4. Los intereses políticos y diplomáticos. En los años 90,
paradójicamente, quienes se interesaron por el GASUR después de 60 años de su
creación, fueron los norteamericanos. Ellos estaban empeñados en combatir el
narcotráfico. Necesitaban un punto de lanzamiento de operaciones que se
encontrara en medio de la gigantesca zona cocalera del Caquetá, la que habían
visualizado satelitalmente. Basados en el Plan Colombia contra los narcóticos,
decidieron poner sus ojos en la vieja y olvidada Base Aérea de Tres Esquinas,
perdida en medio de la jungla.
Como la Fuerza
Aérea no disponía de recursos para mejorar la infraestructura, la embajada de
los Estados Unidos había contratado las obras y para ello había exigido un
mínimo de seguridad.
El Comandante, anterior a nosotros, había iniciado una serie de mejoras de las instalaciones
con los norteamericanos. La principal era la pista de aterrizaje que permitiera
la llegada de aviones pesados. En especial, durante los fuertes períodos de
invierno, que con frecuencia impedían las operaciones de los vuelos, vitales
para el abastecimiento de la unidad.
También para los que requería la importante Base Naval fronteriza de la Armada Nacional, en Puerto Leguízamo, sobre el río Putumayo en el límite con el Perú. Tarea de la cual se había completado solo la mitad de la pista, cuando se detuvieron los trabajos, casi coincidiendo con nuestra llegada.
También para los que requería la importante Base Naval fronteriza de la Armada Nacional, en Puerto Leguízamo, sobre el río Putumayo en el límite con el Perú. Tarea de la cual se había completado solo la mitad de la pista, cuando se detuvieron los trabajos, casi coincidiendo con nuestra llegada.
Errores de planificación. El problema fue el incumplimiento de
la ejecución de las obras. Detención debida a un mal estudio, por parte del
contratista, sobre las fuentes geológicas de materiales de construcción. Por ese
error las obras se habían paralizado.
El contratista era una firma de ingenieros de Barranquilla como las que hoy en día son famosas por los contratos incumplidos con el estado y los escándalos judiciales de sobornos a altos funcionarios oficiales corrompidos.
El contratista era una firma de ingenieros de Barranquilla como las que hoy en día son famosas por los contratos incumplidos con el estado y los escándalos judiciales de sobornos a altos funcionarios oficiales corrompidos.
En esos lugares
es difícil encontrar piedra dura, en beta sólida o suelta, del tamaño natural
apropiado para construcciones civiles. En los ríos hay muchas playas pero son
de arena delgada silícea y casi no contienen canto rodado de mediano ni grueso calibre.
Para conseguir la cantidad de esas especificaciones es necesario extraer, transportar, lavar y clasificar mucha cantidad de material bruto del fondo de los ríos. Tarea de selección que no se podía hacer en el mismo lugar de explotación por lo difícil de la seguridad para las instalaciones, la maquinaria y el personal.
Debía extraerse y llevarse a la Base y procesarla sin poder evitar el tener que movilizar mucho material para conseguir la suficiente cantidad útil. Sobraba demasiada arena delgada que se desechaba en altos montículos en un sector alejado de las obras. Mientras que era escaso y por ello costoso, los del tamaño requerido para la preparación del concreto.
Para conseguir la cantidad de esas especificaciones es necesario extraer, transportar, lavar y clasificar mucha cantidad de material bruto del fondo de los ríos. Tarea de selección que no se podía hacer en el mismo lugar de explotación por lo difícil de la seguridad para las instalaciones, la maquinaria y el personal.
Debía extraerse y llevarse a la Base y procesarla sin poder evitar el tener que movilizar mucho material para conseguir la suficiente cantidad útil. Sobraba demasiada arena delgada que se desechaba en altos montículos en un sector alejado de las obras. Mientras que era escaso y por ello costoso, los del tamaño requerido para la preparación del concreto.
