AERONAUTAS Y CRONISTAS

jueves, 7 de febrero de 2019

5 OCHO LECCIONES DE LIDERAZGO MILITAR


Capítulo 8.
Dividir para ganar y dividir para vencer.

El liderar necesita saber cuándo y cuando se detiene.

Nota: debe buscar la mínima cantidad pero la máxima calidad. Evitar la excesiva o poca cantidad. Al relación correcta entre lo eficiente o lo ineficiente, que pueden ser suficiente o insuficiente.

Las escuelas tradicionales buscan a los estudiantes inteligentes y los separan de los débiles. En la academia militar nos enseñaron que la habilidad de vincular a las personas era esencial para liderazgo. Los hábiles ayudan a los menos diestros y el promedio grupal sube.

Desde el primer día nos despojaron de la identidad individual. Aprendimos e identificados como grupo, no como individuos. Y ese mismo criterio nos lo aplicaron cuando nos hicieron usar trajes de vuelo iguales. Cuando peleábamos lo hacíamos en equipo porque, aunque éramos individuos fuertes, sabíamos que éramos más fuertes como fuerza colectiva, como un equipo.

Un mundo de perros

Casi todos los estudiantes entran con la misma actitud de atacarse los unos a los otros. Y eso mismo aplican en su vida laboral. Compiten por los empleos. Quieren sobre sobresalir en lugar de destacar como grupo. Porque creen que si sobresalen tendrá más oportunidades de conseguir un ascenso y un aumento de sueldo.

La mayoría de la gente del cuadrante “A” nunca logra crecer y muy rara vez se mudan al cuadrante “D”. Sencillamente, saben dividir pero no unir. Una vez que formas parte de un grupo más grande, te enfocas en una causa más importante que la de exigir sacrificar los intereses personales o el ego y la identidad individual.

Nota: Eso es uniformar criterios. Como lo hace la Iglesia desde el seminarista hasta el Papa, en dogmas, en ideas, sotana y ornamentos. El ser humano individual necesita las fuerzas organizadas confiables que lo dirigen y protejan de males internos o externos. En lo espiritual o en lo armado. Y a ambos los modera lo político. Y todo lo hace funcionar con fluidez lo económico. Que es el lubricante, la comunicación y es el enlace.

La labor más difícil de un líder es hacer que la gente opere como parte de un grupo a costa de su importancia personal. Particularmente si también necesita sentirse relevante. Los negocios del cuadrante “D”, en lugar de depender del empuje de especialistas lo impulsa un sistema. Cuando volaba solo, sabía que no estaba y ahí nada más por mí, sino porque me respaldaba una gran organización. Hacer las cosas a mi manera, con frecuencia, me merecía una acción disciplinaria severa.

Notas: Actuar en todo y constantemente en solitario significa el capricho personal que ignora el interés grupal. No es bueno para la cohesión del grupo. Aunque tampoco significa sacrificar las convicciones correctas cuando el grupo actúa por fuera de lo legal. Es válido cuando se usa un método propio pero en dirección al éxito colectivo. A eso se debe nuestro concepto que adonde uno llega trabaja con los que están y donde uno está trabada con los que llegan. Eso significa incorporarse e incorporar.

La repetición precisa le da a la organización el poder de moverse como una sola entidad. Como una sola máquina. La gente que quiere hacer las cosas a su manera, pone al resto de la organización en riesgo. Y esos eran los que provocaba que muriera gente. Los regalos más importantes que recibí de la academia militar fue la disciplina para aprender y hacer las cosas a la manera de ellos. Es decir aprendimos aprender y tuve que tragarme mi orgullo individualidad. Por eso ahora respeto mucho más a la organización y sus rituales.


LOS RITUALES

Si una persona no da importancia ni respeta los rituales, lo más probable es que tampoco llega a sentir admiración por y del equipo. La insolencia divide a las personas y las margina.

