AERONAUTAS Y CRONISTAS

miércoles, 29 de abril de 2020

LOS OVNIS




LOS OVNIS
En los primeros meses de 1977, Eduardo Russi nos daba clases de meteorología en el Escuadrón de Entrenamiento de Vuelo del Comando Aéreo de Transporte Militar CATAM. En uno de los descansos, en conversación informal, nos comentó el mismo relato. EL que, ahora, narra, 43 años después, con más detalle en el video publicado en https://youtu.be/LaKmjHZGp1g

En esa ocasión fue más resumido porque tenía que salir a cumplir otros compromisos con sus deberes en Eldorado. Pero es fundamentalmente el mismo.




En algunas oportunidades nos han preguntado si vimos OVNIS o anormal en nuestros vuelos. Pero nunca hemos visto nada. Aunque si nos aconteció algo extraño.

Siendo copilotos de aviones Avro de Satena, hacíamos la ruta habitual de Bogotá a Cali al medio día entre semana. Salimos por la ruta que conduce próxima al llamado Paso de la Línea, de la carretera con dirección al Valle del Cauca, en la cordillera occidental. La tarde estaba despejada. Solo había unas nubes de torre, separadas y lejanas, hacia el oeste.

En ese momento entró a la cabina una de las auxiliares de vuelo a ofrecernos si queríamos tomar algo. Estábamos dirigiendo el avión, concentrados en el tablero de instrumentos y los mandos. Cuando el pilotó  contestaba a la auxiliar, de repente, ella interrumpió mirando al frente a través del parabrisas.  Le preguntó extrañada al piloto, señalando con la mano, que era ese objeto que se veía a la distancia.

El piloto lo vio por un momento. Dijo que era muy grande pues, para la distancia a la que estaba, el tamaño observado tenía que ser gigante. Nos pidió que miráramos para ver si lo identificábamos.

Suspendimos, por un momento, la atención en el instrumental y buscamos lo que también nos señalaba. Pero no pudimos ver lo que ellos si veían con claridad y sorpresa. Porque por esa zona no se habían reportado otras aeronaves. Y, según ellos, solo estaba un poco más alto que nosotros.



Como guardábamos silencio, el piloto trató de orientarnos recalcando el lugar exacto, al frente donde lo veía. Para eso usaba, como referencia, las nubes. Hacia la advertencia que debíamos mirar bien porque se desplazaba de derecha a izquierda y pronto se escondería detrás de una nube. Por la insistencia para que dijéramos algo, demostraba que se les hacía raro que no diéramos ninguna opinión.

Según ellos, era muy grande como para que no lo hubiésemos captado de inmediato.  De forma cilíndrica y similar a un puro de color gris. Los dos coincidían en esos detalles. Nos pedía en que o mirásemos con detalle.

Ante la imposibilidad de no verlo, decidimos, nuevamente, prestar más atención a los instrumentos del avión. Los dejamos algo frustrados al no poder ver lo que ellos si veían con toda claridad.

El resto del vuelo continuó sin ninguna otra novedad y no se volvió a mencionar el asunto. Aunque nos quedó la sensación de que era imposible que ellos vieran lo que nosotros no vimos. Pero que, indudablemente, debieron ver. Porque no nos pareció que estuviesen haciendo un chiste.