta a Andes pasando por Betania. Todos los caminos de herrería conducían a Titiribí, municipio que por su producción minera engullía los productos del pancoger, ganados y cerdos producidos en Concordia.

CAUSAS DE LA GUERRA CIVIL DEL 49

·       La dialéctica entre liberales y conservadores por la concepción del estado: Autoridad, intervención, moneda, reforma agraria, participación religiosa, pérdida de poder.

·       Complejo de inferioridad del partido de gobierno ante las nuevas elecciones.

·       El 9 abril 48 que dio lugar a la muerte de Jorge Eliezer Gaitán.

·       La perpetuación en los puestos públicos según la afiliación partidista.

·       Los odios heredados de las contiendas del siglo pasado como la guerra de los 1000 días

·       El nuevo orden conservador implícito en la pax romana y no en el diálogo.

·       El contagio mental y cultural de la guerra civil española. Derechas colombianas indicando a sus iguales franceses y españoles. Mariano Ospina y Laureano Gómez imitando al general franco la formación de brigadas de choque, las expediciones punitivas en los municipios, las armas oficiales para estas, las consignas, los eslóganes iniciadores. El famoso "paseo" al amanecer. Los fusilamientos de los cementerios, cunetas y precipicios con deguello con previa tortura por parte de funcionarios oficiales. Las técnicas de muerte de los falangistas en España fueron las mismas que presenciamos en el suroeste.

·       La rigidez de la propiedad privada y la carencia de reforma agraria. Las tierras planas y fértiles valles dedicados a la ganadería y las vertientes erosionadas estériles a los cultivos.

·       Gobiernos al servicio de terratenientes e intereses extranjeros.

·       Carencia de un plan de desarrollo económico sólido que ignora al hombre colombiano.

·       La universidad colombiana fabricando títulos que ignora las riquezas sociales, humanas y materiales de la nación. Sectarismo y rigidez de la religión católica con curas que llegaron a decir que matar liberales no era pecado.

·       Influencia del machista folclor mexicano que eran el abrevadero del carácter sentimental del pueblo.

·       El semen retenido de los colombianos por medio de la represión a la sexualidad por medio del adoctrinamiento en un irracional puritanismo.

·       La legislación equivocada parlamentaria como la de la ley para anticipar las elecciones presidenciales.

·       La ley de nacionalización de la policía sin adecuadas formación nacionalista y cívica, por medio de la cual llegaron los guardianes del orden traídos de otros municipios y diversos departamentos que no conocían a la comunidad, al delincuente ni lo diferenciaban con el hombre de bien.

·       El móvil económico del enriquecimiento rápido atrincherado en banderas partidistas.

·       La contrarrevolución conservadora que pretendía eliminar el reformismo instaurado por Partido Liberal a partir de 1926. Como la propiedad privada pero con función social e intervencionismo del estado.

·       Los odios de ciertas comunidades y familias, estimulados a nivel federal y parroquial buscando un predominio económico.

APLANCHADORES, CURAS Y TRANSPORTADORES DINAMITEROS DE BELLO

En la década del 40, Bello políticamente se conoció con el nombre de "el arca de Noé". Tierra de arribistas políticos, de quijotes, de correveidiles. El epicentro de estas actividades fue el concejo municipal donde hubo un concejal muerto y fue herido Jorge Villa Moreno. El presidente Belisario Betancur, en su época cavernícola y antiliberal, dirigió unas elecciones revólver en mano. En una manifestación política de tinte laurianista recibió una pedrada en la cabeza. Bello constituyose en un fortín laurianista y en la década del 60 fue un reducto Rojaspinillista., En donde operó el cuartel general de este movimiento en el país.

Chepe Correa desde la alcaldía impartía consignas de aplanchamientos y de muerte, habiéndose constituido esta población en la primera escuela de Antioquia de “la granizada en medio del aguacero” o de la famosa "hora del té", nacional y universalmente conocidos como los "aplanchamientos". Los principales instructores de esta siniestra técnica política fueron: Miguel Velázquez, Chepe Correa, Leonel Gómez, el policía de sobrenombre "chencha" y los civiles apodados el Pozo, el Pastelero y otros. Los sacerdotes, como Rogelio Arango por esa época párroco, desde el púlpito predicaban la muerte y el destierro de la ideología liberal y la de sus seguidores.

Miguel Agudelo era transportador, dueño de los carros de escalera llamados el Pampero y el Diamante. Uno de ellos conducido por el individuo (Gruyo) y el otro por Miguel Velázquez, estuvieron repletos de conservadores de Bello para llevarlos al incendio de Rionegro. Tuvieron mala suerte porque llevaron demasiada dinamita que cuando estallaba creaba unas corrientes de aire que pagaban los incendios provocados por la gasolina que habían esparcido con anterioridad. Los conservadores de Bello quedaron marcados eternamente para la historia de nuestras contiendas políticas por la acción criminal y pirómana contra la indefensa y liberal Rionegro.

Marco Fidel Suárez tuvo dos terribles enemigos, Laureano Gómez y Alfonso López Pumarejo, los cuales opacaron su obra de gobierno.

José Ignacio González Escobar