Nota: Las enseñanzas son más que eso. Son valores. Porque los primeros se compran y los otros son una donación. Entonces se adquiere como mínimo una deuda moral con el grupo, con la organización, con la institución.

El poder de la conectividad

Los grandes líderes tienen el poder de conectarse con la gente. Es hasta importante del mundo de los criminales. En otras palabras, si vas hacer un maleante, más te vale ser un maleante de verdad en el ámbito de lo ilegal. También en leyes. Son leyes no escritas sino costumbristas. Quizás más imperativas que las primeras. Nos entrenaron para ser líderes que sabían cómo unir y dividir.

Si uno de los buenos jugadores del equipo sufre una caída lo más seguro es que el rendimiento del grupo también decae. Pero si el grupo lo ayuda al máximo es probable que se recupere. Sin embargo, si eso no se logra debe ser apartado del equipo.  Pero la primera versión ya fue votada y entonces el equipo nuevamente comenzará a tener éxito. Incluso si eso significa que no se tengan los mismos resultados que se lograban al comienzo. Pero al menos se logra mucho más que el estar perdiendo.

Esta lección nos explica porque la unidad ayuda ganar pero la división a conquistar. Lo más importante es proteger la unión. No es que ella siempre estará ahí. Trato de mantener la unidad en mi familia y a la gente donde trabajo porque creo que es la parte más importante de ganar.

Nota: Como el dogma tergiversado de un famoso delincuente colombiano: “Buenos para lo bueno y buenos para lo malo, pero siempre buenos”. El respeto es el reconocimiento de la organización estructural, donde está la fuerza grupal. Lo que llamamos la sinergia donde la sumatoria no es aritmética sino geométrica.

Por eso nuestro código de honor en los negocios es:

Trabajó primero para mis clientes y mis empleados.
El bienestar de mis empleados es tan importante como el mío.
Manejo mi dinero con responsabilidad.
Adquieren activos en especial los productivos. Porque los improductivos son pasivos.
Si quiero de quiero más doy más.

Lesión de liderazgo número siete
Los líderes son maestros.

Hay maestros buenos y malos, tanto en las escuelas convencionales como en las militares. Mis calificaciones eran terribles porque, en mi opinión, tenía maestros terribles que no me estimulaban mi deseo de aprender. Como tripulante de un mercante creía que ya lo tenía todo.

Cuando escuché las historias del profesor de inglés me di cuenta que tenía el deber de servir a mi país. Este profesor no era historiador pero a través de sus lesiones del idioma me hizo revivir ese sentimiento. Al comienzo la guerra no tenía ninguna lógica para mí y en la academia militar aprendimos que los vietnamitas llevaban más de mil años en guerra luchando contra invasores chinos y franceses. Nosotros éramos solamente un país más al que tendrían que enfrentarse. Entonces me preguntaba que la guerra no tenía sentido desde mi punto de vista.

Hoy en día conozco muchos que son como guerreros corporativos, inteligentes, trabajadores y con buena separa preparación académica. Pero siempre me parece que les hace falta algo. Muchos quieren ser empresarios, echar a andar su propio negocio, trabaja para alcanzar la libertad financiera en lugar de conservar la seguridad de un empleo fijo, pero carecen de algo: de la fuerza de carácter fundamental. Del imparable espíritu empresarial que se requiere para tener éxito como hombre de negocios.

En nuestro helicóptero había una tripulación de cinco personas. Entonces de nuestro trabajo sobrevivimos. Pero si hacía valer mi autoridad para lograr que alguien hiciera algo, sólo para darme gusto, todos moriríamos.

Dos tipos de dolor
El dolor de la disciplina y el dolor del arrepentimiento

El dolor de la disciplina es temporal, breve. El dolor del arrepentimiento es eterno. El primero es vencido por el segundo porque me permite sentir la satisfacción del éxito y de estar contento de haber podido hacer lo que no quería. La mayoría de la gente no está dispuesta a enfrentar el dolor de la disciplina pero eso implica tener una vida llena de dolor de arrepentimiento.

