INTRODUCCIÓN
Con el fin de complementar la historia aeronáutica del suroeste, publicamos una investigación sobre el accidente de los aviones peruanos en Urrao elaborada por el escritor e historiador urraeño Jaime Celis Arroyave.
Es
primordial que las personas locales recopilen los hechos del pasado. Eso nos da
sentido de territorialidad, pertenecía y posicionamiento dentro del contexto
regional y nacional. El progreso de la nación no ha sido hecho a costa de pocos
esfuerzos de nuestros antecesores que nos dan lección de lo que debemos hacer
ahora por el futuro.
Como
siempre, esperamos que se disfruten estos recuentos anecdóticos e históricos
que nos enorgullecen y hacen sentir el valor de nuestra gente.
Cordialmente:
Coronel Iván González U.
LOS AVIONES DE LA FUERZA AÉREA PERUANA EN
URRAO.
JAIME CELIS ARROYAVE.
2013.
PRESENTACIÓN
El 15
de septiembre de 1946, cinco aviones, AT-6, que habían sido adquiridos por la
Fuerza Aérea peruana a Estados Unidos (que seguramente habían sido utilizados
por este país en la recientemente terminada segunda guerra mundial), en su
viaje a Lima aterrizaron inesperadamente en el aeropuerto en construcción de
nuestro pueblo. Esto causó una enorme conmoción entre la gente que, en su
mayoría, se desplazó al lugar de los acontecimientos, para conocer o ver de
nuevo estos aparatos maravillosos.
Este
suceso, que presencié personalmente, cuando no había cumplido los ocho años, lo
describí en mi libro HISTORIA GENERAL DE URRAO, acompañado de una foto que
gentilmente me facilitó la familia Arroyave Vélez. Posteriormente, publiqué, en
el NOTICIERO PATRIMONIAL, el relato de dicho acontecimiento, el cual fue
conocido por Hernán Vélez Tabares, quien consideró oportuno ponerse en contacto
con el Cónsul de Perú, en Medellín, el doctor Darío Castrillón Valencia. Este,
una vez enterado del hecho, vio la necesidad de resaltarlo y, para el efecto,
propuso realizar un acto, en el aeropuerto de nuestro municipio, con la
asistencia de los descendientes de los pilotos, para colocar allí una placa
conmemorativa.
Inmediatamente,
con mucho ánimo, se puso en contacto con sus conocidos en Lima e inició el
rescate de muchos datos, siendo lo más importante la relación que estableció
con los familiares de los protagonistas, quienes han mostrado mucho interés en
la propuesta del Cónsul.
Posteriormente,
vimos la necesidad de publicar este documento, pues los relatos y fotos
conseguidos bien lo ameritan. Aquí, en consecuencia, ampliamos este episodio de
nuestra historia, resaltando como si es posible, con el aporte de la gente y de
sus dirigentes, avanzar en la recuperación de nuestra HISTORIA INVISIBLE.
EL
AUTOR.
FOTO EN LA SEDE DEL CONSULADO DE PERÚ, EN, MEDELLÍN.
SENTADO, EL CÓNSUL, DARÍO CASTRILLÓN VALENCIA; EN LA
PARTE IZQUIERDA, JAIME CELIS ARROYAVE; EN LA DERECHA, HERNÁN VÉLEZ TABARES.
TESTIMONIOS PARA UNA HISTORIA. JOAQUÍN EMILIO
ESCOBAR, EN SU LIBRO ALMANAQUE URRAEÑO.
“1946-Septiembre
15- Aterrizan en el aeropuerto de Urrao, en construcción apenas, cinco aviones
peruanos. Eran las tres de la tarde de un día domingo cuando iniciaron la
inspección del campo y luego principiaron a descender.
El
primero en llegar fue el Nro. 326, manejado por el Comandante Jefe de la
escuadrilla, señor Juan Blum. El segundo fue el número 373 que se salió de la
pista y rodó por la pendiente del río hasta la carretera, y se destrozó. El
tercero fue el Nro. 375. Al piloto y al mecánico del Nro. 373 nada les sucedió.
