Capítulo
8.
Dividir
para ganar y dividir para vencer.
El liderar necesita saber cuándo y cuando se detiene.
Nota: debe buscar la mínima cantidad pero la
máxima calidad. Evitar la excesiva o poca cantidad. Al relación correcta entre
lo eficiente o lo ineficiente, que pueden ser suficiente o insuficiente.
Las escuelas tradicionales buscan a los
estudiantes inteligentes y los separan de los débiles. En la academia militar
nos enseñaron que la habilidad de vincular a las personas era esencial para
liderazgo. Los hábiles ayudan a los menos diestros y el promedio grupal sube.
Desde el primer día nos despojaron de la
identidad individual. Aprendimos e identificados como grupo, no como
individuos. Y ese mismo criterio nos lo aplicaron cuando nos hicieron usar
trajes de vuelo iguales. Cuando peleábamos lo hacíamos en equipo porque, aunque
éramos individuos fuertes, sabíamos que éramos más fuertes como fuerza
colectiva, como un equipo.
Un
mundo de perros
Casi todos los estudiantes entran con la misma
actitud de atacarse los unos a los otros. Y eso mismo aplican en su vida
laboral. Compiten por los empleos. Quieren sobre sobresalir en lugar de
destacar como grupo. Porque creen que si sobresalen tendrá más oportunidades de
conseguir un ascenso y un aumento de sueldo.
La mayoría de la gente del cuadrante “A” nunca
logra crecer y muy rara vez se mudan al cuadrante “D”. Sencillamente, saben
dividir pero no unir. Una vez que formas parte de un grupo más grande, te
enfocas en una causa más importante que la de exigir sacrificar los intereses
personales o el ego y la identidad individual.
Nota: Eso es uniformar criterios. Como lo hace
la Iglesia desde el seminarista hasta el Papa, en dogmas, en ideas, sotana y ornamentos.
El ser humano individual necesita las fuerzas organizadas confiables que lo
dirigen y protejan de males internos o externos. En lo espiritual o en lo
armado. Y a ambos los modera lo político. Y todo lo hace funcionar con fluidez
lo económico. Que es el lubricante, la comunicación y es el enlace.
La labor más difícil de un líder es hacer que
la gente opere como parte de un grupo a costa de su importancia personal. Particularmente
si también necesita sentirse relevante. Los negocios del cuadrante “D”, en
lugar de depender del empuje de especialistas lo impulsa un sistema. Cuando
volaba solo, sabía que no estaba y ahí nada más por mí, sino porque me
respaldaba una gran organización. Hacer las cosas a mi manera, con frecuencia,
me merecía una acción disciplinaria severa.
Notas: Actuar en todo y constantemente en solitario
significa el capricho personal que ignora el interés grupal. No es bueno para
la cohesión del grupo. Aunque tampoco significa sacrificar las convicciones
correctas cuando el grupo actúa por fuera de lo legal. Es válido cuando se usa
un método propio pero en dirección al éxito colectivo. A eso se debe nuestro
concepto que adonde uno llega trabaja con los que están y donde uno está
trabada con los que llegan. Eso significa incorporarse e incorporar.
La repetición precisa le da a la organización el
poder de moverse como una sola entidad. Como una sola máquina. La gente que quiere
hacer las cosas a su manera, pone al resto de la organización en riesgo. Y esos
eran los que provocaba que muriera gente. Los regalos más importantes que
recibí de la academia militar fue la disciplina para aprender y hacer las cosas
a la manera de ellos. Es decir aprendimos aprender y tuve que tragarme mi
orgullo individualidad. Por eso ahora respeto mucho más a la organización y sus
rituales.
LOS RITUALES
Si una persona no da importancia ni respeta los
rituales, lo más probable es que tampoco llega a sentir admiración por y del equipo.
La insolencia divide a las personas y las margina.
Nota: Las enseñanzas son más que eso. Son
valores. Porque los primeros se compran y los otros son una donación. Entonces
se adquiere como mínimo una deuda moral con el grupo, con la organización, con
la institución.
