El
poder del respeto.
En las escuelas tradicionales los estudiantes
hacen los exámenes solos y los maestros consideran que la cooperación equivale
a hacer trampa. Refuerzan la noción de que la vida sólo sobrevive el más
fuerte. El individuo más fuerte que busca que los estudiantes más débiles sean
eliminados. Pero el líder militar siempre cuida a los otros. No los
agrede.
Los reyes de la industria y del comercio prefieren
ser leones porque quieren transformarse en líderes de equipos destinados a
tener éxito para ellos. La educación militar comienza por hacer que el
individuo colapse. Luego se le construye mental, emocional, física y
espiritualmente. Y después se le entrena para funcionar como equipo porque en
combate, el respeto resulta incluso más importante que el rango y por eso es un
tema tan importante las escuelas militares.
EL RESPETO
La falta de respeto era un tema importante y
por eso una insolencia como las que yo solía cometer era mucho más que una
infracción. Cuando eres joven, está bien visto la falta al respeto a los demás.
Ser fanfarrón y contestar de mala gana a otros, parecía algo súper atractivo.
Respetar a los demás se tomaba como indicador de que eres un cepillador o
lamebotas. No identificas el contraste entre el respeto y la insolencia. Que
tiene un importante significado en la academia militar. Se nos decía que el
respeto y la prudencia daban resultados cuando estábamos en combate. Los
oficiales que no respetaban las tropas generalmente terminaban muertos,
asesinados por la espalda. Aprendimos que en combate el soldado es tan
importante como el general.
Nota: “Algunos trataban de ser célebres, crear
preponderancia, llamar la atención de compañeros y superiores, hacerse notar y
ganar adeptos, utilizando la burla y el chiste personalizado magnificando los
errores de sus colegas. Buscan sobresalir pero no por superación propia sino
por degradación de los demás. Ridiculizando para mortificar y apabullar con el
fin de eliminar por hostilidad sicológico. Un mundo visto como un campo de
combate donde solo se vence magnificando las debilidades ajenas en lugar de
mejorar las fortalezas propias y grupales. En hacer a los compañeros en
enemigos, en lugar de convertirlos en amigos. Una forma de competencia que
destruye la cohesión y la solidaridad de grupo, que los superiores deben evitar
a toda costa. Porque deteriora el fundamento principal del poder militar, que
es la conjunción de esfuerzos individuales para crear el poder grupal.
Con frecuencia los compañeros que se esforzaron
al máximo por ser los mejores por el placer o la extrema vanidad, de dejar
rezagados a los demás, sin ninguna contemplación de solidaridad grupal,
terminaban expulsado por si mismos de la academia. Creaban su propia
incompetencia. Porque incluso esa obsesión los llevaba a cometer faltas contra
el código del honor o los dogmas académicos. O, incluso, después en el combate,
eran los primeros en perecer por exceso de confianza, osadía imprudente o falsa
creencia de extrema superioridad. Se forjaban un mundo de autosuficiencia tan
exorbitante que no se daban cuenta del peligro y caían en la trampa del atrevimiento.
En ocasiones hasta fatal. Una forma de autodepuración grupal”.
En el mundo de los negocios resultando normal
que la gente crea que los mejores gerentes son aquellos que tratan con más
insolencia a sus empleados. El respeto se tiene que dar antes de poder
recibirse. La capacidad de brindar respeto y ser sensible a cualquier
manifestación de insolencia, parte fundamental de la educación militar. El
respeto sirve para construir el orgullo, y el orgullo es esencial para los
leones. Los humanos y las organizaciones. El respeto es especial para los
líderes y el liderazgo.
Los vendedores más exitosos saben que es más
fácil hacerlo si el cliente sabe que él, de verdad, le interesa al vendedor. A
nadie le agradan los vendedores que piensa más en su comisión que en las
necesidades de su comprador.
El
poder de la retroalimentación
Como no es fácil aceptar las críticas severas. Nos
entrenaron para entender su valor. Nos dio más confianza en nosotros mismos y
nos ayuda dejar de tomar los regaños como algo personal. Así no reaccionamos
visceralmente para evitar la crítica que lastima nuestros sentimientos y para
qué la aprovecháramos para fortalecer nuestra mente.
Y debíamos hacerlo de varias maneras.