Es un
caso curioso el que se relaciona con el No. 373, pues sumados esos números, dan
un total de 13. El piloto del avión era José Jorqueira (sic), nombre que tiene
13 letras; y el mecánico llama o llamaba Eleázar Rovira, nombre que también
tiene 13 letras. ¿No es mucho coincidir el número 13 en este adverso
acontecimiento?”
JAIME CELIS ARROYAVE. HISTORIADOR.
Era
apenas un niño, ya que estaba a diez días de cumplir los ocho años. Tal vez,
por esa razón, este hecho me impactó, de tal manera, que aún tengo imágenes muy
claras de lo ocurrido en aquella ocasión.
Me
encontraba en la plaza principal, donde se realizaba el mercado dominical;
inesperadamente, hacia las tres de la tarde, se oyó un ruido atronador, que
obligó a que la gente levantara la vista al cielo; cual no sería nuestra
sorpresa al contemplar como, cinco aviones, sobrevolaban la población; pero,
fue mayor, cuando apreciamos que, en lugar de continuar hacia Medellín,
comenzaron a dar vueltas, hasta cuando iniciaron el descenso; entonces, alguien
gritó “¡van a aterrizar!”, exclamación que se generalizó, originando un caos no
visto, pues los campesinos, después de guardar lo que todavía no habían
vendido, altas personalidades, entre ellos nuestro cívico Alí Piedrahita, el
párroco y otros más, y claro está, los muchachos, nos dirigimos al aeropuerto,
en procesión, afanosamente, haciendo que la carretera que comunica el casco
urbano con el aeródromo, se convirtiera en una colmena humana.
La emoción
se desbordó, aún más, cuando vimos como uno de los aviones, el segundo en
aterrizar, se salió de la pista y se deslizó por la falda entre ella y la
carretera en mención, deteniéndose sobre ésta última; la parte delantera se
destrozó totalmente, pero el piloto y el mecánico salieron ilesos, el primero
con algunos rasguños.
Ya en
la pista, sin pavimentar, pues estaba sin terminar (este aeropuerto, el segundo
que tuvo Urrao, fue inaugurado en 1949), pudimos contemplar, asombrados, los
otros cuatro monomotores que, cada vez más, eran rodeados por la gente que
seguía llegando, inclusive algunos a caballo, mientras que los pilotos eran
admirados como seres de otro planeta.
Al
poco tiempo, se inició la sesión de fotos, y en ellas quedaron,
afortunadamente, impresas imágenes que nos muestran, con toda claridad, lo que
significó aquel acontecimiento sin par en nuestra historia.
Al día
siguiente, los aviones decolaron, también en medio de la conmoción general. El
aparato accidentado fue dado por perdido y, con el tiempo, fue desguazado para
utilizar sus partes, principalmente las latas, en la confección de artefactos
domésticos, como fogones, uno de los cuales fue a dar a casa de mi abuela,
Teresita Vélez de Arroyave, que la acompañó hasta el fin de sus días, en
Medellín.
JOSÉ JORQUIERA VELARDE, PILOTO DEL AVIÓN
ACCIDENTADO.
José
Jorquiera Velarde, piloto de la Fuerza Aérea Peruana, FAP, quien comandada el
avión accidentado, escribió, a máquina, un relato de lo ocurrido, que fue
conservado por sus descendientes; Transcribimos textualmente la parte
pertinente. Los paréntesis son nuestros.
“Ese
mismo año (1946) me nombraron en comisión para traer en vuelo aviones
(ilegible) a Augusta Georgia.
El
viaje de regreso no se realizó normalmente pues hubo una serie de incidentes
culminando el domingo 15 de setiembre con mi accidente en el pueblecito de
Urrao a unos 10 ó 15 minutos de Medellín.
La
Escuadrilla comandada por el entonces Comandante Juan Blume hacía la etapa de
Turbo-Cali. Sin haber tenido un tiempo malo y teniendo gasolina para seguir
volando, al pasar por el pueblecito que resultó ser Urrao se le ocurrió
aterrizar en un terreno que no era el apropiado. Como yo era el No. 2 de la
Escuadrilla lo seguí y no me fijé que él tuvo dificultad en el aterrizaje (viento
de cola) teniendo que revirar el avión al final del campo logrando felizmente
su objetivo.
