EXPLICACIÓN:
Con
motivo de los dos lanzamientos de cilindros bomba a EMAVI por parte del ELN, investigamos
sobre el tema para aprender de otras experiencias sobre como configurar la
defensa de una Base Aérea.
Por casualidad
este artículo fue publicado en una revista militar norteamericana y nos dio buenas
luces sobre el tema. Por eso lo reproducimos en este espacio, ya que, hace
poco, otro ataque similar, se repitió contra la Base Aérea de Yopal, Casanare.
Por eso cobra actualidad.
En sus
ideas nos basamos parar proponer la creación de un Comando Aéreo de Combate en el
suroccidente del país. Y para solicitar autorización para extender las
operaciones terrestres por fuera del perímetro de la unida por parte del Cuerpo
de Defensa de Bases. Y algunas que antes habíamos aprendido y aplicado en la
Base de Tres Esquinas. Experiencias contadas en otra de estas crónicas.
Los
subrayados son nuestros para resaltar la similitud con nuestro caso.
PROTEGER
UNA BASE AÉREA
General
de Brigada Raymond E. Bell, Jr.
Una
banda rebelde llevó sus Stingers
a la base aérea soviética en Qandahar (Afganistán), y se instaló no lejos del
final de la pista... Wall Street Jornal.
Es
un fuerte reto proteger una base aérea contra un ataque terrestre. Lo fue para
los soviéticos en Afganistán Lo será para el Mando Central de Estados Unidos también.
Por
tanto, el presente artículo se concentra en el área de operaciones en el Asia
Sudoccidental donde se requieren esfuerzos unilaterales para la integración de
la defensa terrestre del Ejército y la Fuerza Aérea.
Al
contrario de lo que ocurre en Europa donde la defensa terrestre de las bases
aéreas es un reto internacional de la OTAN. Este reto, ciertamente, no es
nuevo, salvo para el Ejército de los Estados Unidos.
En
Vietnam, por ejemplo, la defensa
terrestre de las bases aéreas fue un problema importante para la Fuerza Aérea y el Cuerpo de
Infantería de Marina de los Estados Unidos.
En
realidad, desde el establecimiento del primer aeródromo hasta el 1 de noviembre
de 1964, la defensa terrestre de los
aeródromos era principalmente un ejercicio académico para el sector militar de los Estados Unidos. Entonces, en ese día de
noviembre - dos días antes de las elecciones nacionales en los Estados Unidos -
la dura realidad produjo una triste lección para el país.
En la
extensa base aérea de Bien Hoa, al norte de Saigón, Sur Vietnam, un repentino
ataque terrestre por los comunistas resultó en la muerte de cuatro
norteamericanos, 76 heridos y la destrucción de 27 aeronaves.
Fue un
punto decisivo para la Fuerza Aérea, que hasta
entonces se había concentrado casi exclusivamente en la seguridad interna de las bases.
El ataque no dejó a la Fuerza Aérea
otra opción sino la de comenzar operaciones de búsqueda más
allá del perímetro de las bases.
Sin
embargo, se necesitarían otros 20 años para que el Ejército de los Estados
Unidos participara doctrinalmente. En todo el conflicto de Vietnam, el Ejército
fue un participante casual en la protección de las bases de la Fuerza Aérea. En
agosto de 1965, por ejemplo, el Teniente General John Throckmorton dijo que las
tropas del Ejército no proporcionarían seguridad a las, bases aéreas. No había
suficientes soldados para la misión.
En
diciembre de 1965, el General William Westmordand reiteró la postura del
Ejército. Expresó la opinión de: que cada
miembro del sector militar estadounidense, independientemente del servicio, ha
de estar dispuesto a hacer frente al enemigo en el combate. El resultado fue el de que jamás se
dedicaron tropas del Ejército a la tarea.
Las
palabras de Westmordand siguen siendo válidas, pero el contexto en el que se
consideran es diferente hoy. El Ejército
y los otros servicios afrontan al reto importante de la defensa terrestre de
las bases aéreas. Y eso ha promovido cierta preocupación.
