AMENAZAS Y FORTALEZAS DE LAS FUERZAS ARMADAS
"Para
ciertos políticos, eso de ser la institución militar la más apreciada en el contexto nacional, no les es conveniente. Además de mortificante, para muchos gremios intelectuales, de opinión y académicos". Coronel John Marulanda.
La frase no
solamente es un acierto conceptual irrefutable sino que ilustra la gran lucha
que han tenido que sostener, históricamente, nuestras FF AA. En especial el
Ejército.
Lucha
que no ha sido sólo de armas sino de ideas y, nefastamente, de política.
Porque
cada uno ha querido poner a las FF AA de Colombia de su lado como
arma de lucha política. En un comienzo entre centralistas y federalistas.
Después, entre liberales y conservadores. Para ilustrar recordemos un poco de
historia rápida.
Después
del grito de Independencia los centralistas y los federalistas, tenían su
propio ejército para imponer su criterio. Así se facilitó la campaña de
reconquista española que después nos dio muchos dolores.
Hasta
Bolívar, siendo centralista, debió luchar en favor del gobierno federalista,
presidido por Camilo Torres estacionado en Tunja, contra el gobierno
centralista de Antonio Nariño aposentado en Bogotá. Y todo porque Torres era
quien le había prometido darle las tropas para liberar a Colombia de la ideología
centralista. Para, luego, reconquistar a Venezuela de los españoles. Un
sacrifico ideológico debido aun causa mayor, la independencia. Así lo hizo y
obtuvo lo que necesitaba.
Casi
todo el siglo XIX lo pasamos en una extensa lucha de golpes de estado. Dónde
los políticos más osados se hacían, espontáneamente, militares.
Hasta
que a finales de ese mismo siglo, con Rafael Núñez, se inició la primera y
larga hegemonía en el gobierno del partido conservador. Qué para finales de la
década inculpó, del pobre desarrollo nacional, al gasto militar.
Redujo
el Ejército a la ridícula expresión de mil hombres. Porque había que ahorrar
dinero y las tropas vivieron épocas de miseria. Los cuarteles, para
sobrevivir, debieron aceptar la infiltración, en sus
filas de la ideología conservadora. Lo que se llamó "la conservatización
de las tropas".
Pero esos
daños, ideológico y presupuestal, los cobró la historia. Primero, porque otro
Caudillo político, Rafael Uribe Uribe, se convirtió en General y se inició la
nefasta Guerra de los Mil Días. Que duró hasta comienzos del siglo XX. Segundo,
por la humillante amputación del istmo de Panamá, por parte de los
norteamericanos, cuando no tuvimos fuerza militar para defender la agresión con
honor.
En ese
momento se inició una influencia política de la iglesia contra el partido
liberal por estar en contra del gobernante partido conservador. Que le prometía
preservar sus exorbitantes privilegios, que la había convertido no solo en un
gran poder religioso sino económico, ideológico y hasta político. Los que había
acordado con el rey de España y que venían desde la época medieval, pasaron por
la conquista y todo el periodo de la colonia.
Concesiones
en retribución por la repartición del mundo entre las dos mayores potencias de
ese tiempo: Portugal y España. La primera por las colonias y posiciones en el
África y el lejano oriente. Mientras para España la América y sus colinas en el
Pacifico. Evitando con ello la gran guerra.
A su
vez, el Rey, aprovechaba la poderosa capacidad dominante de la iglesia en el
sometimiento del pueblo a la obediencia ciega en el campo espiritual. Pero,
indirectamente, muy útil en el campo político por medio de los púlpitos. Ya que
la Iglesia manejaba, así fuese con ineficiencia, muchos asuntos públicos que al
rey le eran totalmente incapaz de administrar.
Cosa
que no dejaba que se notase pero que internamente le era evidente. Al menos
dentro de la Iglesia no había tanta corrupción como la que se daba o podría
surgir en la burocracia. Un lazo y contubernio, no explícito pero si tácito, de
mutua conveniencia entre los dos poderes hegemónicos: el real y el sacro.
El
hecho es que a finales del siglo XIX, las incómodas ideas progresistas del
liberalismo proponían arrebatar los exorbitantes fueros eclesiásticos.
