EL LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO
CAPITULO 11
· Este tratado confirma el estado en que
existía antes de la batalla de Tarqui y que la misma batalla decidió a falta de
un arreglo por la vía diplomática sobre cuál de los dos beligerantes era el
propietario de esas dos provincias, Jaén y Maynas. La victoria de Colombia
presupone derecho incuestionable. En ese entonces, nadie podía suponer que años
después el Perú reclamará jurisdicción sobre las regiones septentrionales del
Amazonas hasta la cima de las montañas de la provincia Pasto.
· La Nueva Granada y el Ecuador se separaron en
1832 y desgraciadamente los dos gobiernos no han adoptado una actitud igual con
respecto a sus controversias de límites con el Perú.
SALIDA DEL RIO IGARAPARANÁ
DESPUES DEL ESTRECHO
DESPUES DEL ESTRECHO
· La guerra de 1829 establece el derecho de
Colombia sobre las provincias meridionales de Jaén y Maynas. Sin embargo, en
1853, el Perú dictó un decreto para establecer la gobernación militar y
política de Loreto, que abrazaba todo el territorio que comprendía la antigua
provincia de Maynas. Colombia protestó inmediatamente.
· Años más tarde el Perú, celebró un tratado
con el Brasil para la delimitación de fronteras, que fue cambiado más tarde
cuando se dio la línea de demarcación desde un punto cercano a la desembocadura
del río Popurrís hasta otro punto a situado 50 millas arriba de la
desembocadura del Putumayo. Según los términos de este tratado, el Perú sedía
territorios al Brasil que no le pertenecían. Su secreta intención era,
indudablemente, la de que se le reconociera como soberano de la región situada
al occidente de la línea indicada.
· El tratado, tan pronto como fue descubierto,
Colombia se dirigió ambos gobiernos, haciendo mención de los derechos que le
asistían sobre estos territorios. El Brasil declaró que no tenía conocimiento
de que el territorio en cuestión hubiera sido del Perú, y que si Colombia
lograba hacerlo reconocer como propio, el Brasil aceptaría esa solución.
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· Entonces Colombia elevó una protesta más
fuerte pero no obtuvo que los dos gobiernos no llevaran a efecto la
delimitación de esa frontera porque en 1873 una comisión plantó un poste o marca
de lindero a la confluencia de los ríos Cotuhé y Putumayo. Lo inapropiado de
dicha acción lo demuestra el hecho de que la Comisión fronteriza, navegando
aguas arriba para llegar a dicho lugar, tuvo que pasar delante del lugar
ocupado por un oficial del gobierno de Colombia, cuya casa y oficina estaban
situadas un poco más abajo, sobre el Putumayo. El comisario del Brasil le
declaró en una nota en la que decía que había observado que la línea de
frontera estaba mucho más arriba del sitio en que habitaba el empleado que
ejercía jurisdicción por cuenta del gobierno de la Nueva Granada.
· De seguro estos fueron los hitos que destruyó el general Reyes por
su cuenta al darse cuenta que habían penetrado territorio colombiano. Así era
el descuido de nuestros gobiernos con las fronteras nacionales. Y si fuésemos
conquistadores y expansionistas, abríamos aprovechado el desconocimiento que
tenía el Brasil de hasta donde llegaban sus limites para haber ampliado nuestra
soberanía. Pero como no lo hemos sido, los demás si lo han aprovechado.
· Pero además le manifestó al empleado
colombiano que debía abstenerse de continuar en el ejercicio de dichos poderes
en la región del Putumayo por medio de una advertencia solemne. Eso indica que
hasta el año de 1873 Colombia había gozado pacífica posesión de esas regiones
hasta la confluencia el Putumayo con el Amazonas y que por lo tanto el Brasil
quedaba situado más allá del río Putumayo.
· El ministro de Relaciones Exteriores de
Colombia, en nota dirigida al gobierno del Brasil, protestó contra la
demarcación de fronteras mencionadas. El presidente del estado del Cauca
dirigió también la siguiente nota al prefecto del Caquetá: “proceda inmediatamente
cortar los árboles que he mencionado. Tome las fuerzas de que tenga necesidad.
A la cabeza de dichas fuerzas, con banderas desplegadas a tambor batiente,
recorra toda la extensión de la tierra que ocupan los colonos extranjeros.
Reúna todos los colonos ilegales en voz alta el memorando de nuestro secretario
de Relaciones Exteriores. Corte, enseguida, los árboles teniendo cuidado de
llevar a la capital de la región la parte del árbol que contenga la señal de
que había servido para demarcar la frontera. Levante un acta en que conste que
se dio cumplimiento a las exclusiones anteriores, allegue la firma por los
prominentes de los colonos. Notifique inmediatamente después a los colonos que
si quieren seguir viviendo allí deben prestar juramento de que reconocerán y
obedecerán nuestra autoría nacional y de que gozan posesión de la tierra en
nombre de los Estados Unidos de Colombia. A quienes se les leerá nuestra
constitución nacional y la del estado soberano del Cauca. Si hubiera en esa
región es una fuerza guarnición extranjera, envié notificación escrita a su
jefe para que desocupe el territorio sin demora. En caso de que ofrezca
resistencia o de que desobedezca la orden, usted debe hacer uso de la fuerza
armada que lo acompaña”.