Se basaron solo
en una apreciación somera sin analizar realmente la composición de las fuentes
de materia prima. Simplemente vieron muchas playas en los ríos sin medir su
composición y la concentración. Pensaron con la misma mentalidad usada con
relación a los ríos de montaña del resto de país, donde eso es casi que
innecesario hacerlo. En ellos los detritos de los ríos contienen toda clase y
calidad de materiales para las obras de ingeniería. Ingeniería que podríamos
llamar de montaña pero nada de selva amazónica.
En casos tan
específicos como estos, donde el mismo contratista tiene que producir la
materia prima desde el origen, porque no existen proveedores, se requiere hacer
una valoración minuciosa de todos los múltiples factores que el proceso
demanda. Incluido lo que los militares llamamos, el análisis del terreno. Es
decir los factores periféricos como la vegetación o cubierta del suelo, la
hidrografía, el clima, la topografía, las vías de comunicación y otros. En
especial la seguridad que es inevitablemente e inherente a las obras de
ingeniería, así no parezca, de gran importancia en ellas. En especial en ese
lugar.
Errores de cálculo operacional. La seguridad para proteger los
equipos y el personal que, en la medida en que se alejan de la base de lanzamiento
de las operaciones de combate para dar seguridad, también se hace costosa y riesgosa,
demandando mayor despliegue de potencia de combate. La amenaza aumentaba en
forma geométrica. En esa dirección estaban los núcleos insurgentes que dominaban
el poblado de Solita y los demás del piedemonte cordillerano. Núcleos urbanos bastante
controlados y hasta adeptos a los terroristas.
Además de los demás ríos que, aunque son numerosos, tenían presencia enemiga. Los ríos, en estas regiones, son las arterias de comunicación, desplazamiento y abastecimientos de los frentes guerrilleros.
Además de los demás ríos que, aunque son numerosos, tenían presencia enemiga. Los ríos, en estas regiones, son las arterias de comunicación, desplazamiento y abastecimientos de los frentes guerrilleros.
Otro error importante,
dentro de bastantes, consistió en no evaluar los considerables cambios de nivel
de los ríos y su profundidad. Factor importante porque de ello depende si las
dragas deben succionan del fondo o cargar en las playas. O para evitar que no contenga
demasiada materia orgánica. En el fondo predomina la graba pesada y en las
playas la arena ligera.
Draga
de succión. Internet.
También para la navegación de los bongos que en verano encallan en los bancos de arena, lo cual hace casi imposible el transporte fluvial en tiempo de bajo nivel. Cuando no había suficiente agua para succionar se intentó cargar con palas mecánicas llevadas en los planchones y trabajando en las playas, pero era poco lo que se podía cargar pues estos se atascaban por la poca profundidad del río. Y eso a pesar de que estos planchones son de fondos planos y poco calado. Equipos de diseño fluvial distinto al oceánico.
El equipo
apropiado habría sido las dragas de cadenas de cucharas que se usaban en la
explotación de oro en los ríos y regiones de aluvión en el Chocó. Las famosas
dragas que abrieron los canales y formaron los carillones en Condoto e Istmina,
que aún se pueden ver, aunque ya bastantes cubiertos por la selva en las
cabeceras de los ríos Atrato y San Juan que están próximos. Donde creemos que
si reactivara esa explotación aurífera no solo se ejecutaría la apertura del
canal interoceánico a nivel sino que se autocostearía con su producción del precioso
metal. Pero esa posibilidad no la evaluó el contratista.
Trataron de
corregir la imprevisión acercándose lo máximo posible a la cordillera donde
esperaban encontrar material pesado navegando aguas arriba por el río Caquetá.
Eso ayudó bastante pero entre más se remonta el río los caudales son menores. Y
ya sabemos lo que eso significa. Además de las mencionadas dificultades con la
seguridad.
El equipo tales
como la clasificadora, las plantas eléctricas, cargadores, volquetas, mezcladoras
de concreto, palas hidráulicas, además del cemento, acero de construcción, junto
con otros materiales y víveres eran llevados del centro del país hasta
Florencia donde se embarcaba en el río Orteguaza en los planchones. otras veces por la vía de Solita. Se navegaba 120 Kms hacia el sur hasta Tres Esquinas.
