LA CORRUPCIÓN COLONIALISTA.
La corrupción en Colombia ha
llegado a tal punto que somos víctimas de las multinacionales inmorales,
mercenarias e internacionales. Ya sea de origen brasilero o de origen español.
Incluso con el apoyo y facilitación de poderosos grupos económicos y bancarios
colombianos con espíritu antipatriótico.
Tenemos el caso de la empresa
Electricaribe que aún se considera estar en el tiempo de la conquista. Cuando,
por derecho divino, era lícito apoderarse de todo cuanto se quisiera y a
cualquier precio. Sin importar ningún sentimiento social, humanitario y mucho
menos legal. Como si aún estuviéramos en los tiempos en que la religión
justificaba el saqueo. Porque la autoridad monárquica provenía de Dios y
cuestionar ese orden social era incluso cuestionar la voluntad de Dios.
Y para afirmar esa
circunstancia se utilizaba el poder militar. Ya que éste tenía mucho que ver
con la economía pues eran pagos por los ricos y sin su intervención los
Conquistadores no podían arrebatar a los conquistados las riquezas que se codiciada.
Es lo que los españoles han
hecho actualmente en la costa atlántica. Robándose, incluso, los subsidios que
nuestro gobierno nacional aporta para dar electricidad a los pobres. Que salen
de nuestros bolsillos de toda la nación. Y es tan alto su descaro que hasta los
españoles aspiran a recibir parte del tesoro hundido
con el galeón San José.
La demostración clara que
aún existe el tiempo de la conquista y que sigue el saqueo de la colonia por
parte de los españoles. Y que nosotros los colombianos ingenuamente hemos
creído que son gente honrada. Permitiendo, con nuestra pasividad, que nos
hagan, todavía, víctimas ingenuos de su codicia y usurpación. Por eso tenemos
que castigar, a toda costa y en la forma más severa posible, tal abuso ibérico
descarado. Los españoles aún siguen
siendo tan despreciables como en el tiempo de la colonia. Cuando, por tal
motivo, perdieron el 80% del todo el territorio del continente americano y su
gran Imperio mundial se desplomó catastróficamente convirtiéndose en la burla
de todo el planeta.
Tales actitudes españolas, las
de estar pensando que aún deben ser asaltantes de la que fueron sus antiguas colonias
americanas, son las que nos generan
rencores y odios. Razón por la cual,
incluso, nos incomoda hasta el escuchar el tono de la pronunciación del
castellano ibérico. Preferimos, más bien
nuestras propias entonaciones americanas del idioma.
A los españoles les hemos dado
oportunidades creyendo, erradamente, que son gentes más desarrolladas
mentalmente que nosotros. Un cultural complejo de inferioridad que nos reduce a
ser explotados, sin darnos cuenta, por parte de culebreros intelectuales y
astutos. Pero totalmente inmorales.
Los que se las dan de creíbles y salvadores
del mundo con sus pócimas mágicas. Que son portadores del santo grial, el
eterno elixir de la vida y piedra filosofal. Como si aún viviéramos en el
tiempo de las ciencias ocultas de brujos medievales.
Y con ese cuento nos no solo
nos han robado descaradamente sino que nos han causado muchos años de conflicto
interno. Como si aún visemos en el tiempo de la patria boba. Donde solo bastó
que un brutal español, como el Pablo Morillo, llegase a cortar cabezas para
saquera la nación. Es el momento de efervescencia y calor para poner en su
lugar a la astuta “Madre Patria”, en cuanto suene de “Vieja España”.
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