Muchas personas quieren volverse ricas sin dolor. Van a Las Vegas a jugar a la suerte y viven con la ilusión de que tendrán un golpe de gracia y volverán millonarias y después sentirán remordimientos.

Entonces habrá dolor del dolor porque sin dolor no hay ganancias. La educación militar entonces nos impone la disciplina necesaria para ir más allá del dolor. Porque si no lo hacemos estaremos siempre en el nivel de lo solo necesario, la calidad mínima exigida, para pasar los exámenes y seremos siempre holgazanes. Aprenderemos a hacer lo que debemos. No por arrogancia o por sentirnos más que los demás sino por nuestra propia satisfacción.

Entonces si no hubiésemos sentido el dolor, hasta el cansancio de repetir los procedimientos de vuelo, fingiendo nuestras emergencias casi hasta la muerte, no habríamos tenido éxito cuando nuestro helicóptero falló totalmente. Sin embargo habíamos entrenado para funcionar como grupo bajo presión extrema y enfrentamientos que muy poca gente llega a sentir.

La disciplina de enfrentar el miedo, de hacer lo que necesito hacer, incluso si no quiero, me ha convertido en un buen empresario. Cada vez que la gente dice: “haz aquello que amas y el dinero vendrá solo”, yo sólo pienso: en los negocios la gente tiene que hacer lo que sabe que debe hacer. Al final, a nuestro escuadrón no lo premiaron por la cantidad de enemigos dados de baja sino por lo bien que nos desempeñamos en combate y por la cantidad de hombres que logramos que regresaran a casa. El cobarde es el que permite que su miedo venza su sentido de responsabilidad.

Dos ojos, dos orejas y una boca

Los líderes y maestros mediocres suelen hablar mucho. Los líderes y maestros malos tratan de amenazar para que los escuche. Otros tratan de tratarte bien. Tanto el miedo como la amabilidad son máscaras que ocultan profundas inseguridades. Los maestros y líderes, a los que yo más respetaba, solían ser justamente fuertes y callados. Eran de pocas palabras. Cuando hablaban la gente les prestaba atención. Suelen escuchar primero para después hacer preguntas al final, nunca al comienzo.

Saben que quien hace las preguntas tiene el control pero necesita la justificación inicial para darse la preponderancia que le permita preguntar. Al contrario nunca lo lograrán. Mi padre rico me enseñó estar interesado, no ser interesante. Descubrí que si me interesaba, puede hacer preguntas y le permitirá al cliente hablar más y entonces de esa forma yo podía ser más dinero.

La escuela militar se enfoca en cambiar los malos hábitos, que suelen ser los negativos, para reemplazarlos por buenos hábitos, que son los positivos. La academia se empeña en promover el desarrollo mental, emocional, espiritual de los estudiantes. Y si no cambia sus costumbres después del programa de entrenamiento, lo expulsan.

Los hábitos son los que marcan la diferencia entre la clase alta, la clase media y la gente pobre. La gente pobre no podrá formar parte de la clase media sino hasta cuando cambie sus hábitos. Sucede lo mismo con la gente de la clase media que quiere hacerse de clase alta, que con frecuencia la gente confunde con la clase rica.

La gente llega ser clase rica por sus méritos, que le otorga sus debidas recompensas dentro de las cuales está hacerse rico. Porque El dinero no basta para cambiar los hábitos. Los ricos siempre se vuelven más ricos porque se enfocan en adquirir activos que pueden llevar dinero a sus bolsillos sin que ellos trabajen.

Son líderes con la capacidad de entrenar a las personas mental, emocional, física y espiritualmente para que se enfoquen en sus activos, no en los ingresos que reciben por su trabajo. Entre más errores comete el estudiante haciendo negocios imaginarios como juguete, más hábil se vuelve para manejar su dinero real. Entonces nos enfocamos en adquirir más activos, o mejorar los que ya tenemos. Y perdemos el tener miedo a cometer errores.

