AERONAUTAS Y CRONISTAS

jueves, 13 de febrero de 2020

ZONAS DE FUEGO 1




Zonas de fuego

Plinio Apuleyo Mendoza

Prólogo. Los diagnósticos políticos sobre el fenómeno de las guerrillas navegan en la ambigüedad, la retórica y las visiones simplistas establecidas con frecuencia con base en posiciones de principio e ideológicas.

Primera crónica

Caquetá: experimento político de la subversión.
Descubiertos y revelados sus  procedimientos terroristas encaminados a suprimir líderes cívicos, políticos o de acción comunal, vinculados al liberalismo, las FARC se apresuraron a buscar acuerdos en torno a una nueva tregua.

Carlos Romero, concejal de Bogotá, es un hombre amenazado de muerte. Se desplacen un Mercedes blindado, color crema, propiedad del Consejo, siempre seguido por una camioneta llena de guardaespaldas. Me esperó en el rincón más oscuro del restaurante, con un abultado chaleco antibalas. Yo del MRL, (Movimiento Revolucionario Liberal, creado por Alfonso López en la década de 1960), teníamos políticamente muchas cosas en común: la defensa de la revolución cubana. Carlos no se ha movido un cm de sus convicciones. Yo sí: bajo el peso de la realidad del mundo comunista, tal como es y no como se fabula.

FLORENCIA

Me dijo: Estamos en guerra. Una hecatombe que nadie puede ganar, ni las FARC ni el Ejército. Sólo queda claro. Me habló de su vida siempre en peligro. Lo peligroso que es estar aquí, en la ciudad. Pero, yo no puedo hacer otra cosa.

Tenía yo cita con un general recientemente retirado: con Rafael Peña Ríos. Primer puesto en el curso de Estado Mayor, entre 800 oficiales occidentales reunidos en Carolina del Norte. Había vivido desde los 16 años en todas las zonas candentes del país luchando contra la guerrilla.

El Caquetá, un plan piloto.
El ejército cumplió una función policial, preventiva, y no la función que le corresponde, la de repeler y reprimir. Se necesitaba una legislación que respaldara la doctrina de operaciones del Ejército. A la subversión no se le podía tratar como insurgencia. Son dos cosas distintas.
La segunda desaparece cuando se eliminen sus causas, sean políticas, económicas o sociales. La primera no, pues su objetivo en la toma del poder. Si se acepta un diálogo lo hace con un sentido apenas táctico para fortalecerse. Por confundir estos dos conceptos, se trazaban políticas erróneas.

En el Caquetá era favorable a la subversión todo el ambiente. Hasta el bajo Caguán. Como no se podía llegar allí por tierra, ni por vía fluvial, él había querido bombardearlos. Pero el alto mando no había sido autorizado por el presidente Barco.

La tropa estaba mal equipada. Ni para tiempos de guerra. Los soldados duermen en los corredores o a la intemperie, por falta de espacio. Sin trabajo, muerto de hambre, el reservistas con frecuencia captado por la subversión, que abunda en dinero y equipos.

Como el Ejército no amenaza la población y su presencia es fugaz, y en cambio la guerrilla está siempre presente y tiene capacidad de intimidación, el campesino tiende a favorecerla. El Caquetá sería modelo piloto en la subversión.

Esta guerra es nuestra.
El Coronel Ignacio Grijalva, comandante de la Doceava Brigada ha pasado su vida combatiendo la guerrilla. Seis años atrás, en el Putumayo, en la frontera con el Ecuador, se batió y derrotó al continente el M 19 que poco antes había desembarcado en el Pacífico. (Operación narrada por el señor General Ospina en su libro “Batallas no Contadas”).

Ese statu quo es fatal, pues en la zona dominada por las FARC hay pistas de aterrizaje las cuales llegan aviones cargados con armas. Aquí y allá, todo el mundo ha visto a los guerrilleros. En las veredas, los pueblos, de civil, compran víveres y desaparecen. Montañita está a sólo 40 km de Florencia. El último 17 de diciembre, a las siete de la noche, más de 100 guerrilleros llegaron en dos camiones a la esquina misma de la plaza. Al otro lado del cuartel de la Policía. Pusieron un retén en la carretera. Un letrero decía somos de la Coordinadora Simón Bolívar. Allí permanecieron desde las siete de la noche hasta la una de la madrugada, cuando llegó el Ejército.

Atacaron el cuartel de la policía. Todavía están los 12 policías que se batieron con fiereza. Aquí tiene uno que vivir con el fusil siempre al alcance de la mano. La gente del pueblo, en su mayoría ayuda la guerrilla. No se puede confiar en ella. Tampoco los refuerzos. Sólo en ellos mismos, los policías.

Lo sorprendente es que el batallón “Héroes de Guapi” se encuentra sólo 16 km de distancia. Tardó seis horas en llegar debido a las emboscadas. Vinieron por los campos cruzando ríos. El avión Fantasma, dotado de potentes luces de bengala enviado desde Palanquero, sobrevoló el pueblo las 12 de la noche enviado por el mismo ministro de defensa. Sirvió para que los guerrilleros huyeran.

Más allá están las FARC.
De Paujil a Cartagena del Chairá está la carretera muy reciente, construida por el batallón ingenieros. Es estrecha y sin pavimentar. No permite el paso sino de Jeeps y camiones. Muy rara vez se encuentra un caserío como el de Versalles. Los habitantes, nos dice un vecino, pasan con frecuencia, para hacer algunas compras, los guerrilleros de las FARC. A cada paso nos encontramos soldados. En los puntos difíciles de la carretera, tienden vigas para el paso de vehículos. Son muy jóvenes, casi niños. Sus uniformes están en mal estado, a veces burdamente remendados por ellos mismos.