Independientemente de si la retroalimentación se hacía por medio de gritos,
burlas o acoso, debíamos hacerle saber a la otra persona que nos importaba y
que estábamos cuidando de ella, del equipo y de la misión. Que a pesar de ello
quienes nos hacían matoneo también nos serán importantes. Antes de criticar a
alguien, tienen que buscar en sus corazones la compasión necesaria para tratar
a las otras personas. La comunicación siempre se facilita el cariño y cuidado
sincero por los demás.
El
liderazgo es función de la comunicación
La fortaleza de una empresa es un triángulo
formado por: el equipo, el liderazgo y la misión. Y este triángulo contiene
cinco niveles que son fundamentalmente de comunicación entre ellos. Desde el
nivel más alto hacia el más bajo están: El producto. La asesoría legal. Los
sistemas. Las comunicaciones. Y el flujo de efectivo.
Para que un negocio sobreviva y prospere es
necesario que las cinco especialidades centrales del triángulo aprendan a
comunicarse entre sí. Por eso el papel del liderazgo es crucial para la misión.
Las tareas básicas del líder consisten en que estos niveles se comunican
adecuadamente interactúen en armonía. Para ello el líder debe insistir en
respetar y cuidar a los otros en todos los procesos de comunicación.
Si la persona que transmite la información no actual
con respeto y amabilidad, habrá una gran cantidad adicional de descontento, ira
y luchas internas en la organización. Si no hay respeto y amabilidad, los clientes
buscarán otra empresa con la cual hacer negocios. En segundo lugar el líder
debe conocer el lenguaje de las cinco especialidades centrales, así como el
lenguaje la misión, el equipo y la gestión.
El líder debe saber un poquito de todo y ser
respetuoso y amable con la organización. Y con lo que los otros saben o no
saben de ella. Los líderes y los empresarios son generalistas que se rodean de
especialistas capaces de aportar al equipo. Conocimiento específico y preciso
en cada área. En la calle nos metieron durante cuatro años en la cabeza el
concepto de que el liderazgo es una función de comunicación que incluso se usa
para establecer nuestro estatus y nuestra posición.
Por eso tuvimos que conocer a fondo las
aeronaves y la organización necesaria que hay alrededor de ellos para
mantenerlos volando. Por eso teníamos que hablar y comprender con los
especialistas de radio, los mecánicos, los de estructuras, los de motores y los
especialistas en armamento. El liderazgo estaba directamente relacionado con el
lenguaje y la comunicación usada para cuidar y respetar a los otros.
Equipo
y respeto
Desde el primer día se nos había enseñado hacer
ejercicios y maniobras militares en forma sincronizada donde nadie del equipo
se podía equivocar sin causar un gran desorden. También nunca podíamos dejar
atrás aquellos que sufrieron percances. Sin embargo uno de los aspectos más
desmoralizante del combate era tener que pedir permiso para disparar a pesar de
que observáramos que teníamos toda la ventaja para tener éxito.
Desmoralizaba
el tener que ver como el enemigo se alejaba en pocos segundos por no haber
recibido la autorización. Después nos enteramos que la autorización llegaba ya
tarde, simplemente, porque la había emitido algún burócrata en un alto nivel de
la jerarquía militar.
Es por eso que hoy en día no sigue enfermando
la idea de que nuestros presidentes no cuenten con experiencia militar. Pero si
la ha tenido y o la sigue teniendo, de esto dependerá que la guerra la hagan jóvenes
altamente entrenados para ser justamente eso.
Me enferma saber que hay gente que no cuenta
con ninguna experiencia de primera mano en los negocios como en los asuntos
militares, pero que toman decisiones de manera aislada, si comunicarse con los
demás integrantes del equipo. Toman decisiones de la torre de marfil de la
inexperiencia.
Mucha gente tiene una sólida preparación
académica sin saber lo que significa estar en la línea de batalla y por eso sus
decisiones reflejan falta de experiencia en el mundo real. Es por eso que debes
analizar bien el poder del respeto y la falta del mismo. Si eres respetuoso,
tendrás todos los éxitos. Pero, si no, todo te va a costar mucho.
En mi opinión, una de las razones por las que
perdimos la guerra en Vietnam es que nuestros líderes no respetaban al enemigo.