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· Cortados los árboles que sirvieron para
demarcar la línea de frontera, fueron llevados a Mocoa, en donde permanecieron
muchos años, hasta que se pudrieron. Fatal descuido. El gobierno de Colombia replicó al acto de la
Comisión de fronteras destruyendo las marcas de los linderos y restaurando la jurisdicción
de Colombia. Sin embargo, hoy el Perú pretende poseer soberanía sobre el
Putumayo esta Pasto. Colombia puede, con igual razón y justicia, establece su
derecho de soberanía hasta el Cuzco y con mayor verdad y justicia.
· Durante la controversia diplomática entre el
gobierno de Colombia y los representantes del Brasil, en Bogotá, por los años
de 1867 y 69, se demostró que la jurisdicción de Colombia se extendía hasta la
ribera del Amazonas, es decir, hasta el Abatíparaná.
· El Perú, sin embargo, pretende hoy ejerce
colisión exclusiva. La ocupación del territorio por una compañía comercial no
constituye propiedad territorial. Si reforzáramos un poco el argumento podemos
decir que dicho territorio pertenece a la Gran Bretaña, puesto que tales
derechos fueron propiedad de una compañía inglesa.
· En 1905 se resolvió que el río Putumayo
sirviera de línea divisoria entre las zonas que provisionalmente debían ocupar
las dos repúblicas usando un convenio de 1904 firmado en Lima en que ambas
naciones mantendrían la autoridad entre los ríos Caquetá y Napo. Grave error porque se estaba ignorando la cédula real y el
principio del uti possidetis juris.
· El 6 julio 1906 se firmó un nuevo convenio en
Lima, y en vista del tratado del arbitraje celebrado en Bogotá el año anterior,
los dos gobiernos convinieron en mantener el estato cuo en el Putumayo.
Convinieron en retirar durante la situación temporal así creada todas las
guarniciones, autoridades civiles o militares y aduanas establecidas en la
región. El nuevo convenio no implicaba reconocimiento ni abandonó derechos
territoriales de una nación en favor de la otra. Nuevamente
se cometió un grave error.
· Colombia retiró sus oficiales, en tanto que
el Perú aumentó el número de los suyos, animando los más y más en su obra de
usurpación. Posteriormente, como el Perú no aprobara el tratado de arbitraje, y
como los peruanos continuarán avanzando en territorio discutido, el gobierno de
Colombia se separó del convenio de modus vivendi de 1906 e informal gobierno
del Perú que no podía permitir que en virtud del modus vivendi el territorio
oriental de Colombia para convertido en asilo de bandidos.
· En abril de 1909 se firmó el
célebre protocolo en donde se convenían nombrar una comisión internacional que
investigara los crímenes del Putumayo e indemnizar a los damnificados.
· En abril de 1910, según el cual una comisión
internacional debería fijar el monto de la indemnización pagadera por uno de
los dos países al otro por los daños causados a los ciudadanos, a sus
autoridades y a sus propiedades, debía iniciar una investigación judicial con
el objeto de que los criminales fueran juzgados y castigados. Este convenio
tampoco fue llevado a efecto.
· El último convenio lleva la fecha del 19
julio de 1911 y fue firmado en Bogotá. Su única importancia es la de que en la
época en que fue celebrado, el gobierno peruano despachaba tropas organizadas
en Lima para que atacara la guarnición colombiana de La Pedrera. El gobierno
del Perú se comprometía, además, a no cometer en La Pedrera acto ninguno de hostilidad
contra los colombianos. Compromiso que tampoco se cumplió.
· El Senado de Colombia aprobó unánimemente una
proposición en que decía que, como los gobiernos de Inglaterra y de los Estados
Unidos, creyendo erróneamente que el Perú tenía título soberano sobre el
Putumayo, se habían dirigido al gobierno del Perú con el objeto de que pusieran
fin a las atrocidades cometidas por los peruanos con los indígenas del
Putumayo, eso era un reconocimiento de soberanía del Perú sobre dichos
territorios.
· Colombia proclamó, una vez más, su derecho
único de jurisdicción sobre el territorio en cuestión, y que, aunque en el año
1901 y en adelante los caucheros peruanos hubieran despojado y robaba los
colonos colombianos, no por eso renunciaba su dominio sobre esa región.
· El gobierno del Perú asegura que ejerce la
jurisdicción sobre el Putumayo, pero el relato de los crímenes cometidos con
los indios es prueba evidente de la ausencia de ese dominio. Al respecto dijo
sin Roger Casement: " debo confesar que me encontré allí autoridades
ningunas del gobierno peruano”.
· Míster Cubbins, presidente de la Peruvian
Amazon manifestó que el hecho de que el gobierno de los Estados Unidos hicieron
la reclamación ante el gobierno del Perú para qué se indemnizará su ciudadano Míster
Hardenburg por las pérdidas sufridas por él en el Putumayo, indicaba que el
gobierno de los Estados Unidos reconocía que el Putumayo pertenecía el Perú.
Esa es la lógica de la que se sirve de base del Perú en su pretendida soberanía
en el Putumayo.
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