CARRETERA

El límite entre el Caquetá, controlado por el Estado, y la parte de ese departamento bajo el control de las FARC está al final de aquella carretera. En Cartagena del Chairá. Los soldados que la construyeron, hace un año, sufrieron más de seis emboscadas, una de ellas con un saldo 27 muertos.

Son tierras selváticas, abandonadas al cultivo de la Coca. Le preguntó uno de ellos si pasan el río Caguán patrullando y me responde con risa: Qué va, camuflado que pase por ahí lo bajan.

Son calles de tierra. Tiendas de baratijas. Cantinas con tangos desgarradores. Hay una sensación de confín. De estar a las puertas del Sur selvático y profundo, en una frontera. Más allá, en el ardiente y dilatado horizonte de enmarañada vegetación y nubes bajas, empieza el Caquetá de la coca y de las FARC. Ninguna barrera armada le impide tomar aún una lancha y bajar por el río hacia la laguna de Chairá o hacia puertos como Remolino, Cuba, Cubica, Puerto Argentino, puerto Nápoles o Santo Domingo. El control es más útil. Desde que alguien no conocido sube a las lanchas, los radios van advirtiendo. La “Trasfluvial”, virtualmente la única compañía de lanchas pertenecientes a las FARC. En aquellos puertos ni la sombra de una autoridad que obedezca al gobierno de Virgilio Barco. Sus hombres andan armados porque ellos son el Estado.

CARTAGENA DEL CHAIRÁ

Época dorada.
Cobran tributaciones. A los 100,000 campesinos Los obligan a sembrar al menos una hectárea de coca. Efectúen reclutamiento forzado. Monseñor Serna, obispo de Florencia dice que las FARC están compuestas en un 70% por mujeres: los campesinos, pensando en términos productivos, prefieren darles una hija.

Allí está el germen de lo que sería una Colombia al estilo de Vietnam, Camboya. Debido a los precios de los tiempos recientes de bonanza de la coca todo aquí es más costoso. El fusil gobierna. La máxima autoridad es el comandante. Se imponen fuertes gravámenes. Como por ejemplo formas de trabajo forzado para los hombres sin empleo.
Los guerrilleros entran a los ranchos y se hacen servir de comer. A los vendedores ambulantes se les asigna un sitio. No tienen problemas de deudas ni robos. No hay presos: el castigo es la muerte. A los sapos, o sospechosos se les da un tiro en la nuca. Cualquier forastero puede serlo.

Son cosas que todo el mundo sabe aunque el alcalde militar se anticipó advertirnos: “Tengo instrucciones de no decirles nada”. No consigue nombrar funcionarios en las veredas. El único inspector de policía  que va a Remolinos es una pobre secretaria por dos días y regresa antes de que la retengan. Un puñado de policías allí sería como dejar un canario al alcance de una boa.

El alcalde, capitán Acevedo nada le falta. Ni el desaliento ante un pueblo sin luz ni alcantarillado y en tierra enemiga. Las FARC intentaron dinamitar muchas veces la carretera. Dos años antes, en la zona también controlada por las FARC, los compradores de coca colocaban mesas en las puertas de los hoteles, con una balanza y fajos de billetes encima. Los campesinos hacían largas colas frente a ellos. Cantinas y burdeles florecieron junto al puerto.

La Unión Patriótica es la principal fuerza política en las veredas de tierras robadas a la selva. Detrás de ella, estaba el fusil de las FARC. En las instituciones electorales aparecieron planchones en el río que traía más de 1,000 hombres, de las profundidades del Bajo Caguán. Formaron largas colas dóciles y ordenadas, sujetos a una férrea disciplina. Volverán a votar el 12 de marzo. El alcalde militar deberá pues entregar la alcaldía a la Unión Patriótica. “Es la democracia”.

REMOLINOS DEL CAGUÁN

El mapa terrible.
Las FARC actúan como un estado en más de la mitad del departamento. En la otra actúan como guerrilla. Mucha gente el Caquetá me dijo: “Si, FARC y la UP son la misma cosa”.

El dirigente de la UP, Henry Millán, está rodeado de guardaespaldas. Me sorprendió el despliegue, el mismo que sigue a todas partes al senador Fernando Turbay y su familia. Me dijo: “Somos tan ajenos a las FARC, como el senador Turbay de los grupos paramilitares. Su suplente la Cámara, Iván Márquez, fue acusado del secuestro de un helicóptero. Ahora, se había incorporado a la guerrilla. Millán dice: “no sé nada, hace cuatro meses no lo veo”.
Un mapa desplegado en la mesa de su despacho del obispo de Florencia, Monseñor José Luis Serna, pensé que allí estaban sus parroquias. Pero se trataba de los frentes de la FARC primorosamente marcados con óvalos color naranja. Las FARC estaban, como Dios, en todas partes. La zona oriental los frentes 14 y 15. Al occidente, desde el Huila hasta la Bota Caucana, cuatro frentes más, el segundo, el tercero, el 13 y el 32, formando una herradura amenazante.

RÍO CAGUÁN

Las FARC son a la vez ejército regular y guerrilla en la otra. La UP trabaja con gran habilidad realizando alianzas electorales con liberales disidentes, que juega un papel de idiotas útiles. Pero existe un tercer nivel de acción, el de las FARC como terroristas. Me habían dicho el senador Fernando Turbay, comentando esa ola de asesinatos. La que se abatía sobre dirigentes liberales y los mantienen con la vida colgada de un hilo. “Es un plan”. (Nota: en 1996 lo asesinaron junto con su familia en la carretera a San Vicente del CAGUAN”).