Trasporte que también demandaba escolta fluvial.
Fueron demasiados factores que debieron ser calculados según las épocas de invierno, el lugar de explotación, la existencia de material adecuado, la distancia, la seguridad, la pluviometría, la navegación, la amenaza, la clasificación, el rendimiento, el equipo y los costos. En la sola consecución de los materiales se gastaron mucho más de lo previsto, que después hizo falta para terminar la obra.
Similitudes. Las actividades de ingeniería, en estos casos, son
bastante similares a las operaciones militares de minuciosa previsión. Donde
son incontables las variables de toda índole y las logísticas son básicas. Un
proyecto de ingeniería de esta clase debe verse casi como una planificación de
guerra. Prima el factor organizativo sobre el económico y el material.
Por eso a los militares nos hace falta planificar como ingenieros. Pero a los ingenieros y administradores civiles como si fueran militares. En este caso estábamos los dos, pero sin armonía en el lado logístico. Ellos nos pedían seguridad en profundidad y, en ocasiones por fuera de nuestra guarnición. La que fue definida según lo que para ellos era su confiable cálculo de ingeniería. Pero así se la proporcionáramos, dentro o fuera de la guarnición, ellos no tuvieron éxito en la explotación de las canteras, el posterior transporte y el proceso del material.
Por eso a los militares nos hace falta planificar como ingenieros. Pero a los ingenieros y administradores civiles como si fueran militares. En este caso estábamos los dos, pero sin armonía en el lado logístico. Ellos nos pedían seguridad en profundidad y, en ocasiones por fuera de nuestra guarnición. La que fue definida según lo que para ellos era su confiable cálculo de ingeniería. Pero así se la proporcionáramos, dentro o fuera de la guarnición, ellos no tuvieron éxito en la explotación de las canteras, el posterior transporte y el proceso del material.
Una Fuerza de Tarea Conjunta. Por razón de la seguridad de las
obras, los norteamericanos pidieron y fue ordenada, la creación de una
suficiente capacidad de choque, con perfil fundamental, de fuerza defensiva. Esa
fue la doctrina que estableció para esa fuerza el EMC. Por lo cual se conformó
la Fuerza de Tarea Conjunta Cándido Leguízamo, FUTACAL. Para ello, se envió al
GASUR, inicialmente, tres Compañías de Contraguerrilla del Ejército, tres Elementos
de Combate Fluvial de la Armada Nacional y una Contraguerrilla de la Infantería
de Aviación. La FAC aportó un componente aéreo integrado con un helicóptero
liviano artillado, un helicóptero mediano armado, y un avión mediano. Además de
los ya existentes y viejos, pero muy nobles, resistentes y flexibles Beaver y
C 47. Útil para casi todo lo logístico, menos en capacidad de fuego.
El movimiento. En operaciones de defensa del GASUR se incluían
operaciones en profundidad y presencia, para conquista dominio y control
territorial. Usábamos tácticas de despliegues furtivos y asaltos sorpresivos. Seguidos de combate y que terminaban con repliegues abiertos y rápidos para causar impacto
sicosocial. El enemigo y los colonos se sorprendían sobre la forma de como
podíamos infiltrar su áreas sin ser detectados. Luego, de cómo hacíamos alardes
de maniobra y movimiento en las retirada sin que se nos pudiera contener.
Es decir algo totalmente diferente a lo que el recatado EMC pensaba que debía ser con sus ideas de guerra regular en conflicto internacional semiadaptados a la confrontación irregular. Contradecíamos las reglas dadas por el nivel superior pero no teníamos más alternativa. Y poníamos a prueba las ideas que no gustaban en esos escritorios de la encumbrada y lejana capital. De los resultados dependía la valoración de acierto o desacierto de nuestros argumentos para proceder a la modernización de las viejas doctrinas.