En lugar de tratar de ser un gran orador, decidí dejar que mis acciones hablaran por mí. En lugar de decir que voy hacer algo, prefiero quedarme callado y simplemente hacerlo. Por eso, entre más logros tengo en la vida, menos tengo que decir para que me escuchen.

Nota: La riqueza crece sólo en la medida en que se tiene más activos productivos sin incrementar los activos improductivos, que se convierten en pasivos. El activo productivo es dinero que hace más dinero. Los improductivos malgastan el dinero. Concéntrese en los egresos porque la utilidad hasta en la compra, no en la venta.

Capítulo 10. Lección número ocho
Ser líder es un enorme trabajo de ventas

El liderazgo depende de las ventas y las ventas de liderazgo. Mi primera tarea de liderazgo en la academia consistió en hacer que mis compañeros de clase obedecieran mis órdenes. Cuando di mis primeras órdenes no me acataron. Entonces me dirigí al que lideraba la resistencia y le dije: si quieres fregarme, yo también te voy a fregar cuando te toque ser el líder de sección. Entonces se dieron cuenta que tenía bien ajustados los pantalones. Vuelvo a dar las órdenes y me prestaron atención y ya no hubo bromas. Todos obedecieron.

El liderazgo consiste en algo más que solo decir las palabras correctas o sólo dar órdenes. Se trata de ganarse el respeto. El hecho de estar a cargo no significa que la gente te obedecerá. La gente no sólo sigue ciegamente alguien que se proclama su líder sino que quiere seguirlo. Al mismo tiempo también tener alguien a quien admirar. En las Fuerzas Armadas los líderes y las tropas están dispuestas a dar la vida. En los negocios, los líderes les piden a los clientes que le entregue su dinero. Así que, en ambos casos, tienen que vender.

Nota: El comandante es un vendedor. El líder, no el comandante, tiene que vender a sus clientes, no a sus subalternos, la seguridad de que sobrevivirán en la guerra. Así ellos estarán dispuestos a comprarle, uniéndose a la protección que les ofrece el grupo de compañeros y de combate. Aún al precio del riesgo de su propia vida. Porque la empresa es su profesión y su protección.

Las partes de la comunicación

La palabra. El componente verbal. Que es un 5%.
El tono. El componente emocional. Que es un 30%.
La apariencia física y la presencia. El componente actitudinal. Que es un 30%.
El comportamiento y el ejemplo. El componente moral. Que es un 35%.

A veces, el silencio es la forma de comunicación más poderosa de todas. El silencio es más elocuente que la palabra.

Las palabras tienen mucha relevancia pero las otras partes tiene mucho peso. Porque la palabra convence pero el ejemplo arrastra. Los buenos oradores usan distintos tonos emocionales. La gente que habla en un solo tono suele ser aburrida y monótona. Mucha gente se gana bastante bien sólo porque el timbre de su voz es suave y fuerte e inspira confianza.

Muchos, a pesar de usar la palabra correcta, no suenan sinceros, cuando el tono emocional y el timbre no coinciden con las palabras. La forma en que luces y tus gestos, son la parte más importante de la comunicación como líder. La mayoría de los oradores se paran detrás de un podio como si fuese un burladero o una trinchera. Esto reduce la efectividad de su mensaje.

La comunicación visual puede ser más fuerte que la comunicación auditiva. La apariencia comunica salud, riqueza y belleza. Lo que todos quieren y asocian con el éxito. La apariencia personal era un tema muy relevante en la academia porque debíamos sentirnos orgullosos de usar el uniforme. Los uniformes son idénticos y por ello unifican.

La consistencia informa a la fuerza grupal. Lo importante no es lo que dices sino la retroalimentación que recibes de la audiencia. Práctica tu presentación y tu discurso de ventas hasta que recibas la respuesta que esperas. Los líderes mediocres culpan a sus empleados. Los líderes son los que invierten el tiempo necesario para desarrollar su habilidad y conseguir la respuesta que quieren.



