AERONAUTAS Y CRONISTAS

miércoles, 25 de septiembre de 2013

VOTO MILITAR


EL VOTO MILITAR


AMIGOS ACORADOS.

LA COJA CONSTITUCIÓN.
Por ser un derecho constitucional general a “todos” los ciudadanos, ricos y pobres, ilustrados e iletrados, incluidos los militares, no se puede eliminar el voto militar. Lo único que es factible es LA REDUCCIÓN VOLUNTARIA DE LOS DERECHOS CIVILES, pero a titulo personal. Cuando juramos bandera admitimos, conscientemente y voluntariamente que no votaríamos. No fue que se nos impusiera sino que aceptamos. Porque por libre albedrio solicitamos ingresar a las filas militares, como profesionales remunerados, de tiempo completo, dedicación exclusiva, disponibilidad permanente y sacrificio total.

Este fue uno de los temas que no se discutieron con claridad en la Asamblea Nacional Constituyente, por no haber nombrado aun militar en ella, que supiese del tema.  O nos ausentamos o nos cerraron la entrada a ella, pero la constitución nos quedó coja en el tema.

Una de las formas que se les ocurrió a los asamblesitas, para hacer real el principio del “apartidismo” en las filas, es la renuncia voluntaria individual del militar al derecho de elegir y ser elegido para mantener la independencia y la imparcialidad ideológica. Y, supuestamente, para crear la apoliticidad del militar. Algo que es imposible. Puesto que pretender que un militar sea totalmente desinteresado y desprendido de los intereses del su pueblo es quitarle su justificación de ser. Pero que al sentenciarlo la misma Constitución se convirtió en exigencia y no en opción.


EL SOLDADO CON TODOS SUS DERECHOS


RECORDEMOS HISTORIA.
Dicha medida fue la considerada necesaria en los tiempos del presidente Olaya Herrera, (Presidente liberal después de años de hegemonía conservadora) hasta tanto el pueblo colombiano, incluido el militar, lograra el nivel de civilización democrática. Para que no involucrara la profesión de las armas con su punto de vista partidista ni con la preferencia electoral.

Recordemos que OH temía la “conservatización” del Ejército, influenciado por muchos años de sucesivos gobiernos conservadores. Por ello promovió el fortalecimiento de una “Policia Nacional” con inclinación de ideologia  “liberalizante”. Lo apropiado a su partido liberal que lo llevó al cargo. (Partidismo político entre las filas. En ese tiempo existían policías regionales y locales manipuladas políticamente). Y en lugar de corregir lo militar, lo que hizo fue deformar lo policial. Grave error.

Se creyó que suprimiendo el voto militar, que es una expresión política y no facciosa o partidista, como los opacos de ideas solo son capaces de ver, los hombres en armas no tendrían posibilidades de contaminarse con las tendencias de los grupos políticos, sin dejar de tener criterios políticos. 

Así cada uno tenga intenciones y preferencias políticas privadas, en un acto de entrega al bien de la nación, que cada cual decida, individualmente e independientemente, delegar su parecer a la voluntad del resto de sus compatriotas. Aunque es factible que en su interior puede estar imbuido de inclinaciones políticas. No dogmáticas ni culturales de la profesión militar. Las que el mismo no pueden totalmente controlar ni manipular por estr dentro de una jerarquía  estructural. Pero eso es a nivel individual y por tanto no indican inclinaciones partidistas institucionales. 

La corrección del error del partidismo en las filas, que intentó el gobierno de ese tiempo con esa medida, fue tardía. Además de inadecuada, inefectiva, desviada y nada práctica. Quizás, debido al trauma y la distracción que causó el conflicto con el Perú, pasó desapercibido el desafuero. Las secuelas se vieron 20 años mas tarde con la brutal “Violencia Política” de la década de los años 50, confirmando que había sido un error garrafal, que se pretendió corregir con una medida inocua.

Recordada la historia, para aprender los errores que no debemos repetir y tomar así los buenos caminos, regresemos al presente. Es otro error y es imposible creer que las FF AA sean apartidistas puras. Ellas lo son de naturaleza. Ellas siempre toman partido por el bien de la nación.

De por si son un partido muy bien identificado que tiene claros símbolos. El Tricolor, el Escudo y el Himno Nacional, que han sido su norte. Con ellos, desde hace muchos años, han forjado su fama y han sido las instituciones más confiables, duraderas y estables de nuestra democracia.
Son un coun nente son tificado que que tiene o levnteresado y s¿desprednido de lso mponente mayoritario del tejido social. Es lo válido hasta ahora. Por lo cual pedirles que no voten para quitarles sus bases políticas es un despropósito contra el fundamental principio de la ideología democrática.



