AERONAUTAS Y CRONISTAS

martes, 22 de marzo de 2016

PALANQUERO Y EL CAPITAN FRANCO

PALANQUERO Y EL CAPITÁN FRANCO

CAPITULO I

Con motivo de cumplirse el sesentavo aniversario del asalto de la Base Aérea de Palanquero el próximo 31 de diciembre del 2013, es propicio y necesario poner en evidencia un aspecto poco investigado. Se trata de la relación que existió entre las guerrillas liberales de Urrao, encabezadas por Juan de Jesús Franco Yepes, exsargento del Ejército, “Capitán Franco” y las operaciones aéreas de contrainsurgencia que adelantaba el Comando Aéreo de Combate Numero 1 o Base Aérea de Palanquero.

Durante el año de 1952 el país se encontraba en pleno conflicto interno denominado como “El Tiempo de la Violencia”. La confrontación partidista se venía fraguando desde años atrás pero se recrudeció con el asesinato del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948. Después de la entrega de la presidencia por parte de Mariano Ospina al presidente electo Laureano Gómez, los partidarios liberales sufrieron una cruenta persecución. Ante tal situación algunos se organizaron en grupos armados. Como no les era factible permanecer en las áreas urbanas, debido a que en ellas tenia primacía las Fuerzas Armadas, optaron por crear grupos en las áreas rurales.

Se presentaron grupos de mucha beligerancia en la zona andina. Uno de ellos en las estribación occidental de la cordillera oriental a la altura de Santander y norte de Boyacá. Su área de acción se extendía al valle del Magdalena afectando la navegación fluvial, la seguridad del oleoducto, el centro de refinación de crudos de Barrancabermeja y el ferrocarril central. Esta autodefensa liberal, como solían denominarse, era encabezada por Ramón Rodríguez.

El otro en el sector oeste del departamento de Antioquia que extendía su influencia al noroeste y el suroeste. Su composición comprendía dos focos. El del valle del rio Pavón en el municipio de Urrao, Antioquia, comandando por Juan de Jesús Franco, denominado “Capitán Franco” o “El Mocho”. La otra en las estribaciones de Cerro del Sol o Paramo de Frontino, en el mismo municipio. Específicamente en la vereda Camparrusia. La manejaban Ceno Urrego, Arturo Rodriguez y Aníbal Pineda. Los dos grupos acordaron efectuar acciones conjuntas y coordinadas aunque con autonomía operativa.

CAPITAN FRANCO

La Fuerza Aérea, realizaba acciones de neutralización y bombardeo tanto al frente de Santander como al de Antioquia. En relación con el grupo del Magdalena, a lo largo del todo el año 52, la Base Aérea efectuabas patrullajes aéreos armados desde la Dorada, donde se encuentra la Unidad militar, hasta Puerto Berrío. Y en algunas ocasiones hasta Barrancabermeja brindando apoyo a las fuerzas de superficie, evitando atentados a la infraestructura. Así contrarrestaba de manera efectiva al grupo del departamento de Santander que atentaba contra importante patrimonio nacional. Inicialmente los grupos de liberales armados, que habían acudido a la vía armada para defenderse del régimen político, no tenían como enemigo a las FF AA, pero por acciones como esas se fueron convirtiendo en blanco de sus agresiones. La unidad aérea fue uno de ellos.

EL ASALTO A LA BASE ÁREA DE PALANQUERO Y EL CAPITÁN FRANCO
CAPITULO II

En relación con el grupo de Antioquia. A finales de 1951, la Fuerza Aérea bombardeó la finca La Unión en el valle del rio Pavón del municipio de Urrao, donde, supuestamente, se alojaba el cuartel del Capitán Franco. Realmente este permanecía más en la finca El Hato. De todas formas La Unión fue luego incendiada por las fuerzas gobiernistas por ser propiedad de simpatizantes de las tropas de Franco, según la declaración del Mayor Luis E. Millán el 4 de octubre de 1951.


PANORAMICA DE URRAO
Posteriormente y para el primer semestres de 1952 se bombardeó al grupo de Pavón, específicamente el campamento de Cariazul que causó graves daños y destruyó la fábrica de armamento de Santa Ana. Este fue un golpe significativo ya que afectó un recurso importante de los guerrilleros.

Para finales del mismo año, el 19 de sep, El Capitán Franco sufrió una baja en ese mismo sector en un combate terrestre. Se trató de la muerte del prestigioso guerrillero valluno Luis Delio Mejía Botero denominado “El Míster”. Personaje no solo muy apreciado por Franco sino valioso por su capacidad de liderazgo. Ante tal hecho, Franco inicio una operación de rastrillo que hizo replegar a los aproximadamente 1.500 hombres de las fuerzas del gobierno.