LAS AMENAZAS
En la
Segunda Guerra Mundial, la amenaza terrestre más crítica para un aeródromo fue
su captura. Las tácticas alemanas contra las bases aéreas aliadas se habían normalizado
bastante para 1940.
En su
libro titulado The
Second World War, 1939-1945, el destacado escritor militar J. F.
C. Fuller declara: “La técnica alemana en el ataque de los aeródromos es
interesante.
Primero
vinieron los bombarderos que, desde niveles medios, atacaron la periferia a fin
de desalojar las ametralladoras antiaéreas y hacerles buscar cobijo. Luego
vinieron los bombarderos en picado y los cazas con ametralladoras para mantener
a los defensores en sus albergues. A estos siguieron, inmediatamente, los
paracaidistas sobre el aeródromo. Y así, cuando los defensores salieron a la
superficie, se hallaron mirando directamente al cañón de las armas
alemanas".
Los
alemanes utilizaron estas técnicas en 1941 en la invasión de Creta, pero el
ataque fue una operación de captura aerotransportada muy costosa. Los
paracaidistas alemanes y los soldados lanzados desde el aire capturaron la base
aérea británica en Máleme, que era la clave para desalojar a los soldados de la
Mancomunidad de la isla.
Pero a
pesar de su éxito, el asalto también significó el final de las operaciones
aerotransportadas alemanas en gran escala. Las pérdidas para la Luftwafe y sus
tropas aerotransportadas fueron tan devastadoras que disuadieron a Hitler de
tratar nuevamente un plan similar. Sin embargo, podríamos esperar que los
soviéticos siguieran hoy un patrón similar si trataran dichas operaciones.
Posteriormente,
en el Vietnam, las
bases aéreas también se convirtieron en blancos importantes del enemigo, pero las principales amenazas terminaron siendo los cohetes y
las brigadas de demolición.
El 27 de
febrero de 1967, por ejemplo, el Vietcong disparó 56 cohetes de 122 mm, de
fabricación soviética, contra la Base Aérea de Da Nang por primera vez. Los
cohetes fueron un arma favorita del Vietcong y, en esta ocasión, éstos
ocasionaron bajas considerables y grandes daños físicos. Hasta que se les
contrarrestó, continuaron siendo eficaces
Por el
contrario, el 1° de julio de 1965, una brigada de demolición enemiga atravesó
la alambrada del perímetro y entró en la línea de vuelo en Da Nang. Destruyeron
tres aviones de transporte C 130 y tres cazas F-102 y dañando a tres F-102 más.
Los atacantes vinieron a través de la zona densamente poblada de la que eran
responsables las fuerzas armadas sudvietnamitas. Dichas acciones ocurrieron
muchas veces.
Hoy, las
operaciones aerotransportadas, cohetes y brigadas de demolición siguen siendo
importantes amenazas, pero cada método tiene sus desventajas. Los ataques aéreos requieren tiempo,
sorpresa, amplia planificación y
superioridad aérea. La eficacia de los
cohetes se reduce mediante
la dispersión de los aviones, bermas,
hangares, revestimientos y emplazamientos. La alerta y defensas generalizadas también pueden reducir la eficacia de los ataques con cohetes y los
grupos de demolición. Contra
una base aérea bien defendida, las posibilidades de éxito de las brigadas
de demolición disminuyen con rapidez.
Aunque
las citadas amenazas siguen siendo importantes
la tecnología ha proporcionado una amenaza aún más siniestra, el
misil guiado lanzado desde el hombro.
La
amenaza más difícil de contrarrestar
"Una
banda rebelde, destruyó unos
cuantos aviones soviéticos a medida que
se disponían a despegar con combustible y munición. Luego, se
esfumó en las montañas." Así lo declaró el Wall Street Journal el 16 de febrero
de 1988. Para una posible historia de horror, empléense las palabras
estadounidenses en vez de soviéticos.
