AERONAUTAS Y CRONISTAS

jueves, 6 de abril de 2017

EL DERRUMBE

EL DERRUMBE DEL PEDRERO. (Narración de Luis Fdo. González)

El señor Alberto Restrepo, comerciante y hacendado, de familia muy tradicional de Concordia, me dijo una vez en el pueblo que él quería ir a la finca del Pedrero. Hacía muchos años no iba desde cuando era un niño. Le dije que con mucho gusto, que iba mandar traer una bestias ensilladas para que fuéramos.
Me contó que quería volver a ese sitio porque unos de sus ancestros habían perecido en el derrumbe de El Pedrero.



Le comenté que yo había oído la historia de un derrumbe muy grande sucedido hacía muchos años. Que debajo de una piedra muy grande, casi como del tamaño de una pieza, que hay junto a la actual casita de paja y cancel, en esa parte de la finca que llamábamos El Balsal, había quedado sepultada la casa que había cuando se vino el derrumbe.

El señor Restrepo me dijo que sí. Además se decía que el dueño de la finca era muy avaro. Una mañana pasó una viejita por la finca, cuando estaban ordeñando las vacas y pidió qué le dieran un poco de leche y se la negaron.

Que entonces la viejita les dijo que por hambrientos iba a ver un derrumbe que les iba a tapar la casa.




Efectivamente ese mismo día, que era un domingo, se vino un derrumbe que arrasó con todo y que no se salvó sino el abuelo de Alberto. En ese entonces él era un niño y lo habían mandado al pueblo a traer el mercado.

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