Además, Franco y su colega denominado “El Gordo”, habían acordado un acción conjunta y simultánea con las guerrillas del Llano en un plan general que consistía en un marcha desde del oriente del país con 17 mil sublevados hacia Bogotá. Mientras que los de Urrao se moverían con una fuerza de entre 4 y 5 mil hombres desde el occidente. Simultáneamente, las fuerzas del Tolima y las de Viotá atacarían Palanquero. Las de Santander se tomarían a Barrancabermeja. Las de Restrepo (Valle) y Ceylán, atacaban a la base de “El Guabito” (Escuela Militar Marco Fidel Suarez). En forma local operarían las guerrillas de Huila, bajo Nechí. Mogorontoque y Sumapaz. 

La FAC bombardeó Camparrusia, los colegas de Franco en las estribaciones del páramo de Frontino, en un acción conjunta con tropas terrestres. Este ataque fue exitoso y se pudo destruir dicho reducto insurgente pero eso no evitó que se desistiera del plan general.

El ataque a la Base Aérea de Palanquero era un objetivo no solo de importancia para quitarse un enemigo que los hostigaba, junto a los de Santander, sino también que apoyaban el plan estratégico general antes mencionado, así este no se ejecutara. El asalto se justificaba por sí solo.

Consideraron tomarse la unidad sin destruir los aviones de combate F – 47 ni sus facilidades de combustible, con el fin de obligar a los pilotos a bombardear las instalaciones militares y de gobierno, incluido el palacio presidencial en Bogotá. De esa forma contribuían a la acción primordial de las guerrillas de los Llanos. Para lograrlo los rebeldes pensaron en un procedimiento que demuestra el total desconocimiento de los aviones que pretendían apoderarse. Querían encañonar a los pilotos acompañándolos en las cabinas para obligarlos a bombardear, desconociendo que en ellas solo hay cabida para el piloto.

AVION T 33

EL ASALTO A LA BASE ÁREA DE PALANQUERO Y EL CAPITÁN FRANCO
CAPITULO III

Esas intenciones fueron contadas durante las declaraciones posteriormente rendidas por los bandoleros capturados, los testimonios del sacerdote Enrique Pérez Arbeláez, quien se encontraba la noche del asalto, y el del Capitán Jorge Zapata quien era el comandante encargado porque el titular había viajado a Bogotá y su casa estaba vacía.

CAPITAN JORGE ZAPATA

Con esas premisas, la Base Aérea fue asaltada en la noche del 31 de diciembre de 1952 aproximadamente a las 02:00 horas. Momento para el cual presumían que sería el momento más vulnerable y de mayor sorpresa debido a la celebración de las festividades de final de año.
El Padre Pérez cuenta que debido a las sirenas de barcos y locomotoras a la media noche, celebrando la llegada el nuevo año, decidió abandonar su descanso y se fue a recorrer las calles de la Base ya que no podía dormir. Llegó a la rampa de los hidroaviones donde admiraba tranquilamente el paso del rio y escuchaba las conversaciones de los oficiales que con sus señora prolongaban las festividades.

RAMPA DE HIDROAVIONES

En medio de la pólvora, la música y las radios, comenzó a escuchar estampidos de armas. Vio pasar soldados corriendo y preguntó sobre lo que sucedía. Le dijeron que los habían atacado pero no creyó mucho hasta cuando sonó la sirena de la alarma general. Se dirigió a la enfermería apagando cuantas luces de las casas encontraba encendidas viendo como las balas hacían impacto en techos y paredes. Se puso a atender heridos que llegaban. Al mismo tiempo oía las órdenes dadas por los altoparlantes del Teniente Coronel Eduardo Escandón, comandante de la Fuerza Aérea, quien asumió el mando de la defensa. El TC. había llegado días antes a la unidad en plan de vacaciones.

TC. EDUARDO ESCANDON

Asistía a las Hermanas, que manejaban el hospital, en las atenciones médicas y daba los auxilios espirituales a los heridos graves y los muertos. Tanto militares como asaltantes. De estos últimos uno le dijo: “Nos cogieron en la hacienda de la viuda de Floro y nos echaron por delante”. Al amanecer encontró al frente de la casa del comandante un cadáver, que por su aspecto y por los aderezos que lucía, fuera de lo común, parecía ser el jefe. Calzaba botas, vestía una chompa impermeable, guantes finos de cabritilla y una esclava de plata. Mientras los demás tenían vestimenta miserable y portaban un viejo armamento y machetes. También tenía un plano del ataque hecho a la ligera, a lápiz y como para instruir a sus aliados con simpleza.

