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DÍAS EN EL VAUPÉS
1950
PARTE
6
• RÍOS ESTÉRILES. Los ríos no traen lodo
sino una arena blanca y abundante que huele a muerte y siembra la esterilidad
en las tierras que riega porque los peces no tienen qué comer. También dije a
los padres: consigan siquiera un par de caballos para que estos pobres indios
los conozcan, para qué, abriendo caminos, utilicen esos animales, ya que sin
servirlos se volverían salvajes como los de los llanos de San Martín y
Casanare.
• EL HITO. Llegamos al límite actual con
el Brasil. Límite caprichoso, hijo de la ambición de una nación inmensamente
extensa que junto con el Perú, no ha pensado en siglos y siglos, sino en
aumentar más y más su territorio a costa de sus vecinos más pequeños y menos
fuertes, por ejemplo Colombia y el Ecuador. En este punto, llamado Melofranco,
nos detuvimos un momento para contemplar la columna de cemento que sirve de
mojón, que llaman aquí "hito", y que tiene una simple inscripción que
protocoliza la pérdida de inmenso territorio de Colombia.
MAPA
DE MONSEÑOR BUILES
• ANTES. Los límites en tiempos lejanos,
cuando yo era niño, eran los siguientes: "Desde la piedra del Cocuy en
línea recta al cerro Cupí. De aquí por el río Cababurí al Rionegro. Este abajo
hasta donde le cae el río Yurubaxí. Este arriba hasta la laguna de Cumapí y
desagüe de ésta en el río Caquetá. De aquí a las bocas del brazo Avatí-Paraná a
buscar el Amazonas. Y por este arriba hasta Tabatinga". Mi maestro, el
gran pedagogo Don Francisco N. Duque, usaba siempre sabios apuntes y
observaciones. Nos hablaba de un ángulo que se puede ver en los mapas antiguos
con los límites primitivos. En los nuevos se puede rehacer dicho gigantesco
triángulo que fue colombiano y que por arte de magia queda del Brasil. Eso es
lo que conservo en mi memoria.
Sentí
una conmoción profunda al pisar la tierra que fue colombiana y que un tratado
hecho de carrera lo cedió al Brasil. Quién sabe si este último ignominioso
tratado habrá de perdurar o si correrá la suerte de las cédulas reales y los
tratados posteriores.
• POR TERROR. Cuando vinieron los
comisionados de Colombia, dicen los indios con quienes pude hablar, la fuerza
armada brasilera hizo que las cosas se arreglaran muy en breve y en favor del
ganancioso. Los de la Comisión, obligaron a los que habitaban en la parte
colombiana pasarse a su orilla, con la promesa que les crearían escuelas, les
formarían pueblos y les harían vivir en un paraíso. Arrebataron los niños y
niñas que estaban en los internados indígenas del lado colombiano, haciendo
pasar a los papás al nuevo Brasil y obligándolos, después, a sacarlos de sus
escuelas. Fue así como, según refirieron seis de ellos al prefecto fundador del
pueblo San José (Montfort). Metieron allá varias familias colombianas. Esos
pobres indígenas se sometieron por el terror. Los que a lo largo de la costa no
brasilera pudimos concretar. Nos dijeron que si estaban allá, aunque
colombianos, fue porque los amenazaron desde los días del tratado con
represalias si se volvían para su patria. ¿No deberá nuestro gobierno
informarse de estos hechos?
COMENTARIO. EL MAPA. Monseñor Miguel
Ángel Builes se interesaba mucho por los asuntos patrióticos y por esta razón
dejó tan claramente plasmada su impresión y sus conceptos en su crónica de correrías
por el Vaupés. Tenía una natural inquietud por saber de muchos temas. Por ello
conocía bien el latín, sabia bastante de griego y le gustaba el portugués.
Amaba la geografía (por la influencia que recibió de niño de su profesor
Duque), los asuntos humanísticos, la situación social, de los gobernantes y el
pueblo. Además de ser experto en los
temas de su ministerio, gustaba escribir. Por sus méritos fue erigido obispo a
muy temprana edad. Para ilustrar mejor ese aspecto, en el libro plasmó un mapa donde
muestra perfectamente el límite anterior comparado con el límite posterior.
Pone en evidencia la gran pérdida de territorio colombiano que partiendo desde
Leticia iba hasta el Río Negro y subía hasta el río Orinoco. Ese es el
triángulo a que se refiere Monseñor Builes y por supuesto en la actualidad ya
no existe. Fin de comentario.
MONSEÑOR
EN MONTFORT
• UNA ILUSTRACIÓN. Un rápido estudio de
estos límites. Para conocimiento de los que lean estas líneas, lo hacemos con
mucho gusto. La primera base de arreglos de todas las naciones americanas, que
dependían de la metrópoli española, han admitido como base para sus arreglos de
límites el uti possidetis de 1810, es decir por los actos de límites fijados
por los soberanos españoles, cuya fuerza, todas reconocieron y convenio aun
valido, refuerza todos los puntos. Si el uti possidetis de 1810 se entendiera
como quiere aplicarlo el gobierno del imperio, ni Colombia ni Brasil ni ninguna
nación de América podría creerse dueñas de inmensos territorios desiertos que
jamás ha poseído ni en muchos años podrían ocupar o poseer realmente de hecho.
Parte la regla del llamado uti possidetis de hecho, en contraposición al uti
possidetis de derecho (juris), sería pues, absurda por infundada, por ineficaz,
por contradictorias y por inmoral.
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