Nota: Cuando estuvo en el Caquetá el general Peña Ríos (1987) gobernaba Virgilio Barco y no se podía bombardear. Después de él estuvo el Coronel Grijalva y tampoco se podía. Cuando estuvimos en la Base Aérea de Tres Esquinas (1997), durante el gobierno de Daniel Samper, las cosas eran exactamente las mismas. Se nos negó el bombardeo.

Más tarde, cuando ya gobernaba Álvaro Uribe, se permitió el uso del poder aéreo. En especial el bombardeo que diezmó el terrorismo. Si se hubiese hecho desde esas épocas anteriores las cosas habrían sido diferentes y mucho sufrimiento se le habría evitado al pueblo colombiano.

Pero su sucesor, Juán Manuel Santos, lo prohibió nuevamente. Para ser restablecido, en el (2018), por el presidente Iván Duque en el 2018.

Lo único estable es el patriotismo, el esfuerzo y la lucha de la institución militar. Desafortunadamente supeditada a la débil y voluble autoridad política. Ya sea por ignorancia o por miedo del manejo de los asuntos militares.

Este sencillo y rápido panorama, de tres décadas, del 1987 al 2018, nos muestra lo poco que de este fenómeno subversivo sabe el pueblo colombiano. Pero que sus FF AA  lo tienen perfectamente claro. Sin poder hacer mucho para cambiar las ideas por su supeditación al poder político. Aún al elevadísimo costo del máximo sacrificio de sus jóvenes tropas.


lunes, 10 de febrero de 2020

CONSUMIDORES Y PRODUCTORES





CONSUMIDORES Y PRODUCTORES


La actividad agrícola, donde se producen los narcóticos de origen vegetal, no es ilícita en sí misma. Lo que es ilícito es el consumo descontrolado, pues también se emplean con propósitos terapéuticos. Por lo tanto el ilícito es el mal uso por parte de quienes los consumen y no de quienes los producen.


Por el contrario, lo que nos perjudica son las armas que los gobiernos de los consumidores les venden a los narcotraficantes y a los gobiernos de los productores para que se enfrenten porque se les destruimos sus cultivos.



HOJA Y ALCALOIDE

Si la producción de narcóticos es ilegal también tiene que ser la producción de armas. Pero los países fabricantes de armas y consumidores de narcóticos, consideran legal la venta de armas y no reprimen el consumo ilegal de manera agresiva, ni destruyen las fábricas de armas en la misma forma como nos piden combatir y erradicar los cultivos.

No solo lo piden sino que nos amenazan con el bloqueo comercial y para eso se toman el arrogante derecho dizque de darnos una certificación cada año de nuestro comportamiento. Como el profesor que califica los malos resultados de sus alumnos díscolos.


Aunque sea algo inaudito, en el actual mundo globalizado, puede sucedernos lo mismo que a Cuba. Porque hemos permitido ser tan dependientes de ellos en el comercio de nuestros productos. Y por no habernos expandido a otros polos de negocios mundiales.



FUMIGANDO LA SELVA

La venta de armas es la forma como los consumidores recuperan el dinero salido en su consumo de narcóticos. Nuestro Gobierno le hace el doble juego al mercado de narcóticos: Por un lado eleva los precios con la represión creando un magnifico negocio. Y por el otro hace que el dinero ilegal regrese a su origen de donde se suministran los pertrechos para que los productores continúen el terrorismo. Mientras nosotros nos quedamos, supuestamente, descalificados. Amenazados de no comprar nuestros productos. Con muchos hombres heridos o muertos. El medio ambiente destruido. El trauma social y una guerra sin fin.


Es un doble propósito de altísimo beneficio. Ellos obtienen grandes utilidades por la venta de armas dándole ocupación a su gente. Al mismo tiempo disponen de los dineros para adquirir los estupefacientes que necesitan. Eso concuerda con los principios de la libre empresa según las reglas del mercado para ellos pero no para nosotros.


También con la iniciativa privada y la autodeterminación de los pueblos. Por eso es imposible que haya un cambio de actitud en los libres consumidores queriendo encarcelar a todos los productores. El asunto es de tal magnitud que si nosotros dejáramos de suministrarles los estupefacientes de manera repentina el Gobierno norteamericano se vería en graves aprietos con las sublevaciones multitudinarias de consumidores a escala nacional.


La producción no es una acción buena o mala en sí misma. Lo que es adecuado o inadecuado, lícito o ilícito, es el abuso de los consumidores de los productos naturales. Siempre han sido buenos los sicotrópicos para propósitos médicos, como anestésicos y otros usos. Incluso para producir bebidas placenteras creando poderosas multinacionales como la Coca Cola.


ARBUSTOS DE CAFÉ

Pero nunca nadie ha pensado en el mundo en prohibir y declarar ilegal la producción de refrescos por ofrecer el adictivo narcótico sobre el cual basaron su publicidad y ganaron la clientela. Es lícito comercializar el producto narcótico mientras es su buen negocio como gaseosa refrescante. Y es ilegal cuando ellos no son los beneficiados. Sobre el daño a la naturaleza.


El cultivo clandestino de narcóticos ha destruido más selva y continuara acabándola, que ninguna otra actividad. Si hubiéramos legalizado la producción, las mismas tierras que siempre hemos usado para los cultivos lícitos, pero no rentables como el Café, las estaríamos empleando en producir sicotrópicos sin dañar el valioso ecosistema nativo del trópico.


Son los únicos productos agrícolas que logran ser retributivos en el mercado mundial sin requerir los subsidios, con los cuales los países desarrollados han deformado el mercado. Los lugares remotos y despoblados no están siendo colonizados precisamente por su infertilidad y difícil acceso. Para el cultivo de los llamados ilícitos en las remotas regiones, que no son aptas para los lícitos, se requiere destruir áreas mayores de naturaleza virgen que si sustituyéramos el cultivo lícito por el ilícito, En tierras fértiles ya conquistadas, reduciendo las perdidas ecológicas.