LA COMUNICACIÓN

El comportamiento fue por qué decidí, en 1974, unirme a la corporación Xerox. Porque esta empresa tenía un excelente programa de entrenamiento de ventas.

Otro consejo que me dio mi padre rico de: fracasa con mayor rapidez. Entonces hice mayor cantidad intentos para tener mayor cantidad de fracasos aunque también tenía más éxitos. Cuando ya había adquirido alguna destreza, entonces, decidí hablar gratuitamente haciendo presentaciones preliminares y ofreciendo seminarios sin cobrar, sólo para contar con la experiencia. Dos años después ya comenzaron a pagarnos por lo que enseñamos y después ya había alcanzado la libertad financiera. Mi consejo, entonces, si quiere servir: continúa practicando, recibiendo retroalimentación y mejorando hasta obtener la respuesta que quieres.

Todas las decisiones son emocionales

El ser humano se compone fundamentalmente de tres conceptos: el primigenio o natural, el social y finalmente el espiritual.

Para ser exitoso líder debes llegar a la parte primigenia. Porque los humanos no somos racionales, somos muy emocionales y eso afecta nuestras decisiones. Cuando no se llega a la parte fundamental del ser humano se tiene menos éxito. El miedo, el sexo, el deseo, el amor, el respeto, el vigor y la belleza son algunos de los botones que los líderes oprimen en la agente. Si tu oferta no apela a ellos les resulta muy aburrida. Para traspasar la fachada social se requiere habilidad, paciencia, valentía y perseverancia.

El carácter, por cierto, no es la ausencia de miedo, sino lo que define tus acciones a pesar del miedo. Cuando tenía que decidir en qué rama me incorporaría en la fuerza militar, lo que más me convenció fue el de ser oficial. Porque el orador se presentó impecablemente vestido, hablando con voz fuerte y autoritario, y nos dijo: Si quieren ayudar y salvar gente, vuelen para la Fuerza Aérea. Si quiere matar gente, ingresen a una pandilla de bandidos.

Puede sonar bastante enfermizo presentarlo de esta manera porque es oscura y primigenia, sin embargo, es la verdad. Entonces la decisión no operacional. Fue emocional. Nos impulsaron entonces a ir más allá de nuestro miedo. Nos inspiraron para tomar la decisión que cambió el rumbo de nuestra vida. Comprendimos que estaban buscando a hombres de calidad porque en la selección se dio un gran porcentaje de descalificados.

Nota: En Estados Unidos es diferente a Colombia. En Norteamérica la Fuerza Aérea están espacial y estratégica que los conflictos irregulares de guerra no convencional, de baja intensidad, están lejos de sus operaciones antiinsurgentes. Entre nosotros nuestras operaciones aéreas son mucho más ligadas a las fuerzas terrestres por las características nuestro conflicto.

Un último comentario

Algunas personas nacen siendo líderes. No fue nuestro caso y por eso decidimos trabajar en aprender y perfeccionar nuestras habilidades de liderazgo. La base de liderazgo, la valentía y el coraje. Para desarrollar el liderazgo nos pusimos el hábito de ponernos constantemente situaciones en las que mi valentía sería puesta a prueba. El secreto de nuestro éxito no es nuestra inteligencia. Ni nuestra personalidad ni talento, sino la disciplina para poner la valentía a prueba.

Mi padre rico solía decir: “Yo soy rico porque hago cosas que la mayoría de la gente no está dispuesta hacer. El éxito exige sacrificios y yo estoy dispuesto a hacerlos”. Cuando militar, no me fue difícil estar dispuesto a sacrificar mi vida, sin embargo, pedirle a otros jóvenes que estuvieran dispuestos a hacerlo por nuestro país, fue una de las labores de ventas más difíciles hechas en mi vida.