El comandante de escuadrilla tiene por misión primordial generar un gran número de
misiones aéreas. Es decir, desea lanzar tantos aviones armados como sea posible en misiones
contra el enemigo. Necesita poder hacerlo
cada vez que se necesiten los aviones, y desea que el cielo sobre su base aérea esté
lo más despejado que sea posible, en particular cuando despegan.
Puede
argumentarse que un avión es más vulnerable al
despegar. El piloto tiene que preocuparse de las maniobras con un
cargamento completo de combustible y munición. Está muy atareado con el después
del despegue y su capacidad de protegerse contra
ataque hostil es muy limitada.
Un avión
que regresa de una misión, por el contrario tiene, generalmente, poco
combustible y ha utilizado sus municiones. El piloto puede ordinariamente
intentar un segundo aterrizaje si lo necesita. Y busca, activamente,
impedimentos que le afecten su aterrizaje Si la base aérea está sometida a
ataque, probablemente tenga la opción de desviarse a otro campo de aviación
para repostar combustible y cargar munición. Sin embargo, el avión en despegue
no tiene más posibilidades de despegue o desvío.
Introduzcamos,
pues, en la ecuación al agresor con un misil guiado disparado desde el hombro. La amenaza dé los misiles que se introducen
en las toberas de cola de los aviones, para los que despegan, es real y difícil de contrarrestar. Si la
necesidad de la defensa terrestre de las bases aéreas necesitó alguna vez una
razón convincente para recibir atención inmediata, esta razón la constituye,
sin lugar a dudas, esa amenaza. Así lo sugirió Bernard E. Trainor en el número
del 15 de febrero de 1989 del New
York Times cuando escribió:
“Los
oficiales de los Estados Unidos también están estudiando el efecto de los
misiles antiaéreos transportados manualmente, como el Síinger, en el campo
de batalla. Están complacidos con el éxito del Síinger, pero están
preocupados con las consecuencias de ese éxito sobre sus propias tácticas.
¿Quién
contrarrestará la amenaza¿
Lamentablemente, la responsabilidad para contrarrestar la amenaza de los misiles antiaéreos transportados manualmente ha sido desde hace tiempo un área poco clara para los norteamericanos. No ocurre lo mismo en el caso de los británicos. Poco después de la caída del aeródromo en Máleme, Creta, los británicos pasaron a resolver su propia situación.
Lamentablemente, la responsabilidad para contrarrestar la amenaza de los misiles antiaéreos transportados manualmente ha sido desde hace tiempo un área poco clara para los norteamericanos. No ocurre lo mismo en el caso de los británicos. Poco después de la caída del aeródromo en Máleme, Creta, los británicos pasaron a resolver su propia situación.
En
febrero de 1942, se creó el Regimiento de la Fuerza Aérea Real. La plena responsabilidad de las operaciones de defensa
terrestre de los aeródromos locales pasó a ser responsabilidad única del
Ministerio Británico del Aire.
Hasta hoy, la Fuerza Aérea Real, con
su componente terrestre integral,
ejecuta la misión de defensa terrestre de las bases aéreas.
También
parece que los Estados Unidos se estaban dirigiendo en la misma dirección a
principios de la guerra. El 12 de febrero 1942,
el componente aéreo del Ejército comenzó a formar
batallones de seguridad para las
bases aéreas, pero nunca se organizaron plenamente y fueron desactivadas en 1943.
Posteriormente, un Convenio en Cayo Oeste, Florida, el 21 de abril de 1948 excluye toda mención de una misión de combate terrestre de nuestras bases para la nueva Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Posteriormente, un Convenio en Cayo Oeste, Florida, el 21 de abril de 1948 excluye toda mención de una misión de combate terrestre de nuestras bases para la nueva Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
En el
conflicto de Corea, la defensa terrestre de las bases aéreas fue un punto
ficticio. Aunque había miles de guerrilleros coreanos deambulando
en las zonas de retaguardia, nunca atacaron un aeródromo. Sin embargo, la
Fuerza Aérea casi cuadruplicó su fuerza policial a 39.000 efectivos en un año y
medio. También lanzó un programa urgente destinado a conseguir carros
blindados, ametralladores, rifles sin retroceso y otras armas de infantería.