Es decir algo totalmente diferente a lo que el recatado EMC pensaba que debía ser con sus ideas de guerra regular en conflicto internacional semiadaptados a la confrontación irregular. Contradecíamos las reglas dadas por el nivel superior pero no teníamos más alternativa. Y poníamos a prueba las ideas que no gustaban en esos escritorios de la encumbrada y lejana capital. De los resultados dependía la valoración de acierto o desacierto de nuestros argumentos para proceder a la modernización de las viejas doctrinas.
La táctica. Las cosas en la frontera nacional eran diferentes a como
las veían los teóricos centrales. Nuestro criterio, basado en la realidad, era
el de la táctica ofensiva como defensa activa estratégica, en lugar de la defensiva
pasiva con actitud evasiva e inactiva.
Con ello
mortificábamos y hostilizábamos la amenaza haciéndole perder su reconocimiento
como autoridad dentro de la población local. Les dañábamos sus planes y la
organización. Poníamos en riesgo su existencia, trastornábamos sus fuentes económicas, perturbábamos sus planes, rompíamos
la línea de mando, limitábamos el fortalecimiento, hacíamos perder el control y su posicionamiento social e impedíamos sus objetivos.
Diferente concepción. La seguridad de área, territorial y periférica en profundidad, era lo que demandaba la clase de amenaza y en lo que se basaba nuestro perfil operacional. Además de una seguridad individual y cercana, de autoprotección de nuestras instalaciones.
Sin embargo, los
ingenieros civiles pensaban que la seguridad debía ser puntual, estática,
próxima y permanentemente a su lado. Solo estaban satisfechos si veían las lanchas
de combate fluvial acoderadas a sus equipos de extracción. Ingenieros que se
apoyaban en los operarios para que los respaldaran en las exigencias que nos
hacían relacionadas con su seguridad. Ellos los sometían con las habituales amenazas laborales ´diciendo que los despedían por abandono del trabajo, si no se
hacia la seguridad abajo sus errados puntos de vista, siendo desconocedores del
tema militar.
De hacerse como ellos pensaban, esa concentración de tropas y trabajadores convertía, a protegidos y protectores, en un rentable blanco de ataque para el enemigo. El enemigo podía impactar la logística y la fuerza de combate con un solo disparo.
Es decir estábamos entre dos criterios totalmente opuestos y extremos. El que se nos dio desde los mandos superiores y los que nos exigían los clientes. Y ambos se contraponían al nuestro, que buscaba el equilibrio racional y de área, según las circunstancias.
De hacerse como ellos pensaban, esa concentración de tropas y trabajadores convertía, a protegidos y protectores, en un rentable blanco de ataque para el enemigo. El enemigo podía impactar la logística y la fuerza de combate con un solo disparo.
Es decir estábamos entre dos criterios totalmente opuestos y extremos. El que se nos dio desde los mandos superiores y los que nos exigían los clientes. Y ambos se contraponían al nuestro, que buscaba el equilibrio racional y de área, según las circunstancias.
Otros contradictores. El contratista también se consideraba
con derecho a dar su opinión y hasta exigir. Se basaba en el hecho que estaban
trabajando para los norteamericanos y que la embajada en Colombia tenía peso
político en los asuntos internos.
Creían que su seguridad debía ser de tipo policivo. Como la que una empresa de seguridad privada contrata con porteros de bancos o para almacenes comerciales. Ellos pensaban que nuestra tropa de combate debería ser casi una armadura o escudo individual protector de trayectorias de disparos como si fuésemos sus chalecos antibalas.
Creían que su seguridad debía ser de tipo policivo. Como la que una empresa de seguridad privada contrata con porteros de bancos o para almacenes comerciales. Ellos pensaban que nuestra tropa de combate debería ser casi una armadura o escudo individual protector de trayectorias de disparos como si fuésemos sus chalecos antibalas.
