AERONAUTAS Y CRONISTAS

domingo, 25 de agosto de 2013

LAS DELICIAS (VI)


LAS DELICIAS (VI)

REACCION DEL ENEMIGO
Para solventar la situación, los narcoterroristas recurrieron a la presión social. Adoctrinaron y amenazaron a los colonos exigiéndoles dejar sus parcelas y desplazarse en manifestación pública hacia la ciudad de Florencia. En una semana llegaron a los alrededores de la capital del departamento, aproximadamente 40,000 personas. Una masa humana compuesta por hombres mujeres y niños, con actitud agresiva donde se escondían gran cantidad de agitadores e Insurgentes armados, quienes dentro de sus consignas manifestaban el deseo de ingresar a la ciudad para saquearla.

Como la situación era extremadamente grave, la operación Conquista 2 debió suspenderse para proteger la capital y controlar el orden público. Se creó un anillo de contención alrededor de la ciudad cerrando las vías de aproximación. Al frente de esos puntos se estacionaron las multitudes, armaron campamentos y se dispusieron a una espera prolongada para obligar a las autoridades a permitirles la llegada al casco urbano.

El comportamiento no era de manifestación pacífica. A los 10 días se presentaron algunos choques con las tropas. Como su actitud beligerante y agresiva no lograba que se les cediera el paso, en uno de los puentes de las vías que conducen a Florencia, intentaron forzarlo con el fin de provocar la contención física. Buscaban crear motivos jurídicos para demandas, por vía tutela, contra las autoridades como así lo lograron. Reclamaciones que algunos jueces de la región, proclives al movimiento armando y la insurgencia delictiva, fallaron en contra de los comandantes militares a quienes se les condenó a penas de arresto por no haber cedido a las reclamaciones de los manifestantes para en entrar a la ciudad. Y por haber usado la fuerza para impedirles la libre movilización, supuestamente violando principios constitucionales fundamentales.

La justicia en esas regiones sufre de pánico a los terroristas quienes manipulan todos los estamentos y niveles del gobierno local, que está al libre albedrio de la criminalidad. Hacía poco un gobernador había sido asesinado y muchos otros funcionarios municipales estaban amenazados. En un combate fueron dados de baja tres insurgentes que resultaron ser concejales del municipio de Solano.

MARCHA CAMPESINA
Calculamos, basados en la cantidad de víveres y recursos de sobrevivencia llevados por los manifestantes y las informaciones de inteligencia provenientes de algunos disidentes que, aunque hacían parte de la protesta, no estaban de acuerdo con ella y debieron participar ante la amenaza armada, que la situación sólo podría ser sostenida por máximo de 30 a 35 días. Como se había previsto, a los 40 días se inició un proceso de deserción de manifestantes y 5 días más tarde se había disipado en su mayoría.

LOS RESULTADOS.

La sensación en la gente fue la de que los narcoinsurgentes no habían sido capaces de proteger a la población y su narcoeconomía, de la acción del estado, en la operación Conquista 2. También, que no habían apoyado bélicamente a la manifestación para la toma de la ciudad y por ello, ante la inanición, la población se había visto obligada a desistir de tal propósito y regresar a sus lugares de origen.

Fue un grave descrédito para la influencia ejercida social de los narcobandoleros, quienes habían dado una demostración real de su debilidad y del poco poder que supuestamente ejercían. Poder que sólo era efectivo contra la población desarmada de los colonos, más era totalmente incapaz ante la confrontación armada con las Fuerzas Militares.

El resultado final fue la de una fuerte crítica social contra los narcoterroristas y un sentido reproche. Aducían que para ese propósito de protección era para lo cual los colonos les habían pagado durante muchos años el impuesto del gramaje. Y que según los pobres resultados obtenidos fue muy tímida la acción en el empleo de las armas para cuidar sus intereses. Estaba demostrado que sólo extorsionaban la economía local con propósitos de simple sobrevivencia y lucro personal, sin ningún interés ni meta en lo social. Que se había reducido a ser un vulgar grupo de delincuentes que delinquían por el solo uso de las armas.

