SOBRE EL SERVICIO MILITAR VOLUNTARIO
En la búsqueda de alternativas de solución a nuestra problemática interna y la seguridad nacional, últimamente se han expuesto diversas opciones de solución que han confirmado la relación entre las doctrinas militares y su aplicación en las operaciones. Una de ellas es la opción del servicio militar voluntario.
El gobierno nacional está haciendo esfuerzos por reducir el
gasto fiscal mejorando la productividad del empleado público y reduciendo el
tamaño de la estructura estatal. También el sobredimensionamiento que sobrepasa
la capacidad fiscal.
Una de las cargas más significativas es la seguridad y donde
las fuerzas militares ocupan el primer lugar. La organización militar funciona
con el criterio del servicio militar obligatorio.
Distintos estamentos nacionales han propuesto modificar la
política del servicio obligatorio por el servicio voluntario como alternativa.
Entonces, es oportuno conceptuar sobre el sistema para hacerlo acorde con la
propuesta.
LA CANTIDAD Y LA CALIDAD DE LA ORGANIZACIÓN MILITAR
Toda fuerza militar debe tener el tamaño apropiado para
sobrepasar en capacidad al adversario. No se puede afirmar que por ser
suficiente, es eficiente. Un ejército pequeño eficiente puede vencer a un
enemigo. Establecer el tamaño apropiado de una fuerza implica medir la magnitud
de la amenaza. Cuantificar los medios disponibles, las fortalezas, las
oportunidades y las debilidades.
La incorporación obligatoria, por ser masiva distribuye el
conocimiento y la cultura militar en la población. El servicio militar
obligatorio, facilita el acercamiento de jóvenes procedentes de regiones y
realidades diferentes, uniformando los criterios sobre los principios
patrióticos y la cultura nacional. La tropa voluntaria y profesional es hábil y
especializada pero en menor cantidad.
El servicio militar obligatorio es una forma de disponer de
fuerza militar basada en la cantidad. Mientras que el servicio voluntario se
apoya en una mejor calidad y capacidad de combate. En el campo militar, lo más
deseable es disponer del mayor número de hombres, con la más alta
profesionalización, pero solo hasta el límite de la capacidad económica del
país. De todas formas se buscan militares activos (pie de fuerza) y pasivos
(ciudadanía general), con alta moral y solidaridad nacional.
Es entonces cuando se debe elegir la conveniencia de tener
una estructura militar ponderada en el servicio militar obligatorio o en la
opción de la tropa voluntaria, según convenga para optimizar los recursos
disponibles.
LA TECNIFICACIÓN.
La tendencia siempre ha sido la de tecnificar cada vez más
la actividad militar. De por sí, muchos inventos han sido posibles para el
campo militar que, luego, tienen aplicación pública. Un soldado con medios
técnicos tiene más oportunidades de éxito operacional. Las actividades que
exigen esfuerzo físico, rutinarias o de mayor riesgo son ejecutadas con ayuda
de las máquinas.
La tecnología aumenta la movilidad, la capacidad ofensiva y la protección de los hombres. Se puede reducir el recurso humano en la medida en que se equipa mejor a la tropa incrementando su eficiencia de combate. La tecnificación es una forma de incrementar la calidad del combatiente al mismo tiempo que disminuye el esfuerzo humano.
Existe un punto máximo en donde dicha transformación es
posible por múltiples factores. Como los recursos para comprar o producir
equipos o el tipo de operación a
desarrollar. En la medida como los medios técnicos tengan mejores resultados en
el combate se justifica usar menos hombres.
LA CAPACITACIÓN
Un aspecto fundamental es la capacitación de las tropas para
operar los equipos. El apropiado manejo técnico produce los máximos resultados.
Gran parte de las habilidades sofisticadas, se logran después de una
considerable experiencia. Se requiere un largo proceso de cursos y prácticas
donde el mejoramiento individual no termina con el acto de graduación.
Se requiere un mejoramiento continuo que solo se logra
durante una carrera profesional. Y es un activo valioso que amerita el máximo
aprovechamiento posible. Lo que no se da con el servicio militar obligatorio.
Que por su misma naturaleza, en tiempo de paz, solo puede ser temporal.
