AERONAUTAS Y CRONISTAS

jueves, 7 de febrero de 2019

4 OCHO LECCIONES DE LIDERAZGO MILITAR


El poder del respeto.

En las escuelas tradicionales los estudiantes hacen los exámenes solos y los maestros consideran que la cooperación equivale a hacer trampa. Refuerzan la noción de que la vida sólo sobrevive el más fuerte. El individuo más fuerte que busca que los estudiantes más débiles sean eliminados. Pero el líder militar siempre cuida a los otros. No los agrede.

Los reyes de la industria y del comercio prefieren ser leones porque quieren transformarse en líderes de equipos destinados a tener éxito para ellos. La educación militar comienza por hacer que el individuo colapse. Luego se le construye mental, emocional, física y espiritualmente. Y después se le entrena para funcionar como equipo porque en combate, el respeto resulta incluso más importante que el rango y por eso es un tema tan importante las escuelas militares.


EL RESPETO

La falta de respeto era un tema importante y por eso una insolencia como las que yo solía cometer era mucho más que una infracción. Cuando eres joven, está bien visto la falta al respeto a los demás. Ser fanfarrón y contestar de mala gana a otros, parecía algo súper atractivo. Respetar a los demás se tomaba como indicador de que eres un cepillador o lamebotas. No identificas el contraste entre el respeto y la insolencia. Que tiene un importante significado en la academia militar. Se nos decía que el respeto y la prudencia daban resultados cuando estábamos en combate. Los oficiales que no respetaban las tropas generalmente terminaban muertos, asesinados por la espalda. Aprendimos que en combate el soldado es tan importante como el general.

Nota: “Algunos trataban de ser célebres, crear preponderancia, llamar la atención de compañeros y superiores, hacerse notar y ganar adeptos, utilizando la burla y el chiste personalizado magnificando los errores de sus colegas. Buscan sobresalir pero no por superación propia sino por degradación de los demás. Ridiculizando para mortificar y apabullar con el fin de eliminar por hostilidad sicológico. Un mundo visto como un campo de combate donde solo se vence magnificando las debilidades ajenas en lugar de mejorar las fortalezas propias y grupales. En hacer a los compañeros en enemigos, en lugar de convertirlos en amigos. Una forma de competencia que destruye la cohesión y la solidaridad de grupo, que los superiores deben evitar a toda costa. Porque deteriora el fundamento principal del poder militar, que es la conjunción de esfuerzos individuales para crear el poder grupal.

Con frecuencia los compañeros que se esforzaron al máximo por ser los mejores por el placer o la extrema vanidad, de dejar rezagados a los demás, sin ninguna contemplación de solidaridad grupal, terminaban expulsado por si mismos de la academia. Creaban su propia incompetencia. Porque incluso esa obsesión los llevaba a cometer faltas contra el código del honor o los dogmas académicos. O, incluso, después en el combate, eran los primeros en perecer por exceso de confianza, osadía imprudente o falsa creencia de extrema superioridad. Se forjaban un mundo de autosuficiencia tan exorbitante que no se daban cuenta del peligro y caían en la trampa del atrevimiento. En ocasiones hasta fatal. Una forma de autodepuración grupal”.

En el mundo de los negocios resultando normal que la gente crea que los mejores gerentes son aquellos que tratan con más insolencia a sus empleados. El respeto se tiene que dar antes de poder recibirse. La capacidad de brindar respeto y ser sensible a cualquier manifestación de insolencia, parte fundamental de la educación militar. El respeto sirve para construir el orgullo, y el orgullo es esencial para los leones. Los humanos y las organizaciones. El respeto es especial para los líderes y el liderazgo.

Los vendedores más exitosos saben que es más fácil hacerlo si el cliente sabe que él, de verdad, le interesa al vendedor. A nadie le agradan los vendedores que piensa más en su comisión que en las necesidades de su comprador.

El poder de la retroalimentación

Como no es fácil aceptar las críticas severas. Nos entrenaron para entender su valor. Nos dio más confianza en nosotros mismos y nos ayuda dejar de tomar los regaños como algo personal. Así no reaccionamos visceralmente para evitar la crítica que lastima nuestros sentimientos y para qué la aprovecháramos para fortalecer nuestra mente.