Por esa razón la insurgencia se sintió fuertemente cuestionada. Ante tan grave pérdida del respaldo social se vio acorralada quedando en la obligación imperiosa de emprender acciones que demostraran lo contrario y hacer manifestaciones reales de fuerza. En forma apremiante necesitaban adelantar un ataque o asalto a una población o una unidad militar que demostrara su capacidad y deseos de respuesta armada. Para ello decidieron ejecutar una acción contundente y que aunque no lograra recuperar el dominio y control psicosocial, por lo menos, si pusiera en evidencia que tenían potencia de combate, contra la operación Conquista 2 cuando los militares les habían cerrado el paso durante la manifestación.
Así fue como planearon el asalto y toma de la Base militar de Las Delicias, que ya venían valorando desde hacía algún tiempo. Calcularon la capacidad de reacción, el aislamiento, las posibilidades de apoyo y las condiciones del área para una aproximación furtiva, debido a la densa selva que la rodea.

MOVIMIENTO DEL DISPOSITIVO.

Como la Operación Conquista 2 se había paralizado casi en su totalidad, y las tropas, desplazadas para el cierre de la desembocadura del río Caguán, necesitaban un descanso de combate, el comando del Batallón dispuso un relevo con otro personal salido de la Tagua. El destacamento que ya llevaba tiempo prolongado en dicho cierre, fue enviado a la Base de las Delicias donde, aunque no era un lugar de descanso, por lo menos, era razonable suponer que por la distancia, tendría una menor amenaza al alejarlo del foco central de la operación Conquista 2.

Esa nueva ubicación les daría un relativo descanso sin modificar ni debilitar el esquema de las operaciones. El Capitán Comandante de la tropa ya había sido comandante de esa Base Militar, en ocasión anterior, y por ello era buen conocedor del lugar, así como lo relativo a las fortalezas y debilidades del destacamento.

Aunque se encontraba desmotivado debido a que se le había aceptado la solicitud de retiro de la institución, por voluntad propia, debido a los inconvenientes personales de indisciplina, no se le había dado el permiso de desacuartelamiento, demorando su salida sin motivo aparente. Posiblemente debido a las dificultades de su remplazo por las razones ya dichas sobre la resistencia que el personal ponía para ir a esos destinos aduciendo toda clase de motivos e inconvenientes personales o profesionales.

LOS PREPARATIVOS DEL ATAQUE.

Los narcoterroristas adelantaron una minuciosa acción de inteligencia de las facilidades activas y pasivas de la unidad, estudiaron con detalle el terreno, los lugares donde sacarían el recurso humano y de armamento para el asalto, evaluaron la distancia, confluencia y mimetismo de las vías de aproximación. Elaboraron una maqueta de las instalaciones y del terreno e hicieron prácticas simuladas del ataque. Todo lo registraron documentalmente. Hasta lo plasmaron en ayudas audiovisuales, las cuales usaron para perfeccionar la maniobra. Todo eso lo supimos después de la toma de la Base por medio de documentos abandonados por los insurgentes ante la fuerte presión a que fueron sometidos durante la posterior persecución.

Calcularon que debían emplear una correlación de fuerza de 4 a 1 en hombres y armamento para el asalto y de 6 a 1 considerados a quienes prestaron los apoyos. 400 narcobandoleros contra los aproximados 100 militares, que era la dotación en las Delicias.


HEROES EN  COMBATE 

EL ATAQUE
Para el comandante del GASUR, el día 30 de agosto de 1996 las labores habituales terminaron sin inconvenientes. Como a las 19:30 horas se presentó el Mayor comandante de la FUTACAL para informar que había recibido comunicación del Batallón de la Tagua, en la que se pedía estar alerta por un posible apoyo aéreo en Las Delicias, donde había sucedido algo pero no sabía que podría ser. La solicitud era más de alerta que un requerimiento claro de combate.

Estando de noche y como no teníamos capacidad aérea ofensiva, de manera preventiva llamamos a Bogotá, al Centro de Operaciones Aéreas COA de la Fuerza Aérea, para hacer una alerta sobre lo que se pudiese necesitar. Nos dijeron que harían todo lo posible aunque todo indicaba que sería muy difícil debido a que se encontraban en múltiples operaciones en diversas partes en todo el país.

Alrededor de las 20:00 horas nos llega otra comunicación de la Tagua donde se nos dice que el Capitán Comandante en Las Delicias, había llamado para anunciar que la situación era muy grave, que lo estaban atacando, los bombardeaban y que necesitaba toda la ayuda posible. La comunicación se había cortado y no había sido posible saber más detalles. Narrarían, después, los sobrevivientes que luego de ese mensaje los guerrilleros volaron la caseta de comunicaciones, no hubo más llamados y el Capitán se dedicó a dirigir el combate y la defensa de su unidad.