No se justifican altos gastos de preparación de un soldado
si su vida útil está proyectada a corto plazo o con una alta rotación
generacional. Es costoso enseñar el empleo de material sofisticado
(helicópteros, lanza misiles, equipo electrónico, de comunicaciones y
navegación, etc. O técnicas de combate especiales, si no permanece en las filas
lo suficiente para compensar a la sociedad con sus servicios recibida.
Necesariamente exige una permanencia mínima a mediano plazo.
Las FF MM están organizadas en tres rangos. Los oficiales,
los suboficiales y los soldados. Esos objetivos los hemos logrado haciendo que
los dos rangos superiores sean profesionales. Solo los soldados temporales. Así
se crean las Reservas con un nivel mínimo de entrenamiento.
Pero la tecnología ya está llegando al nivel del Soldado
regular y eso exige más preparación. Por ello otra solución ha consistido en
tener dos clases de soldados. Los obligatorios temporales con menor preparación
tecnológica, que es la mayoría. Y los profesionales en proporción menor, más
capacitados pero con más permanencia.
No solo por recibir más habilidades sino para darle la
máxima aplicación. El Soldado deberá mantenerse activo, como mínimo, hasta
alcanzar el punto de retorno de la inversión. De lo contrario, el sistema se
vuelve deficitario reduciéndose los resultados.
Es necesario establecer la permanencia mínima en la
institución por su cualificación.
El ingreso a las escuelas militares profesionales, ya
existentes para los tres rangos, se exigen requisitos superiores a los
requeridos para los obligatorios. Tanto en condiciones físicas, como
intelectuales y sicológicas. El sistema promueve una sana competencia entre los
aspirantes a la carrera profesional dando más opciones quienes tienen mejores
niveles de educación.
En los últimos sesenta años, después de la guerra de Corea,
se ha elevado el nivel promedio de la educación en Colombia. Hasta tal punto
que la tendencia actual es la de incorporar solo soldados bachilleres. Por
ejemplo, están exentos los analfabetas. Incluso, los soldados bachilleres
disponen del mismo nivel académico que se exige para ingresar a las academias
de oficiales y suboficiales.
Pero que si no cumple al comienzo con todos los requisitos
podrá adquirirlos durante el desempeño. Luego, ascender a los demás rangos de
la estructura militar. Así aporta a su vida como oficial o suboficial, la
capacitación y el entrenamiento que recibió desde el comienzo para el servicio.
Es un estímulo a las personas con capacidades y se remunera a lo gente con
conocimientos.
Tal incorporación no elimina la opción de ingresar
directamente a los dos rangos superiores exigiendo ser Soldado desde el
principio. Podrían Incrementarse las exigencias académicas para ingresar a una
escuela militar sin haber tenido un entrenamiento previo. Al mismo tiempo que
permite al soldado voluntario ingresar a los rangos superiores cumpliendo los
requisitos.
LOS ESTÍMULOS
La mejor forma de estimular a un militar es ofrecerle el
aliciente de una larga carrera profesional con el fin de aplicar sus
habilidades y transmitir a las nuevas generaciones las experiencias adquiridas.
Esto no significa caer en una exagerada aspiración de obtener beneficios
ilimitados ni crear expectativas sin condiciones. La norma deberá establecer
con todo detalle las oportunidades, tos derechos y los deberes dejando clara la
relación entre la institución y la persona.
Las motivaciones son una parte importante en el personal
militar voluntario. Históricamente, en los países donde la vida militar es
apreciada por la comunidad y depositaria de justos reconocimientos sociales, la
integridad territorial y la identidad cultural, nunca han sido amenazadas.
Existen dos formas de reconocer y estimular al personal: Las
materiales son fundamentalmente salariales y con beneficios temporales durante
el servicio activo. O permanentes para los Reservistas. La otra es más
inmaterial.
La organización militar deberá componerse de hombres
estimulados en su mayoría por principios altruistas que les da prestigio
individual. La búsqueda del posicionamiento grupal conduce al máximo desempeño
por motivos surgidos de su más profunda convicción personal. Por otra parte, la
comunidad valora el servicio recibido de una institución que le aporta a su
calidad de vida. Cuando con su desempeño le facilita la armonía y la
productividad.
Como fue dicho, actualmente son voluntarios el oficial, el
suboficial y algunos soldados. Pero eso implica mayor nivel de exigencias que
las que tienen el ciudadano no uniformado. Debe ser con proyección profesionales,
de tiempo completo, dedicación exclusiva, disponibilidad permanente, sin
derecho a horas extras ni limitaciones en las asignaciones de cargos ni
guarniciones.