ARBUSTOS DE COCA

Muchos caficultores están pensando en cambiar sus cultivos de café por Coca, que les es rentable, porque con el Café están pasando física hambre.


Otros han creído que en lugar de cosechar del grano del café sería mejor cosechar la hoja del arbusto, que contiene diez veces más alcaloide, cafeína, que el fruto. Aunque la cafeína es menos potente que la cocaína también es verdad que es mucho más abundante y está disponible en grandes cultivos, con múltiples cosechas anuales en tierras ya agrícolas, evitándose destruir la jungla Amazónica.


Ese también es uno de los narcóticos de los muchos que tienen las plantas en forma natural, que desarrollaron durante años de evolución espontánea. Son las armas de la guerra química que acontece en la naturaleza por la competencia entre las especies por la supervivencia.


HOJA DE CAFÉ

La Café Cola es otra opción tan rentable y tiene tantas opciones comerciales, como la famosa Coca Cola. Nombre con el cual se dio a conocer el narcótico a todo el mundo, cuando solo era una ancestral costumbre de tribus aisladas en la América Andina. Y eso sin contar el Cacao que contiene niveles más altos de Cafeína que el mismo Café. En el Cacao existe la posibilidad de crear otro refresco sustituto. La Choco Cola, imitando el rentable ejemplo de la multinacional.


Los países consumidores de Café, que ahora son más de Coca que de café y otros narcóticos, lograron destruir la economía cafetera no solo de Colombia sino de todo el mundo, haciendo caer los precios. Restringieron las compras que generaron excedentes en el mercado cafetero.

En la misma medida en que se limite la libre comercialización de narcóticos, pretendiendo destruir la producción, se estimulan los precios y con ello la oferta. Si quieren los consumidores acabar la producción de narcóticos deben permitir la caída de los precios con la sobreoferta por sobreproducción.


HOJA DE COCA

En la misma forma como se hizo con el café, sin haber disparado plomo ni fumigado herbicidas en ninguna parcela de un pobre campesino andino. Quien trata de sobrevivir aislado en las cordilleras Suramericanas con cultivos de Café a paupérrimos precios.


Cuando la producción sea lícita, que lo será, el terrorismo por su causa se acabará. Primero porque los precios no lo ameritarán y segundo porque los impuestos al mercado irán para la prevención del consumo y demás obras sociales dando trabajo a quienes actualmente se dedican a la producción por necesidad, así ni siquiera lo deseen.


La demanda de trabajadores competirá libremente por la mano de obra empleada en los negocios declarados actualmente ilícitos. La producción será sostenible solo en la medida que crezca la demanda de narcóticos. Será una lucha por la oferta y la demanda laboral en el mismo campo y con las mismas armas, que no son letales como las que 
actualmente usamos.


Siendo la producción de narcóticos una actividad económica, se combate con los métodos y reglas de la competencia comercial y no con la guerra que traumatiza y hiere a las gentes.


Las plantas y sus químicos naturales, las armas y sus municiones, son buenas o malas solo en la mentalidad de quienes las usan. Sin embargo, las armas de fuego que empleamos en combatir a los productores, destruyen la vida de manera sanguinaria que el daño que causan los narcóticos a los consumidores. La adicción se puede prevenir y las personas se pueden recuperar, mientras que la guerra únicamente ofrece la muerte instantánea y daños irreversibles.


Los norteamericanos no deberían cometer el mismo error de Viet Nam donde se pretendió reprimir las ideologías sociales y políticas, de un país extranjero, descargando bombas en Asia. Y someter la conciencia colectiva de un pueblo de economía agrícola, por parte del pueblo norteamericano, de desarrollo industrial. Además de que también les daban garrote a sus jóvenes en América cuando manifestaban en contra de esa injusta guerra.


Por ello terminó esa guerra en una monumental catástrofe militar y en un indescriptible error político de gobernantes. Es lo mismo en nuestro caso con la guerra antinarcóticos. Mientras ellos se hacen tratamientos sicológicos allá nosotros nos damos bala acá.


TASA DE CAFÉ 

La única diferencia con la persecución de los licores y el tabaco en los años treinta, es que fue su conflicto interno y por eso terminó rápido. Los contrabandistas Norteamericanos terminaron teniendo la razón así hubiesen tenido que pagar por su oposición y sus ideas, con persecución y prisión. El consumo se legalizó.


Ahora, como el conflicto nuevamente es en exterior lo han prolongado. Cuando sea real su confrontación interna, entre quienes apoyan el consumo y quienes lo niegan, correrán a darle solución al problema legislando para legalizar el comercio. Y también se solucionará nuestro problema. Claro está que ya la guerra nos habrá dejado tan lisiados como internos de hospital de veteranos.