MESA DE VOTACIÓN MILITAR


EL DERECHO.
Los hombres armados deben votar porque es un derecho fundamental constitucional de todo ciudadano que no se puede recortar con una ley menor, así se tenga, por ahora, el derecho individual de abstenerse.
Que tampoco, el buen ciudadano, debe hacer uso de esa alternativa, puesto que ya existe la opción del voto en blanco.

Además, nuestra cultura democrática ha crecido tanto que ya es suficiente como para que los militares no nos “partidaticemosm o faccionemos” por hacer uso de ese derecho. Si no creemos esto, es porque están sucediendo dos cosas. La primera es que seguimos siendo muy primarios y elementales en cuanto a los asuntos políticos o creemos que lo somos sin serlo. Nos inclino por lo segundo.

Si un militar hace mal uso de su autoridad para hacer proselitismo político en las filas, entonces, hay que extirparlo, en lugar de prohibir el voto para todos. Porque lo que estamos haciendo es castigar, de antemano y en montón, a la mayoría de los buenos y correctos, presumiendo que son o serán malos en el manejo de ese derecho, si no se les prohíbe.
Mas eso es nivelar por lo bajo, poniendo a todos en la canasta de los malos, cuando la mayoría es buena. Lo real es que solo unos pocos pueden ser o podrán ser los malos. Y la nivelación se hace es por lo alto y valioso. No por lo bajo y menor. es algo inválido.

El razonamiento restrictor, es para que el comandante se evite el inconveniente de tener que castigar a unos pocos malos. Lo cual resulta una tarea molesta, pero perjudicando a muchos buenos. Siendo uno de los deberes normales de todo superior el ejercer la autoidad sancionatoria.
Si se restringe a todos el voto, entonces, lo que estamos es pretendiendo no tener que sancionar porque que eso resulta muy incómodo. Por al evitarnos una incomodidad de mando, que es inherente al oficio y a la profesión, somos arbitrarios con todos, en montonera.

Una manera de manejar las cosas que demuestra la incompetencia militar de los superiores y crea resquemores en los subalternos buenos, quienes ven limitados sus derechos sin motivo. No es posible que nadie actúe mal de antemano y por ello se merezca una limitación de su derecho natural y civilizado de la vida moderna. Y de las democracias actuales.

Los militares activos tienen el derecho de votar en una forma tan natural y sin ninguna afectación del servicio, que hasta nadie se interesará por debatir este asunto. No hacerlo es evidenciar lo parroquiales, provinciales y primitivos, que somos los colombianos en el manejo de los asuntos políticos y de nuestras supuesta sagrada democracia.

Los militares no somos “apolíticos”, lo que si somos es “apartidistas”, que es otra cosa. Sin embargo, mezclamos las ideas en una forma tan confusa que nos perdemos en temas tan elementales como lo es esta clara diferencia.

EL CASO AJENO.
Chávez puso el voto militar por estos mismos motivos. Es decir que coincidimos en la misma idea. En Venezuela surgió un gran temor porque eso no funcionara correctamente cuando comenzaran los militares a votar.
Los no conformes argumentaban la falta de madurez política, no solo en todo el país sino en especial en las mismas fuerzas armadas, debido a su falta de cordura para asumir un derecho que no habían ejercido nunca y, por lo tanto, no habían aprendido a usar correctamente.

Esta idea la sacaron de los criterios de Bolívar cuando escribió quejándose de la incapacidad de su pueblo para ejercer los derechos republicanos debido a 300 años de vivir en monarquía y esclavitud. Sin embargo, Chávez corrió el riesgo y lo implantó. Ignoró el temor de su amando Bolívar. El decía que, así fuese a la fuerza de equivocarse, tenían que aprender los militares a usar ese derecho. Él fue bastante atrevido y lo hizo.

Parece que ha sido bien usado en la práctica en forma general. Aunque hay que admitir que unos pocos oficiales lo han mal interpretado. Los que se pasaron a la deliberación política. Lo que fue una distorsión inconveniente. Algunos han participaron en mítines y actos públicos políticos, vistiendo uniformes, echando discursos y controvirtiendo al gobierno. Por supuesto contra el mismo Chávez. Es decir que a Chávez le salió un poco el tiro por la culata, al comienzo. Pero fue un riesgo calculado.