El
poder de la conectividad
Los grandes líderes tienen el poder de
conectarse con la gente. Es hasta importante del mundo de los criminales. En
otras palabras, si vas hacer un maleante, más te vale ser un maleante de verdad
en el ámbito de lo ilegal. También en leyes. Son leyes no escritas sino
costumbristas. Quizás más imperativas que las primeras. Nos entrenaron para ser
líderes que sabían cómo unir y dividir.
Si uno de los buenos jugadores del equipo sufre
una caída lo más seguro es que el rendimiento del grupo también decae. Pero si
el grupo lo ayuda al máximo es probable que se recupere. Sin embargo, si eso no
se logra debe ser apartado del equipo. Pero
la primera versión ya fue votada y entonces el equipo nuevamente comenzará a
tener éxito. Incluso si eso significa que no se tengan los mismos resultados
que se lograban al comienzo. Pero al menos se logra mucho más que el estar
perdiendo.
Esta lección nos explica porque la unidad ayuda
ganar pero la división a conquistar. Lo más importante es proteger la unión. No
es que ella siempre estará ahí. Trato de mantener la unidad en mi familia y a
la gente donde trabajo porque creo que es la parte más importante de ganar.
Nota: Como el dogma tergiversado de un famoso
delincuente colombiano: “Buenos para lo bueno y buenos para lo malo, pero
siempre buenos”. El respeto es el reconocimiento de la organización
estructural, donde está la fuerza grupal. Lo que llamamos la sinergia donde la
sumatoria no es aritmética sino geométrica.
Por eso nuestro código de honor en los negocios
es:
Trabajó primero para mis clientes y mis
empleados.
El bienestar de mis empleados es tan importante
como el mío.
Manejo mi dinero con responsabilidad.
Adquieren activos en especial los productivos.
Porque los improductivos son pasivos.
Si quiero de quiero más doy más.
Lesión
de liderazgo número siete
Los
líderes son maestros.
Hay maestros buenos y malos, tanto en las
escuelas convencionales como en las militares. Mis calificaciones eran
terribles porque, en mi opinión, tenía maestros terribles que no me estimulaban
mi deseo de aprender. Como tripulante de un mercante creía que ya lo tenía todo.
Cuando escuché las historias del profesor de
inglés me di cuenta que tenía el deber de servir a mi país. Este profesor no
era historiador pero a través de sus lesiones del idioma me hizo revivir ese
sentimiento. Al comienzo la guerra no tenía ninguna lógica para mí y en la
academia militar aprendimos que los vietnamitas llevaban más de mil años en
guerra luchando contra invasores chinos y franceses. Nosotros éramos solamente
un país más al que tendrían que enfrentarse. Entonces me preguntaba que la
guerra no tenía sentido desde mi punto de vista.
Hoy en día conozco muchos que son como
guerreros corporativos, inteligentes, trabajadores y con buena separa
preparación académica. Pero siempre me parece que les hace falta algo. Muchos
quieren ser empresarios, echar a andar su propio negocio, trabaja para alcanzar
la libertad financiera en lugar de conservar la seguridad de un empleo fijo,
pero carecen de algo: de la fuerza de carácter fundamental. Del imparable
espíritu empresarial que se requiere para tener éxito como hombre de negocios.
En nuestro helicóptero había una tripulación de
cinco personas. Entonces de nuestro trabajo sobrevivimos. Pero si hacía valer
mi autoridad para lograr que alguien hiciera algo, sólo para darme gusto, todos
moriríamos.
Dos
tipos de dolor
El
dolor de la disciplina y el dolor del arrepentimiento
El dolor de la disciplina es temporal, breve.
El dolor del arrepentimiento es eterno. El primero es vencido por el segundo
porque me permite sentir la satisfacción del éxito y de estar contento de haber
podido hacer lo que no quería. La mayoría de la gente no está dispuesta a
enfrentar el dolor de la disciplina pero eso implica tener una vida llena de
dolor de arrepentimiento.