Sobre el código de honor

El código es un estándar al que nos aferramos, nos comprometemos. Y los únicos responsables de obedecerlo somos nosotros mismos. No siempre resulta sencillo obedecer el código en la vida política. Con las consecuencias de que tú u otros violen sus principios. Pero con el código sabes cuál es tu posición, que esperan los otros de ti y que pueden esperar de nosotros.

Dave Leong cuenta su experiencia como graduado de la academia la fuerza del Estados Unidos sobre el código del honor. Y de cómo lo aplica a su vida como aspirante a empresario e inversionista. La primera premisa del código en la academia es “No mentiremos ni robaremos ni haremos trampa ni toleraremos a ninguno de los nuestros que lo haga”.

Este axioma se conserva y respeta. Mientras que las universidades ni siquiera tienen código. Incluso ni en su vida privada. El código permite a todas las personas de la organización convocar a sus colegas al liderazgo. El código deja fuera al aspecto individual o personal y se enfoca en que la gente respete las reglas y ponga la organización en primer lugar. Esto suena familiar sólo en la iglesia.

Después de invertir varios años de trabajo arduo, estudio y disciplina, al fin llegamos a nuestro último año. Nos estaba prohibido tener motocicleta. Nos gustaba mucho y como nos sentimos intocables, decidimos comprarlas de todas maneras. Un compañero que fue interrogado por la violación de la norma, no tenía motocicleta, debió decir la verdad a pesar de que eso lo hacía sentir muy mal ya que nos evidenciaba. Pero le valoramos el hecho de que se sintiera así. Según el código nos habríamos molestado más si no se hubiera comportado con rectitud.

Todos habíamos aceptado que viviríamos bajo las reglas del código y eso fue lo que hicimos sin resentimiento de ninguna especie. Ya no se trataba de nosotros sino del código y decidimos ser capaces de obedecerlo o no. La tentación de mentir podría ser fuerte para mucha gente. Independientemente de si se trataba de nuestra academia o de una universidad tradicional.

Sólo decidimos comportarnos como hombres. Aceptar las responsabilidades y conservar nuestra integridad. Si no nos hubiéramos apegado al código hubiéramos mentido y entonces nos habrían expulsado al instante. Como lo respetamos, fueron indulgentes con nosotros. El código es lo que permite sacar a la persona, el ego y las decisiones viscerales de la ecuación. Aunque el código parecía aburrido y exagerado todos estuvimos de acuerdo en obedecerlo y eso nos dio un estándar a cumplir.


CÓDIGO DE HONOR

Puedes ponerle el nombre que gustes, pero todos deben conocerlo y adherirse a él. Que debes conocer y los empleados que trabajan a tu alrededor. Porque si no tienes un código te arriesgas a terminar en un caos. Ese es el dogma fundamental. Crear una atmósfera con la que puedas atraer a la gente indicada. Actitud necesaria para triunfar. No hay otra cosa más dañina para una buena atmósfera de trabajo que el hecho de que la gente no se someta a los mismos estándares o normas.

Los chicos se acercan a las Fuerzas Armadas por varias razones: disciplina, código, honor y la noción de ser parte de algo más grande que ellos. Te recomiendo que te esfuerces en aplicar esos mismos elementos en el sector civil porque la gente los tiene y los necesitas. Tu conocimiento de base como veterano te resultará fundamental en tu camino para convertirte en empresario. El código de honor no es algo que mandas enmarcar. Debe ser una cultura a la que todos los miembros de la organización se apeguen voluntariamente.

Lecciones de vida como veterano

A menudo cuento la historia de mi niñez. Que tuve un padre rico y uno pobre. Mi padre pobre tuvo éxito en su carrera y trabajó duro pero siempre tuvo problemas de dinero. Sólo dejó deudas por pagar. El otro llegó a ser uno de los hombres ricos de mi pueblo donde los ricos se vuelven más ricos y los pobres se vuelven más pobres. Y la clase media no deja batallar con la deuda.

El tema del dinero suele enseñarse en casa pero no en las escuelas. Las escuelas se enfocan en las habilidades académicas y profesionales pero no en las financieras. Eso explica por qué hombres inteligentes, que sacaron tan buenas calificaciones, suelen tener problemas económicos toda su vida.