Según el plan cortaron el telégrafo y los teléfonos. Ultimaron al operador de la planta eléctrica pero no suspendieron el servicio. Penetraron a la casa del Comandante quien no se encontraba, como ya se dijo, mientras el supuesto jefe permanecía afuera tal vez en espera de que este saliera para secuestrarlo o matarlo. En ese lugar fue ultimado por el mismo soldado Libardo Ortiz que custodiaba el generador y quien dio la primera alarma.

EL ASALTO A LA BASE ÁREA DE PALANQUERO Y EL CAPITÁN FRANCO
CAPITULO IV

El Capitán Zapata, encargado de la unidad, hizo un recuento de las operaciones emprendidas para la defensa. A mediados de diciembre 1952 se recibió una información, no confirmada, que los sediciosos atacarían las instalaciones petroleras de Barrancabermeja para el día 20 de ese mes. La Base intensificó los patrullajes pero a la fecha no sucedió nada.

 A la media noche del 31 se iniciaron las celebraciones de fin de año sin sospechar que de la cordillera, amparados por la oscuridad y la topografía, se aproximaba una crecida agrupación ofensiva. A las 02:30 las tropas pasaron al descanso y los oficiales se retiraron a sus casas con sus familias.

Minutos más tarde llego jadeante el Soldado Libardo Ortiz, que estaba de centinela en el puesto 8 del área de la planta eléctrica, informando que gentes armadas habían penetrado por el sector norte en actitud hostil. Que habían asesinado al encargado del generador, el Sargento Segundo Jorge Eliécer Michaels. El Soldado Ortiz regresó a su puesto donde se parapetó dando de baja al jefe de los atacantes y manteniendo a raya a sus compinches quienes inútilmente trataran de envolverlo. El sedicioso era Ramón Rodríguez. Igualmente el Soldado del puesto 4 informaba al Capitán Alfonso Barragán que también por el costado oriental se aproximaron hombres armados que dieron muerte al Soldado Carlos Mazo. El CT. Barragán ordenó la alarma con corneta cuando estallaba una bomba que mató al soldado Óscar de J. Sánchez.

El marinero Jesús Herrera fue asesinado mientras alistaba los aviones para salir a vuelo. A las 03:10 se definieron dos frentes de defensa. Uno comandado por el Teniente Rafael Pinto quien progreso hacia el norte en contrataque. Otro dirigido por Capitán Barragán quien repelió el asalto proveniente del oriente. El Teniente Ricardo Nanclares llegó con un grupo de policías de la Dorada sumándose a la persecución de los asaltantes que se batían en retirada. El suboficial técnico Gustavo Vélez neutralizó a unos francotiradores desde el taller de motores. El suboficial técnico Antonio Tavera logró dar de baja a los dos que habían ultimado a su compañero Michaels, manteniendo bajo control la planta eléctrica. Mientras que los Tenientes Jaime Martinez y Álvaro Garzón dieron de baja en las pista a otros enemigos y capturaron al sedicioso rezagado Juan Rodríguez. Despejada la pista los tenientes Rafael Pinto y Alfonso Morales salieron a vuelo en dos aviones T- 6 para hacer reconocimiento y orientar a las tropas.

AVION T 6

Recuperado el control de la Base se contabilizaron 33 atacantes muertos, dentro de los cuales estaban 19 de los más temidos forajidos de la región. Y se sufrió la lamentable pérdida de un suboficial, un marinero y cinco soldados.
Dos días después el Capitán Barragán regresó del sector de la hacienda San Cayetano, aledaña a la Base, con ciento veinticuatro prisioneros.
Loor y gratitud imperecedera a aquellos que en el amanecer del 1° de enero de 1953 se inmolaron o fueron heridos por defender el estandarte de la Fuerza Aérea Colombiana. Ellos son:

LOS HÉROES:

Sargento Segundo Jorge Eliécer Michaels.
Cabo Segundo José Neftalí Peña
Cabo Segundo Jesús N. Ospina
Cabo Segundo Carlos A. Mazo
Cabo Segundo Óscar de J. Sánchez
Cabo Segundo Juan Clímaco Contreras
Marinero Primero Jesús Herrera.
LOS HERIDOS EN COMBATE:
Soldado Leonel Gómez Sánchez.
Soldado Alfredo Navarro
Soldado Luis Alfonso Ramos

ESCUDO DE LA FAC


1 comentario:

  1. Interesante recuento de este ataque. Soy hijo del Teniente Garzon. Mi padre recordaba que el ataque inició a las 11:22 pm. Siempre lo recordaba el 31 de Diciembre. La acción heroica de montar tres ametralladoras .50 encima del casino de suboficiales el cual estaba en construcción ese momento salvo a la Base de se tomada. Así se reconoció la acción de suboficial Mosos. El fue ascendido a oficial y luego fue piloto.

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