Muchas personas quieren volverse ricas sin
dolor. Van a Las Vegas a jugar a la suerte y viven con la ilusión de que tendrán
un golpe de gracia y volverán millonarias y después sentirán remordimientos.
Entonces habrá dolor del dolor porque sin dolor
no hay ganancias. La educación militar entonces nos impone la disciplina
necesaria para ir más allá del dolor. Porque si no lo hacemos estaremos siempre
en el nivel de lo solo necesario, la calidad mínima exigida, para pasar los
exámenes y seremos siempre holgazanes. Aprenderemos a hacer lo que debemos. No
por arrogancia o por sentirnos más que los demás sino por nuestra propia satisfacción.
Entonces si no hubiésemos sentido el dolor,
hasta el cansancio de repetir los procedimientos de vuelo, fingiendo nuestras
emergencias casi hasta la muerte, no habríamos tenido éxito cuando nuestro
helicóptero falló totalmente. Sin embargo habíamos entrenado para funcionar
como grupo bajo presión extrema y enfrentamientos que muy poca gente llega a
sentir.
La disciplina de enfrentar el miedo, de hacer
lo que necesito hacer, incluso si no quiero, me ha convertido en un buen
empresario. Cada vez que la gente dice: “haz aquello que amas y el dinero
vendrá solo”, yo sólo pienso: en los negocios la gente tiene que hacer lo que
sabe que debe hacer. Al final, a nuestro escuadrón no lo premiaron por la
cantidad de enemigos dados de baja sino por lo bien que nos desempeñamos en
combate y por la cantidad de hombres que logramos que regresaran a casa. El
cobarde es el que permite que su miedo venza su sentido de responsabilidad.
Dos ojos,
dos orejas y una boca
Los líderes y maestros mediocres suelen hablar
mucho. Los líderes y maestros malos tratan de amenazar para que los escuche.
Otros tratan de tratarte bien. Tanto el miedo como la amabilidad son máscaras
que ocultan profundas inseguridades. Los maestros y líderes, a los que yo más
respetaba, solían ser justamente fuertes y callados. Eran de pocas palabras. Cuando
hablaban la gente les prestaba atención. Suelen escuchar primero para después
hacer preguntas al final, nunca al comienzo.
Saben que quien hace las preguntas tiene el
control pero necesita la justificación inicial para darse la preponderancia que
le permita preguntar. Al contrario nunca lo lograrán. Mi padre rico me enseñó
estar interesado, no ser interesante. Descubrí que si me interesaba, puede
hacer preguntas y le permitirá al cliente hablar más y entonces de esa forma yo
podía ser más dinero.
La escuela militar se enfoca en cambiar los
malos hábitos, que suelen ser los negativos, para reemplazarlos por buenos
hábitos, que son los positivos. La academia se empeña en promover el desarrollo
mental, emocional, espiritual de los estudiantes. Y si no cambia sus costumbres
después del programa de entrenamiento, lo expulsan.
Los hábitos son los que marcan la diferencia
entre la clase alta, la clase media y la gente pobre. La gente pobre no podrá
formar parte de la clase media sino hasta cuando cambie sus hábitos. Sucede lo
mismo con la gente de la clase media que quiere hacerse de clase alta, que con
frecuencia la gente confunde con la clase rica.
La gente llega ser clase rica por sus méritos,
que le otorga sus debidas recompensas dentro de las cuales está hacerse rico.
Porque El dinero no basta para cambiar los hábitos. Los ricos siempre se
vuelven más ricos porque se enfocan en adquirir activos que pueden llevar
dinero a sus bolsillos sin que ellos trabajen.
Son líderes con la capacidad de entrenar a las
personas mental, emocional, física y espiritualmente para que se enfoquen en
sus activos, no en los ingresos que reciben por su trabajo. Entre más errores
comete el estudiante haciendo negocios imaginarios como juguete, más hábil se
vuelve para manejar su dinero real. Entonces nos enfocamos en adquirir más
activos, o mejorar los que ya tenemos. Y perdemos el tener miedo a cometer
errores.