Ante nuestras limitaciones, pedimos, por intermedio del COA, en Bogotá, al Comandante de la Fuerza Aérea, un apoyo aéreo de ametrallamiento e iluminación. Nos informaron que el apoyo más factible sería desde la Base Aérea de Villavicencio. Esta se encuentra a una distancia de unos 400 km del sitio del combate. Además durante esa noche hubo otros ataques a poblaciones (27), donde toda la capacidad de la FAC estabas comprometida, incluido el Comando de Combate de Villavicencio, el más factible que podía prestar el apoyo.

Eso nos indicaba que los terroristas lo planearon predeterminadamente, para disminuir la capacidad de reacción de la Fuerza Aérea causando la mayor dispersión del poder aéreo. Hubo mucha angustia, no sabíamos nada, no teníamos otras alternativas y solo nos queda el esperar.

LOS ALOJAMIENTOS DESPUÉS DEL COMBATE

LAS DELICIAS (V)




LAS DELICIAS (V)



OTRA PREOCUPACION.



Además de la base de la Infantería de Aviación en el municipio de Solano, otra unidad amiga, que nos preocupaba, era la Base Militar de las Delicias, a cargo del Ejército Nacional y bajo el mando directo del Batallón de la Tagua.



La base militar de Las Delicias está ubicada a medio camino, entre el GASUR y el caserío de la Tagua. Del GASUR aproximadamente a unos 60 km hacia el sur y del Batallón de la Tagua unos 80 hacia el norte en la margen derecha sobre el río Caquetá, jurisdicción del Putumayo, ya que el rio es la frontera entre los dos departamentos. Esa ubicación proviene desde cuando el coronel Herber Boy creó las Bases Auxiliares para los hidroaviones tales como la de Curiplalla, Puerto Boy, el Encanto y otras, actualmente desaparecidas y de las cuales solo queda los nombres y restos de equipos en abandono copados por la selva. Labor necesaria durante el conflicto fronterizo, incitado por los caucheros de la Casa Arana.





EL ANTIGUO PUERTO BOY DE 1933. PRECURSOR DE LAS DELICIAS

El único medio de comunicación para llegar a ella, en caso de requerirse un apoyo militar de carácter rápido, es sobrevolando. En segundo término, navegando por el rio y por tierra es imposible. No hay carreteras ni facilidad para aterrizaje de aviones ni disponíamos de hidroaviones. Existían algunas trochas y algunos estrechos ríos por los cuales se puede llegar, pero eso sólo se logra empleando mucho tiempo y en forma lenta. Tal como lo hacen los pocos colonos que habitan en la región en un aislamiento casi total. Población que también era controlada y sometida por la insurgencia para sus propósitos terroristas.



Durante el primer semestre de 1996, aprovechando que el comandante del Batallón de la Tagua pasaba por el GASUR, le sugerimos evaluar la posibilidad de replegar dicha base debido a la vulnerabilidad que le veíamos. Nos dijo que lo consideraría aunque era bastante improbable ya que, según él, suelen ser decisiones que debían tomar los altos mandos en Bogotá y que no estaban dentro de su autonomía y sus posibilidades. Y mucho menos que él debía tomar por su cuenta.



Confirmaba la regla de que todo debía ser decidido por los superiores a nivel Bogotá. También nuestras dudas sobre la recomendación. La cual no fue vista con razonables motivos para darle el merecido valor. Habíamos sido compañeros de estudios y ante esa relación anterior, a si fuese somera, nos sentíamos con derecho a hacer ese tipo de sugerencias aprovechando la amistad que se da entre alumnos de una misma clase.



Habíamos tenido la oportunidad de apreciar su personalidad y su perfil de oficial para el comando de unidades mayores. Su actitud era el de las personas que nunca toman iniciativas por sí mismas y son ciegamente subordinadas evitando la valoración de las circunstancias. Las que solo piensan que nunca serán responsables de ningún error si se limitan a cumplir mecánicamente una misión en los detalles más mínimos, así eso sea la pérdida del objetivo.

El de los que creen que lo único correcto es no agregar su creatividad según los hechos, las circunstancias del momento y las características del lugar para mejorar los resultados y cumplir la misión de la mejor manera, aun por fuera de la meticulosidad ordenada.     

De todas formas, esta unidad nos preocupaba tanto como la de La Chorrera o la de la Araracuara, que se encuentran a mayor distancia y con menos posibilidades de apoyo todavía.