Y debíamos hacerlo de varias maneras. Independientemente de si la retroalimentación se hacía por medio de gritos, burlas o acoso, debíamos hacerle saber a la otra persona que nos importaba y que estábamos cuidando de ella, del equipo y de la misión. Que a pesar de ello quienes nos hacían matoneo también nos serán importantes. Antes de criticar a alguien, tienen que buscar en sus corazones la compasión necesaria para tratar a las otras personas. La comunicación siempre se facilita el cariño y cuidado sincero por los demás.

El liderazgo es función de la comunicación

La fortaleza de una empresa es un triángulo formado por: el equipo, el liderazgo y la misión. Y este triángulo contiene cinco niveles que son fundamentalmente de comunicación entre ellos. Desde el nivel más alto hacia el más bajo están: El producto. La asesoría legal. Los sistemas. Las comunicaciones. Y el flujo de efectivo.

Para que un negocio sobreviva y prospere es necesario que las cinco especialidades centrales del triángulo aprendan a comunicarse entre sí. Por eso el papel del liderazgo es crucial para la misión. Las tareas básicas del líder consisten en que estos niveles se comunican adecuadamente interactúen en armonía. Para ello el líder debe insistir en respetar y cuidar a los otros en todos los procesos de comunicación.

Si la persona que transmite la información no actual con respeto y amabilidad, habrá una gran cantidad adicional de descontento, ira y luchas internas en la organización. Si no hay respeto y amabilidad, los clientes buscarán otra empresa con la cual hacer negocios. En segundo lugar el líder debe conocer el lenguaje de las cinco especialidades centrales, así como el lenguaje la misión, el equipo y la gestión.

El líder debe saber un poquito de todo y ser respetuoso y amable con la organización. Y con lo que los otros saben o no saben de ella. Los líderes y los empresarios son generalistas que se rodean de especialistas capaces de aportar al equipo. Conocimiento específico y preciso en cada área. En la calle nos metieron durante cuatro años en la cabeza el concepto de que el liderazgo es una función de comunicación que incluso se usa para establecer nuestro estatus y nuestra posición.

Por eso tuvimos que conocer a fondo las aeronaves y la organización necesaria que hay alrededor de ellos para mantenerlos volando. Por eso teníamos que hablar y comprender con los especialistas de radio, los mecánicos, los de estructuras, los de motores y los especialistas en armamento. El liderazgo estaba directamente relacionado con el lenguaje y la comunicación usada para cuidar y respetar a los otros.

Equipo y respeto

Desde el primer día se nos había enseñado hacer ejercicios y maniobras militares en forma sincronizada donde nadie del equipo se podía equivocar sin causar un gran desorden. También nunca podíamos dejar atrás aquellos que sufrieron percances. Sin embargo uno de los aspectos más desmoralizante del combate era tener que pedir permiso para disparar a pesar de que observáramos que teníamos toda la ventaja para tener éxito. 

Desmoralizaba el tener que ver como el enemigo se alejaba en pocos segundos por no haber recibido la autorización. Después nos enteramos que la autorización llegaba ya tarde, simplemente, porque la había emitido algún burócrata en un alto nivel de la jerarquía militar.

Es por eso que hoy en día no sigue enfermando la idea de que nuestros presidentes no cuenten con experiencia militar. Pero si la ha tenido y o la sigue teniendo, de esto dependerá que la guerra la hagan jóvenes altamente entrenados para ser justamente eso.
Me enferma saber que hay gente que no cuenta con ninguna experiencia de primera mano en los negocios como en los asuntos militares, pero que toman decisiones de manera aislada, si comunicarse con los demás integrantes del equipo. Toman decisiones de la torre de marfil de la inexperiencia.

Mucha gente tiene una sólida preparación académica sin saber lo que significa estar en la línea de batalla y por eso sus decisiones reflejan falta de experiencia en el mundo real. Es por eso que debes analizar bien el poder del respeto y la falta del mismo. Si eres respetuoso, tendrás todos los éxitos. Pero, si no, todo te va a costar mucho.

