
El fin es compartir temas y crónicas personales de la vida profesional en la Fuerza Aérea Colombiana y resúmenes de historia militar. En especial los que son escasos. Disfrútenlos. La caratula es el Douglas DC 4 con matrícula FAC 690. Avión presidencial a mitad de siglo XX. Después convertido en transporte de tropas y material. Fuimos privilegiado de volar este avion hasta cuando pasó al museo aeronáutico. Está completo y es mostrado en su merecido descanso.
AERONAUTAS Y CRONISTAS
lunes, 13 de julio de 2020
METEOROLOGÍA AERONÁUTICA EN COLOMBIA
“METEOROLOGÍA AERONÁUTICA”
Por
compromisos internacionales adquiridos para la navegación aérea, fue necesario
disponer de un sistema de servicio meteorológico aeronáutico. Con el crecimiento
de la aviación en el mundo, Colombia se adhería a los pactos que surgieron
desde el mismo comienzo de la aviación. Como la Comisión Internacional de
Navegación Aérea ICAN (1903). La Asociación Internacional de Transporte Aéreo IATA
(1919). Y la Organización de Aviación Civil Internacional OACI (1944) adscrita
a la naciente Organización de Naciones Unidas ONU (1945).
Por
otro lado, en forma paralela, por la necesidad de conocer los efectos
atmosféricos e hidrológicos para la agricultura, las hidroeléctricas, los
distritos de riego, la prevención de desastres, las obras civiles y demás, organizamos
un sistema meteorológico. Que terminó, con los años, siendo el instituto de
Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras HIMAT. Que, fácilmente, podía
prestar el servicio a la aviación y los dos demás propósitos mencionados.
Porque
una sola organización e infraestructura meteorológica, podía captar la
información inicial que sirve para todas necesidades. La meteorología aeronáutica
que difiere muy poco en la aplicación final de la misma información, que es un
asunto de proceso. Pero eso no sucedió. El HIMAT y la Aerocivil no se
entendieron. Por resistencias al modernismo del HIMAT y celos profesionales del
lado aeronáutico.
Entonces la Aerocivil asumió la meteorología aeronáutica. Era parte del Servicios de Información Aeronáutica AIS. (Acrónimo de su denominación en inglés: Aeronautical Information Service). De esa forma en Colombia existieron, por muchos años, dos sistemas meteorológicos paralelos redundantes en costos, burocracia y desempeño.
Habiéndose
creado, para finales del siglo XX, el Ministerio del Medio Ambiente (1993), se
modernizó el viejo y ya poco actualizado HIMAT. El cual fue transformado en el Instituto
de Estudios Ambientales IDEAM. En el proceso, se evidenció la vieja e improcedente
desvinculación, entre las dos meteorologías, la aeronáutico y la ambiental. Por
ello se acordó unificar todos los servicios meteorológicos. El terrestre y el
aeronáutico. Para corregir una condición injustificada.
Pues,
los criterios de eficiencia, buen empleo de recursos y mejora del servicio, han
indicado, en todo el mundo, que deben ser una sola organización para diferentes
fines. Además del principio de la sinergia que demanda el desarrollo nacional. Sin
embargo, aun siendo empleados favorecidos del presupuesto nacional, han tenido
reticencia a todo cuanto sea oficial. Por inclinaciones e ideologías políticas. Supuestamente
por impedírseles implantar doctrinas sociales y de gobierno venidas de otras
partes con motivo de la Guerra Fría.
Pero hay más. Inicialmente se pretendió que el servicio de la Aerocivil prestara el servicio al campo militar con eficacia. Lo cual no sucedió. El servicio meteorológico aeronáutico de la Aerocivil, también terminó restringiendo, la información meteorológica indispensable a la aviación militar. Situación que generó dependencia bastante inconveniente. Y ante esa nueva falencia, la aviación militar tampoco desarrolló su propio servicio, quedando sujeta a la buena voluntad y los caprichos
de los empleados aeronáuticos. Que si lo
hubiese hecho, en lugar de corregir el gigantismo del Estado, lo habría
aumentado.
De
todas formas, el mutante proceso y la buena intención de unificación, no ha estado
exenta de errores. Para 1998 aún se podía ver en los despachos de AIS a
funcionarios de la Aerocivil y los del IDEAM que no actuaban coordinadamente.
Los primeros continuaban dedicados simplemente a recibir planes de vuelo. Y, los
otros, no solo no ofrecían la información meteorológica sino que, incluso, si
se les pedía no sabían darla.
Algunos
salían fácil del asunto, únicamente, señalando con la mano, al solicitante, los
mapas de vientos, burdamente elaborados, desactualizados y nada más.
Supuestamente información suficiente para esquivar su obligación del buen
servicio.
Hasta
mostraban disgusto por haberles pedido una atención que ni ellos entendían. Los
tan usados informes meteorológicos, como el conocido METAR, no los hacían. Después,
cuando algo empíricamente aprendieron, los elaboraban con errores. Ni sabían que
era un Reporte de Pilotos PIREP o un Cuadro Sinóptico. Menos una predicción.
Siempre disculpándose con lo que, para ellos, es la indescifrable Zona de
Confluencia Intertropical. Lenguaje medicamentoso y utlraespecializado bastante
útil para impresionar y evadir su deber, pero inútil al vuelo.
Era evidente que no podían explicar cómo los fenómenos atmosféricos afectarían la navegación aérea en ese día ni en las rutas que los pilotos volarían. Por ello, trataban de pasar desapercibidos para que no se les fuese a notar su falta de idoneidad aeronáutica. De pocas palabras. Con timidez innecesaria o fingida, y sin profundidad en el tema, ante el personal de vuelo. Por ello pretender con ellos una Charla Prevuelo del Estado del Tiempo (El acostumbrado mundialmente “Preflight Weather Breafing”) era imposible.
Se
intentó corregir el defecto. Pero la resistencia al cambio, usando incluso insinuaciones
sindicalistas, la falta de pensamiento modernista, la corta educación y el atraso
cultural, lo hizo imposible. Se debió desistir del intento. Posiblemente, después
de más de veinte años, puede que las cosas hayan cambiado.
Este
recuento en este este aspecto, que no difiere mucho de otros, también aeronáuticos,
nos muestran como nuestro progreso se mantiene atrasado con respecto al avance
mundial. En especial, en implantar las modernas tecnologías inventadas para el
bienestar y la felicidad humana.
La
conclusión es que las tripulaciones deben estar preparadas para solventarse,
por otros medios o por sí mismas, sobre las condiciones meteorológicas. Sin necesidad
de ser especialistas. Pues han sufrido bastantes desastres aéreos causados por los
fenómenos atmosféricos. Los que, muchos, han sido evitables. Así solo fuese,
con tan solo un poco de comprensión y previsión de parte de las tripulaciones.
Pero que, en su mayoría, debido a las deficiencias e ineficiencia del personal
que debe prestar un buen servicio de
apoyo al vuelo. Como lo es la meteorología.
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