Yo no
tuve esas suerte y por más que traté de revirar el avión llegué justamente al
final no ya de frente sino justamente cuando reviraba el avión quedándose la
rueda derecha en el abismo lo que hizo que me volteara como en cámara lenta
rodando hasta una carretera que pasaba cerca, lo que impidió seguramente que
siguiera hasta el fondo de la quebrada (el río Penderisco).
El
mecánico salió ileso, yo con pequeños cortes en la espinilla derecha y en l
barba así como golpes en el hombro.
Los
demás aviones siguieron volando y por radio el Cmdte Blume les dijo que
aterrizaran en sentido contrario, haciéndolo todos sin novedad.
No
bien aterrizaron los aviones casi toda la gente del pueblo estaba reunida. Nos
recibieron con alegría y curiosidad pues era la primera vez que llegaban
aviones a esa región (esto no es cierto; en 1933 y 1934 aterrizaron varios en
nuestro primer aeropuerto, el Manuel Dimas del Corral; más tarde, a mediados de
la década de 1940, estuvo Gustavo Rojas Pinilla, también en avión, revisando
los trabajos del aeropuerto). Como entre ellos había un médico me llevaron a su
consultorio a que me cosiera las heridas.
Esa
misma tarde en cuanto solicitamos ayuda para alargar un poco el campo que nos
sirvió para aterrizar, prácticamente todos los que tenían una pala o un pico se
hicieron presentes. Gente buena y desinteresada.
Tenían
el aspecto de un pueblecito de nuestra Sierra pues hasta vestían con sus
chullos y ponchos.
En
Urrao se quedó un Alférez y un Mecánico para tratar de recuperar lo más que se
podía del avión. Dado lo accidentado del terreno era imposible llevar
repuestos. Ese personal viajó por tierra hasta Medellín y de ahí por Panagra a
Lima.
Yo
pasé de copiloto del Cmdte Blume y decollamos (sic) rumbo a Medellín haciéndolo
primero el Alférez FAP (Fuerza Aérea Peruana) Jorge Delgado C. por indicación
del propio Cmdte Blume.
En
Medellín recargamos combustible y después de una etapa a otro pueblo, Cartago,
llegamos a Cali donde nos reunimos con la otra Escuadrilla.
A
partir de esta ciudad no hubieron (sic) mayores incidentes, llegando al Perú
sin novedad.
Posteriormente
presentamos los informes correspondientes al accidente, que una vez esclarecido
no se tomó ningún acción contra mí”.
A-EL COLOMBIANO, DE MEDELLÍN.
Reproducción de la primera página del periódico El
Colombiano, de septiembre 16 de 1946
Se Estrelló un Avión Peruano Ayer en Urrao
Faltó pista al piloto para hacer el aterrizaje. No
hubo víctimas en el accidente. Detalles.
Los
aviones en tránsito que vuelan en las rutas de Panamá hacia “El Guavito” en
Cali o hacia el aeródromo “Las Playas” de Medellín, tienen en la actualidad
como pista de emergencia para aterrizajes imprevistos, las del aeródromo del
“Penderisco” en la bella y hospitalaria población de Urrao, al occidente de
Antioquia.
En las
horas de la noche de ayer, recibimos en gentil mensaje telegráfico urgente
enviado de Urrao por nuestro amigo don Oscar de los Ríos, en el cual nos
suministra la información de un accidente aéreo registrado en el aeródromo del
“Penderisco”, sufrido por una máquina de la Aviación militar del Perú, cuyas
probables causas pueden referirse así: Seguramente la escuadrilla peruana
realizaba la ruta Panamá-Cali pero al llegar a la altura de Urrao, encontró
condiciones atmosféricas malas que le impedían llegar normalmente a su punto de
destino. En vista de ello, el Capitán de la escuadrilla daría órdenes a los
pilotos integrantes de ésta, para que aterrizaran en el aeródromo de Urrao,
logrando las máquinas hacerlo en forma perfecta, menos una que devoró la pista
y se fue de largo, sufriendo una volcada que dañó el avión, piloteado por el
Teniente Jorquiera de la aviación peruana. Los tripulantes no sufrieron ninguna
novedad y posiblemente en la mañana de hoy continúen su vuelo hacia Cali, rumbo
al Perú, con el Teniente Jorquiera como pasajero, ya que parece que la máquina
peruana, perteneciente a una escuadrilla adquirida en los Estados Unidos, no
quedó en condiciones de ser reparada.”