En lugar de tratar de ser un gran orador,
decidí dejar que mis acciones hablaran por mí. En lugar de decir que voy hacer
algo, prefiero quedarme callado y simplemente hacerlo. Por eso, entre más
logros tengo en la vida, menos tengo que decir para que me escuchen.
Nota: La riqueza crece sólo en la medida en que
se tiene más activos productivos sin incrementar los activos improductivos, que
se convierten en pasivos. El activo productivo es dinero que hace más dinero.
Los improductivos malgastan el dinero. Concéntrese en los egresos porque la
utilidad hasta en la compra, no en la venta.
Capítulo
10. Lección número ocho
Ser
líder es un enorme trabajo de ventas
El liderazgo depende de las ventas y las ventas
de liderazgo. Mi primera tarea de liderazgo en la academia consistió en hacer
que mis compañeros de clase obedecieran mis órdenes. Cuando di mis primeras
órdenes no me acataron. Entonces me dirigí al que lideraba la resistencia y le
dije: si quieres fregarme, yo también te voy a fregar cuando te toque ser el
líder de sección. Entonces se dieron cuenta que tenía bien ajustados los pantalones.
Vuelvo a dar las órdenes y me prestaron atención y ya no hubo bromas. Todos
obedecieron.
El liderazgo consiste en algo más que solo
decir las palabras correctas o sólo dar órdenes. Se trata de ganarse el
respeto. El hecho de estar a cargo no significa que la gente te obedecerá. La
gente no sólo sigue ciegamente alguien que se proclama su líder sino que quiere
seguirlo. Al mismo tiempo también tener alguien a quien admirar. En las Fuerzas
Armadas los líderes y las tropas están dispuestas a dar la vida. En los
negocios, los líderes les piden a los clientes que le entregue su dinero. Así
que, en ambos casos, tienen que vender.
Nota: El comandante es un vendedor. El líder,
no el comandante, tiene que vender a sus clientes, no a sus subalternos, la
seguridad de que sobrevivirán en la guerra. Así ellos estarán dispuestos a
comprarle, uniéndose a la protección que les ofrece el grupo de compañeros y de
combate. Aún al precio del riesgo de su propia vida. Porque la empresa es su
profesión y su protección.
Las
partes de la comunicación
La palabra. El componente verbal. Que es un 5%.
El tono. El componente emocional. Que es un
30%.
La apariencia física y la presencia. El
componente actitudinal. Que es un 30%.
El comportamiento y el ejemplo. El componente
moral. Que es un 35%.
A veces, el silencio es la forma de
comunicación más poderosa de todas. El silencio es más elocuente que la
palabra.
Las palabras tienen mucha relevancia pero las
otras partes tiene mucho peso. Porque la palabra convence pero el ejemplo
arrastra. Los buenos oradores usan distintos tonos emocionales. La gente que
habla en un solo tono suele ser aburrida y monótona. Mucha gente se gana
bastante bien sólo porque el timbre de su voz es suave y fuerte e inspira
confianza.
Muchos, a pesar de usar la palabra correcta, no
suenan sinceros, cuando el tono emocional y el timbre no coinciden con las
palabras. La forma en que luces y tus gestos, son la parte más importante de la
comunicación como líder. La mayoría de los oradores se paran detrás de un podio
como si fuese un burladero o una trinchera. Esto reduce la efectividad de su
mensaje.
La comunicación visual puede ser más fuerte que
la comunicación auditiva. La apariencia comunica salud, riqueza y belleza. Lo
que todos quieren y asocian con el éxito. La apariencia personal era un tema
muy relevante en la academia porque debíamos sentirnos orgullosos de usar el
uniforme. Los uniformes son idénticos y por ello unifican.
La consistencia informa a la fuerza grupal. Lo
importante no es lo que dices sino la retroalimentación que recibes de la
audiencia. Práctica tu presentación y tu discurso de ventas hasta que recibas
la respuesta que esperas. Los líderes mediocres culpan a sus empleados. Los
líderes son los que invierten el tiempo necesario para desarrollar su habilidad
y conseguir la respuesta que quieren.