Fue el Mando
Aéreo Estratégico de
la Fuerza Aérea el que primero en comprender realmente la necesidad de una sólida
doctrina de defensa terrestre de bases
aéreas. En la edición de octubre de 1952
el Manual SAC 205-2, reconoció que no podía esperarse que el Ejército
defendiera las instalaciones de la Fuerza Aérea, que no eran vitales para sus
propias misiones.
SAC consideró que la responsabilidad era de la Fuerza Aérea. Esperaba
la participación del Ejército pero veía que la
distancia y otras misiones
más apremiantes obligaban a garantizarse su
propia defensa.
En Vietnam, sin embargo, ¿La Fuerza Aérea ignoró la defensa terrestre de las bases
aéreas? En vez de ello, se concentró en la seguridad interna de
las bases. Y dejó que los vietnamitas proporcionaran protección por fuera de
ellas.
Sin
embargo, no sucedió esto con la Infantería de Marina. En marzo de 1965, la 9
Brigada Expedicionaria de Infantería de Marina recibió la tarea de proteger la
base aérea en Da Nang, Pero pasó algún tiempo para formular un plan eficaz y
coherente.
Al
principio, los batallones del 9o Regimiento de Infantería de Marina
se emplearon en coordinación con los vietnamitas, Se organizó un batallón de
defensa de la base provisional y luego se desmontó en el verano de 1965.
En 1966
el 1r Batallón de Policía Militar de la Infantería de Marina llegó y
ejecutó una operación de protección de tres niveles. Además de patrullar decididamente fuera del perímetro de la base, los soldados de Infantería de Marina fortificaron y alambraron gran parte de la instalación.
Se
requirieron casi otros 20 años para que el Ejército y la Fuerza Aérea adoptaran
juntos una decisión similar a la adoptada por la Infantería de Marina en
Vietnam.
En 1984,
se llegó a un acuerdo mutuo entre la Fuerza Aérea y el Ejército para determinar
quién proporcionaría protección terrestre a las bases de la Fuerza Aérea. En
tiempo de paz y en los Estados Unidos continental CONUS y en todo momento, la
responsabilidad corresponde a la Fuerza Aérea. Fuera de CONUS durante la
guerra, la responsabilidad de protección por fuera de la base aérea corresponde
a la Policía Militar del Ejército.
Fuerzas
de seguridad (Defensa de Bases) de la Fuerza Aérea
Si bien
hay acuerdo entre el Ejército y la Fuerza Aérea, en cuanto a quién desempeña
determinadas funciones, aún existe un dilema interno en la Fuerza Aérea.
Todavía no se ha determinado de forma definitiva en qué grado la propia Fuerza
Aérea participará en su defensa.
La defensa
eficaz de una
Base Aérea depende de mantenerla
funcionando en todas las circunstancias.
La generación de misiones lo es todo. Esencialmente, esto significa el despegue
de aviones y su encaminamiento a la batalla. Una vez regresan, los aviones han
de ser reabastecidos de combustible, municiones y posiblemente de nuevas
tripulaciones con la mayor rapidez posible y ser despachados de nuevo.
El
problema surge en lo que respecta al cometido
que ha de cumplir el personal de la fuerza aérea no encargado específicamente
de guardar la base o
sin aviones cuando la base está
sometida a un ataque terrestre. ¿”Agarran sus armas y luchan o buscan protección bajo tierra"?
Considerando
la técnica de ataque de aeródromos de los alemanes en la Segunda Guerra
Mundial, "ir bajo tierra" pudiera significar la pérdida de su base
aérea.
Como
resultado de la Orden General 7 del Departamento de Guerra de los Estados
Unidos en 1927, no se proporcionaba a los mecánicos de aviones y otros técnicos
del Ejército prácticas de tiro.
El
personal del Cuerpo Aéreo del Ejército no había recibido más capacitación de
infantería que la de marchar y saludar.