Por el contrario,
nosotros, teníamos la convicción que debíamos tener flexibilidad, oportunidad,
mimetismo, sorpresa, despliegue y otros conceptos. Varios de los cuales pertenecen
a las teorías generales sobre la guerra regular de Carl Von Clausewitz pero
llevados a la guerra de baja intensidad, que es diferente a la tratada por el
famoso teórico. Y aunque esta era una guerra irregular, muchas de sus ideas son
aplicables siempre y cuando sean adaptadas correctamente.
Y no era que
nuestras apreciaciones fuesen tampoco infalibles y totalmente certeras. Como
acostumbran los particulares exigir cuando suelen decir, para pedir con fuerza,
que se les “garantice”.
Término habitual en la argumentación sindical. Sabiendo que en seguridad todo esquema siempre tiene sus falencias. La seguridad completa es siempre una utopía analítica e imaginaria. Algún riesgo existe y más en estos casos cuando el margen de incertidumbre no se puede reducir completamente. Solo se puede lograr un mínimo aceptable y el resto es peligro que se tiene que asumir.
Término habitual en la argumentación sindical. Sabiendo que en seguridad todo esquema siempre tiene sus falencias. La seguridad completa es siempre una utopía analítica e imaginaria. Algún riesgo existe y más en estos casos cuando el margen de incertidumbre no se puede reducir completamente. Solo se puede lograr un mínimo aceptable y el resto es peligro que se tiene que asumir.
Las influencias. Los trabajadores y sus ingenieros directivos
locales, presionaban a los altos directivos externos de la compañía contratista para
que nos exigieran en ese sentido. Bajo criterios de seguridad laboral o
de compromiso contractual, con los diplomáticos que les habían asignado el
proyecto.
Por intermedio de ellos podían influenciar sobre nuestro gobierno nacional y, desde luego, este sobre nuestros superiores militares y su EMC. Los que también eran permeables porque desconocían los detalles de lo que acontecía en el terreno y en la maniobra. Y seguían siendo militares incondicionales reverenciales a todo cuanto los extranjeros les exigieran. Nada había cambiado desde cuando salimos de esa leonera. De esa manera, los civiles demostraban su ignorancia sobre los asuntos militares pero con posibilidad de fuerte influencia indirecta.
Por intermedio de ellos podían influenciar sobre nuestro gobierno nacional y, desde luego, este sobre nuestros superiores militares y su EMC. Los que también eran permeables porque desconocían los detalles de lo que acontecía en el terreno y en la maniobra. Y seguían siendo militares incondicionales reverenciales a todo cuanto los extranjeros les exigieran. Nada había cambiado desde cuando salimos de esa leonera. De esa manera, los civiles demostraban su ignorancia sobre los asuntos militares pero con posibilidad de fuerte influencia indirecta.
Nos distraía mucho
y debíamos evitar hasta dar explicaciones, con el fin de prevenir o atenuar conflictos
indirectos con nuestros superiores o los diplomáticos. Tratábamos de satisfacer
lo mejor posible los requerimientos. Aunque siempre bajo el temor de que si se
daban satisfacción a esas exigencias particulares y el dispositivo fallaba, fácilmente estaban dispuestos a mostrarlo como error nuestro. No de su errada doctrina y personales caprichos.
Lo que vimos hacer cuando allí estuvimos y ya lo comentamos. O, también, si fuese lo contrario, que si nuestro esquema también fallase, se nos podía acusar de no actuar en ese tema bajo criterios básicos militares. Y el contratista, fácilmente, podía aducir falencia sobre la seguridad de nuestra parte para justificar la paralización de las obras o para pedir adiciones económicas. El procedimiento habitual de todas nuestras empresas de ingeniería que licitan con el gobierno.
Lo que vimos hacer cuando allí estuvimos y ya lo comentamos. O, también, si fuese lo contrario, que si nuestro esquema también fallase, se nos podía acusar de no actuar en ese tema bajo criterios básicos militares. Y el contratista, fácilmente, podía aducir falencia sobre la seguridad de nuestra parte para justificar la paralización de las obras o para pedir adiciones económicas. El procedimiento habitual de todas nuestras empresas de ingeniería que licitan con el gobierno.