Porque nuestros líderes no tenían contacto con la realidad haciéndose
arrogantes y de esa forma irrespetaban el concepto que debíamos tener del
enemigo. Las Fuerzas Armadas producen grandes líderes. Pero, incluso, hay
siempre hay alguien que llega una posición de poder sin haberla ganado. Pero aun
así cuando eso sucede tienes la obligación de respetar a las personas.
En la vida civil puedes darte el lujo de elegir
a quien respetar, pero en las Fuerzas Armadas debes obedecer el rango, incluso
si no respetas al individuo. Porque es indispensable respetar el esfuerzo que
hace todo el grupo aún más que el rango o el título de quien lo dirige.
Entonces prima el respeto por el esfuerzo colectivo. Aunque eso, necesariamente,
implique ser insolente por quien lo lidera.
No importa entonces que nuestros líderes no
sean capaces de ganar la autoridad que les fue delegada porque lo que impera es
el éxito de la misión y no la satisfacción de una persona.
Puede ser que incluso al líder no le importe
nada excepto el mismo. Como suelen actuar cuando vienen, regaña y dan órdenes
peligrosas, pues eso cambia la política y los procesos. Entonces, si las
decisiones que toma el líder ponen en riesgo a todos es, precisamente, la
acción grupal la que debe encontrar la forma de reducir el riesgo y salvar la
misión por medio del esfuerzo colectivo.
Por eso creo firmemente que el respeto se
obtiene con una sola acción, sino con las acciones de toda una vida. Si un
líder se equivoca en un asunto que no sea legal lo más probable es que lo
retiren de la misión para que reciba un reentrenamiento. Más la realidad es que
nadie quiere que lo vuelvan entrenar porque eso lo pone en evidencia ante los
demás.
Capítulo
siete
La
importancia de la velocidad
Actualmente las organizaciones lentas están
pasadas de moda y pronto no formarán parte del mundo de los negocios. El
problema está en que la mayor velocidad que puede alcanzar el grupo es la de su
componente más lento. Y para un líder y su grupo no hay nada más frustrante que
navegar en una nave rápida pero tener que retrasarse porque la mayor velocidad
que puede alcanzar es la del barco más lento.
Entonces el líder debe encontrar la manera de
crear grupos homogéneos que sean dirigidos por liderados adecuados. En la
actualidad se pierden millones de empleos porque los líderes de muchos negocios
son muy lentos para el grupo. O porque quieren ser demasiado rápidos para la
capacidad a la cual han entrenado a sus colaboradores.
Nota: “En el campo militar muchos combates se
pierde porque se toman decisiones buscando encontrar siempre la más óptima,
ignorando la mejor. Un caso específico fue el de la General Motors en el campo industrial
produciendo vehículos civiles. Sin embargo, quizás fue la que mejor apoyó el
esfuerzo de guerra cuando cambió rápidamente la producción comercial a la
producción militar. Durante dos años no produjo ni un solo automóvil pero fue
vital para ganar la guerra”.
La cadena sólo es tan fuerte como el eslabón
más débil. El líder entonces debe identificar el eslabón más débil. Lo que debe
hacer no tiene una respuesta correcta porque todo depende siempre de la
situación. Debes saber que los equipos unificados no son garantía absoluta de
que siempre gane. Pero sí que para ganar es muy importante que el equipo esté
unido y asignarle la tarea adecuada a cada persona. Entonces el grupo se unirá
y dará el 110% porque se adelantará a la necesidad planteada por su líder.
Por eso se habla todo el tiempo. Y ser honestos
con todo el equipo. Esa libertad para comunicarse y siempre decir la verdad de
lo que nos condujo el éxito en las constantes reuniones se pedía los
integrantes del grupo que valoran su propio desempeño y su autosatisfacción.
Por ejemplo detectamos cuatro elementos que estaban en el lugar equivocado. Los
mecánicos querían trabajar con más velocidad pero sencillamente los de mayor
edad moderaban su rapidez. Y dos de los inspectores subalternos se sentían aburridos.
La solución fue clara. Los mecánicos de mayor conocimiento asumirían las
funciones de control de calidad. Una actividad más mental. Y los aburridos
serían quienes trabajarían con la mano.
Si en tu equipo tienes integrantes de gran
calidad que no están funcionando, lo que debes hacer no es eliminarlos, sino
encontrar en qué área son más productivos. De esta manera tenemos respeto por
la misión, luego por el equipo y en tercer lugar con nosotros mismos.