Todo eso por nada, porque el consumo continuará y con él la producción, ilegal o legal. Entonces mejor de la última manera, reduciendo el daño que nos estamos autoinfringiendo. Dizque por defender, supuestamente, a los jóvenes consumidores extranjeros que no desean dejar de serlo.



viernes, 7 de febrero de 2020

MODERNIZACIÓN MILITAR 2



MODERNIZACIÓN MILITAR 2

CAMPO SOLIDARIDAD CÍVICA Y SICOSOCIAL

El soldado solo

Esta es mi Colombia. Quiero compartir con ustedes (mis amigos en la red) una experiencia desgarradora que vivimos Juliana y yo el sábado pasado (posiblemente el 20 de Abr) Me encontraba estacionada en la Calle 117 con carrera 9 en Bogotá, no lejos del Cantón Militar del Norte, esperando que Juliana bajara porque allí está prohibido estacionar, cuando de la nada se me apareció un soldado, de la edad de mi hijo Jaime Enrique o quizás un poquito mayor. Se me acercó a preguntarme que tan lejos quedaba la autopista.
Venía con su uniforme de camuflaje, que decía su apellido (VEGA) y el escudo que dice Batallón Contraguerrilla. Le dije que aproximadamente a unas 15 o 18 cuadras y que lo mejor era que se fuera derecho por la 116. Luego me preguntó que para qué lado era la 116. Entonces me di cuenta que realmente estaba desorientado y le pregunté qué necesitaba en la autopista. Su respuesta fue, que tenía que coger una flota para irse a su casa en Sogamoso. Ante esto le dije que mejor se fuera hacia la 127 porque las flotas pasaban por la autopista pero solo de la 127 hacia el norte. Su cara se asombró aún más porque se ve que no tenía ni idea donde era la 127.





Me puse a conversarle y me contó que acababa de llegar de Arauca, donde hacia dos días había combatido a la guerrilla y en el combate murieron 18 compañeros y se salvaron 12. Sin embargo, cuando su mamá llamó de Sogamoso al comando a preguntar por él, le dijeron que había muerto. La mamá sufría del corazón, le dio un infarto y murió.

Al muchacho no le dijeron nada en Arauca, solo que el viernes en la noche cuando regresó al comando le dijeron: "entregue el armamento que usted sale mañana para Bogotá en el helicóptero con el General". Él hasta se puso contento. Cuando el helicóptero llegó a la 106 con 9, allí un Sargento le dijo la verdad: que su mamá había muerto y tenía 8 días de permiso para irse a Sogamoso al entierro.
 Al muchacho lo soltaron en esta "jungla" Bogotana, sin más razón, ni piedad, ni indicación, excepto "vaya a la autopista que allá consigue la flota".

Cuando se topó conmigo traía una cara entre asombro, dolor, desubique, que yo no se las puedo describir. Solo sé que en ese momento vi a mi propio hijo y sentí una impotencia, una rabia conmigo misma, pues cuando él me habló del combate que había librado, yo ni siquiera me había enterado de ese combate. Ya estamos tan desensibilizados con esta guerra absurda que no le ponemos bolas a las noticias.

Por supuesto que fui cobarde y no le admití a este joven (casi niño) que yo, su compatriota, no estaba enterada del combate donde él casi pierde la vida por nosotros. Esperé a Juliana y por supuesto hice lo que tocaba, lo monté al carro y lo llevé hasta la estación de la flota Libertadores en la paralela con 165.

En el camino nos contó que solo tenía una hermanita de 12 años, que era soldado regular y llevaba 15 meses prestando el Servicio Militar. Su incertidumbre sobre su futuro y el de su hermana, sobre cuánto tiempo más le faltaba para completar el servicio (los regulares prestan 18 meses), su incredulidad sobre porque no se fijaron bien antes de decirle a su mamá que él había fallecido.




En fin, era tal el desconcierto de este muchacho que Juliana y yo estábamos hechas trizas. Cuando llegamos a la estación no sabía como agradecernos. Finalmente se me ocurrió preguntarle si tenía plata para el pasaje, me dijo que no, pero que no me preocupara porque él hablaba con el chofer para que lo llevara gratis.

Le compramos el pasaje y mi hija además le dio cualquier centavo que tenía en su billetera para que se comprara un pan y una gaseosa. Cuando salimos de allí nos echamos a llorar por sentirnos miserables, impotentes, egoístas, insensibles. Todos los calificativos negativos nos caben a personas como nosotras que REALMENTE no sabemos lo que es esta guerra. Yo personalmente sentí rabia.

¿Cómo es posible que echaran a ese muchacho a la jungla bogotana, con semejante noticia a cuestas sin ni siquiera acercarlo a la flota? ¿Qué clase de insensibles nos hemos vuelto? Pienso que Dios puso a ese muchacho en mi camino para mostrarme en carne y hueso quienes son los que están luchando esta guerra absurda.

Por eso quise compartir esto con ustedes, para que por lo menos cada noche nos acordemos de orar por estos valientes muchachos y sus madres que viven la angustia en forma permanente. Les juro que ese muchacho pudo haber sido mi hijo, o el de uno de ustedes. “No podemos seguir haciéndonos los de la vista gorda, solo porque la desgracia no nos ha tocado a la puerta."




Sin importar tus creencias religiosas o políticas, acuérdate todos los días de aquellos colombianos que mueren, que son heridos, que son desplazados, que están siendo ignorados y que sufren a diario sin la menor solidaridad. Haz votos para que entre todos derrotemos no solo a los violentos, sino también a nuestra peor reacción negativa: la indiferencia. Comparte este mensaje con cuantos puedas, para que entre todos formemos una cadena de reacción positiva.

LUZ  ESTELLA  GONZÁLEZ  E.
Secretaria Gerencia General. PRODESAL S.A.

jueves, 6 de febrero de 2020

MODERNIZACIÓN MILITAR 1

MODERNIZACIÓN MILITAR 1 

GERENCIA DE LA SALUD


La Carnetización. El sistema de salud exige obtener nuevos carnes de sanidad militar, con motivo del retiro del servicio por pasar a la reserva como pensionado con derecho a los servicios de salud. Se pide diligenciar personalmente la solicitud de los mismos por no ser un procedimiento regular institucional.  Es bien sabido que es un derecho adquirido donde no existen motivos para pensar si será deseo del usuario aceptarlo y menos que tenga que demandarlo.  Además le será cobrado de antemano por ley así no quiera hacer uso del mismo.