Nuestra apabullante deuda interna se debe a que los altamente educados políticos y funcionarios del gobierno toman decisiones financieras con muy poca o nula preparación en el tema del dinero. Mi padre pobre creía que el gobierno o alguna empresa debían cuidarte y cubrir tus necesidades. A mi padre le encantaba la idea de tener las prestaciones médicas y los privilegios de los militares.

Mi padre rico, por otro lado, creía en la independencia financiera absoluta y hablaba contra la mentalidad de empleado, que sólo producía gente débil y necesitada. Lo que me resulta interesante es que comenzó siendo pobre y se convirtió en rico. Ambos me incitaron a entrar a las Fuerzas Armadas. Mis dos padres reconocen el valor de la educación militar. Pero mi padre pobre valoraba la seguridad de tener un empleo digno. Mientras que mi padre rico se enfocaba en el valor de la habilidad para armar y organizar equipos, y de liderazgo.

El padre rico me enseñó la diferencia entre el ganado de sacrificio y el ganado lechero. En el primero como ganancia de capital. En el segundo el flujo de dinero efectivo. Mucha gente tiene grandes cantidades de dinero para invertir y creen que invertir es arriesgado. Porque lo hace como los rancheros que invierten para sacrificar el ganado y no para ordeñar. De esa forma tiene mucho dinero al invertir para obtener ganancias de capital.

Muchas personas invierten en compañías que no reportan ganancias y mucho menos dividendos. Si yo invierto para obtener flujo de efectivo, realmente no importa el precio. Es decir para que mi dinero vuelva ahora, no mañana, no a largo plazo. En otras palabras “muéstrame el dinero ahora”.

Un ejemplo es cuando compras una vivienda para luego venderla por un mayor precio que, normalmente, no es inmediato sino después de un tiempo. Pero si la compras ahora y las riendas de inmediato ya estarás recuperando tu inversión. Además de que estar ganando su valorización. Tendrás dos vías de ingreso. Una a largo plazo, que es de capital. Y tendrás otra a corto plazo, que es de flujo efectivo de inmediato. Entonces tendrás una ventaja grande con relación al primer caso.

La mayoría de la gente que es educada para invertir y obtener ganancias de capital, rara vez logran ver el poder de invertir para obtener flujo de efectivo. Cada vez que inviertes con la esperanza de que pase algo bueno en el futuro, estas apostando. Como en la ruleta. Entonces mi padre rico me enseñó a ser crecer mis activos utilizando el flujo de efectivo y de esa forma entonces podía aumentar más rápidamente mis activos. El flujo de efectivo es la clave del éxito financiero.

Ventajas maravillosas de los veteranos. Para un préstamo de vivienda muchas veces no se requiere ni siquiera el avalúo ni toman en cuenta tus ingresos ni tu historial crediticio. Cuando compras una casa con este tipo de préstamo, la puedes convertir en un activo. Y como normalmente has recibido un subsidio de vivienda, puedes vivir en ella mientras pones a rentar la otra. En esta forma obtienes flujo de dinero instantáneo. Así obtienes propiedad e ingreso utilizando el dinero de otros.

En este tipo de conceptos debes tener en cuenta que no te están dando herramientas, no órdenes. Porque cada uno debe procurarse el educarse y aprender la forma de tomar sus mejores decisiones por sí mismos.

El veterano tiene varias opciones: Primero. Se dedica a no hacer nada más que disfrutar la vida. Segundo. Puede continuar en el camino hacia una riqueza mayor. Tercero. Definir qué quiere hacer con su vida ya que tienes libertad financiera. Cuarto. Recuerda que el veterano para pocos impuestos.