En mi opinión, una de las razones por las que perdimos la guerra en Vietnam es que nuestros líderes no respetaban al enemigo. Porque nuestros líderes no tenían contacto con la realidad haciéndose arrogantes y de esa forma irrespetaban el concepto que debíamos tener del enemigo. Las Fuerzas Armadas producen grandes líderes. Pero, incluso, hay siempre hay alguien que llega una posición de poder sin haberla ganado. Pero aun así cuando eso sucede tienes la obligación de respetar a las personas.

En la vida civil puedes darte el lujo de elegir a quien respetar, pero en las Fuerzas Armadas debes obedecer el rango, incluso si no respetas al individuo. Porque es indispensable respetar el esfuerzo que hace todo el grupo aún más que el rango o el título de quien lo dirige. Entonces prima el respeto por el esfuerzo colectivo. Aunque eso, necesariamente, implique ser insolente por quien lo lidera.

No importa entonces que nuestros líderes no sean capaces de ganar la autoridad que les fue delegada porque lo que impera es el éxito de la misión y no la satisfacción de una persona.

Puede ser que incluso al líder no le importe nada excepto el mismo. Como suelen actuar cuando vienen, regaña y dan órdenes peligrosas, pues eso cambia la política y los procesos. Entonces, si las decisiones que toma el líder ponen en riesgo a todos es, precisamente, la acción grupal la que debe encontrar la forma de reducir el riesgo y salvar la misión por medio del esfuerzo colectivo.

Por eso creo firmemente que el respeto se obtiene con una sola acción, sino con las acciones de toda una vida. Si un líder se equivoca en un asunto que no sea legal lo más probable es que lo retiren de la misión para que reciba un reentrenamiento. Más la realidad es que nadie quiere que lo vuelvan entrenar porque eso lo pone en evidencia ante los demás.

Capítulo siete
La importancia de la velocidad

Actualmente las organizaciones lentas están pasadas de moda y pronto no formarán parte del mundo de los negocios. El problema está en que la mayor velocidad que puede alcanzar el grupo es la de su componente más lento. Y para un líder y su grupo no hay nada más frustrante que navegar en una nave rápida pero tener que retrasarse porque la mayor velocidad que puede alcanzar es la del barco más lento.

Entonces el líder debe encontrar la manera de crear grupos homogéneos que sean dirigidos por liderados adecuados. En la actualidad se pierden millones de empleos porque los líderes de muchos negocios son muy lentos para el grupo. O porque quieren ser demasiado rápidos para la capacidad a la cual han entrenado a sus colaboradores.

Nota: “En el campo militar muchos combates se pierde porque se toman decisiones buscando encontrar siempre la más óptima, ignorando la mejor. Un caso específico fue el de la General Motors en el campo industrial produciendo vehículos civiles. Sin embargo, quizás fue la que mejor apoyó el esfuerzo de guerra cuando cambió rápidamente la producción comercial a la producción militar. Durante dos años no produjo ni un solo automóvil pero fue vital para ganar la guerra”.

La cadena sólo es tan fuerte como el eslabón más débil. El líder entonces debe identificar el eslabón más débil. Lo que debe hacer no tiene una respuesta correcta porque todo depende siempre de la situación. Debes saber que los equipos unificados no son garantía absoluta de que siempre gane. Pero sí que para ganar es muy importante que el equipo esté unido y asignarle la tarea adecuada a cada persona. Entonces el grupo se unirá y dará el 110% porque se adelantará a la necesidad planteada por su líder.

Por eso se habla todo el tiempo. Y ser honestos con todo el equipo. Esa libertad para comunicarse y siempre decir la verdad de lo que nos condujo el éxito en las constantes reuniones se pedía los integrantes del grupo que valoran su propio desempeño y su autosatisfacción. Por ejemplo detectamos cuatro elementos que estaban en el lugar equivocado. Los mecánicos querían trabajar con más velocidad pero sencillamente los de mayor edad moderaban su rapidez. Y dos de los inspectores subalternos se sentían aburridos. La solución fue clara. Los mecánicos de mayor conocimiento asumirían las funciones de control de calidad. Una actividad más mental. Y los aburridos serían quienes trabajarían con la mano.

Si en tu equipo tienes integrantes de gran calidad que no están funcionando, lo que debes hacer no es eliminarlos, sino encontrar en qué área son más productivos. De esta manera tenemos respeto por la misión, luego por el equipo y en tercer lugar con nosotros mismos.