Por demanda. Desde un comienzo se establece el criterio de hacer las cosas por demanda del beneficiario cuando de origen tienen que ser por oferta de quien lo presta.  Y mucho mas si es de norma, se aporta cuota de sostenimiento y la incorporación es obligada.  De igual forma debe darse el trámite de afiliación por ser parte del servicio de salud, sin que ni siquiera tenga que mediar requerimiento previo, ni exigencia alguna, por parte del afiliado. 

La respuesta que se le da, al que lo sugiere, es la de que deje de ser tan iluso por que esos procedimientos no existen.  Que tanta belleza en gestión y perfección en la eficiencia institucional, está lejos de lograrse, como si fuera un imposible insuperable.  Indicando todo, siendo lo grave, que tampoco tienen el más mínimo deseo o interés de que existan.

Un favor. Recomiendan, a manera de un favor por dándole un concejo, que para no tener tropiezos, pues parece que lo normal es que existan dificultades para el usuario y continúen existiendo, lo mejor es que personalmente haga todas las diligencias, asegurándose de obtener radicadas las copias firmadas de cuanto documento trámite para disponer de posibilidades de reclamo. Como si fuese lo habitual el tener que reclamar porque saben, de antemano, que el procedimiento lo harán mal.

Es decir, que los usuarios tienen que buscar la forma de protegerse de los funcionarios de turno y las incompetencias de las dependencias debido a la evidente y aceptada incapacidad de adelantar trámites normales y regulares sin errores sistemáticos.




El viaje. Lo presunto resultó efectivo y el concejo válido. Viajamos a Bogotá para hacerlo personalmente en la oficina de carnetización de la carrera 10.  En ella dan una Certificación provisional por tres meses, supuestamente mientras elaboran la tarjeta. De antemano se está presumiendo e indicando que la elaboración de una carne de identificación, que en el mundo moderno es algo rápido y simple, demora varios meses en una dependencia militar presuntamente diligente y oportuna. Y que es innecesario pues no solo el usuario está registrado en las bases de datos sino que el número es el mismo de cédula de ciudadanía. Una redundancia inútil.

También le afirman al usuario que se los mandarán por correo a su domicilio indicando un inusitado modernismo que inicialmente sorprende.  Con eso desvirtúan un poco el hecho anacrónico de tener que ir personalmente desde otras regiones del país hasta la capital por el carne. Pero solo después de cuatro renovaciones de permisos temporales, cada uno de tres meses, fue posible obtener las tarjetas. Y sin mencionar que es dificilísimo obtener, cada nuevo trimestre, una renovación de la certificación porque no disponen de suficientes medios de comunicación.  Los pocos disponibles se mantienen saturados debido a la cantidad de usuarios desesperados que constantemente están llamando de todo el país.
 
Muchos optan por viajar personalmente a Bogotá. Esfuerzos y gastos inevitables debidos al asfixiante centralismo y la incapacidad de delegación. Esa incapacidad de descentralizar que es demostración del temor que tiene las superioridades por su baja capacidad gerencial para administrar un recurso empresarial.

La delegación. Cuando no se delega, es por el miedo de los superiores en que los subalternos a los que se les delega cometan errores. No confían en ellos. Ya sea por falta la idoneidad del subalterno para ejecutar esos deberes o la presunción de que hará mal uso de las potestades concedidas. Porque eso mismos superiores saben que ellos no han entrenado a sus colaboradores. Porque también no saben los procedimientos y menos son capaces de enseñar lo que no saben. No son hábiles en sus funciones en los cargos a los que se les ha nombrado. Saben que son incompetentes en sus propios deberes. Como el de entrenar al personal En definitiva, ambos casos son debidos al deficiente adoctrinamiento y la pobre capacitación que le dan los superiores a los subalternos y que es el principal deber de toda persona con autoridad.

También para evitarse la incomodidad futura de tener que sancionar o el parecer severo ante los subalternos cuando definen su evaluación profesional.  Porque comandar implica, no solo dar ordenes sino también preparar a sus hombres para que puedan obrar correcta y eficientemente sin la dirección estrecha y policiva de sus superiores. Se desconoce la capacidad de crear una fuerza militar motivada que se automoviliza. Que solo se mueven cuando es empujada.

Una decisión. Si la cabeza marcha mal las extremidades lo hacen peor. Tomé la desafortunada determinación de escoger el establecimiento de Sanidad Militar de la Cuarta Brigada por la comodidad en cuanto a proximidad a la residencia.  Aunque se me había hecho el ofrecimiento de ser atendido en el lejano y pequeño, pero muy eficiente, cordial y bien tenido, Establecimiento de Sanidad de la Base Aérea de Rionegro Antioquia.

Durante el mes de diciembre del año pasado (2003) asistí a las instalaciones de Medellín donde me sorprendió un servicio viciado de inconvenientes, deficiencias y limitaciones. Que durante mi vida profesional, transcurrida en gran parte en las Bases Aéreas, no había visto. Ni siquiera imaginado que existieran en las unidades militares y menos en las de considerable magnitud como lo es una Brigada.

Es razonable que esas imposibilidades se presenten en zonas remotas, durante operaciones de combate o en condiciones adversas.  Situaciones en nada parecidas a las de una instalación fija, de tanta antigüedad y trayectoria histórica como lo es una Brigada.  Ubicada en medio de una ciudad como Medellín con tantas facilidades potenciales.

El recurso humano. Sin embargo, podría pensarse que el asunto era individual, pero no es así, porque es evidente que lo mismo les pasa a los demás usuarios de esta guarnición, que son muchos. Quienes atienden al público se apenan teniendo que disculparse frecuentemente explicando que no disponen de personal. Los traslados, los cursos de ascenso, las vacaciones, las licencias, los permisos de descanso por fin de año, los excusados de servicio y otros motivos dejan desprotegido el servicio de sanidad en especial el fin de año.  Y cuando el paciente logra culminar con éxito un procedimiento, no hay en existencia las medicinas o se requieren autorizaciones administrativas especiales para suministrarlas, adicional a la prescripción medica.

