Un hecho reciente.
34. La confirmación.
Después de estos acontecimientos, la Base Aérea de Tres Esquinas ha prestado
grandes beneficios a la seguridad
nacional y al orden público regional.
Todo debido a la inmensa dedicación y el esfuerzo que ha puesto ya bastantes años después de nuestra volátil estadía. Sus integrantes, habiendo reunido más sacrificios que los que pusimos en nuestros momentáneos esfuerzos, han dado continuidad al empeño profesional de aumentar el bien para la nación y el de su abnegado pueblo.
Todo debido a la inmensa dedicación y el esfuerzo que ha puesto ya bastantes años después de nuestra volátil estadía. Sus integrantes, habiendo reunido más sacrificios que los que pusimos en nuestros momentáneos esfuerzos, han dado continuidad al empeño profesional de aumentar el bien para la nación y el de su abnegado pueblo.
El lamentable
suceso que más ilustró la importancia de haber impulsado la trasformación del
GASUR al CACOM, esfuerzo que los demás continuaron, en especial sus moradores
permanentes, fue el desastre en abril de 2017. Un potente deslave destruyó
gran parte de la ciudad de Mocoa. Cinco días después del suceso, el reciente Comando
Aéreo de Combate 6, CACOM 6, reportaba valiosos resultados en auxilio.
Desde el
primer momento se empeñó en ayudar, aprovechando la privilegiada ubicación sobre
la confluencia del río Caquetá y el Orteguaza a 170 kilómetros al oriente del
suceso. Al instante desplazó toda la capacidad aérea al sencillo aeropuerto de
Villagarzón, a 6 kilómetros al sur de Mocoa, desde donde ejecutó operaciones
aéreas diurnas y nocturnas.
Vista
aérea del desastre en Mocoa
Empleó
su capacidad de búsqueda y recuperación en combate por vía aérea, para salvar a
las víctimas de la avalancha y evacuación de damnificados. Puso al servicio aeronaves
medicalizadas y personal paramédico en configuración de ambulancia militar. A los
8 días de operación contabilizan 62 pacientes llevados a centros hospitalarios
de Bogotá, Neiva y Popayán.
Por
razones humanitaria y para poner al abrigo de familiares, de instituciones de
ayuda social o particulares, habían evacuado 603 personas a diversas ciudades y
los cascos urbanos más próximos del sur del país.
La FAC
había transportado por vía aérea y con despliegue rápido, bajo la coordinación
del CACOM 6, 277 mil libras de equipos y suministros. En especial, lo de más
urgente necesidad como el material médico y alimentos.
Efectuó periódicos sobrevuelos sobre las cuencas hidrográficas de los ríos desbordados para evaluar la factibilidad y la amenaza de repetición de otra tragedia. Para ello se acompañó de personal de meteorólogos, geólogos, hidrólogos, ambientalistas y expertos en desastres.
Efectuó periódicos sobrevuelos sobre las cuencas hidrográficas de los ríos desbordados para evaluar la factibilidad y la amenaza de repetición de otra tragedia. Para ello se acompañó de personal de meteorólogos, geólogos, hidrólogos, ambientalistas y expertos en desastres.
Llevó al
lugar de la tragedia casi todos los socorristas, tanto militares como civiles,
Cruz Roja, Defensa Civil, médicos, enfermeros, rescatistas, Policía para organizar
la ciudadanía y prevención de delitos. Tropas para protección de los
damnificados y apoyo a las fuerzas de auxilio.
Para ello el Comandante del CACOM 6 creó y se ubicó de continuo en el lugar con el Centro Improvisado de Crisis, CIC, para hacer la mejor coordinación con la demás autoridades nacionales que apoyaron la emergencia.
Para ello el Comandante del CACOM 6 creó y se ubicó de continuo en el lugar con el Centro Improvisado de Crisis, CIC, para hacer la mejor coordinación con la demás autoridades nacionales que apoyaron la emergencia.
En
esta tarea empeñó de continuo 11 aeronaves tales como dos aviones Hércules con
capacidad de llevar 30 toneladas por vuelo, cargas voluminosas, como tanques para
agua, ropas, frazadas hospitalarias, vehículos de rescate y equipos diversos. 3
aviones Casa 295 y 3 Casa 212. Helicópteros, incluido un Black Hawk ambulancia
de alta tecnología llevado desde la Base Área de Rionegro en Antioquia.
Rescatando vidas en Mocoa
Es un despliegue
rápido que, en profundidad nacional, demanda tripulaciones con su logística, alojamientos, alimentación, apoyo
técnico y combustibles para las aeronaves. Coordinación operacional para empleo
óptimo y organización de la maniobra para que se ejecute en orden y
confiabilidad, sin correr el riesgo de un accidente.
Es mucho
el beneficio que se logra con unidades militares ubicadas en regiones
aparatadas. Donde la ayuda que prestan es altamente valiosa, aprovechado su estratégica
avanzada en los sectores de colonización, aislados y fronterizos. Que demandan mucha
presencia estatal desconcentrada de la parte central de la nación.
Lo que
ratifica y justifica el esfuerzo nacional que se ha logrado en el cambio de las
ideas y con una misión que, en su tiempo parecía demasiado extraña a los
escépticos: La creación de un CACOM en el sur del país.
