AERONAUTAS Y CRONISTAS

martes, 3 de diciembre de 2013

EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO. CAPITULO 4


EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO

CAPITULO 4

·       La navegación por el Putumayo de los vapores de la compañía Reyes Hermanos no ocasiona ninguna protesta por parte del gobierno peruano durante los nueve años en que estos señores tuvieron en su poder la circulación por el río. El Drama había sido adquirido en Iquitos y partió de este lugar con documentos oficiales de sarpe hacia el Putumayo como nave propiedad de empresa colombiana. No fue sino hasta fines de 1900 cuando salió de Iquitos la lancha de guerra Cahuapanas, que fue el primer barco peruano que navegó en el Putumayo llevando a bordo una escolta militar que desembarcó en Cotuhé a 43 millas de la desembocadura del Putumayo.

·       El general Reyes cuenta: “en el año de 1874 exploré el Putumayo. Durante 10 años navegamos el río Putumayo, el Napo, el Caquetá y otros afluentes del Amazonas. Establecimos un servicio cuatro vapores. Construimos caminos al interior de Colombia. Abolimos el tráfico de esclavos con los indios y combatimos contra los traficantes a quienes hicimos prisioneros y los entregamos a las autoridades brasileñas. Sensibilizamos muchas tribus salvajes. Mantuvimos la soberanía de Colombia sobre el Putumayo, aunque actualmente el Perú pretende avanzar hacia la cima las montañas y hasta las mismas puertas de paz de Quito. Todo esto lo hicimos con nuestro propio dinero y sin apoyo ni protección de gobierno alguno”.

 
IMAGEN 4

·       En 1892 un peruano llamado Benavides propuso al gobierno del Brasil encargarse de la concesión otorgada a Reyes en 1875, con el fin de efectuar operaciones de comercio entre los puertos del Amazonas y los del Putumayo de la República de Colombia. El contrato liberaba de derechos de importación todos los productos naturales que vinieran de Colombia que fueran llevados en buques brasileños a los puertos de Manaos y Belén. A la muerte de Benavides la concesión pasó a manos de un colombiano llamado Manuel Vélez Uribe, quien hizo dos viajes en vapor en 1890 y tres viajes de 1900. En su viaje del 11 febrero de 1901, Vélez Uribe, que estaba a bordo del remolcador Victoria, cobijado con el pabellón brasilero y navegaba hacia el Putumayo, recibió una descarga de las fuerzas peruanas acantonadas en Cotuhé.

·       Fue la primera tentativa deliberada de autoridades peruanas de usurpación de territorios bajo la exclusiva jurisdicción de Colombia. Con ello facilitó el que Arana Hermanos iniciaran, bajo el consentimiento de la administración peruana, las terribles atrocidades que todos conocemos. Es fácil comprender que lo grandes éxitos comerciales alcanzados por Vélez Uribe despertaron la codicia y la ambición de los traficantes de Iquitos entre los cuales se contaba el célebre César Arana. En 1903 quedó definitivamente establecida en Iquitos la infame Casa Arana Hermanos. Es claro entonces, que la llamada jurisdicción del Perú sobre las regiones del Putumayo tiene su origen en la codicia que despertó a los traficantes peruanos por los negocios de caucho establecidos por los colonos colombianos.

·       Ante la codicia comercial privada se creó en el Perú la codicia oficial, como lo demuestra un mapa oficial publicado en Inglaterra en 1903 por orden del ministro de Relaciones Exteriores del Perú donde muestra como territorio peruano la región del Putumayo.

·       A fines del siglo XVI y principios del 17 algunos capitanes españoles, misioneros jesuitas y franciscanos, dependientes del gobierno de Popayán, en Colombia, fueron los primeros exploradores de las regiones de Mocoa, Sucumbios y Cofanes, en las cabeceras del Putumayo.

·       En 1541 Hernán Pérez de Quesada, que fue el primero en descubrir las regiones bañadas por el Caquetá, salió de Bogotá. La región situada entre el río Napo y el Putumayo y entre este último y el Caquetá, eran conocidas con el nombre de misiones de Mocoa y Sucumbios, respectivamente. Y Mocoa era la capital de la región que dependía del gobierno de Bogotá y por ello soberanía colombiana.

·       En 1609 el capitán Juan de Sosa, explora las cabeceras del Putumayo haciendo de ella un curioso relato, que aún se conserva. Con eso demuestra que el gobernador de Popayán ejercía jurisdicción positiva sobre el Putumayo.