LA COMUNICACIÓN
El comportamiento fue por qué decidí, en 1974,
unirme a la corporación Xerox. Porque esta empresa tenía un excelente programa
de entrenamiento de ventas.
Otro consejo que me dio mi padre rico de:
fracasa con mayor rapidez. Entonces hice mayor cantidad intentos para tener
mayor cantidad de fracasos aunque también tenía más éxitos. Cuando ya había
adquirido alguna destreza, entonces, decidí hablar gratuitamente haciendo
presentaciones preliminares y ofreciendo seminarios sin cobrar, sólo para
contar con la experiencia. Dos años después ya comenzaron a pagarnos por lo que
enseñamos y después ya había alcanzado la libertad financiera. Mi consejo,
entonces, si quiere servir: continúa practicando, recibiendo retroalimentación
y mejorando hasta obtener la respuesta que quieres.
Todas
las decisiones son emocionales
El ser humano se compone fundamentalmente de
tres conceptos: el primigenio o natural, el social y finalmente el espiritual.
Para ser exitoso líder debes llegar a la parte
primigenia. Porque los humanos no somos racionales, somos muy emocionales y eso
afecta nuestras decisiones. Cuando no se llega a la parte fundamental del ser
humano se tiene menos éxito. El miedo, el sexo, el deseo, el amor, el respeto,
el vigor y la belleza son algunos de los botones que los líderes oprimen en la
agente. Si tu oferta no apela a ellos les resulta muy aburrida. Para traspasar
la fachada social se requiere habilidad, paciencia, valentía y perseverancia.
El carácter, por cierto, no es la ausencia de
miedo, sino lo que define tus acciones a pesar del miedo. Cuando tenía que
decidir en qué rama me incorporaría en la fuerza militar, lo que más me
convenció fue el de ser oficial. Porque el orador se presentó impecablemente
vestido, hablando con voz fuerte y autoritario, y nos dijo: Si quieren ayudar y
salvar gente, vuelen para la Fuerza Aérea. Si quiere matar gente, ingresen a
una pandilla de bandidos.
Puede sonar bastante enfermizo presentarlo de esta
manera porque es oscura y primigenia, sin embargo, es la verdad. Entonces la
decisión no operacional. Fue emocional. Nos impulsaron entonces a ir más allá
de nuestro miedo. Nos inspiraron para tomar la decisión que cambió el rumbo de
nuestra vida. Comprendimos que estaban buscando a hombres de calidad porque en la
selección se dio un gran porcentaje de descalificados.
Nota: En Estados Unidos es diferente a
Colombia. En Norteamérica la Fuerza Aérea están espacial y estratégica que los
conflictos irregulares de guerra no convencional, de baja intensidad, están
lejos de sus operaciones antiinsurgentes. Entre nosotros nuestras operaciones
aéreas son mucho más ligadas a las fuerzas terrestres por las características
nuestro conflicto.
Un
último comentario
Algunas personas nacen siendo líderes. No fue
nuestro caso y por eso decidimos trabajar en aprender y perfeccionar nuestras
habilidades de liderazgo. La base de liderazgo, la valentía y el coraje. Para
desarrollar el liderazgo nos pusimos el hábito de ponernos constantemente
situaciones en las que mi valentía sería puesta a prueba. El secreto de nuestro
éxito no es nuestra inteligencia. Ni nuestra personalidad ni talento, sino la
disciplina para poner la valentía a prueba.
Mi padre rico solía decir: “Yo soy rico porque
hago cosas que la mayoría de la gente no está dispuesta hacer. El éxito exige
sacrificios y yo estoy dispuesto a hacerlos”. Cuando militar, no me fue difícil
estar dispuesto a sacrificar mi vida, sin embargo, pedirle a otros jóvenes que
estuvieran dispuestos a hacerlo por nuestro país, fue una de las labores de
ventas más difíciles hechas en mi vida.
Sobre
el código de honor
El código es un estándar al que nos aferramos,
nos comprometemos. Y los únicos responsables de obedecerlo somos nosotros
mismos. No siempre resulta sencillo obedecer el código en la vida política. Con
las consecuencias de que tú u otros violen sus principios. Pero con el código
sabes cuál es tu posición, que esperan los otros de ti y que pueden esperar de
nosotros.