Adquiridos y poseídos durante un siglo de conquista, dos de colonia
y uno republicano. Derechos basados en el acuerdo entre los papas y
los reyes. El que le asignó a Portugal el África y a España América, para que
no se peleasen y poder resguardar la paz mundial.
Derechos dados por el rey a
la iglesia católica, tanto en lo cultural (La educación) como en lo económico
(Las Misiones o Reducciones). Y el dominio y control de la conciencia colectiva
nacional con el Concordato y como religión única oficial. Siendo el mayor
defensor de esas ideas el obispo de la diócesis de Garzón, Huila, contra las pretensiones liberales de Rafael Uribe Uribe,
Superada
la etapa de la Guerra de los Mil días, a comienzos del siglo XX, apareció un
tercer caudillo Rafael Reyes, qué hizo el proceso contrario. Pasar de próspero
comerciante al generalato y a la política. Siendo presidente.
El
general Rafael Reyes decidió, ante tal anarquía ideológica, que el Ejército no
podía ser un instrumento político sino autónomo de las facciones sociales. Qué
pensara solo en el único y exclusivo interés nacional. No en el partidista.
Salir de la leva reclutada solo para casos de urgencia del gobierno con poca
trayectoria y formación militar. Que debía ser un Ejército profesional usando
criterios ideológicos, académicos y doctrinarios propios de la vida uniformada.
En tal
mutación sólo dio los primeros pasos durante su gobierno. Pues duró el proceso
hasta el final de la hegemonía conservadora con el general Pedro Nel
Ospina de presidente. En 1930 cuando la perdió con la elección presidencial de
Olaya Herrera.
PATRULLA
MILITAR
Un
largo periodo exclusivamente conservador. Que había discriminado a los
liberales de participar en el gobierno y en el Ejército. Se consideraba a los
liberales pecaminosos y peligrosos para la estabilidad del gobierno
conservador. Por ello los ciudadanos que portaban las armas de la república debían ser de tendencias y
pensamientos conservadores.
El gobierno también se respaldado en la fuertemente influencia de la
Iglesia católica por la exigencia liberal de reformar el Concordato. Por el
apoyo partidista, de las tropas conservadoras que negaban el acceso al poder
militar de los liberales para hacer parte de sus filas. Además de haber dejado
resentimientos, en los liberales, la vieja derrota de Palonegro. Por la
inclinación por abrir los mercados internos a los productos del exterior, en
daño a la artesanal industria nacional. Y con la acusación de haber causado,
con su rebeldía, la inestabilidad política. Que aprovecharon los gringos para
arrebatarnos el istmo de Panamá.
En
1930 se inició la hegemonía liberal. Nuevamente, se pasó, con gran empeño, a
“desconservatizar al Ejército" y a adoctrinarlo en los principios liberales. Denominada
"la liberalización del Ejército". El gobierno liberal ahora temía al viejo
ejército conservador y quería formar uno bajo las doctrinas liberales.
Liberales
que también comenzaban a ser contaminados de doctrina comunista
anticapitalista, atea y, por supuesto, antinorteamericana. Como aconteció con
la huelga de las bananeras. Y la sonada reforma agrícola de Alfonso López
P.
Entonces
se dio la llamada “Primera Violencia Política”. De liberales contra
conservadores. El nuevo gobierno liberal usaba a las Fuerzas Armadas para
reprimir las protestas conservadoras resentidas por haber perdido el dominio de
la autoridad nacional. Y, de refilón, para resarcir los malos tratos sufridos
durante tantos años de superioridad conservadora.
Se
puede decir que fue afortunado para el país que se presentará el conflicto con
el Perú (Lo bueno dentro de lo malo, que casi nunca falta). Porque revivió el
espíritu nacionalista que enfrío mucho los ánimos partidistas y fortaleció al
Ejército. Se apaciguó la lucha armada politizada y se ignoraron, por el momento,
los viejos resentimientos causados durante la hegemonía conservadora. Por eso
esa "Primera Violencia fue más corta, menos traumática y menos recordada
que la "Segunda Violencia" de los años 50.
