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DÍAS EN EL VAUPÉS
1950
PARTE
8
• EL DOCTOR ENRIQUE PÉREZ ARBELÁEZ. Pudo
decir: "La forma (refiriéndose la frontera con el Brasil) de los cursos
sinuosos de ríos y crestas arbitrarias, son como si fueran una bruja que
estuviera riéndose con encías desdentadas mirando al sureste". Fue el país
vecino, apoyado en el dicho pagano "quia nominor leo", “porque soy
más poderoso”, quien mutiló a Colombia arrancándole desde la piedra del Cocuy
al Cerro Cupí. Al río Cababurí, al Río Negro. Al río Yurubaxí. A la laguna de
Cumapí. Al río Caquetá. Al Amazonas. Donde eran los límites antiguos, para
venir a ver cómo avanzan hasta Yavaraté por el Vaupés, hasta Melofranco por el
Papurí, hasta el Querarí afluente del Vaupés y por el sur casi hasta el
Apoporis, siguiendo meridianos y paralelos arrebatándole a nuestra patria
espacio vital para el porvenir, en total 180,000 km², según reza otra obra
("La Amazonia"), que tengo ante mis ojos. Siquiera “la bruja desdentada"
quedó con su lengua formada precisamente por el río Vaupés y Papurí. Con esta
lengua está reclamando Colombia, a la faz del mundo y ante el coloso del Este,
para que le devuelva todo lo que es suyo o al menos, le dé alguna indemnización
como lo hizo el coloso del Norte en lo relativo a Panamá. Pienso en esta pobre
Colombia que no nació con estrella sino estrellada, porque le arrojan zarpa por
el norte, por el oriente y por el sur. Dígalo Leticia, dígalo el Vaupés. Dígalo
Panamá.
COMENTARIO: Monseñor, con sus lamentaciones, reúne en este capítulo las memorias de las pérdidas
de territorio sufridas por las ambiciones de oras naciones abusando de nuestra
actitud pacífica y nuestra debilidad internacional, ocasionada por los conflictos
internos y desordenes políticos. El solo recuerda algunos pero son más. Podemos
agregar la Costa Mosquitia junto con toda Costarrica, los Islotes de los Monjes, la costa seca de la Guajira, las tierras entre el Putumayo y el rio Napo, los intentos de invasión de
los peruanos que, afortunadamente, logró contener el mariscal Sucre y los de
ahora donde Nicaragua intenta arrebatarnos el archipiélago. Eso en cuanto al concepto
terrestre. Porque en cuanto al aéreo tenemos una gran extensión perdida que casi
nadie conoce y por eso no es de importancia en la conciencia nacional. Solo pocos
que hemos planteado el concepto sin mayor interés por parte de quienes están destinados
y deben a proteger ese patrimonio. Esta es mi propia queja.
• LA SERPIENTE. Nos fue preciso dormir
esta noche en tierra de neo-brasilera porque no hay malocas. Son cuatro
malocas. Una verdadera colonia, como de 30 personas. También pensé en este
lugar brasileño que fue de Colombia. Viajamos con afán de llegar al mediodía
Montfort. Cuando ya el sol había calentado nos encontramos enrollada, en unos
maderos caídos, una boa de 7 m de largo. Estaba dormida y el padre Carmona,
quien la vio, tuvo tiempo de ir a buscar la escopeta. Diole un balazo. La abrió
y en su vientre le encontró un venado entero triturado cuando apenas empezaba a
digerirse. Con razón las llaman constrictor. En este trayecto acabé de
confirmarme en lo sabido de las violaciones del territorio colombiano y de los
derechos individuales de nuestros salvajes. Derechos inviolables aunque vivan
con las fieras del bosque y en desnudez.