Por el
contrario, el 29 de junio de 1941, después de la caída de la base en Máleme, el
Primer Ministro Winston Churchill de Gran Bretaña
ordenó a la Fuerza Aérea Real entrar en función de combate de tierra.
Advirtió
que "Cada aeródromo sería un fuerte reducto conformado por el personal
de tierra del aeródromo y no la sede
de personal civil uniformado, en los mejores años de su vida,
protegidos por destacamentos de
soldados". No había mucha duda en la mente de los
aviadores británicos acerca de cuál era su deber.
De todas
formas, hoy, la cuestión no es tan clara. Uno de los elementos que más inhiben
la capacitación de todos los aviadores para defenderse y funcionar como
infantería, es la eficacia en función del costo ¿Está justificado el costo de
capacitar a tanto personal de la Fuerza Aérea para una situación tan
problemática como la de defender un aeródromo?
Una
situación aún más peligrosa en potencia sería la incapacidad de coordinar bien
todo el fuego así generado. ¿Pudiera ser mejor tener unos cuantos aviadores
bien armados y capacitados en la lucha, en vez de hacer que todos los aviadores
disparen sin distinción contra posibles blancos, poniendo así también en
peligro la defensa eficaz de la base? Todavía no ha habido una decisión firme
para toda la Fuerza Aérea al respecto
Policía de
seguridad PS
La Fuerza
Aérea ha adoptado muchas medidas positivas para realzar la eficacia de sus
fuerzas defensivas terrestres de las bases aéreas.
La principal responsabilidad en la fuerza aérea, para dichas
misiones, radica en la PS.
Para
seguridad interna normal y funciones de ejecución de la ley y orden, la PS está
organizada en escuadrones. De forma muy similar a los elementos de la Policía Militar
PM, del Ejército. Está muy visible en funciones de servicio en las puertas de
acceso y en las patrullas de la base aérea. Es menos visible en la realización
de funciones de seguridad en las rampas de aviones, a menos que tratemos de
hacer una entrada no autorizada en alguna zona prohibida.
Para la
defensa de la base aérea, la PS adopta una postura diferente. Se organiza en grupos
de defensa terrestre de la base aérea. Esta formación básica, que consiste en
44 individuos, es equivalente al pelotón de infantería de la Infantería de
Marina y también están organizados en forma similar
El grupo
es liderado por un capitán y tiene un Sargento de pelotón conocido como el
Superintendente de Policía. Tres operadores de radioteléfono completan el
elemento del cuartel general del grupo de cinco miembros. El grupo es una
unidad de lucha fuertemente armada con una extensa capacidad de comunicaciones.
Cada
grupo tiene tres brigadas de 13 aviadores como elementos de combate. Las
brigadas están divididas en tres equipos de cuatro aviadores cada una y tienen
un suboficial como Jefe de Brigada. Cada Jefe de Brigada va armado con un rifle
M-16. Un segundo miembro del equipo también va armado con un M-16, al igual que
un tercero que lleva un lanzador de granadas M-203, instalado. El cuarto
miembro del equipo va armado con una ametralladora M-60.
La
unidad estándar de defensa terrestre de la base aérea no tiene transporte
orgánico. Pero hay grupos móviles que están equipados con el nuevo vehículo de
ruedas de fines múltiples de alta movilidad. Además, todos los grupos están
bien pertrechados con el material requerido para defender las posiciones de
combate Esto incluye copiosas cantidades de sacos de arena, madera, alambre de
púas para asegurar emplazamientos defensivos.
La experiencia
de la Fuerza Aérea en Corea y Vietnam, en relación con equipo más pesado,
tampoco se ha olvidado. Como resultado, la Fuerza Aérea ha seguido adquiriendo
una variedad de armas pesadas de infantería. El mortero de 81 mm, la
ametralladora pesada del calibre .50, el rifle sin retroceso de 90 mm y el lanzagranadas
automático de 44 mm, figuran en el inventario de la Fuerza Aérea.
Equipos
especiales, que refuerzan la organización básica, luchan contra armas pesadas.
Hay una sección de ametralladora pesada integrada por dos individuos que puede
añadirse como refuerzo a un grupo. El arma se utiliza en su configuración montada
en tierra o en vehículo.