Aprovechando
las circunstancias, las FF MM comenzaron a desligarse más de la influencia
política. Hasta cuándo a finales de la década de 1940 se terminó la serie de gobiernos
liberales y se reinició la segunda hegemonía conservadora, con Mariano Ospina
Pérez. Llegó a la presidencia el sucesor conservador Laureano Gómez, candidato
único, facilitado por una disputa interna entre dos candidatos liberales.
Porque
el candidato liberal, renunció a la candidatura, a último momento, por el
asesinato de su hermano liberal que le hacía campaña. Con ello, sin ser
explícito, pero se deducía, acusaba al partido conservador del crimen.
Con el
asesinato de los liberales Gaitán y del hermano del candidato liberal, el propuesto
en remplazo de Gaitán, para suceder en la presidencia a Mariano.
Y con la actitud fascista de Laureano, renació “El tiempo del Terror”. Denominado
también “La Segunda Violencia Política", ya de conservadores en el poder
contra liberales desplazados.
El gobierno, aprovechando su capacidad económica
y su autoridad, usó las fuerzas policiales conservadoras de los Chulavitas y la
Policía Política, la Popol, para combatir los focos de sublevación liberal que
argumentaban el renacer de la discriminación y el abuso durante la primera
hegemonía conservadora de antes de los años 30.
Se usó
mucho la dependencia política de la Policía por ser un cuerpo permeable al
poder político partidista. Por su carácter más civilista que militar. Políticos
y policías justificaron la persecución oficial aduciendo su derecho y
deber a la defensa de la ley y el orden.
Confrontación
estimulada, igualmente, por la iglesia donde sobresalió Monseñor Builes, obispo
de Santa Rosa de Osos. Que sutilmente y con su diestra inteligencia, mezclaba
los irrefutables conceptos del cielo con los de la convivencia política, los asuntos
sociales y los partidistas, contra los liberales. Explosiva mezcla de fanatismo
religioso ciego. Difundido desde el púlpito y promulgado documentalmente en sus
cuarenta cartas pastorales.
“La
Violencia” fue apaciguada con la intervención del General Gustavo Rojas
Pinilla. A quien también trataron de titular. Buscaban disputárselo
ideológicamente entre los dos partidos para sacar ventajas, previendo el
resurgir de la confrontación cuando el General dejara el poder.
Por
eso, la oligarquía política, en su sin salida de ser incapaz de gobernar, apoyó
el “Golpe Militar”. Y, en un comienzo, para enmascarar la escondida
conveniencia, le dio el eufemístico título de “Golpe de Opinión”.
GENERAL
ROJAS PINILLA
Aunque la realidad fue que los dirigentes conservadores manipularon el poder militar para que se tomara el poder político para salvar el pellejo, lo que más se pudiese, del infalible juicio de la historia. La que los acusaría de su incompetencia como gobernantes. Como así lo concluyó el posterior juicio político del senado. Y la comisión tripartita, presidida por monseñor Germán Guzmán, para hacer el estudio de las causa de “La Violencia en Colombia” por encargo del gobierno del Frente Nacional.
Así
aspiraba el partido conservador no aparecer desbancado del gobierno por la
fuerza de las armas, porque eso dañaba el prestigio del General. Prestigio que
le era indispensable al partido conservador para disimular el catedralicio
error presidencial de Mariano Ospina y Laureano
Gómez de ser incapaz de mantener el orden nacional.
Por
algo Laureano adujo ausencia temporal de la presidencia por males fingidos de
salud para facilitar la llegada de Rojas al solio de Bolívar. Y su
reacción, ante la toma del poder de los militares, fue débil y simulada para
simplemente salvar las apariencias. Se marchó para el exterior sin mayores
problemas.
Aunque
enmascaró su fuga al exterior bajo un supuesto peligro personal que correría si
permanecía en la nación. Sin mucha resistencia para quedarse y más bien con
bastante y sumisa actitud, se fue para evadir el juicio social en un pacífico
retiro hasta su muerte. También por no haber podido, el poder político y
democrático, implantar el sagrado derecho del pueblo civil a
autogobernarse. Por lo cual debió ser suplantado por el poder militar.
Ocultó
su autogolpe político usando el prestigio militar. La muy antigua técnica de
confundir con la invisible tela de araña de las argucias
políticas. Cual red de gladiadores usada en sus combates circenses.