·       El capitán describía así las cabeceras del Putumayo: el Caquetá nace en una meseta de la cordillera y corre en línea recta hacia el oriente, pasa cerca la ciudad de Agreeda, Mocoa, que está situada en una zona montañosa, al oriente de la cordillera. El suelo esta región contiene mucho oro, aunque de calidad pobre. En un valle cubierto de pradera sin árboles, llamado Sibundoy, nacen los ríos: el San Francisco, el San Pedro y el Quinchoa O Santiago. En su extremo oriental, se encuentran esos rios, que atravesando la montaña por el oriente, llegan a la llanura y reciben el nombre de Putumayo”.

·       En 1639 el padre Acuña hizo un interesante relato de un viaje por el Amazonas: “el río Putumayo antes de llegar al Amazonas recibe las aguas de 30 grandes ríos. Los habitantes del país lo llaman el Y. El río baja de las cordilleras de Pasto y contiene mucho oro”.

 
ACTUAL CASA ARANA EN LA CHORRERA

·       En el siglo XVIII, los franciscanos de Colombia fundaron algunas aldeas en el Putumayo, como Santiago, San Pedro y Mocoa. Otros franciscanos que viajaban por el Fragua y el Orteguaza fundaron las aldeas de Tunguillo, Descanso y Simón, sobre la ribera del Caquetá. Los acompañaban oficiales del gobierno de Colombia.

·       Extractos de notas hechas por un misionero francés que visitó el Putumayo en 1895, donde declara que los colombianos habían fundado innumerables iglesias en esa región. Este misionero vivió cinco meses en el Putumayo y algunas de sus notas son: “nos visitó el obispo de Santiago en el hospital y hablamos largamente de los indios de esa inmensa región de su diócesis, que se llama el oriente o Caquetá y que está completamente abandonada por las autoridades políticas, más si existe la gobernabilidad eclesiástica. Esa región bañada por el río Putumayo y Caquetá es tan grande como Francia. Llegué a Lagunos, lugar denominado así porque allí habitan muchos nativos de ese nombre. Esos buenos indios se ofrecieron acompañarme hasta Santiago y después hasta El Devisadero a más de 4000 m de altura. Es maravillosa la vista de las selvas y el alto valle en donde nace el Putumayo. Ese valle es una inmensa cuenca húmeda en donde nacen innumerables arroyos en los que juntándose forman el gran río que se precipita través de la montaña tan pronto como abandona la llanura”.

·       “Hace cosa de 40 años lo jesuitas viven con los indios de Santiago que son en su mayoría grandes, fuertes y viven en relación tranquila con los blancos. San Andrés del Putumayo, está situado sobre la fuente de ese gran río y está a menor distancia que Santiago del primitivo lago de Coucha. Después decidí emprender viaje a Sibundoy. Y después a Mocoa. Posteriormente, después de dos vías de viaje, saliendo de Mocoa, llegamos a Guineo. Más tarde fuimos a San Vicente y al cabo de un día de viaje llegamos a San Diego. Poco después me embarqué para San José que queda sobre la ribera izquierda del Putumayo”.

·       “Como el Putumayo tiene sobre el Caquetá la ventaja de ser navegable, los transportes serían fáciles. La construcción de ferrocarriles en aquellas vastas regiones sería juego de niños. Es de lamentar que no se establezcan con esos benévolos indios comunicaciones que facilite la evangelización de los pueblos que habitan los valles del Putumayo, el Caquetá y el Napo”.

·       “La República de Colombia, debido a su extensión, a la naturaleza montañosa de su suelo y a la falta completa de ferrocarriles, no hay país del mundo en donde las comunicaciones sean más difíciles. Grandes regiones de Colombia, con el nombre de territorios nacionales, están reservados exclusivamente para la población india. El gobierno no ahorra esfuerzos para llevar las ventajas de la civilización a esos seres que, por vivir en las profundidades de la selva, quedan fuera de su influencia benéfica. El gobierno de Colombia lleva su celo por los aborígenes hasta un extremo ridículo habiendo iniciado por una suma de auxilio que sean libres y que terminó siendo 20,000”. Yo agrego: pero por todo este auxilio y sin proponérselo Colombia ganó respaldo para el tratado fronterizo que acordó años después. Sin ese respaldo Colombia habría perdido mucho más territorio.