Queríamos ser todos mejores y en nuestras
charlas semanales identificamos los eslabones más débiles. En lugar de hacerlo
sentir mal, les enseñamos lo necesario y nos ayudamos a ser mejores. En una
ocasión me tocó el turno de hacer los frenos de alambre de la tornillería en
los componentes de la turbina y era algo lento y no los hacía con la calidad
apropiada. Un compañero me asesoró y con un poco de práctica y logre hacerlo
como uno de los mejores.
Mis compañeros me ayudaron hacer más competente.
Pero primero tuve que aceptar sus opiniones. Y es verdad que resulta más
sencillo aceptar opiniones que darlas. Y es al líder a quien le corresponde
crear el ambiente propicio para que todo se retroalimente honestamente de
manera aceptable e incluso deseable.
El liderazgo es como la relación que existe
entre la fuerza de gravedad y la velocidad con que gira la tierra alrededor del
sol. Una organización no se puede sostener y menos expandir, si se sale de su
centro. Ello puede provocar la decadencia de toda la empresa. Una empresa
fuerte siempre tiene un centro de negocios fuerte que se ejecuta a través de un
liderazgo excelente.
La mayoría de los negocios pequeños no crecen
porque el dueño es el único componente. Si el líder de un negocio pequeño
quiere que éste crezca, debe formar un equipo que trabaje enfocándose en
construir controles internos y sistema de comunicaciones fuertes. Y ser capaz
de mantener el centro del negocio sólido y funcionando armónicamente. Debe
pensar que el tiempo es dinero. Y entre más lentos el proceso, más dinero se
necesita para permanecer en el negocio.
Los líderes enfocan en coordinar gente, tiempo,
dinero y recursos, con sucesos proyectados al futuro. Un buen indicador de esto
es el gradiente de velocidad en donde estaba la variable tiempo. Esta se evidencia
en lo que una persona tarda en aprender.
El control de esa velocidad es un componente
fundamental del liderazgo. Los líderes deben estar atentos al gradiente de
velocidad y tiempo. No sólo de él mismo sino de cada individuo y de toda la
organización en su conjunto. Los líderes eficaces mejoran constantemente sus
habilidades personales por medio de la supervisión y control de las cuatro velocidades
organizacionales:
Velocidad de proceso final.
La
velocidad de la bola de billar: que es aquella que mide la
velocidad de los pasos anteriores a la del proceso final. La velocidad de gradiente: es la que desarrolla su gente para
aprender con eficacia lo que le enseñan sus maestros. Y velocidad angular: es aquella que se establece en el
manejo de sus sucursales de distribución y la de sus sucursales de suministros.
Un ejemplo de ello fue cuando a finales de 1972
los norvietnamitas atravesaron la zona desmilitarizada entre el norte y el sur.
Estados Unidos organizó una operación de fuerza combinada que fue un completo
desastre. Los líderes de las cuatro fuerzas: terrestre, aérea, naval y marinos,
nunca pudieron organizarse bien. La velocidad angular estuvo en riesgo desde el
principio. En una ocasión los helicópteros de la armada y de la marina no
coordinaron bien la zona de aterrizaje y cayeron en el área más fortificada del
enemigo donde 16 helicópteros fueron derribados a tiros. El ejército norvietnamita
llevaba años peleando. Sus soldados tenía más experiencia y estaban mejor
preparados. Nosotros acabamos de llegar a la zona de guerra y ya nos moríamos
de ganas de volver a casa.
Velocidad
angular: mide la eficacia del liderazgo y la claridad de la
comunicación interna. Velocidad de
proceso: define sincronizado está el equipo, la tarea y el proceso. Velocidad de bola de billar: que tan
bien definido estuvo el objetivo al cual se dirigieron los esfuerzos para
llegar a él o si fue demasiado poco. Velocidad
del gradiente: muestra si el equipo tenía la experiencia suficiente o cuál
fue la experiencia ganada y por lo tanto lo que se debe hacer para que las
demás decisiones similares tengan éxito.
Un
último comentario. No me gusta que las escuelas tradicionales
castiguen a los estudiantes por cometer errores. No les enseñan que una falla
es una oportunidad de aprender para llegar a ser calificada en lugar de
utilizarse para descalificar.
En la escuela militar se exigen requisitos
académicos muy difíciles con ejercicios que demuestra cómo la enseñanza
académica se aplica a la vida real y por eso se aprende a liderar hombres y
tripulaciones estando dispuesto a cometer errores. Y en caso de que lleguen a
sucederse, es la oportunidad de aprender de ellos.