Confrontación. Asuntos que no
contribuían a la armonía entre los dos. El miedo no les permitía entender
nuestra posición y nosotros no podíamos comprender sus desconocimientos. En este y en los demás campos mencionados.
Los que, normalmente, no eran sobre la parte académica de la ingeniería civil
sino de la administración y la gerencia científica.
Ellos se consideraban aptos para definir cómo debía ser la seguridad aunque nosotros no interveníamos en sus métodos de ingeniería, así viésemos que estaban cometiendo errores, como los ya mencionados y otros que se dieron. Y los que más adelante mencionaremos. Los que fueron el motivo básico de su descalabro en el cumplimiento del contrato.
Ellos se consideraban aptos para definir cómo debía ser la seguridad aunque nosotros no interveníamos en sus métodos de ingeniería, así viésemos que estaban cometiendo errores, como los ya mencionados y otros que se dieron. Y los que más adelante mencionaremos. Los que fueron el motivo básico de su descalabro en el cumplimiento del contrato.
Y no pudieron
nunca argumentar que se había debido a insuficiente seguridad, porque, a pesar
de las dificultades y discrepancias, siempre se les mantuvo libres de peligro. Les
manteníamos contenida y alejada la amenaza. Pero ellos no eran capaces de
visualizar nuestra prudencia con sus asuntos internos de ingeniería para
correspondernos con sus exigencias sobre nuestros criterios íntimos sobre la
seguridad.
Si en el campo militar hay soberbia, lo es más en el campo civil que la militar y eso destruye la armonía. El fanatismo es ciego.
Si en el campo militar hay soberbia, lo es más en el campo civil que la militar y eso destruye la armonía. El fanatismo es ciego.
La inteligencia. Las operaciones de inteligencia eran
difíciles, debido al miedo y el hermetismo al que el enemigo había sometido a
la población. Sospechábamos que era muy factible que estuviésemos despertando
un león dormido. Pero esta fiera montaraz insurgente la preferíamos a la fiera urbana burocrática del EMC.
De todas formas no desistíamos en mantener una posición media entre ofensiva y defensiva. Buscábamos salir de la extrema pasividad del pasado que, con el tiempo, se había convertido en peligrosa inacción y debilidad. Hacíamos lo posible. Aunque restringidos por los recursos, el desconocimiento de la magnitud de la amenaza y las pocas ventajas que eran necesarias.
Teníamos que aprovechar las escasas oportunidades de éxito y los sorpresivos blancos de ocasión que fuesen rentables. Se requería un adecuado equilibrio entre fortalezas y debilidades. Entre amenazas y oportunidades.
De todas formas no desistíamos en mantener una posición media entre ofensiva y defensiva. Buscábamos salir de la extrema pasividad del pasado que, con el tiempo, se había convertido en peligrosa inacción y debilidad. Hacíamos lo posible. Aunque restringidos por los recursos, el desconocimiento de la magnitud de la amenaza y las pocas ventajas que eran necesarias.
Teníamos que aprovechar las escasas oportunidades de éxito y los sorpresivos blancos de ocasión que fuesen rentables. Se requería un adecuado equilibrio entre fortalezas y debilidades. Entre amenazas y oportunidades.
Aunque la
situación de seguridad era bastante crítica, denominábamos el lugar con el
término de Base Aérea. Más para darnos cierta preponderancia institucional y
automotivación sicológica, igualándonos con las verdaderas Bases Aéreas, pero con
eso no hacíamos mérito a la verdad. Éramos realmente un simple Grupo Aéreo de
presencia local. Por supuesto muy poco de lo que es un Comando de Combate. Aunque cuando era de exigencias, se nos decía que si debíamos serlo y como tal actuar. Realidad que los comandantes anteriores no se habían atrevido a evidenciar antes su superiores.
El
primer hangar. Internet.
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