Además de renunciar voluntariamente a algunos derechos
civiles. Como la no sindicalización ni ejercer el voto. Ni ser postulado a
cargos públicos de elección ni tener simpatías partidistas ni hacer
deliberación política. Lo cual no significa no recibir educación en asuntos
sociales, humanísticos y políticos. Además de otra serie de exigencias
disciplinarias y penales que son propias de la profesión.
Gran parte del tiempo del oficial y del suboficial se
invierte en capacitación. Lo que ha sido interpretado por algunos como una
cuestión de clase social. Se piensa en rangos surgidos por casualidad. De
oportunidades obtenidas por la simple antigüedad o vías no tan nobles y
morales. Sin seguir una rigurosa idoneidad, escalafón y méritos. En gran parte
debido a un alto desconocimiento de cómo funciona la estructura castrense. Lo
cual se corrige haciendo que la mayoría de jóvenes presten el servicio militar.
El sistema ha de permitir que toda la tropa pueda aspirar al
rango de general. Tanto de quien ingresa como Soldado como en cualquier otro
rango intermedio. El mecanismo ha de ser interno y no solo por esfuerzos
individuales de automejoramiento en otras disciplinas diferentes a la militar.
Sin que estas también tengan algún valor promocional.
El soldado voluntario recibe el entrenamiento militar básico
y adicionalmente a de adquirir varias especialidades. Será un soldado apto
tanto para la guerra regular como la irregular. Así será el soldado profesional
adaptado a los oficiales y suboficiales con quienes compartirá su vida
productiva.
Si adicionalmente, algunos desean alcanzar niveles más altos
de preparación la Institución debe capitalizar esas aspiraciones apoyando a
quienes tienen inclinación particular por aprender. La Institución deberá
propiciar dichas inquietudes lo que resulta en beneficio mutuo.
Será un medio que utiliza la capacitación como estímulo a la
persona que quiere prepararse y un método para obtener la promoción
profesional. La tropa se mostrará predispuesta al servicio en lugar del soldado
obligatorio que siempre se muestra reacio debido a su natural rechazo por
actuar en una tarea que no le es de su
voluntad.
El servicio militar voluntario facilitará la preparación por
medio de ausencias calculadas del área operativa cuando se requiera. Las FF MM
serán una oportunidad de desempeño donde se lo ofrece al joven capaz la
posibilidad de calificar y mejora su autoestima.
Es fácil crear un ejército de voluntarios cuando los
alicientes satisfacen el nivel de abnegación y sacrificio inherente a la vida
militar más demandantes que las que pide
la sociedad a las personas en la vida civil. Sin tan altos riesgos
profesionales. Cuando existen justas motivaciones, el servicio militar
voluntario es apetecido. Porque desde un comienzos los requisitos de
incorporación serán mayores donde clasifican los más aptos. Y los resultados
con un recurso humano más motivado los resultados serán igualmente mayores.
LA RELACIÓN COSTO BENEFICIO
Algunas de las inquietudes cuando se hace un cambio de un
servicio militar, son: ¿Cuánto costará o si será más o menos? La respuesta
amerita un estudio económico. De todas formas depende del presupuesto quien a
su vez es producto de la necesidad social. Sabida la magnitud del recurso, la
opción está en escoger la figura que resulte en los máximos resultados.
CONCLUSIÓN
El cambio de un sistema de alistamiento obligatorio por un
servido militar voluntario implica adoptar nuevos criterios institucionales.
Los paisas que lo han hecho con el beneplácito público han superado el
inevitable margen de incertidumbre que genera todo proceso de innovación. Ya en
Colombia tenemos iniciales experiencias que permiten prever resultados
positivos. El efecto total solo podrá cuantificarse después de un tiempo cuando
haya producido resultados
medibles.
La transformación implicará un gran cambio en la actual
doctrina de nuestras FF MM. Exige revisar y adaptar los actuales dogmas
arraigados por la costumbre a través del tiempo. Por eso el cambio deberá ser
progresivo de tal manera que cause los menores traumas y sobre todo sin
arriesgar la capacidad operacional. Teniente Coronel Iván Darío González
U. Mayo 1994
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