AERONAUTAS Y CRONISTAS

viernes, 10 de julio de 2020

SERVICIO MILITAR VOLUNTARIO



SOBRE EL SERVICIO MILITAR VOLUNTARIO





En la búsqueda de alternativas de solución a nuestra problemática interna y la seguridad nacional, últimamente se han expuesto diversas opciones de solución que han confirmado la relación entre las doctrinas militares y su aplicación en las operaciones. Una de ellas es la opción del servicio militar voluntario.

El gobierno nacional está haciendo esfuerzos por reducir el gasto fiscal mejorando la productividad del empleado público y reduciendo el tamaño de la estructura estatal. También el sobredimensionamiento que sobrepasa la capacidad fiscal.

Una de las cargas más significativas es la seguridad y donde las fuerzas militares ocupan el primer lugar. La organización militar funciona con el criterio del servicio militar obligatorio.

Distintos estamentos nacionales han propuesto modificar la política del servicio obligatorio por el servicio voluntario como alternativa. Entonces, es oportuno conceptuar sobre el sistema para hacerlo acorde con la propuesta.

LA CANTIDAD Y LA CALIDAD DE LA ORGANIZACIÓN MILITAR
Toda fuerza militar debe tener el tamaño apropiado para sobrepasar en capacidad al adversario. No se puede afirmar que por ser suficiente, es eficiente. Un ejército pequeño eficiente puede vencer a un enemigo. Establecer el tamaño apropiado de una fuerza implica medir la magnitud de la amenaza. Cuantificar los medios disponibles, las fortalezas, las oportunidades y las debilidades.

La incorporación obligatoria, por ser masiva distribuye el conocimiento y la cultura militar en la población. El servicio militar obligatorio, facilita el acercamiento de jóvenes procedentes de regiones y realidades diferentes, uniformando los criterios sobre los principios patrióticos y la cultura nacional. La tropa voluntaria y profesional es hábil y especializada pero en menor cantidad.

El servicio militar obligatorio es una forma de disponer de fuerza militar basada en la cantidad. Mientras que el servicio voluntario se apoya en una mejor calidad y capacidad de combate. En el campo militar, lo más deseable es disponer del mayor número de hombres, con la más alta profesionalización, pero solo hasta el límite de la capacidad económica del país. De todas formas se buscan militares activos (pie de fuerza) y pasivos (ciudadanía general), con alta moral y solidaridad nacional.

Es entonces cuando se debe elegir la conveniencia de tener una estructura militar ponderada en el servicio militar obligatorio o en la opción de la tropa voluntaria, según convenga para optimizar los recursos disponibles.

LA TECNIFICACIÓN.
La tendencia siempre ha sido la de tecnificar cada vez más la actividad militar. De por sí, muchos inventos han sido posibles para el campo militar que, luego, tienen aplicación pública. Un soldado con medios técnicos tiene más oportunidades de éxito operacional. Las actividades que exigen esfuerzo físico, rutinarias o de mayor riesgo son ejecutadas con ayuda de las máquinas.




La tecnología aumenta la movilidad, la capacidad ofensiva y la protección de los hombres. Se puede reducir el recurso humano en la medida en que se equipa mejor a la tropa incrementando su eficiencia de combate. La tecnificación es una forma de incrementar la calidad del combatiente al mismo tiempo que disminuye el esfuerzo humano.

Existe un punto máximo en donde dicha transformación es posible por múltiples factores. Como los recursos para comprar o producir equipos o  el tipo de operación a desarrollar. En la medida como los medios técnicos tengan mejores resultados en el combate se justifica usar menos hombres.

LA CAPACITACIÓN
Un aspecto fundamental es la capacitación de las tropas para operar los equipos. El apropiado manejo técnico produce los máximos resultados. Gran parte de las habilidades sofisticadas, se logran después de una considerable experiencia. Se requiere un largo proceso de cursos y prácticas donde el mejoramiento individual no termina con el acto de graduación.

Se requiere un mejoramiento continuo que solo se logra durante una carrera profesional. Y es un activo valioso que amerita el máximo aprovechamiento posible. Lo que no se da con el servicio militar obligatorio. Que por su misma naturaleza, en tiempo de paz, solo puede ser temporal.