También
hay una sección de rifle sin retroceso de dos hombres para empleo contra
tanques y otros vehículos blindados. El rifle de 90 mm es una buena. Montado en
los vehículos ligeros de combate de cadena de la unidad blindada
aerotransportada.
Luego
tenemos la sección de mortero de cuatro hombres. Su función es lanzar bengalas
de señales y explotar bombas de humo. Así como disparar contra los blancos
señalizados. El alcance del mortero le permite
utilizarlo en apoyo
del grupo de defensa terrestre de la base aérea y de la PS que opera fuera del
perímetro
Finalmente,
tememos otras unidades de la fuerza aérea designadas para ayudar en la defensa
de la base. Pero estas unidades complementan básicamente el grupo estándar de
defensa terrestre de la base aérea.
Aunque,
a pesar de todos los ingredientes necesarios, hay un importante elemento que
falta en la actualidad. No existe una estructura de unidad por encima del nivel
de grupo, como un escuadrón de defensa terrestre de la base aérea, para
coordinar eficazmente la defensa contra todos los elementos citados arriba.
Todavía
no se sabe de qué forma se organizarán en el campo todos los grupos y equipos para realizar las
operaciones bajo el mando central. Así, queda
sin responder una pregunta pertinente. Por ejemplo, ¿ha de organizarse un
escuadrón estándar de defensa terrestre integrado por varios grupos y equipos
de armas para la defensa de bases grandes? En tal caso, ¿se asignarán al
comandante de la base aérea varios escuadrones o habrá sólo uno con varios
grupos asignados por base?
Dichas
preguntas habrán de contestarse pronto ya que las fuerzas de seguridad de la
Fuerza Aérea no son las únicas preocupadas con las respuestas. La PM del Ejército también necesita conocer las
respuestas para poder luchar junto a la Fuerza Aérea de forma coordinada.
Fuerzas de defensa
terrestre de las bases aéreas del Ejército
El
Ejército de los Estados Unidos, encargado de la tarea de guardar las bases
aéreas en virtud del Memorándum de Acuerdo de 1984, encomendó esa labor a su PM.
Una mirada a la estructura de apoyo de combate de la PM indica que está bien
adaptada para llevar a cabo la porción que le corresponde de la labor.
La
organización básica de la Fuerza Aérea que luchará junto a la PM es la compañía
de apoyo al combate de la PS. Consiste en un cuartel general de la compañía y
cuatro pelotones idénticamente organizados. El pelotón de 33 miembros tiene un
alto mando integrado por tres personas: un jefe de pelotón con el rango de Teniente,
un Sargento de pelotón y un conductor que también opera la radio del vehículo.
Hay tres brigadas de tres equipos cada una. Dirigidos por el jefe de brigada
con rango de suboficial por un total de 10 PMs por brigada.
Cada
equipo va armado con rifles M-16, pistolas y un lanzagranadas, una
ametralladora y armas antitanque ligeras. En el futuro cercano, se introducirán
un arma automática de brigada y el lanzagranadas automático.
Así, un
pelotón, con sus diez sistemas de armas montados, representa una fuerza potente
de combate cuando se configura como unidad. Al propio tiempo, debido a su
movilidad, el pelotón puede operar con eficacia como grupo explorador a través
de una extensa zona. La unidad puede comunicarse y moverse en modalidad de
vehículo o a pie.
El
pelotón rara vez se emplea como un elemento en el sentido en que lo sería un pelotón
de infantería mecanizada o de tanques. El valor principal del pelotón está en
su capacidad de obtener información, declararla con exactitud, pedir fuego de
apoyo y, solo si es necesario, luchar. El PS de combate es realmente un "superexplorador". No obstante,
al propio tiempo, también ha de ser un observador
avanzado de artillería experto e, incluso,
un controlador aéreo avanzado. Por tanto, el PM del Ejército
aprende técnicas para llamar a aviones que realizan misiones de apoyo aéreo
cercano.