Por eso no se debe aplicar el castigo colectivo
por culpa de quien se equivoca sino inducir al grupo a que le colabore porque de
ello depende el acierto general.
Nota. “En oportunidades, debido a la alta
hostilidad interna, algunos pensaron, cuando prestaban turnos de guardia en las
garitas perimétricas de las instalaciones militares y en lugares alejados, que
el peligro que pudiera surgir, detrás de la cerca, era insignificante. Porque
lo podíamos neutraliza usando la potente fuerza de las armas y estábamos bien
entrenados. Pero el de adentro no. el que a veces parecía surgir de quienes no comprendían
que el esfuerzo era colectivo y no individual. Y era difícil de contener. Era casi
que imposible explicar la razón de un combate interno que había causado bajas
por un error de fuego amigo.
El éxito militar no puede ser una competencia
entre miembros de la misma institución como amenaza interna. Porque es vivir
con el tigre adentro. Que luego llegaba a ser más peligrosa que la externa”.
Yo no nací siendo líder, practiqué liderando
mis compañeros en la escuela. Tampoco nací siendo piloto. Primero me subieron a
aeronaves y aprendí a volarlas. Después de poner bajo presión mis límites
mentales, emocionales, físicos y espirituales, supe que a partir de entonces
sería capaz de superar a mis compañeros de preparatoria. Incluso los que eran
más inteligentes que yo.
Aunque suene infantil yo odiaba que me tacharan
de estúpido e incompetente en la escuela. Pero en cuanto volé mi primera misión
descubrí que superaría a mis compañeros y a los estudiantes de 10 que tenían
más probabilidades de triunfar. Entonces fue un estímulo para superarme porque
llegaría al lugar donde ellos jamás irían por miedo y, porque haría cosas a las
que ellos jamás se atreverían.
Nota: “Aunque no éramos brillantes en lo
académico, en los cursos de fisiología de vuelo calificamos en superior. En
ellos lo teórico era vivencial y práctico. En el primero encontramos una
motivación para aprender en forma diferente. Como volábamos aviones sin
presurización y sin oxígeno le encontramos una real utilidad.
Para el segundo quisimos aprender al máximo y
calificamos de excelente. El superior de la academia se sorprendió y nos retó a
otra prueba para ver si no habíamos hecho trampa. Pero uno de nuestros
profesores no creía que nosotros habíamos recurrido a la trampa. Otra de las
cosas que nos aportó fue que dejamos de fumar.
En la escuela primaria de vuelo nos enseñaron
teóricamente la aerodinámica y por eso no supimos realmente cómo funcionaba el
avión. En el curso investigación desastres aéreos esa misma materia fue muy
aplicable y real. Entendimos muchos fenómenos que se presentan cuando se vuela
una aeronave.
Posteriormente la volvimos a repasar pero desde
el punto de vista de la construcción y diseño de las aeronaves, dentro de la
ingeniería aeronáutica y allí complementamos la comprensión de ese
especializado tema. Por supuesto que pudimos palpar físicamente la teoría.
Los simuladores hacen perder el miedo a cometer
errores, que se pueden asumir sin ser fatales. Y se aprende cómo corregirlos.
En vuelo real no siempre se pueden correr aproximadamente. Entonces no se llega
a aprender completamente cómo superarlos. El ser piloto sin haber tenido la
experiencia del vuelo simulado, practicando emergencias provocadas
intencionalmente y exitosamente superadas, es tener una larga vida laboral de incertidumbre
a lo desconocido. Sólo conocido en el campo teórico y por ello cargando con un
miedo constante que limita la destreza profesional para sobrevivir”.
En la escuela de vuelo pasé horas volando en
simuladores sobre tierra y otras más en aviones de verdad. Me encantaba
aprender de esta manera. Con el método militar que me involucraba mental,
emocional, física y espiritualmente.
Así que quienes tienen miedo de organizar un
pequeño negocio o poner a prueba su habilidad para liderar gente, por cualquier
razón, tienen una gran oportunidad en la vida. La vida y el desarrollo personal
dependen de aceptar nuevos desafíos para crecer. La mayoría de la gente cree
que vivir depende de la seguridad, la tranquilidad y de tomarse los fines de
semana libres.
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