Queríamos ser todos mejores y en nuestras charlas semanales identificamos los eslabones más débiles. En lugar de hacerlo sentir mal, les enseñamos lo necesario y nos ayudamos a ser mejores. En una ocasión me tocó el turno de hacer los frenos de alambre de la tornillería en los componentes de la turbina y era algo lento y no los hacía con la calidad apropiada. Un compañero me asesoró y con un poco de práctica y logre hacerlo como uno de los mejores.

Mis compañeros me ayudaron hacer más competente. Pero primero tuve que aceptar sus opiniones. Y es verdad que resulta más sencillo aceptar opiniones que darlas. Y es al líder a quien le corresponde crear el ambiente propicio para que todo se retroalimente honestamente de manera aceptable e incluso deseable.

El liderazgo es como la relación que existe entre la fuerza de gravedad y la velocidad con que gira la tierra alrededor del sol. Una organización no se puede sostener y menos expandir, si se sale de su centro. Ello puede provocar la decadencia de toda la empresa. Una empresa fuerte siempre tiene un centro de negocios fuerte que se ejecuta a través de un liderazgo excelente.

La mayoría de los negocios pequeños no crecen porque el dueño es el único componente. Si el líder de un negocio pequeño quiere que éste crezca, debe formar un equipo que trabaje enfocándose en construir controles internos y sistema de comunicaciones fuertes. Y ser capaz de mantener el centro del negocio sólido y funcionando armónicamente. Debe pensar que el tiempo es dinero. Y entre más lentos el proceso, más dinero se necesita para permanecer en el negocio.

Los líderes enfocan en coordinar gente, tiempo, dinero y recursos, con sucesos proyectados al futuro. Un buen indicador de esto es el gradiente de velocidad en donde estaba la variable tiempo. Esta se evidencia en lo que una persona tarda en aprender.

El control de esa velocidad es un componente fundamental del liderazgo. Los líderes deben estar atentos al gradiente de velocidad y tiempo. No sólo de él mismo sino de cada individuo y de toda la organización en su conjunto. Los líderes eficaces mejoran constantemente sus habilidades personales por medio de la supervisión y control de las cuatro velocidades organizacionales:
Velocidad de proceso final.

La velocidad de la bola de billar: que es aquella que mide la velocidad de los pasos anteriores a la del proceso final. La velocidad de gradiente: es la que desarrolla su gente para aprender con eficacia lo que le enseñan sus maestros. Y velocidad  angular: es aquella que se establece en el manejo de sus sucursales de distribución y la de sus sucursales de suministros.

Un ejemplo de ello fue cuando a finales de 1972 los norvietnamitas atravesaron la zona desmilitarizada entre el norte y el sur. Estados Unidos organizó una operación de fuerza combinada que fue un completo desastre. Los líderes de las cuatro fuerzas: terrestre, aérea, naval y marinos, nunca pudieron organizarse bien. La velocidad angular estuvo en riesgo desde el principio. En una ocasión los helicópteros de la armada y de la marina no coordinaron bien la zona de aterrizaje y cayeron en el área más fortificada del enemigo donde 16 helicópteros fueron derribados a tiros. El ejército norvietnamita llevaba años peleando. Sus soldados tenía más experiencia y estaban mejor preparados. Nosotros acabamos de llegar a la zona de guerra y ya nos moríamos de ganas de volver a casa.

Velocidad angular: mide la eficacia del liderazgo y la claridad de la comunicación interna. Velocidad de proceso: define sincronizado está el equipo, la tarea y el proceso. Velocidad de bola de billar: que tan bien definido estuvo el objetivo al cual se dirigieron los esfuerzos para llegar a él o si fue demasiado poco. Velocidad del gradiente: muestra si el equipo tenía la experiencia suficiente o cuál fue la experiencia ganada y por lo tanto lo que se debe hacer para que las demás decisiones similares tengan éxito.

Un último comentario. No me gusta que las escuelas tradicionales castiguen a los estudiantes por cometer errores. No les enseñan que una falla es una oportunidad de aprender para llegar a ser calificada en lugar de utilizarse para descalificar.