No se justifican altos gastos de preparación de un soldado si su vida útil está proyectada a corto plazo o con una alta rotación generacional. Es costoso enseñar el empleo de material sofisticado (helicópteros, lanza misiles, equipo electrónico, de comunicaciones y navegación, etc. O técnicas de combate especiales, si no permanece en las filas lo suficiente para compensar a la sociedad con sus servicios recibida. Necesariamente exige una permanencia mínima a mediano plazo.

Las FF MM están organizadas en tres rangos. Los oficiales, los suboficiales y los soldados. Esos objetivos los hemos logrado haciendo que los dos rangos superiores sean profesionales. Solo los soldados temporales. Así se crean las Reservas con un nivel mínimo de entrenamiento.

Pero la tecnología ya está llegando al nivel del Soldado regular y eso exige más preparación. Por ello otra solución ha consistido en tener dos clases de soldados. Los obligatorios temporales con menor preparación tecnológica, que es la mayoría. Y los profesionales en proporción menor, más capacitados pero con más permanencia.





No solo por recibir más habilidades sino para darle la máxima aplicación. El Soldado deberá mantenerse activo, como mínimo, hasta alcanzar el punto de retorno de la inversión. De lo contrario, el sistema se vuelve deficitario reduciéndose los resultados.

Es necesario establecer la permanencia mínima en la institución por su cualificación.

El ingreso a las escuelas militares profesionales, ya existentes para los tres rangos, se exigen requisitos superiores a los requeridos para los obligatorios. Tanto en condiciones físicas, como intelectuales y sicológicas. El sistema promueve una sana competencia entre los aspirantes a la carrera profesional dando más opciones quienes tienen mejores niveles de educación.

En los últimos sesenta años, después de la guerra de Corea, se ha elevado el nivel promedio de la educación en Colombia. Hasta tal punto que la tendencia actual es la de incorporar solo soldados bachilleres. Por ejemplo, están exentos los analfabetas. Incluso, los soldados bachilleres disponen del mismo nivel académico que se exige para ingresar a las academias de oficiales y suboficiales.

Pero que si no cumple al comienzo con todos los requisitos podrá adquirirlos durante el desempeño. Luego, ascender a los demás rangos de la estructura militar. Así aporta a su vida como oficial o suboficial, la capacitación y el entrenamiento que recibió desde el comienzo para el servicio. Es un estímulo a las personas con capacidades y se remunera a lo gente con conocimientos.

Tal incorporación no elimina la opción de ingresar directamente a los dos rangos superiores exigiendo ser Soldado desde el principio. Podrían Incrementarse las exigencias académicas para ingresar a una escuela militar sin haber tenido un entrenamiento previo. Al mismo tiempo que permite al soldado voluntario ingresar a los rangos superiores cumpliendo los requisitos.

LOS ESTÍMULOS
La mejor forma de estimular a un militar es ofrecerle el aliciente de una larga carrera profesional con el fin de aplicar sus habilidades y transmitir a las nuevas generaciones las experiencias adquiridas. Esto no significa caer en una exagerada aspiración de obtener beneficios ilimitados ni crear expectativas sin condiciones. La norma deberá establecer con todo detalle las oportunidades, tos derechos y los deberes dejando clara la relación entre la institución y la persona.

Las motivaciones son una parte importante en el personal militar voluntario. Históricamente, en los países donde la vida militar es apreciada por la comunidad y depositaria de justos reconocimientos sociales, la integridad territorial y la identidad cultural, nunca han sido amenazadas.

Existen dos formas de reconocer y estimular al personal: Las materiales son fundamentalmente salariales y con beneficios temporales durante el servicio activo. O permanentes para los Reservistas. La otra es más inmaterial.

La organización militar deberá componerse de hombres estimulados en su mayoría por principios altruistas que les da prestigio individual. La búsqueda del posicionamiento grupal conduce al máximo desempeño por motivos surgidos de su más profunda convicción personal. Por otra parte, la comunidad valora el servicio recibido de una institución que le aporta a su calidad de vida. Cuando con su desempeño le facilita la armonía y la productividad.

