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DÍAS EN EL VAUPÉS
1950
PARTE
16
• SACRIFICIOS Y SEPULTURAS. De ordinario
es la misma maloca el cementerio de estos desgraciados a quienes a menudo
entierran vivos, lo mismo que a los niños deformes, a los que no nacen de
matrimonio, para evitar vergüenzas y sanciones, a los gemelos, uno de los
cuales es asesinado indefectiblemente. A veces varias de las hijas mujeres,
cuando nace muchas en un mismo hogar, para que no le digan a la madre:
"marrana que cría muchos leones". Desgraciadamente esta horrenda
conducta la observan a su modo muchas madres modernas, que pisotean a la ley de
Dios.
• EL CARÁCTER. El indio estas regiones es
por naturaleza dulce de carácter dócil para el bien. Pero los pobrecitos
ignoran de manera absoluta de dónde vienen ni saben cuál es el origen del mundo
y de los seres. Creen en tres mundos: uno arriba de las estrellas, otro debajo
de la tierra y otro en estas tierras que pisamos. Los que habitan los dos
primeros mundos son buenos y sólo hay malos en esta tierra. Que creen en la
inmortalidad del alma. También en el diablo pero le tienen terror, porque dicen
que es malo y la causa de todos los males. Estos indios son pacíficos sin que
hubiera podido trascender nada de espíritu guerrero. Si son vengativos, pero
sólo cuando se les ha causado ofensas demasiado graves.
• LA IDIOSINCRASIA. Son, a menudo,
relativamente alegres, aunque dejan traslucir la necesaria melancolía de la
selva inmensa. Son pacientes y poco sensibles al dolor, a la lluvia, al calor,
a los rayos ardientes del sol, al hambre y el trabajo. Son indiferentes y
despreocupados, fríos con los afectos. El corazón de indio no se conmueve gran
cosa. Son muy observadores y, lógico, imitan todo. Son inteligentes y aprenden
con facilidad. Los objetos que fabrican demuestran su ingenio. Son como
insensibles al amor y al cariño. Los papás y especialmente las mamás, si son
muy tiernos amantes de sus hijos. Pero si tengo que decir con dolor que los
hijos no corresponden a esas delicadezas del amor materno, ya que apenas se
sienten grandes se independizan con la mayor naturalidad y parte dejando, a
menudo, abandonados a sus padres enfermos y ancianos. Las muertes, los robos y
los maleficios, se los achacan siempre algunos de la tribu distinta de la propia.
DANSAS
INDIGENAS
• LA COMUNICACIÓN He podido observar que
nuestros indios conversan por preguntas y casi jamás responden con una
afirmación. No siguen el hilo de la conversación. Es una peculiaridad de
nuestros indígenas. Cuando conversan no se miran, aunque sean amigos y eso pasa
entre hombres y mujeres. Da pesar que estos indios no tienen un monumento, ni
inscripciones fuera de las citadas por Humboldt. Se habla, en verdad, de unas
excepciones en Cerró Mitú y en otras prominencias al sur del Guaviare. Pero no
se las ha estudiado aún ni tenemos su interpretación.
• LA RESISTENCIA ANTE LA NATURALEZA. En
la navegación son los titanes para el remo, como si no se cansaran. Resisten el
sol canicular y si se da un aguacero como torrente, los reciben impasibles en
la espalda, momentos antes ardida, y se mojan hasta empaparse totalmente sus
vestidos y chorrear. No les inmuta los relámpagos y los truenos. Antes bien
como que los vuelven eufóricos y ríen con tanto mayor entusiasmo entre más
fiera sea la tempestad. Y donde el río se alborota como un mar enfurecido, allí
también se alegran y reman con crecido entusiasmo. Parece que los peligros los
atrajeran y que las dificultades le acentuaran el ánimo y el esfuerzo muscular.
• LA MUJER. La situación de la que más me
impresionó. No es más que una bestia de carga. Tiene que hacer las siembras y
las limpias, recoger el fruto, llevarlo a las malocas. Jamás un indio carga los
frutos de la chagra a la casa. Ese es el oficio de la mujer. El trabajo rudo
corresponde a la mujer delicada por naturaleza sino al hombre. La mujer india
no goza de privilegio alguno. Es una simple esclava a quien se arrebata el
fruto de sus sudores. Ni siquiera tienen derecho sus hijos porque estos
pertenecen el marido. Tampoco el marido llama a la mujer por su nombre sino con
un grito i silbido especial que ella comprende. Son fríos hasta el cielo los
maridos, aun cuando muere la esposa.
• ESPERANDO EL AVIÓN. 14 noviembre a las
10 nos avisaron de la oficina de radio que el avión había partido de Bogotá.
Esperamos tranquilos escribiendo, estudiando, creciendo y rezando. Si no
podemos salir sino en avión, esperamos sin afán, sin inquietud, porque a pie,
en canoa, buen buey o a caballo, se gastan 90 días de Mitú a Bogotá. Avisaron
que por falta de gasolina no puede salir el Catalina. Aviso oficial de la Aída.
El avión anfibio de un sólo motor, que viaja de aquí a Villavicencio, no pudo
tener licencia para venir por. La Avianca no viaja sino cuando tiene tonelaje o
se le pagan los miles de pesos que ganan en cualquier viaje y no los tenemos.
16 noviembre no permiten que vengan los aviones sino en los días del mes
señalado, primero y tercer jueves. Sigo estudiando y escribiendo, no pierdo un
minuto.
AVIÓN
CATALINA FAC CON LOS
FLOTADORES DE LAS PUNTAS DE LAS ALAS DESPLEGADOS
• LOGRAR FRUTO. El mejor medio para que
los padres Javerianos logren algún fruto es poniendo a los niños en los
internados. Procurar congregar en pueblitos las familias indígenas. Le sugerí
varios medios. Se comenzaran a fundar de norte a sur y al este de la
prefectura, todas las reducciones que fueran necesarios en los pueblos ya
conocidos. Especialmente en San José del Guaviare, las Damas, Miraflores, Santa
Rosa del Vaupés, El Querer, Cejal, San Fernando de Atabapo y sobre el río
Popol. Hay muchos otros lugares estratégicos a lo largo del Guaviare en su
banda derecha. En ambas orillas y a todo lo largo del Inírida y otros lugares
necesitados.
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