MALOCA
• CIERTOS NOMBRES. Conocí las hojas del
árbol que sirve para frotar las "cuyas" (totumas) y darles el brillo
especial que acostumbran. Las hojas tienen las características del papel de
lija para abrillantar el hierro. Se llama "puní". En Montfort. Aquí
sentí alegría. Es el primer centro Javeriano en el Papurí. El recibimiento fue
entusiasta y bellísimo. Lástima de la bendita maquinada filmadora que resolvió
dañarse desde antier. (Con el calor y la intensa humedad, las películas de
acetato se derretían y eran convertidas en una gelatina pegajosa. (COMENTARIO. Si se
salvaron algunas de ellas deben estar en Santa Rosa de Osos). Llegamos en
desfile entre arcos sumamente artísticos hechos con hojas de palma que usamos
el domingo de Ramos, pero dignas de aparecer en cualquier metrópoli. Eran arcos
tejidos, que más parecían portalones góticos unos, romanos otros y barrocos los
de más allá.
• LA MADRE LAURA. Eran unas 70 familias
con un total de 350 habitantes. La escuela de varones que dirige el hermano
Jesús Antonio Rojas con la escuela de niñas dirigidas por las hermanas de la
Madre Laura que tienen 38 alumnas.
BIENVENIDA
EN MITÚ
• LA FARIÑA. Es casi exclusivo alimento
de los indígenas. Por ninguna parte se ven fiambres y si muchas hambres en
hombres, mujeres y niños. Que rudimentarias alimentación. La fariña la cargan
en cestos que llama “paneros”. No conocen siquiera la moneda, la que por otra
parte no necesitan por ahora en estas transacciones incipientes. El método de
compras y ventas es el intercambio de objetos y trabajo. Pero los
"objetos" de que disponen los indios se reducen a dos: fariña que
sacan de sus yucales y trabajo personal que se computa en dinero. En este
Montfort hay 350 habitantes, en Piracuara 450 y en Teresita 500. Hacia
Piracuara.
• LAS MONJAS. Al mediodía estamos en
Piracuara que significa: “cueva de los tigres". Este Piracuara tiene tres
hermanas religiosas, las que están encargadas de las dos escuelas de niñas y de
varones. Los padres de Montfort, las visitar con mucha frecuencia, mientras de
Yarumal mandan los otros padres que urgen aquí.
• LOS PARIAS. Los padres tienen que ser
maestros de la fe, maestros de los niños, inspectores civiles, ingenieros,
arquitectos, agricultores, médicos, enfermeros, dentistas, constructores y
ganaderos. Tienen que ser artistas en todo. En consecuencia urge establecer en
Yarumal la cátedra de todas estas asignaturas para darles una serie de recetas
o fórmulas caseras. Encontré aquí algo que no vi en Mitú. Un grupo de nativos,
los "ilotas Macues", los padres de estas razas, separados de los demás indígenas por
prejuicios inexplicables, por lo cual no los admiten en ninguna parte. Dicen
que los Macues no tienen alma, que son como los animales de la selva, dignos de
todo desprecio. Ellos mismos reconocen su "inferioridad",
sugestionados por las demás tribus y se alejan de ellas. Los que mas se
retiran, especialmente las mujeres, sin trabar palabra con los demás. Me dicen
los misioneros que es casi imposible reducirlos. Hicieron su barrio propio,
retirados unos 200 m del resto del poblado. Me fui a visitarlos en su barrio y
me recibieron muy amables, aunque sin hablarnos, porque padecen de un mutismo
natural, efecto de su complejo de inferioridad ante las demás tribus. Son
además sumamente hábiles para la agricultura, de modo que las otras tribus se
valen de ellos para sus “chagra" o cementeras.
• HACIA TERESITA. El padre Félix había
llegado con su motor. A remo sólo estaríamos a día y medio, con el motor
solamente seis horas. Pero las cachivera son tremendas y hay que quitar el
motor y echarlo al hombro por el correspondiente desvío. En el propio
puerto me saludan con la amabilidad de siempre de todos los pueblitos. Se les
ocurrió salir rio arriba en canoas grandes y pequeñas en número de cuatro. Dos
de ellas por los niños y dos por las niñas. Llevando los primeros una gran
bandera colombiana y ellas la pontificia. Aquello había merecido una filmación.
Pero somos tan demalas que los rollos se descompusieron tornándose en una
gelatina pegajosa, a causa del calor y la humedad.