Pero adaptada por los políticos de Roma en sus discusiones senatoriales. O la
zona gris donde todo es factible porque permite fácilmente hacerse al lado de
la mejor convivencia del momento o del fin que se pretenda.
Pocos
años después, cuando esa misma oligarquía vio que Gurropin (Apodo entre
burlesco y serio, puesto a Gustavo Rojas Pinilla. Con similitud al despectivo y
casi que ofensivo apodo de "Cachuchón" con que se solía bautizar a
los militares con connotación de ser fuertes pero brutos) ya no le era útil,
porque ya tenía en relativa calma al país, lo tumbó con un “Paro Patronal”.
Aprovechó
que el General quiso ejercer un nuevo periodo presidencial. El veía que la
nación necesitaba algo más de su contribución para disolver completamente los
antiguos y muy arraigados odios remanentes entre partidos. La confrontación que
le habían justificado hacerse al gobierno sin ser ese un objetivo militar.
Sospecha
confirmada, después, con el surgimiento de los grupos de bandoleros después de su
gobierno. Los que conformaron las primeras cuadrillas de insurgentes imbuidos
con la errada ideología comunista y su mimetizado socialismo.
ESCUELA
MILITAR
Para
ese tiempo ya las escuelas militares y de policía, creaban una doctrina
castrense más sólida basada en total imparcialidad partidista y democrática. Que apartaba a las FF
AA de las manipulaciones políticas y que su fin era puramente nacionalista.
Aunque no faltaron algunos pocos militares, rezagos del pasado, que querían
tomar partido en las lucha por la presidencia.
Pero
las FF AA supieron encontrar una gran ayuda con los conocimientos
adquiridos con sus tres anteriores oportunidades de modernización: La de Rafael
Reyes. La guerra con el Perú y su participación en la guerra de Corea.
Experiencias
que rompieron muchos paradigmas tradicionalistas militares de dogmas antiguos,
casi que inmutables. Para salir de una rígida, paquidérmica y rancia inercia en
doctrina militar ultratradicionalista.
La que
dictó la anacrónica disciplina del prusianismo, que nos llegó
por medio de la comisión chilena que vino a ayudarnos a organizar la Escuela
Militar José María Córdoba, en tiempo del general Reyes. Porque los anteriores
intentos fueron totalmente fallidos.
Tabús
que habían frenado la evolución de un Ejército de masa pensado para
la guerra regular que no se adaptaba a la movilidad, la dispersión y el mimetismo
de los enemigos fluidos. Cuando la confrontación ya había mutado a la guerra
irregular o el conflicto de baja intensidad prolongado. Y eso que ya eran parte
del pasado la “Guerra de Trincheras” de la primera guerra mundial. Y la “Guerra
Relámpago” de la segunda. Pero seguíamos anclados en ellas.
La
experiencia de Corea, además, trajo nuevos conceptos sobre los ejércitos
modernos basados en nueva ideas de mucho liderazgo, tecnología, movilidad,
flexibilidad y logística. Y el ya surgido en el exterior y madurado, concepto
del “Poder Aéreo” en la guerra convencional.
Concepto
para nosotros apenas incipiente y totalmente de desconocido empleo, de ese
nuevo poder, contra la guerra contrainsurgente. El cual debimos casi que
inventar en el campo analítico antes que las potencias militares. Aunque sin
posibilidades de desarrollo y aplicación real por nuestras casi insuperables limitaciones
de material y equipo. Solo empleábamos la vía aérea con los helicópteros. Y eso
que únicamente como apoyo logístico y movilidad, que de ofensiva y
ataque.
Los
aviones de combate se creían solo reservados para la defensa de la soberanía
nacional en guerra regular contra una amenaza externa.
AVIÓN
FAC
Entonces,
con el surgimiento de los grupos guerrilleros, que también habían sido blanco
del adoctrinamiento ideológico comunista, las FF MM se apartaron aún más de la
influencia partidista. Se comenzaron a enfocar en los grupos subversivos a los
que les llegaba ingente propaganda y adoctrinamiento socialista a través de
Cuba y del partido comunista colombiano, a comienzos de la década de 1960.