En la escuela militar se exigen requisitos académicos muy difíciles con ejercicios que demuestra cómo la enseñanza académica se aplica a la vida real y por eso se aprende a liderar hombres y tripulaciones estando dispuesto a cometer errores. Y en caso de que lleguen a sucederse, es la oportunidad de aprender de ellos.
Por eso no se debe aplicar el castigo colectivo por culpa de quien se equivoca sino inducir al grupo a que le colabore porque de ello depende el acierto general.

Nota. “En oportunidades, debido a la alta hostilidad interna, algunos pensaron, cuando prestaban turnos de guardia en las garitas perimétricas de las instalaciones militares y en lugares alejados, que el peligro que pudiera surgir, detrás de la cerca, era insignificante. Porque lo podíamos neutraliza usando la potente fuerza de las armas y estábamos bien entrenados. Pero el de adentro no. el que a veces parecía surgir de quienes no comprendían que el esfuerzo era colectivo y no individual. Y era difícil de contener. Era casi que imposible explicar la razón de un combate interno que había causado bajas por un error de fuego amigo.

El éxito militar no puede ser una competencia entre miembros de la misma institución como amenaza interna. Porque es vivir con el tigre adentro. Que luego llegaba a ser más peligrosa que la externa”.

Yo no nací siendo líder, practiqué liderando mis compañeros en la escuela. Tampoco nací siendo piloto. Primero me subieron a aeronaves y aprendí a volarlas. Después de poner bajo presión mis límites mentales, emocionales, físicos y espirituales, supe que a partir de entonces sería capaz de superar a mis compañeros de preparatoria. Incluso los que eran más inteligentes que yo.

Aunque suene infantil yo odiaba que me tacharan de estúpido e incompetente en la escuela. Pero en cuanto volé mi primera misión descubrí que superaría a mis compañeros y a los estudiantes de 10 que tenían más probabilidades de triunfar. Entonces fue un estímulo para superarme porque llegaría al lugar donde ellos jamás irían por miedo y, porque haría cosas a las que ellos jamás se atreverían.

Nota: “Aunque no éramos brillantes en lo académico, en los cursos de fisiología de vuelo calificamos en superior. En ellos lo teórico era vivencial y práctico. En el primero encontramos una motivación para aprender en forma diferente. Como volábamos aviones sin presurización y sin oxígeno le encontramos una real utilidad.

Para el segundo quisimos aprender al máximo y calificamos de excelente. El superior de la academia se sorprendió y nos retó a otra prueba para ver si no habíamos hecho trampa. Pero uno de nuestros profesores no creía que nosotros habíamos recurrido a la trampa. Otra de las cosas que nos aportó fue que dejamos de fumar.

En la escuela primaria de vuelo nos enseñaron teóricamente la aerodinámica y por eso no supimos realmente cómo funcionaba el avión. En el curso investigación desastres aéreos esa misma materia fue muy aplicable y real. Entendimos muchos fenómenos que se presentan cuando se vuela una aeronave.

Posteriormente la volvimos a repasar pero desde el punto de vista de la construcción y diseño de las aeronaves, dentro de la ingeniería aeronáutica y allí complementamos la comprensión de ese especializado tema. Por supuesto que pudimos palpar físicamente la teoría.

Los simuladores hacen perder el miedo a cometer errores, que se pueden asumir sin ser fatales. Y se aprende cómo corregirlos. En vuelo real no siempre se pueden correr aproximadamente. Entonces no se llega a aprender completamente cómo superarlos. El ser piloto sin haber tenido la experiencia del vuelo simulado, practicando emergencias provocadas intencionalmente y exitosamente superadas, es tener una larga vida laboral de incertidumbre a lo desconocido. Sólo conocido en el campo teórico y por ello cargando con un miedo constante que limita la destreza profesional para sobrevivir”.

En la escuela de vuelo pasé horas volando en simuladores sobre tierra y otras más en aviones de verdad. Me encantaba aprender de esta manera. Con el método militar que me involucraba mental, emocional, física y espiritualmente.

Así que quienes tienen miedo de organizar un pequeño negocio o poner a prueba su habilidad para liderar gente, por cualquier razón, tienen una gran oportunidad en la vida. La vida y el desarrollo personal dependen de aceptar nuevos desafíos para crecer. La mayoría de la gente cree que vivir depende de la seguridad, la tranquilidad y de tomarse los fines de semana libres.

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