Dave Leong cuenta su experiencia como graduado
de la academia la fuerza del Estados Unidos sobre el código del honor. Y de
cómo lo aplica a su vida como aspirante a empresario e inversionista. La
primera premisa del código en la academia es “No mentiremos ni robaremos ni
haremos trampa ni toleraremos a ninguno de los nuestros que lo haga”.
Este axioma se conserva y respeta. Mientras que
las universidades ni siquiera tienen código. Incluso ni en su vida privada. El
código permite a todas las personas de la organización convocar a sus colegas al
liderazgo. El código deja fuera al aspecto individual o personal y se enfoca en
que la gente respete las reglas y ponga la organización en primer lugar. Esto
suena familiar sólo en la iglesia.
Después de invertir varios años de trabajo
arduo, estudio y disciplina, al fin llegamos a nuestro último año. Nos estaba
prohibido tener motocicleta. Nos gustaba mucho y como nos sentimos intocables,
decidimos comprarlas de todas maneras. Un compañero que fue interrogado por la
violación de la norma, no tenía motocicleta, debió decir la verdad a pesar de
que eso lo hacía sentir muy mal ya que nos evidenciaba. Pero le valoramos el
hecho de que se sintiera así. Según el código nos habríamos molestado más si no
se hubiera comportado con rectitud.
Todos habíamos aceptado que viviríamos bajo las
reglas del código y eso fue lo que hicimos sin resentimiento de ninguna
especie. Ya no se trataba de nosotros sino del código y decidimos ser capaces
de obedecerlo o no. La tentación de mentir podría ser fuerte para mucha gente.
Independientemente de si se trataba de nuestra academia o de una universidad
tradicional.
Sólo decidimos comportarnos como hombres.
Aceptar las responsabilidades y conservar nuestra integridad. Si no nos
hubiéramos apegado al código hubiéramos mentido y entonces nos habrían expulsado
al instante. Como lo respetamos, fueron indulgentes con nosotros. El código es
lo que permite sacar a la persona, el ego y las decisiones viscerales de la
ecuación. Aunque el código parecía aburrido y exagerado todos estuvimos de
acuerdo en obedecerlo y eso nos dio un estándar a cumplir.
CÓDIGO DE HONOR
Puedes ponerle el nombre que gustes, pero todos
deben conocerlo y adherirse a él. Que debes conocer y los empleados que
trabajan a tu alrededor. Porque si no tienes un código te arriesgas a terminar
en un caos. Ese es el dogma fundamental. Crear una atmósfera con la que puedas
atraer a la gente indicada. Actitud necesaria para triunfar. No hay otra cosa
más dañina para una buena atmósfera de trabajo que el hecho de que la gente no
se someta a los mismos estándares o normas.
Los chicos se acercan a las Fuerzas Armadas por
varias razones: disciplina, código, honor y la noción de ser parte de algo más
grande que ellos. Te recomiendo que te esfuerces en aplicar esos mismos
elementos en el sector civil porque la gente los tiene y los necesitas. Tu
conocimiento de base como veterano te resultará fundamental en tu camino para
convertirte en empresario. El código de honor no es algo que mandas enmarcar.
Debe ser una cultura a la que todos los miembros de la organización se apeguen
voluntariamente.
Lecciones
de vida como veterano
A menudo cuento la historia de mi niñez. Que
tuve un padre rico y uno pobre. Mi padre pobre tuvo éxito en su carrera y
trabajó duro pero siempre tuvo problemas de dinero. Sólo dejó deudas por pagar.
El otro llegó a ser uno de los hombres ricos de mi pueblo donde los ricos se
vuelven más ricos y los pobres se vuelven más pobres. Y la clase media no deja
batallar con la deuda.
El tema del dinero suele enseñarse en casa pero
no en las escuelas. Las escuelas se enfocan en las habilidades académicas y
profesionales pero no en las financieras. Eso explica por qué hombres
inteligentes, que sacaron tan buenas calificaciones, suelen tener problemas
económicos toda su vida.