Las FF
AA comenzaron a ser vistas como la única salvación de esa terrible influencia
extranjera. La que, nuevamente, infiltró algunos estamentos eclesiásticos para
sus fines. Donde no se salvó ni el CELAM. El Grupo Golconda. Los promotores del
Teología de la Liberación, el Obispo Rojo. Llegando incluso a ser cabecillas de
grupos sublevados armados y muy criminales. Como el famoso Cura Pérez. Camilo
Torres, Domingo Laín. Entre los más notorios.
Ni se
escapó el muy popular programa de alfabetización rural de Radio Sutatensa.
Primer proyecto de educación a distancia. El que también disponía de una red de
distribución gratuita del periódico “El Campesino”, basado en la organización
parroquial de la iglesia y de los Almacenes Agropecuarios de la Caja Agraria.
Se repartían revistas de historietas y folletos. En ellos
se halagaba al pueblo menos culto y explotado, con soñadas y
fantásticas soluciones a sus necesidades. Que, por supuesto, de no lograrse de
inmediato, requerían y justificaban la sublevación armada.
Ideas
perversas enmascaradas con una sutileza tan refinada que las gentes ingenuas
creían sin ningún sentido crítico. Ya que estaban muy necesidades de
sobreponerse a las dolorosas restricciones impuestas por la pobreza nacional
dejada por los muchos años de conflictos internos.
Ideología
comunista que se propagaba, tanto en forma directa, como efecto colateral de la
Revolución leninista y estalinista. el triunfo del revolución de Mao y la de
Cuba. El engendro loco de la desangrada Rusia. Que se difundía a
grandes pasos por todo el mundo no desarrollado. Incluyendo la China, los
países de Europa del este y Cuba. Que era el bastión en América del comunismo.
INFANTERÍA
DE MARINA
Infiltración
que los EE UU trataron de remediar con la famosa Alianza para el Progreso.
Repartiendo alimentos producto de la sobreproducción norteamericana. Comprada
por el gobierno norteamericano a los agricultores para salvarlos de la ruina y,
al mismo tiempo, conquistar la mentalidad latinoamericana a su favor.
Un
subsidio a la agricultura de los EE UU y una caridad enmascarada de dignidad
con interés político. Parte de la “Guerra Fría” entre el bloque soviético
comunista y el occidental capitalista. Y construyendo viviendas
gratuitas como el barrio “Ciudad Kennedy”. Inaugurado personalmente por el
mandatario norteamericano.
Ante
los recordados intentos de invasión peruana. La agresión de los EE UU. El golpe
militar, pero perdonado, por el logro de pacificación del General. Y el letal
peligro comunista proveniente de la caída Rusia zarista, el pueblo colombiano
puso sus ojos en sus FF AA. Porque no veía mucho éxito en lo que habían hecho y
podrían hacer los políticos. Menos ante esas mal sanas influencias ideológicas
entre los dos bloque comerciales, militares y económicos mundiales. Los del
hemisferio oriental comunista contra el occidental capitalista
Comenzó
crecer aún más el ya iniciado prestigio de las FF AA hasta llegar la
que ahora tienen. Y que, nuevamente, es motivo de envidias políticas. Celos
surgidos por su obstinado empeño en mantener la estabilidad nacional lo mejor
posible. Por supuesto que con el debido uso de la fuerza armada, porque la
fuerza política no es su medio.
Porque
aunque Rojas Pinilla tuvo éxito en cuanto al orden publico terminó desacertando
en el manejo político. Aunque se le reconoce, más bien que mal y por ello, otra
de las razones del prestigio de las FF AA.
Así
hayan flaqueado y cometido errores son los únicos quiénes han puesto con real
evidencia, durante dos siglos y de permanencia, la incapacidad de los líderes
políticos para preservar el orden. Y las salvadoras en los momentos de muchas
dificultades.
La
iglesia también ha menguado su influencia en el campo político y
administrativo. Se ha dedica más a las cosas del cielo y dejado al César lo que
es del César.
El
poder sicosocial de la prensa y los medios de comunicación evidencia los
errores pero no son los más dados y aptos a corregirlos. Algunos periodistas
que han intentado gobernar no han salido bien librados. Con excepción de
Alberto Lleras. Porque los suyo es lo de hablar, no lo de ejecutar. Tiene mucho
cerebro pero les falta músculo. Porque nuestra idiosincrasia demanda más fuerza
que cerebro. Al menos por ahora mientras logramos niveles más elevados de
cultura democrática.