Hecho que se concretó unos pocos años después de estos eventos, cuando ya no hacíamos parte de su planta de personal.
Hecho que se concretó unos pocos años después de estos eventos, cuando ya no hacíamos parte de su planta de personal.
Solo tratamos de invertir la concepción general, que se tenía de la realidad, para empezar a implantar una idea casi que utópica y fantasmagórica. Como si hubiésemos sido, o como algunos burlones nos veían, los alquimistas influenciados de brujerías por descubrir la piedra filosofal. O, como mínimo, obstinados templarios por resguardar un perdido Santo Grial.
Epílogo
A los pocos
días del combate de Las Delicias fuimos relevados del mando por tiempo y misión
cumplida del objetivo institucional. El de iniciar la transformación de un remoto
GASUR en un CACOM. En cuanto a la meta personal. El demostrar la contrapuesta visión
del conflicto interno de baja intensidad, entre la capital centralizada y la
provincia descentralizada. Y la necesidad de armonizarla. Entre los altos
mandos analíticos y los subalternos prácticos. Entre los teóricos y los realistas. Es decir:
“Entre Leones y Ratones”
Pos Data. La
Fuerza Aérea Colombiana merece el reconocimiento de ser una fuerza militar transformadora e innovadora de la tradicional y conservadora doctrina militar colombiana.
La que mantenía concentradas la mayoría de sus fuerzas en el centro de la nación, en una actitud pasiva defensiva y, más bien, tímida. Por eso ha adoptado la política del despliegue de unidades avanzadas y desconcentración del centro del país.
La que mantenía concentradas la mayoría de sus fuerzas en el centro de la nación, en una actitud pasiva defensiva y, más bien, tímida. Por eso ha adoptado la política del despliegue de unidades avanzadas y desconcentración del centro del país.
Ha
dispuesto de una mentalidad de modernización de la cultura militar nacional que
tanta falta nos ha hecho. Evolución que, de haberse emprendido antes de que la
misma FAC existiera, es bastante factible que no hubiésemos sufrido las
vergonzosas humillaciones de pérdida de la soberanía por parte de las naciones agresivas
e invasoras de nuestra integridad territorial.
Como fue el caso del doloroso y más notorio, a nivel mundial, del arrebato del istmo de Panamá.
Como fue el caso del doloroso y más notorio, a nivel mundial, del arrebato del istmo de Panamá.
En ese
cambio está la creación de unidades aéreas de frontera durante el último tercio
del siglo XX. Logros debidos al gran esfuerzo de su recurso humano. Que,
partiendo de casi que ridículas y vetustas instalaciones, ha logrado conformar
unas potentes unidades militares para la estabilidad y la seguridad nacional.
Tenemos
la complacencia de decir que en varios de esos proyectos también aportamos
nuestro esfuerzo haciendo múltiples vuelos de apoyo a esas incipientes bases
aéreas.
En esos propósitos compartimos inquietudes con muchos compañeros entregados con empeño al cumplimiento abnegado de su ideal profesional. Misiones en las cuales algunos de ellos perdieron la vida mientras que nosotros tuvimos la suerte de sobrevivir para contar.
En esos propósitos compartimos inquietudes con muchos compañeros entregados con empeño al cumplimiento abnegado de su ideal profesional. Misiones en las cuales algunos de ellos perdieron la vida mientras que nosotros tuvimos la suerte de sobrevivir para contar.
Porque ante la irremediable falta de equipo aéreo moderno, hasta usamos muchos de los anticuados aviones de trasporte incautados durante la persecución de la mariguana, que era llevada a los EE UU desde la costa norte colombiana.
Los mismos que eran sacados de los cementerios de aeronaves desechadas en esa nación, por su antigüedad, por expilotos militares de la guerra de Viet Nam. Que se exponían a esos peligroso vuelos por la física necesidad de su adicción.
También,
en la mayoría, incómodas estadías, pero no tediosas porque todo estaba por
hacer, a las que fuimos destinados en comisiones temporales o como personal de
planta permanente. Para construir, antes que solo preservar, porque teníamos
que partir de la nada.
Como fue el caso en el archipiélago de San Andrés donde iniciamos durmiendo en el espacio de una estrecha oficina facilitado por el Bienestar Familiar, aledaña al aeropuerto Rojas Pinilla. Pero que por ello ahora podemos recordar con satisfacción que participamos en su fundación y desarrollo.
Como fue el caso en el archipiélago de San Andrés donde iniciamos durmiendo en el espacio de una estrecha oficina facilitado por el Bienestar Familiar, aledaña al aeropuerto Rojas Pinilla. Pero que por ello ahora podemos recordar con satisfacción que participamos en su fundación y desarrollo.
Entre
esas unidades de expansión de la Fuerza Aérea están los Comandos Aéreos de
Combate en San Andrés. En Marandúa. En Barranquilla. En Tres Esquinas. Y sugiriendo
la creación del Comando Aéreo de Combate en Cali.
Después,
y cuando ya estábamos por fuera del servicio activo y por tanto no intervenimos,
la FAC creó el Comando Aéreo en Leticia. Todo porque su lema es el de:
SIC
ITUR AD ASTRA
(Así
se llega a las alturas)
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