Nuestra apabullante deuda interna se debe a que
los altamente educados políticos y funcionarios del gobierno toman decisiones
financieras con muy poca o nula preparación en el tema del dinero. Mi padre
pobre creía que el gobierno o alguna empresa debían cuidarte y cubrir tus
necesidades. A mi padre le encantaba la idea de tener las prestaciones médicas
y los privilegios de los militares.
Mi padre rico, por otro lado, creía en la
independencia financiera absoluta y hablaba contra la mentalidad de empleado,
que sólo producía gente débil y necesitada. Lo que me resulta interesante es
que comenzó siendo pobre y se convirtió en rico. Ambos me incitaron a entrar a las
Fuerzas Armadas. Mis dos padres reconocen el valor de la educación militar. Pero
mi padre pobre valoraba la seguridad de tener un empleo digno. Mientras que mi
padre rico se enfocaba en el valor de la habilidad para armar y organizar
equipos, y de liderazgo.
El padre rico me enseñó la diferencia entre el
ganado de sacrificio y el ganado lechero. En el primero como ganancia de
capital. En el segundo el flujo de dinero efectivo. Mucha gente tiene grandes
cantidades de dinero para invertir y creen que invertir es arriesgado. Porque
lo hace como los rancheros que invierten para sacrificar el ganado y no para
ordeñar. De esa forma tiene mucho dinero al invertir para obtener ganancias de
capital.
Muchas personas invierten en compañías que no
reportan ganancias y mucho menos dividendos. Si yo invierto para obtener flujo
de efectivo, realmente no importa el precio. Es decir para que mi dinero vuelva
ahora, no mañana, no a largo plazo. En otras palabras “muéstrame el dinero
ahora”.
Un ejemplo es cuando compras una vivienda para
luego venderla por un mayor precio que, normalmente, no es inmediato sino
después de un tiempo. Pero si la compras ahora y las riendas de inmediato ya
estarás recuperando tu inversión. Además de que estar ganando su valorización.
Tendrás dos vías de ingreso. Una a largo plazo, que es de capital. Y tendrás
otra a corto plazo, que es de flujo efectivo de inmediato. Entonces tendrás una
ventaja grande con relación al primer caso.
La mayoría de la gente que es educada para
invertir y obtener ganancias de capital, rara vez logran ver el poder de invertir
para obtener flujo de efectivo. Cada vez que inviertes con la esperanza de que
pase algo bueno en el futuro, estas apostando. Como en la ruleta. Entonces mi
padre rico me enseñó a ser crecer mis activos utilizando el flujo de efectivo y
de esa forma entonces podía aumentar más rápidamente mis activos. El flujo de
efectivo es la clave del éxito financiero.
Ventajas maravillosas de los veteranos. Para un
préstamo de vivienda muchas veces no se requiere ni siquiera el avalúo ni toman
en cuenta tus ingresos ni tu historial crediticio. Cuando compras una casa con
este tipo de préstamo, la puedes convertir en un activo. Y como normalmente has
recibido un subsidio de vivienda, puedes vivir en ella mientras pones a rentar
la otra. En esta forma obtienes flujo de dinero instantáneo. Así obtienes
propiedad e ingreso utilizando el dinero de otros.
En este tipo de conceptos debes tener en cuenta
que no te están dando herramientas, no órdenes. Porque cada uno debe procurarse
el educarse y aprender la forma de tomar sus mejores decisiones por sí mismos.
El veterano tiene varias opciones: Primero. Se dedica
a no hacer nada más que disfrutar la vida. Segundo. Puede continuar en el
camino hacia una riqueza mayor. Tercero. Definir qué quiere hacer con su vida
ya que tienes libertad financiera. Cuarto. Recuerda que el veterano para pocos
impuestos.