La
docencia, que ha pasado, en gran parte, de la Iglesia al Estado, no es que haya
correspondido con suficiencia a la formación de la mentalidad nacionalista y
patriótica. La iglesia fue, por muchos años, la mayor ilustradora del pueblo.
Por ello temía que la formación laica no estuviese a la altura de lo que el
país demandaba. Así su formación clerical estuviese demasiado cargada de
ideología religiosa con ciega adoración no solo a Dios sino al Rey. Pero que
cuando se formó la república pasó a promover el acatamiento del poder
republicano y democrático.
Caído
el Rey se vio obligada a cambiar de bando y pasar al árbol que mas
sombra daría. Así hubiese cometido el error de tomar partido político. Lo que
evidenció que no era tan nacionalista sino también partidista. Pero logró salir
con sutileza de su atolladero histórico. Ya no se ven obispos Builes ni Rojos
ni curas Torres ni Pérez ni de Golconda ni truena la Teología de la
Liberación.
Pues
la verdad es que no estaba demasiado equivocada en cuanto a su miedo a perder
su predominio en la educacion del pueblo. Los resultados posteriores
demostraron que era un temor por una debilidad bastante bien fundamentada.
Pues
el profesorado laico permitió ser adoctrinado en las ideas confrontadoras de la
lucha de clases del comunismo y su fanatismo de combatir el capitalismo.
Bastantes
generaciones de colombianos han sido formadas dentro del espíritu rebelde,
desobligante y desobediente a la ley. Del pensamiento desconocedor de la mínima
subordinación requerida para la necesaria convivencia que permita el progreso.
Debilidad, en mucha parte debida a la poca capacitación del maestro que lo hace
fácilmente adoctrinable para el rechazo sistemático y fanático de todo cuanto
represente autoridad, antes que en el espíritu participativo y proactivo.
PLUMA
Y ESPADA
Dentro
de ese entorno tan enrarecido, han sido las FF AA las que han debido
estudiar el cómo combatir con ideas, no sólo las nefastas influencias
ideológicas para conducir la nación, sino también, con las armas. En especial
al despiadado terrorismo interno influenciado de macabras doctrinas externas.
Aun sin ser diestros con la pluma, pero si con la espada. Porque en una nación
donde la fuerza de la razón no es suficientemente efectiva, demanda mucha razón
de la fuerza. Al menos mientras crecemos en lo que nos falta de sabiduría y
civilización.
Las FF
AA han hecho un gran desgaste mental, para no dejarse manipular
tanto de las influencias externas como de las internas. Y han debido dar un
sacrificado aporte, aun costa de sus propias vidas, para impedir el abuso
contra el pueblo colombiano y de las luchas internas. De lo contrario la nación
ya se habría ahogado en su propia sangre.
Por
eso es que ahora las FF AA resultan tan incómodas para tantos
políticos.
En
especial para los poderes legislativo y judicial, también infiltrados de ideas
revolucionarias. Para el estamento pedagógico. En especial el universitario. En
donde las cátedras de sociología, política y derecho dogmatizan sobre la
violencia social. Para muchos de los viejos representantes de la Iglesia. Para
bastantes personajes del periodismo. Y, sobre todo, para los grupos
insurgentes, terroristas y delincuentes. Con sus contrapartes, las Autodefensas
y el Paramiliarismo. Los que han adquirido descomunal relevancia con el poder
económico de los narcóticos.
Han
sido esos factores organizados para alterar el orden social. El
que las FF AA han cuidado cuidan y cuidarán.
No confabulación explicita pero sí un contubernio real y
actuante. Que busca erosionar la cohesión de las FF AA, su estructura y su
solidez histórica, por proteger lo que mas conviene a la nación. Es otra de las
muchas formas de lucha terrorista. Porque las FF AA, de no haber logrado el
mínimo nivel requerido de adoctrinamiento nacionalista y patriótico, tanto
ellas como la nación, ya habrían perecido.
Quien
no conoce su propia historia o no aprende de ella, la repite.
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