El pedir fuego
de artillería y dirigir a los aviones atacantes son tareas relativamente nuevas
para la PM.
Pero las exigencias de la lucha en zonas de retaguardia obligan a hacerlo. En
Vietnam, por ejemplo, el AC-47, fue especialmente eficaz en destruir a
atacantes comunistas de aeródromos.
Puesto
que Vietnam era realmente una gran "zona de retaguardia" y el AC-47 "Puff,"
con sus tres miniametralladoras de 7,62 mm, capaz de efectuar 18.000 disparos
por minuto, era tan letal, que la versión moderna del "Puff" estará
nuevamente en gran demanda.
En
consecuencia, el empleo del AC-130 Spectro actualizado, forma parte de la
capacitación de la PS de la Fuerza Aérea. Y necesita ser parte del Ejército
también.
Técnicas
operativas de la Fuerza Aérea
La
Fuerza Aérea ha actuado con rapidez para capacitar a su PS en técnicas de
defensa terrestre de bases. Dicha capacitación se ha impartido y se está
impartiendo en lugares tales como la Base Aérea Nellis en Nevada. El concepto
de cómo operar en modalidad conjunta necesita mucha más práctica. El USCENTCOM,
reconociendo la deficiencia, ya ha realizado un ejercicio conjunto de defensa
terrestre de bases.
Si la
práctica acusa deficiencias, no ocurre así con la doctrina. Fundamentalmente,
los elementos de PS son responsables de
defender el área cercana. Esta área
incluye todas las instalaciones. Y el terreno por fuera de lo que se considera
como el "perímetro alambrado." Esta línea real o
imaginaria, trazada a lo largo de las principales características del terreno,
si es posible, está delineada de ordinario por fortificaciones de campaña
ocupadas por la PS de la Fuerza Aérea, que se establecen como unidades de
infantería para la defensa.
En los
casos en que la base aérea y sus elementos auxiliares funcionan en conjunción,
la tarea de proporcionar defensa interna a la base es relativamente simple. El
problema surge cuando el suministro de combustible o más probablemente, el
almacén de munición están a cierta distancia de la línea de vuelo y de las
pistas.
Si el
almacén, el punto de combustible, el emplazamiento de comunicaciones u otra
instalación clave, son responsabilidad exclusiva de la Fuerza Aérea. Pero si
las instalaciones se comparten con el Ejército o el país anfitrión, entonces la
responsabilidad es compartida. Cada instalación tendría inicialmente que
defenderse contra los atacantes. A medida que se recrudece la lucha, la PM y la
PS responderían. Finalmente, se emplearía una organización de combate táctico para
defenderse contra un ataque importante contra fuerzas aerotransportadas o
aeromóviles.
Para
facilitar la labor de hacer frente a los atacantes, los planificadores han
establecido tres niveles de amenaza a fin de determinar el grado de respuesta
necesario.
Las
amenazas del nivel L son las que
una unidad de tropas del Ejército debería poder contrarrestar. Los saboteadores y agentes caen dentro de esta
categoría.
Las
amenazas del nivel II son
responsabilidad de la pm y consisten en pequeños grupos
de merodeadores que las unidades
de tropas de apoyo al combate o a los servicios, pueden contrarrestar eficazmente.
Las
amenazas del nivel III requieren el empleo
de importantes fuerzas de combate de guerra terrestre. La
coordinación con la PM del Ejército, operando por fuera del perímetro, mejorará
notablemente la seguridad de las bases.
Nota:
En Vietnam, las unidades defensivas del Ejército adquirieron una gran capacidad en la dirección del apoyo aéreo. Como en el caso del AC-47 artillero, en la defensa de las bases aéreas. Esa experiencia ha de recuperarse para defender hoy con eficacia las bases aéreas.
En Vietnam, las unidades defensivas del Ejército adquirieron una gran capacidad en la dirección del apoyo aéreo. Como en el caso del AC-47 artillero, en la defensa de las bases aéreas. Esa experiencia ha de recuperarse para defender hoy con eficacia las bases aéreas.
Jun 1999.
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