Toda la gente cuenta con dos grandes regalos de la vida: su mente y su tiempo. Las Fuerzas Armadas, sin embargo, que han dado un tercer regalo, prestigio y la disciplina que puedes aprovechar en tu vida. Tú eres quien decides que hacer. Cada dólar que generes te da a ti, y solo a ti, el poder redefinir tu destino. Si lo gasta de manera estúpida, estarás escogiendo ser pobre, pero si lo inviertes en tu mente y aprendes adquirir activos, elegirá la riqueza como tú meta y tu futuro. Las decisiones que tomes hoy definirán tu futuro y el de tu familia.

La manera como la escuela militar redefine tu vida

Asistí  a la escuela militar por tres razones.

La primera. Cuando yo tenía 10 años, mi maestra de quinto grado nos hizo estudiar la historia de los grandes exploradores: Colón, Cortés, Magallanes, Da Gama (y a mí a Robinson Cruzó). Leer aquellos libros me inspiró y me hizo desear explorar el mundo.
La segunda. Porque mi papá no tenía dinero para enviarme la Universidad. Asistí a la academia militar y me dieron beca, habitación, dinero y viáticos.

La tercera. Y la más importante, la disciplina. En la academia aprendí disciplina, a las malas. A menudo nos castigaban severamente. Las clases eran mucho más difíciles de lo que yo esperaba. Pero si no hubiera estado sometido a un estricto sistema militar, jamás me había graduado. Después, la prueba fue el combate. No había segundos lugares y el ganador sería el que estuviera mejor preparado. Los riesgos no era combatir sino el no estar preparado.

Nota: En nuestro caso fue el de volar aviones inseguros por lo viejos. Eran residuo de la Segunda Guerra Mundial de baja tecnología. O al menos no tan confiable como las actuales. Además de operar con infraestructura muy precaria, malos aeropuertos, condiciones meteorológicas adversas y ayudas de navegación casi inexistentes. Por lo tanto el riesgo era continuo. Ese era nuestro enemigo y reto  a vencer y la demostración de nuestra capacidad de superación.

En la escuela de vuelo recibí dos lecciones que decidieron mi vida que me han servido desde entonces:

La primera aprender a luchar y acostumbrarse a luchar. Una de las cosas más emocionante del entrenamiento de vuelo, aprender a luchar.

Nota: Nosotros no contra otra aeronave, porque no éramos pilotos de combate. Si contra la aeronave misma. Porque la vieja aeronave de transporte nos quería derribar. Esa fue nuestra forma de combate.

En aquel tiempo volamos el T-28. Una aeronave antigua de la Segunda Guerra Mundial con un solo motor. Pero si no eres buen piloto, podría matarte. Los instructores solían decirnos: “El problema en este negocio es que no hay segundo lugar. Solamente quien es un piloto es el que regresa vivo a casa”. Si hoy en día gano en los negocios, no se debe a mi inteligencia, sino porque en mi mundo no hay segundo lugar.

La segunda lección. Estar preparado. Tiene que ver con el riesgo. El riesgo proviene más de ti que de afuera porque el peligro es no estar preparado para luchar. Como no hay segundo lugar el ganador siempre está del lado de quien está mejor preparado. Los riesgos unas combatir sino no estar preparado.

El premio es para quien juega con menos riesgos y más confianza. Si necesito correr un riesgo, me seguro de que no sea grande. El riesgo empresarial no es la actividad en sí misma sino en no conocerla.

La mayoría de la gente invierte dinero pero no le invierte el suficiente tiempo. Las escuelas de negocios enfocan en el interior del cuadrante “D-I”. Las escuelas militares, en cambio se enfoca en el exterior: en el contexto. En los años que pasé en la escuela militar y en los que serví en las Fuerzas Armadas, me prepararon para el mundo real. Es decir me prepararon antes de ir a la batalla.

Nota: El riesgo de vuelo se previene con conocimiento. Se reduce con entrenamiento y se elimina el máximo posible, con confianza y determinación. Los riesgos no son amenazas en sí mismas sino por la poca destreza y por poca preparación.



 SIC ITUR AD ASTRA









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