Años después y según la investigación que se hizo sobre el desastre, es razonable pensar que el comandante del batallón de la Tagua había sido también, como se creyó actuar con nosotros, nombrado en ese destino por las evidentes incompetencias de comando a manera de castigo, cuando, al contrario, en estos puntos de confrontación debe ser asignados los idóneos. Es factible deducir, porque era otra de las costumbres habituales, que el concepto no favorable inmediatamente anterior como Comandante del Batallón Colombia en el Sinaí, fue motivo para enviarlo a ese remoto lugar a manera de retaliación profesional por su pobre resultado. Allí la vida no era tan cómoda, se le aislaría institucionalmente y era una de las unidades de mayor peligro en el país. Cuando al contrario debió ser el motivo para asignarle cargos de tipo administrativo y de menor responsabilidad de combate. O en caso tal evaluar su continuidad profesional.



El hecho es que el desastre se sintió hasta el otro lado del mundo. Sus superiores cuando fue comandante del Batallón Colombia como parte de las Fuerzas de Paz que mantienen el equilibrio entre los dos contrincantes en la guerra del medio oriente, especialmente Egipto e Israel, le observaron deficiencias profesionales. Cuando terminó su comisión el concepto emitido por ellos recomendaba que no debiera ser asignado en un cargo donde tuviese mando de tropas. Justo lo contrario de lo que hicieron los altos mandos colombianos a su llegada.



Por eso al comandante entrante del Batallón Colombia le asignaron claramente la misión primordial de recobrar el prestigio del batallón ya que se encontraba en unas condiciones de desempeño deplorables. Hasta el punto que los altos mandos de las fuerzas internacionales combinadas de paz en ese lugar del planeta vieron que el prestigio general se había degradado como consecuencia del desempeño de ese oficial.



Cuando esos comandante se enteraron de los resultados negativos del combate de Las Delicias, expresaron diplomáticamente sus condolencias y solidaridad a los Soldados colombianos del Batallón Colombia por la pérdida de sus compañeros. Pero a sus comandantes, en forma personal, le demostraron su alterado disgusto por no haber tenido en cuenta el concepto de desempeño enviado a los altos mandos del Ejército colombiano sobre el oficial. Y porque lo acontecido confirmaba su apreciación. Pensaron que, en cierta forma, habían previsto que bajo el mando de un oficial de ese perfil podían suceder dolorosos desastres militares.



Por otro lado creemos, para darle oportunidad a las dudas, que también fue una casualidad, si queremos atribuirlo a la suerte, que comandantes a medio mundo de distancia habían abrigado dudas razonables similares como las que habíamos presumido cuando le propusimos replegar la base militar de Las Delicias.           



LA INFLUENCIA DE LAS OPERACIONES ENTRE REGIONES. OPERACIÓNES CONQUISTA



Desde otro ángulo geopolítico más amplio, lo que acontecía en la región no era ajeno ni estaba aislado del resto de la región y la realidad nacional En el año 96, la opinión y los medios de comunicación social, comenzaron a develar el grave problema que se presentaba en la frontera amazónica relacionado con el fortalecimiento de la insurgencia, alimentada con los dineros de narcotráfico. Los análisis obligaron al gobierno a concentrar su atención, especialmente en la región del Guaviare, ignorando completamente que igual fenómeno y en mayor magnitud se presentaba en la región del Caquetá.



De todas formas, por determinación del poder político, presionado por intereses extranjeros, las Fuerzas Militares ordenaron la famosa operación Conquista, en la región del Guaviare. En ese tiempo era comandada por un general intelectual, inquieto por los análisis sicosociales, mucho espíritu combativo, capacidad operacional y de una amplia visión nacional. La problemática narcosubversiva en el Guaviare era grave y sin temor a duda afirmamos que la del Caquetá era mayor. Pero a esta última no se le prestaba mucha tensión. Después, el teatro de operaciones y el interés nacional saltaría como un relámpago del Guaviare al Caquetá. Las verdades y los argumentos que pregonamos, para que no se nos privara del equipo aeronáutico, seria evidente por sí misma.



En el planeamiento de la operación, el comandante detectó que la operación en el Guaviare fracasaría o tendría resultados muy pobres, si no se ejecutaba una operación simultánea de contención en la región del Caquetá, colindante, por el occidente, con el Guaviare. Por esa razón y como no disponía de los recursos militares necesarios para hacer su propio cierre, pidió a sus superiores, ordenar al comandante militar del Caquetá, adelantar otra operación similar de cierre forzado. Así no fuese de igual magnitud como la operación fundamental ofensiva en el Guaviare pero indispensable. La dimensión de ambas operaciones exigía una coordinación de nivel regional, que implicaba una concepción de nivel estratégico.