Pero eso es todavía poco. Las dificultades inducen a los usuarios, lo sé porque lo hice personalmente, a buscar a las personas que tienen bajo su potestad las soluciones. Eso requiere consultar con diferentes empleados solo para localizarlos. Por extraña razón es bastante difícil encontrarlos. La avalancha de solicitudes de toda índole los obliga al aislamiento de tantos problemas que diariamente tienen que atender, causados por la deficiencia del sistema.  Su trabajo se ve reducido a solucionar dificultades ocasionales, viéndose limitados para generar ideas de mejoramiento continuo. Duraderas y fundamentales.




La protección. Además, los empleados a los que uno debe recurrir en busca de orientación, asumen automáticamente actitudes despectivas con el usuario. Lo normal es que cuando un beneficiario visita sus oficinas, los funcionarios ya tienen previstas poderosas protecciones contra quienes se les aproxima.  Una de ellas es hacerlo esperar lo máximo posible.  Incluso sosteniendo, en forma descarada y delante de quien espera ser atendido, fogosas conversaciones sobre asuntos puramente personales, sin relación con el servicio y que en nada son parte de sus deberes profesionales o contribuyan a la eficiencia de su trabajo.  Es una desvergonzada burla con los pacientes de un servicio que se supone tiene un máximo componente de sensibilidad humana y presunto deseo de servicio.

El lenguaje altanero, de espíritu enojoso, contestando solo lo indispensable, usando monosílabos cortantes, buscando hacer sentir incomodo al cliente, son otras formas de alejar a quien acude a ellos de buena fe.  Es la manera de demostrar que no se tiene el deseo de ser propiciador y ninguna inclinación, ni deseo, de querer ayudarlo.  Es la norma general en la mayoría de ellos, donde se nota que esas técnicas son cotidianas. Que ya crearon cultura institucional, siendo no solo toleradas, por todos los niveles de la jerarquía, sino también practicadas con plena naturalidad, creyendo erróneamente que es lo correcto.

Incluso, si el interesado es un poco insistente, puede descubrir que al final ellos disponían de toda la información que requerida para solventar el impase y se la negaron, calculadamente, desde el comienzo. Es la manera premeditada de hacerle difícil la búsqueda de la solución, con la esperanza de deshacerse lo más rápido posible del solicitante si este no es persistente. Para que dicha intencionalidad no se note demasiado, solo le suministran los datos o detalles a cuenta gotas o con respuestas alejadas del tema tratado y en tono despectivo.
 
Esa predisposición se evidencia con facilidad, para quien observa los comportamientos rutinarios con lucidez. Por supuesto, si el usuario se da por vencido desde el principio, debido a tanta indiferencia y trato tan áspero, el funcionario ha logra zafarse, rápidamente, del solicitante que incomoda con sus inquietudes. Así sean presentadas con cortesía, que es lo pretendido de antemano. Razón por la cual es normal encontrar a usuarios que recurren a la lambonería con los empleados para conquistar su favorabilidad. Y estos hasta la incitan, pareciendo buscar beneficios personales de parte de aquellos. Quienes saben que tienen el sartén por el mango, respaldados por una ineficiente organización, y deben aprovechar esa oportunidad.

Según lo mostrado, la atención medica del Seguro Social, que tanto criticamos por muchos años, todavía no ha desaparecido del país y por el contrario subsiste, se reproduce y es una beligerante e invasiva infección dentro de nuestras facilidades de la Sanidad Militar.




Otras opiniones. Condición tan desfasada de lo correcto ameritaba consultar otras opiniones. Los Oficiales y suboficiales retirados locales fue una buena fuente. Aunque es verdad algunos tienen inclinación a exagerar, también es igualmente válido que están libres de las limitaciones de los activos. No son cohibidos por la debida subordinación, la tolerancia y la abnegación que les impone el servicio a los activos, quienes solo pueden hacer tímidos reclamos cuando se presentan deficiencias en la atención. Acatamiento también mal entendido de quien está en el servicio activo, porque es todavía mas distorsionante al propiciar las deficiencias por omisión, conestando con ella su existencia.

Las reservas. El criterio general de los retirados es el de que esa situación es una realidad tan antigua que en nada es un descubrimiento. Incluso los afectados han adelantado tantos trámites, buscando que sea corregido, que ya se dieron por vencidos. Algunos, especialmente quienes pueden, determinaron ignorando sus aportes mensuales al Sistema de Salud Militar y se han afiliado por su cuenta en otros particulares, así les resulte en doble costo. Es la medida desesperada de quienes no tienen ninguna posibilidad de encontrar el adecuado servicio.

No importa que con la tarifa que aportan al Sistema Militar, se pudieran pagar un mejor servicio en las empresas prestadoras de salud prepagada. Al fin y al cabo esos dineros son aportes que de alguna manera, así sean usados en un servicio, burdamente despersonalizado, contribuyen al sostenimiento de la salud del personal activo quien está soportando los rigores del combate. Al menos se tiene la satisfacción de continuar contribuyendo, de alguna forma, a la búsqueda de la victoria total para alcanzar la paz duradera, tan anhelada por todos.

Claro que eso no signifique tampoco que los retirados hayan renunciado al derecho de comunicar las fallas y proponer los mejoramientos debidos. Y especialmente si eso contribuye a mejorar la condición de los activos y los lisiados en los combates.  Son ellos quienes lo necesitan en mayor medida, al tiempo que no están en condición de quejarse con mucha libertad.