Como fue dicho, actualmente son voluntarios el oficial, el suboficial y algunos soldados. Pero eso implica mayor nivel de exigencias que las que tienen el ciudadano no uniformado. Debe ser con proyección profesionales, de tiempo completo, dedicación exclusiva, disponibilidad permanente, sin derecho a horas extras ni limitaciones en las asignaciones de cargos ni guarniciones.

Además de renunciar voluntariamente a algunos derechos civiles. Como la no sindicalización ni ejercer el voto. Ni ser postulado a cargos públicos de elección ni tener simpatías partidistas ni hacer deliberación política. Lo cual no significa no recibir educación en asuntos sociales, humanísticos y políticos. Además de otra serie de exigencias disciplinarias y penales que son propias de la profesión.

Gran parte del tiempo del oficial y del suboficial se invierte en capacitación. Lo que ha sido interpretado por algunos como una cuestión de clase social. Se piensa en rangos surgidos por casualidad. De oportunidades obtenidas por la simple antigüedad o vías no tan nobles y morales. Sin seguir una rigurosa idoneidad, escalafón y méritos. En gran parte debido a un alto desconocimiento de cómo funciona la estructura castrense. Lo cual se corrige haciendo que la mayoría de jóvenes presten el servicio militar.

El sistema ha de permitir que toda la tropa pueda aspirar al rango de general. Tanto de quien ingresa como Soldado como en cualquier otro rango intermedio. El mecanismo ha de ser interno y no solo por esfuerzos individuales de automejoramiento en otras disciplinas diferentes a la militar. Sin que estas también tengan algún valor promocional.





El soldado voluntario recibe el entrenamiento militar básico y adicionalmente a de adquirir varias especialidades. Será un soldado apto tanto para la guerra regular como la irregular. Así será el soldado profesional adaptado a los oficiales y suboficiales con quienes compartirá su vida productiva.

Si adicionalmente, algunos desean alcanzar niveles más altos de preparación la Institución debe capitalizar esas aspiraciones apoyando a quienes tienen inclinación particular por aprender. La Institución deberá propiciar dichas inquietudes lo que resulta en beneficio mutuo.

Será un medio que utiliza la capacitación como estímulo a la persona que quiere prepararse y un método para obtener la promoción profesional. La tropa se mostrará predispuesta al servicio en lugar del soldado obligatorio que siempre se muestra reacio debido a su natural rechazo por actuar en una tarea que no le es de su  voluntad.

El servicio militar voluntario facilitará la preparación por medio de ausencias calculadas del área operativa cuando se requiera. Las FF MM serán una oportunidad de desempeño donde se lo ofrece al joven capaz la posibilidad de calificar y mejora su autoestima.

Es fácil crear un ejército de voluntarios cuando los alicientes satisfacen el nivel de abnegación y sacrificio inherente a la vida militar más demandantes  que las que pide la sociedad a las personas en la vida civil. Sin tan altos riesgos profesionales. Cuando existen justas motivaciones, el servicio militar voluntario es apetecido. Porque desde un comienzos los requisitos de incorporación serán mayores donde clasifican los más aptos. Y los resultados con un recurso humano más motivado los resultados serán igualmente mayores.

LA RELACIÓN COSTO BENEFICIO
Algunas de las inquietudes cuando se hace un cambio de un servicio militar, son: ¿Cuánto costará o si será más o menos? La respuesta amerita un estudio económico. De todas formas depende del presupuesto quien a su vez es producto de la necesidad social. Sabida la magnitud del recurso, la opción está en escoger la figura que resulte en los máximos resultados.



CONCLUSIÓN
El cambio de un sistema de alistamiento obligatorio por un servido militar voluntario implica adoptar nuevos criterios institucionales. Los paisas que lo han hecho con el beneplácito público han superado el inevitable margen de incertidumbre que genera todo proceso de innovación. Ya en Colombia tenemos iniciales experiencias que permiten prever resultados positivos. El efecto total solo podrá cuantificarse después de un tiempo cuando haya producido resultados medibles.

La transformación implicará un gran cambio en la actual doctrina de nuestras FF MM. Exige revisar y adaptar los actuales dogmas arraigados por la costumbre a través del tiempo. Por eso el cambio deberá ser progresivo de tal manera que cause los menores traumas y sobre todo sin arriesgar la capacidad operacional. Teniente Coronel Iván Darío González U.   Mayo 1994


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