Toda la gente cuenta con dos grandes regalos de
la vida: su mente y su tiempo. Las Fuerzas Armadas, sin embargo, que han dado
un tercer regalo, prestigio y la disciplina que puedes aprovechar en tu vida. Tú
eres quien decides que hacer. Cada dólar que generes te da a ti, y solo a ti, el
poder redefinir tu destino. Si lo gasta de manera estúpida, estarás escogiendo
ser pobre, pero si lo inviertes en tu mente y aprendes adquirir activos,
elegirá la riqueza como tú meta y tu futuro. Las decisiones que tomes hoy definirán
tu futuro y el de tu familia.
La
manera como la escuela militar redefine tu vida
Asistí a
la escuela militar por tres razones.
La primera. Cuando yo tenía 10 años, mi maestra
de quinto grado nos hizo estudiar la historia de los grandes exploradores:
Colón, Cortés, Magallanes, Da Gama (y a mí a Robinson Cruzó). Leer aquellos
libros me inspiró y me hizo desear explorar el mundo.
La segunda. Porque mi papá no tenía dinero para
enviarme la Universidad. Asistí a la academia militar y me dieron beca,
habitación, dinero y viáticos.
La tercera. Y la más importante, la disciplina.
En la academia aprendí disciplina, a las malas. A menudo nos castigaban
severamente. Las clases eran mucho más difíciles de lo que yo esperaba. Pero si
no hubiera estado sometido a un estricto sistema militar, jamás me había
graduado. Después, la prueba fue el combate. No había segundos lugares y el
ganador sería el que estuviera mejor preparado. Los riesgos no era combatir sino
el no estar preparado.
Nota: En nuestro caso fue el de volar aviones
inseguros por lo viejos. Eran residuo de la Segunda Guerra Mundial de baja
tecnología. O al menos no tan confiable como las actuales. Además de operar con
infraestructura muy precaria, malos aeropuertos, condiciones meteorológicas
adversas y ayudas de navegación casi inexistentes. Por lo tanto el riesgo era
continuo. Ese era nuestro enemigo y reto a vencer y la demostración de nuestra
capacidad de superación.
En la escuela de vuelo recibí dos lecciones que
decidieron mi vida que me han servido desde entonces:
La primera aprender a luchar y acostumbrarse a
luchar. Una de las cosas más emocionante del entrenamiento de vuelo, aprender a
luchar.
Nota: Nosotros no contra otra aeronave, porque
no éramos pilotos de combate. Si contra la aeronave misma. Porque la vieja
aeronave de transporte nos quería derribar. Esa fue nuestra forma de combate.
En aquel tiempo volamos el T-28. Una aeronave
antigua de la Segunda Guerra Mundial con un solo motor. Pero si no eres buen
piloto, podría matarte. Los instructores solían decirnos: “El problema en este
negocio es que no hay segundo lugar. Solamente quien es un piloto es el que
regresa vivo a casa”. Si hoy en día gano en los negocios, no se debe a mi
inteligencia, sino porque en mi mundo no hay segundo lugar.
La segunda lección. Estar preparado. Tiene que
ver con el riesgo. El riesgo proviene más de ti que de afuera porque el peligro
es no estar preparado para luchar. Como no hay segundo lugar el ganador siempre
está del lado de quien está mejor preparado. Los riesgos unas combatir sino no
estar preparado.
El premio es para quien juega con menos riesgos
y más confianza. Si necesito correr un riesgo, me seguro de que no sea grande.
El riesgo empresarial no es la actividad en sí misma sino en no conocerla.
La mayoría de la gente invierte dinero pero no
le invierte el suficiente tiempo. Las escuelas de negocios enfocan en el
interior del cuadrante “D-I”. Las escuelas militares, en cambio se enfoca en el
exterior: en el contexto. En los años que pasé en la escuela militar y en los
que serví en las Fuerzas Armadas, me prepararon para el mundo real. Es decir me
prepararon antes de ir a la batalla.
Nota: El riesgo de vuelo se previene con
conocimiento. Se reduce con entrenamiento y se elimina el máximo posible, con
confianza y determinación. Los riesgos no son amenazas en sí mismas sino por la
poca destreza y por poca preparación.
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