Otra opción. Por mi parte, afortunadamente, me ofrecieron la agradable oferta de recibir algunos servicios médicos en las instalaciones de la Base Aérea de Rionegro. En el centro de salud de la Base Aérea, que aunque retirado, se encuentra espíritu de cuerpo, sensibilidad humana, acogida y deseos sinceros de servir, así falten medios.  Pertenece al mismo sistema de Salud Militar pero la calidad humana compensa sobremanera lo encontrado en las dependencias de la Brigada.

Explicación a una vieja duda. Ahora, después de bastantes años, puedo comprender los motivos por los cuales se tomó la determinación de asignar la atención medica del personal de titulares y beneficiarios de retirados, tanto del Ejercito, como de la Armada y la Fuerza Aérea del Occidente Colombiano, en las pequeñas y poco dotadas instalaciones de  Sanidad de la Escuela Militar de Aviación. Eso fue en los finales de la década de los años ochenta.  Pero en su personal se notaba un alto espíritu de servicio y dedicación constante a toda costa.

La Brigada 3 estaba mejorando su Dispensario Médico, que inauguró posteriormente, donde se incluyó sala de cirugía, capacidad de hospitalización, dotación tecnológica de alto nivel, etc. Tenía mejores posibilidades de atender a los usuarios de su misma fuerza, repartiendo la carga para mejorar la atención. Para el momento, esa determinación la consideré inapropiada porque sobrecargaba a la Base Aérea de una responsabilidad que le era difícil de cumplir y el nuevo dispensario de la Brigada podía ayudar con ese deber.

Si la Brigada compartía la carga, aliviaría considerablemente la congestión generada en EMAVI, además de dar buen uso al nuevo recurso que resultó ser subutilizado. Algo evidente que, cuando propusimos la idea, fue motivo de áspera respuesta, casi reproche, pues significaba que los activos del Ejército, debían hacerse cargo de esa indeseable responsabilidad con su personal retirado. El desdén indicó falta de solidaridad con los retirados de la propia fuerza.

El argumento fue que reduciría las posibilidades de atención para los activos del Ejército destacados en la guarnición.  Una apreciación claramente discriminatoria entre activos y retirados, que en nada beneficia la solidez institucional. Pero con lo visto ahora en Medellín reconsidero esa determinación como una decisión razonable.

Y después de eso la atención en la Escuela Militar de Aviación, continúa igual de buena e incluso mejorada con los años. Indicando que la calidad del servicio es posible, porque se hace con voluntad humana y propósito de gestión, así se carezca de mucho recurso humano, económico y material.

Es la demostración de la posibilidad de descubrir oportunidades escondidas de mejorar las cosas. De ser capaz de hacer mucho más y bien hecho, de lo considerado necesario y razonable, cuando existe el deseo y el empeño de mejorar.  Producto de la aplicación de Efectiva Gerencia con alto empeño de superación a todo nivel. Es la demostración de la indispensable destreza en la gestión y de una Gerencia Proactiva cuando se están administrando invaluables recurso humanos altamente calificados, costosos materiales e instalaciones de utilidad fundamental, para el bienestar de una fuerza armada.

Podrán construirse muchas clínicas, comprar equipos y contratar personal científico. Sin embargo, poco efecto tendrá ese esfuerzo si la calidad humana se mantiene en la misma tónica de actuar en forma soberbia y engreída con el público, ya sean activos, retirados, subalternos o beneficiarios.


CONCLUSIONES:


Como persona independiente, hace pocos meses, estoy sorprendido con estas situaciones. Mientras estuve activo solía escuchárselas a los Oficiales pensionados y pensaba que eran producto de un exceso de sensibilidad injustificada y de hechos magnificados. No las creía razonables y han resultado ser ciertas.

La verdad es que la atención con el público se degrada dramáticamente debido a la inclinación distorsionada, tanto de militares y civiles activos, de servir con  diligencia según la condición de autoridad de quien recibe la atención. Por supuesto, si se trata de alguien en el servicio, buscan causar buena impresión para ganarse el reconocimiento del superior, por la inmediata conveniencia personal, sin relación con la institucional.  Y por tanto, no solo pierden esa predisposición de servir, cuando esa persona ya no tiene condiciones de ofrecerle un favor particular, sino que la agravan por no ser de su interés para beneficiarse a título individual.

La Calidad basada en el Proceso y no en el Producto. La Cultura Proactiva en lugar de Reactiva. La Gerencia del Servicio al Cliente, externo e interno. La predominancia del interés institucional sobre el personal. El principio del Mejoramiento Continuo. La Calidad Total. La práctica del Control Interno Individual. El Cero Error. La Acción por Convicción antes que por Imposición y el deseo de superar la incompetencia militar, son criterios modernos que de ninguna manera pueden estar ajenos a la institución militar.  Pilar del destino y el futuro de la nación.

Por supuesto, estos asuntos solo pueden exponerse cuando se está libre de las restricciones de la jerarquía, que son la principal limitación de la Modernización Interna.  E, incluso, callarlos seria propiciarlos por omisión.  Así se corra el riesgo de salir mas afectado, de lo que ya se está, por exponerlos con sinceridad. O como mínimo, de no lograr ningún efecto benéfico, así la justificación sea la de elevar la Eficiencia Productiva.

Por eso, con frecuencia, el cambio debe surgir de factores externos ante las dificultades internas para acometerlo con agresividad y determinación, que lo  convierten en un proceso lento y difícil que se extiende en el tiempo.  Es de tener en cuenta que el principio de la Reingeniería de las organizaciones, es acometerla con franqueza sin temor de fracasar.

Coronel FAC   Iván González U.