B- EL CORREO, DE MEDELLÍN.
SERIO ACCIDENTE EN URRAO TUVO ESCUADRILLA DEL PERÚ.
AVIONES MILITARES VOLABAN DE ZONA DEL CANAL HACIA LIMA
PERDIDOS EN LA SELVA LOS APARATOS LOGRARON HACER EL
ATERRIZAJE, PERO UNO DE ELLOS ESTÁ CASI DESTROZADO.
CORDIALMENTE ATENDIDOS LOS PILOTOS Y LAS
TRIPULACIONES POR LAS AUTORIDADES Y LOS VECINOS DEL FLORECIENTE MUNICIPIO
ANTIOQUEÑO; ILESO EL TENIENTE JORQUEIRA (SIC).
Una
escuadrilla de aviones militares peruanos, posiblemente procedente de los
Estados Unidos y en ruta a Limatambo (sic), se desvió en su vuelo sobre la
costa del Pacífico y tuvo que efectuar aterrizaje de emergencia en el aeródromo
de Urrao, en las horas de la mañana de ayer. El último de los aviones en tomar
tierra no logró coger bien la pista y tuvo un accidente, a consecuencia del
cual quedaron seriamente dañados el tren de aterrizaje y algunas de las
principales dotaciones del aparato”.
Más
abajo, el artículo sigue:
“Ante
la sorpresa de los habitantes de Urrao los aviones de la escuadrilla peruana
estuvieron evolucionando un corto rato sobre la localidad, observando las
facilidades de las pistas de aterrizaje (sic), y luego procedieron a
efectuar la maniobra que resultó desfavorable para el último (sic) de los
aviones que entró en la pista, el piloteado por el Teniente Jorqueira (sic),
joven “as” de la aviación militar peruana.
Posiblemente
el aparato no cogió bien la pista y al operar con una de las ruedas algunos
centímetros fuera de ella, perdió estabilidad; con todo, el teniente Jorqueira
pudo evitar el volcamiento que, a juicio de los expertos habría podido culminar
en el incendio del aparato, ya que este cogió tierra con buena velocidad; pero
el aparato resultó con el tren de aterrizaje dañado y con serios destrozos”.
C-EL COMERCIO, DE LIMA.
SEPTIEMBRE 18 DE 1946
Cuatro aviones militares peruanos prosiguen viaje de
Medellín hacia el Perú
Medellín,
Colombia, 17 (AP)- Cuatro de los cinco aviones militares peruanos que se vieron
obligados a efectuar un aterrizaje forzado en la pista del municipio de Urrao,
continuaron viaje hacia el Perú, después que uno de los aparatos sufrió un
vuelco total que le causó destrozos, resultando ileso el piloto José Jorquiera
Velarde, quien siguió viaje a bordo de otro avión.
La
escuadrilla procedente de los Estados Unidos, encontró malas condiciones
atmosféricas en su ruta de Panamá a Cali. Los despachos dicen que el avión
averiado hubo de ser dejado en el sitio del suceso, en vista de que la
reparación sería muy difícil y costosa”
ESTAS PRIMERAS CUATRO FOTOS SON DEL
ÁLBUM DE LA FAMILIA ARROYAVE VÉLEZ. SUPONEMOS, FUERON TOMADAS TANTO POR EL
FOTÓGRAFO DEL PUEBLO.
LAS FOTOS QUE VIENEN A CONTINUACIÓN SON DEL ÁLBUM FAMILIAR DEL PILOTO JOSÉ JORQUIERA, PROBABLEMENTE TOMADAS POR ÉL, CUYA FAMILIA LAS CONSERVA.
EL AVIÓN ACCIDENTADO
LOS DEMÁS AVIONES
PILOTOS Y CURIOSOS
EL PILOTO JOSÉ JORQUIERA, CON ALÍ PIEDRAHITA.
ALGUNOS DE LOS PILOTOS. AL FONDO, EL PENDERISCO.
PILOTOS Y CURIOSOS. SE DISTINGUEN ALÍ PIEDRAHITA Y
UN SACERDOTE.
EL PILOTO ACCIDENTADO
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