Mas Chávez recurrió a los reglamentos. Aplacó con energia a los descarriados. Puso a las Fuerzas Armadas en su línea correcta de conducta y no ha querido por nada echar para atrás ese derecho. Que, incluso, es más amplio. Pues involucra el derecho de los militares a opinar sobre asuntos políticos y de gobierno, mas no a deliberar y controvertir en actos públicos, por medio de agremiaciones partidistas, el desempeño del gobierno. Pero la opción del voto existe. Para ese caso, por medio del conducto regular y dentro de la reserva profesional.

Como puede verse, es una situación bastante atípica en el contexto de la profesión de las armas en Latinoamérica y muy avanzada para la época. Aunque, la verdad, es que también es un poco peligrosa. Todo dependen de la madures mental, la formación democrática y la civilización cultural. Pero eso es lo que le gustaba a Chávez y en eso se mantuvo.

Si eso le sale bien a los venezolanos, como parece que les está saliendo, se tendrá que reconocerles que se han adelantado a todos los países de Latinoamérica y a nuestra cultura local colombiana. Por supuesto, a Venezuela le ha costado inconvenientes pero los ha superado y ese criterio se está afianzado.
Ya nadie habla del asunto con preocupación, aunque al comienzo fue motivo de muchas discusiones, dudas, temores, especulaciones y opiniones. Pero Chávez se salió con las suyas.



ELLAS PUEDEN VOTAR


El articulo 328 de la constitución venezolana dice: “La Fuerza Armada Nacional constituye una organización esencialmente profesional, sin militancia política”. A los militares en servicio activo se les da el derecho al sufragio sin que se les esté permitido optar a cargos de elección popular, ni a participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político. (art. 330).

Cuando dos oficiales, un Coronel y un Teniente Coronel, fueron postulados por el MVR (el partido de Chávez) como candidatos para ser gobernadores del estado de Cojedes, fueron desautorizados de inmediato por Chávez. Y le dijo a los altos mandos de la Fuerza Armada que tenían que iniciar y profundizar un proceso revolucionario hacia dentro. 

En estas circunstancias han surgido unos 5 o 6 oficiales, que se salieron del cause reglamentario para luego regresar a la normalidad. La cosa se volvió a deteriorar cuando se creo la oposición al gobierno que culminó con el momentáneo golpe de estado que lo sacó del poder 24 horas para luego volverse a reinstalar. En esos sucesos participaron unos 10 o 12 oficiales, que fueron aplacados y ahora todo está dentro de la normalidad.
Para eso fue necesario la licencia de unos 12 generales y otros tantos otros oficiales, que sin haber sido partidarios activos de la refriega si fueron descalificados por haber sido pasivos en no impedir con eficacia el descarrilamiento de esos oficiales salidos de los limites permitidos por la ley y la Constitución.

Esos fueron los dolores del parto del nacimiento de esa nueva doctrina democrática y electoral de los militares venezolanos. Ahora la criatura está creciendo sana y vigorosa y tenemos la impresión de que no habrá más inconvenientes relacionados con ese asunto. Esperemos que así sea.

LAS INTERPRETACIONES.
No puede interpretarse la posición del voto militar como el propiciar el ingreso de la política a los batallones, cuando la política ha estado siempre en ellos. Puesto que donde exista pueblo colombiano habrá política.

Los hombres en armas somos pueblo, provenimos del pueblo, trabajamos por el bien del pueblo y tenemos que estudiar y conocer e intersarnoas en las cosa de nuestro pueblo. Lo que no debe entrar, y estar por afuera de las unidades militares, es el partidismo, la facción y el grupismo, así sea solo ideológico. Ese si es rechazable con toda contundencia por ser totalmente opuesto e incompatible con las armas.

Rechazamos en las filas la acción partidista, que es de naturaleza vaporosa. Pero no podemos expulsar el componente político. Eso seria sacar a los hombres, que son de naturaleza tangible, de los batallones.  Estos dejarían de existir por sustracción de materia.

El voto militar es algo muy civilizado, moderno. Es de gentes cultas y maduras en asuntos políticos, el que los militares activos ejerzan el voto con naturalidad espontánea, sin controversias. Solo en la silenciosa reflexión individual y con una demostración de sanos pensamientos por el bien de la patria. Porque las batallas modernas son más de mente que de impulso, musculo o fuerza física. En definitiva, las contiendas son ya más de inteligencia.



EL TIENE DERECHO A VOTAR


Así son las FF AA modernizadas y acordes con los tiempos actuales. Temer a esa etapa evolutiva del ser humano, es admitir que aun nos falta mucho progreso y desarrollo planificado. Porque el avance lo dejamos en manos de la evolución espontánea y sin previsión. Y de esa manera las cosas toman el peligroso proceso del ensayo error y de la mutación casual. Algo inadmisible en el tiempo actual.

Coronel Iván González