AERONAUTAS Y CRONISTAS

martes, 15 de enero de 2019

RUIDOS FANTASMAGÓRICOS


RUIDOS FANTASMAGÓRICOS
El primer avión “Fantasma”

Volando un avión C 47, versión militar del DC 3, notamos que el avión tenía una ligera tendencia a inclinarse hacia el lado derecho. Pensamos que sería alguna asimetría de los comandos de vuelo y por eso usaba los compensadores para contrarrestar el desbalance. Pero aun así no resultaban tan efectivos como era de esperarse.

Imagen 1

De vez en cuando escuchábamos un ruido no habitual. Después de varios vuelos aumentaba la inquietud y decidimos investigar más a fondo.
En tierra hicimos una minuciosa inspección visual del ala pero no veía nada anormal. Después, en vuelo, dejando encargado al copiloto del avión, fui a la cabina de carga para poder ver de cerca las alas. Por las ventanillas me puse a observar algo anormal. Pensaba que quizás en tierra no era evidente porque no estaba el ala sometida a los esfuerzos normales cuando el avión está volando.


Imagen 2

Luego de un tiempo note que la superficie superior del ala derecha mostraba una ligera ondulación de la piel. Que es como se denomina la lámina metálica que recubre la estructura.
Era tan sutil que dudaba que fuera posible y que tal ves exageraba. Además podía ser normal, pues la deflexión de ala en vuelo está considerada por los ingenieros cuando diseñan los aviones. Y esa deflexión era la causante de las ondulaciones.


Imagen 3

De todas formas decidí reportar el fenómeno en el libro de anotaciones que para tal fin se lleva. Para hacer algo jocosa la novedad, tan inusual, puse que se escuchaban “ruidos fantasmagóricos en vuelo”. Pretendía darle un aire de curiosidad personal al reporte. Existía la posibilidad de que fuese interpretado de manera burlesca ya que no indicaba un motivó técnico claro de naturaleza aeronáutica.

Los técnicos inspeccionaron y como acción correctiva sobre esa anotación escribieron: “Exorcizose avión”, para seguir mi mismas actitud chistosas, ante el hecho de no haber podido encontrar nada irregular. Todo siguió como si fuese normal.


Imagen 4


Como me seguía la inquietud de que había sido insuficiente la acción de mantenimiento y ante la persistencia del fenómeno, decidí hablar personalmente con un compañero y buen amigo, que trabajaba en la sección de mantenimiento. Le comenté la inquietud y le pedí, a título personal, que investigara por su cuenta el asunto.
Le pareció muy oportuna la observación porque según su programación tenía una inspección de mantenimiento programada del avión que incluía revisión de las alas, por pura casualidad.


Imagen 5

Pasaron algunos días y nos encontramos en el comedor a la hora del almuerzo. Conversando nos acordamos del tema. Me dijo que habían detectado en una de las vigas principales del ala una fatiga de material. Por esa razón, de inmediato cambiaron el ala, ya que era un motivo valedero para desechar ese componente estructural mayor.
El daño estaba en fase de progreso y en la medida en que se volara el avión la fisura aumentaría hasta el momento en que podía causarse un colapso total. Eso comprometía toda la capacidad del avión para mantenerse en vuelo. En caso de producirse habría sido una falla estructural de consecuencias catastróficas.



Imagen 6

Por supuesto que los temores que abriga, por no ser claro en la notificación y por ello de comentarios jocosos, fueron injustificados. pero se hizo evidente que los motivos de informar estaban plenamente ameritados. De haber guardado silencio, por inapropiada prudencia, para evitar un chiste y el quedar en ridículo ante los compañeros, habría propiciado un desastre por omisión.

Los paradigmas ante las dudas en aviación, con frecuencia, deben romperse porque un exceso es un acierto cuando de velar por la seguridad del vuelo de las aeronaves se trata.
Y la curiosidad por averiguar más de la cuenta nos puede con frecuencia ayudar. Pero no usar nunca en aviación los chistes sobre cosas que deben ser de seriedad profesional.