LAS OPERACIONES.



La operación del Caquetá se centró en una contención activa. Con ello evitaría la fuga del enemigo cuando se viese presionado en el Guaviare con la ofensiva. Lo más factible, era que se desplazara al occidente, por ser el otro centro vital de sus intereses económicos y donde disponía de recursos logísticos, en espera de amortiguar la arremetida. Por ello la operación del Guaviare se denominó Operación Conquista 1 y Conquista 2 la del Caquetá.



Esta última implicaba la intervención de la que acostumbrábamos denominar como Base Aérea de Tres Esquinas, pero realmente solo era un Grupo Aéreo, el menor rango dentro de la clasificación de las unidades aéreas. La razón era su conformación como unidad básica, sin ninguna capacidad estratégica. Era para apoyo o mínima presencia de gobierno, pero con funciones para el orden público interno. Solo en los últimos años se le consideró y se iniciaron tareas preparatorias para combatir el narcotráfico de manera más definida. De todas formas era el único recurso disponible en el área para la operación Conquista 2, por su posición geográfica.





AVION C 47 FAC. AVION DE APOYO LOGÍSTICO PARA LA BASE NAVAL DE PUERTO LEGUÍZAMO, LA BASE DE TRES ESQUINAS Y LA BRIGADA 12 DEL EJÉRCITO EN FLORENCIA.



El GASUR era el lugar, con facilidades militares, más próxima a la parte media del río Caguán y, en especial, del objetivo central de la operación Conquista 2, la población de Remolinos del Caguán. Es por ello que el comandante de la Brigada 12, acantonada en Florencia, capital del Caquetá, desplazó tropas y el puesto de mando a GASUR, donde se le apoyó con las máximas facilidades disponibles.



ORDENES SORPRESIVAS



En GASUR fuimos sorprendidos con esas operaciones ya que eran muy secretas y elaboradas sólo en el íntimo entorno del Ejército que, aunque necesitaba nuestra colaboración, no nos fueron compartidas con antelación. Se daba evidente desconfianza entre fuerzas y hasta celos institucionales, en especial con el manejo de la información de inteligencia. Se tenían muchas prevenciones y se creía que las consecuencias de la improvisación, debida a la inadecuada reserva con la información, se podían amortiguar y corregir a fuerza de simple uso de la autoridad.

De no haber sido inapropiado el hermetismo, se habrían podido prever y destacar apoyos aéreos, en especial helicópteros, para su ejecución. Por lo cual lamentamos más la grave reducción del componente aéreo que se había ordenado el año anterior, según lo ya mencionado. Sin embargo, seguimos adelante con todo el mayor empeño, ya que veíamos que era una necesidad fundamental del orden nacional.



Rápidamente, la operación Conquista 2 se planeó geográficamente en los tres sectores naturales del río Caguán. El sector norte, comprendido entre las poblaciones de San Vicente, cubierto por el Batallón Cazadores y Cartagena del Chairá, con una Base Militar. El sector medio entre Cartagena y la población de Remolinos, que sería cubierto por tropas de Florencia que se desplazaron hacia Cartagena. Allí se embarcaron por el río hacia el sur hasta llegar a la población de Remolinos, lugar próximo al GASUR. Para el sector del bajo Caguán, comprendido entre Remolinos y la desembocadura del río Caguán al río Caquetá, no se tendría ninguna maniobra de movimiento, exceptuando el cierre de la confluencia por parte de las tropas desplazadas por río Caquetá partiendo del batallón de la Tagua hasta ese lugar.



Aproximadamente, a las dos semanas de haberse iniciado las operaciones se había logrado la destrucción de una gran cantidad de laboratorios, capturado señalados terroristas, en especial, quienes manejaban los asuntos financieros, el cobro de vacunas, extorsiones y la cuota del gramaje. El comercio y la economía de la región se vieron afectados puesto que ellos dependían casi en su totalidad del cultivo proceso y comercialización de narcóticos. Se bloquearon los ríos Suncilla y Peneya, fundamentales para los abastecimientos de los delincuentes y terroristas.





DESTRUCCIÓN DE LABORATORIOS



Ante la sorpresiva acción, los narcoterroristas no pudieron desplegar ninguna respuesta armada para contener la arremetida de las Fuerzas Militares. Por el contrario se vieron imposibilitados para apoyar logística y operacionalmente, con maniobras de distracción, la arremetida de la operación Conquista 1 que se ejecutaba en el Guaviare.