EL
LIBRO ROJO DEL PUTUMAYO
N.
THOMSON
LONDRES.
CAPITULO
1
Por una casual coincidencia, el próximo año se cumplen los 100 años
de la publicación de la invasión al territorio colombiano más los atropellos de
los peruanos a nuestra nación, con lo que ahora nos está sucediendo con el
archipiélago de San Andrés y Providencia. Por ello les resultará muy
interesante conocer un resumen de dichos acontecimientos. Ellos fueron
publicados en un libro titulado "El Libro Rojo del Putumayo”.
Encontraran falta de concatenación y continuidad en los conceptos
debido a que el libro es una recopilación de testimonios y opiniones sobre el
tema. Además de algo de repetición. Pero en este resumen es poco comparado con
el libro original, ya que yo los suprimí en lo posible para lograr compactación
y facilidad de lectura.
Calculo que este resumen me saldrá en unas diez partes. Pero no se
desanimen en leerlas porque es un panorama geopolítico, geoeconómico, militar
estratégico, histórico y sobre todo en soberanía nacional de mucha aplicación
en la cultura castrense nacional. para nuestros nuevos estudiantes de las
catedras militares, tanto de profesión como de afición y les seria de mucha
ilustración.
Coronel Iván González
PRÓLOGO
·
La región amazónica se convirtió, desde la
segunda mitad del siglo XIX, en el principal proveedor de caucho natural para
el mercado mundial. Una multitud de familias indígenas y campesinas gastaban su
vida en el cotidiano trajín de extraerlo. Cada semana, llevaban a la barraca
del propietario quien recibe el caucho y como contraprestación les daba
herramientas, las medicinas y otras mercancías que les había adelantado
previamente. Este avance creaba una relación de endeudamiento permanente, casi
imposible saltar por parte de los trabajadores. Laso y obligación que no
rompían ni con la muerte pues con frecuencia las deudas pasaban de una
generación a otra. El sindicalista patrón controlaba las pesas y medidas e imponía
los precios de la goma y las mercancías.
·
A finales del siglo XIX un grupo de caucheros
se había enriquecido de manera notable surgiendo el grupo social denominado los
“varones del caucho.” La opulencia de Manaos, reflejaba la rentabilidad del
negocio. Se dice, incluso, que su élite enviaba a lavar la ropa a Lisboa y en su
teatro se gozaba de los mejores espectáculos del mundo.
·
En la década de 1870 los hermanos Reyes,
colombianos, (Rafael fue presidente años después) exploraron las selvas del pie de monte del Putumayo y el Caquetá y
organizaron una poderosa empresa de extracción pequeña. La corteza cargada en
la espalda por los nativos hasta puertos como Sofía o Cuembí, en el río
Putumayo, desde donde era transportada, por río, hacia el Brasil. En 1884 cayó
en forma abrupta del precio de la quina y la empresa debió ser cerrada. El
puerto de Bocón, fue el epicentro de las actividades extractivas.
·
El caucho cosechado en el pie de monte se
sacaba a lomo de indio, por las sinuosas trochas y caminos que unían las
estaciones de caucho con las poblaciones del acto Magdalena, hasta llegar a la
ciudad de Neiva. Los caminos principales eran el que partía de Mocoa y subiendo
la cordillera hacia el occidente llegaba Pasto. El otro también partía de Mocoa,
hacia el norte por entre cañones que salían al valle del alto Magdalena. La
otra salía de Florencia para cruzar la cordillera oriental por el boquerón
llamado Gabinete para luego descender al valle del Magdalena a la altura de la
población de Altamira. La otra salida de las cabeceras del río Caguán para
remontar el río Pato, cruzando una pequeña hondonada llamada las Perlas, luego
remontar la cordillera pasando por un pequeño valle denominado Balsillas para
descender, posteriormente, por Algeciras, a la ciudad de Neiva.
·
Muchas de esas familias, que se quedaron sin
trabajo, se internaron en la selva para extraer caucho. Optaron por descender
por el río Caquetá, una tierra en gran parte ignota, debido a la presencia de
los formidables y temibles raudales de Araracuara. Algunos fueron hasta los
ríos Cahuinarí, Igaraparaná y Caraparaná. El bajo Caquetá y Putumayo estaba
habitado por 100,000 personas. Éstas comunidades practicaban una agricultura de
rose y quema itinerante, la cacería, la pesca y la recolección de diversos
productos.
·
Algunos grupos tuvieron relación con
traficantes de esclavos brasileros que acostumbraban remontar los ríos Caquetá
y Putumayo, al remo, desde la segunda mitad del siglo XVIII. Con ellos
intercambiaban hachas de acero y otros implementos por huérfanos y prisioneros
de guerra indígenas. En otras ocasiones, los traficantes de esclavos asaltaban
las malocas y se llevaron por la fuerza a los aborígenes.
·
Julio César Arana, el fundador y principal
socio de la Casa Arana, era de origen peruano. En sus años mozos recorrió las
principales poblaciones del Amazonas comerciando sombreros y artículos. Logró
hacerse a un capital que le permitió comprar varias lanchas para comerciar por
el Amazonas y el Napo. Así descubrió el río Putumayo y pudo constatar sus
promisorias riquezas naturales y humanas. En 1902 se asoció con los
propietarios del campamento de “Indiana”, la actual “Chorrera”, en el río
Igaraparaná. En 1903. La Casa Arana Hermanos, rápidamente, se apoderó, mezclando
compra y coacción, de los diversos campamentos fundados por los caucheros
colombianos. 10 años después controlaba una extensa zona del Putumayo y era un
influyente comerciante en la ciudad de Iquitos.
IMAGEN
1
·
La compañía se organizó en torno a dos
grandes distritos: la Chorrera sobre el Igaraparaná, y el Encanto, en la región
del río Caraparaná. Cada uno de estos distritos estaba bajo la dirección de un
capataz y contaba con empleados de gente de color, traído de la colonia inglesa
de Barbados a disposición de los caucheros. Los distritos controlaban los barracones
de dónde provenía el caucho que se acopiaba en ellos y sus empleados se
encargaban de que la gente cumpliese con las cuotas de caucho asignadas por
medio de la autoridad que ejercía un jefe o capital. Los nativos eran obligados
a traer el caucho a la barraca cada 10 días. Dos o tres veces al año todo el
mundo se desplazaba, a pie, hacia la Chorrera o el Encanto. Hombres, mujeres y
niños cargaban el pesado producto de toda la temporada.
·
Desde 1903 comenzaron a llegar al gobierno
colombiano diversas cartas y rumores sobre los atropellos contra los indígenas
y caucheros colombianos, por parte de la Casa Arana. El Periódico informó sobre
la posibilidad de un conflicto entre las dos naciones debido a una eventual
invasión peruana al Putumayo. En 1910 se encontraba en la jefatura del estado
pionero de la colonización del Amazonas, el general Rafael Reyes, y las denuncias
no lo conmovieron. Se comentaba en los altos círculos oficiales de la capital que
restaba importancia a estas revelaciones con el argumento de que eran cosas de
caucheros. Ni siquiera, en 1908 con la publicación del libro del general Rafael
Uribe Uribe, “Por la América del Sur”.
·
El ingeniero W. E. Hardenburg partido de
Panamá y a través del Putumayo y el río Magdalena, llegó a la región con el
propósito de construir un ferrocarril en 1907. En este viaje pudo presenciar el asalto del campamento colombiano de La Unión,
(como el de La Pedrera, Tarapacá y Leticia) sobre el río Caraparaná, por parte
de tropas peruanas y trabajadores de Arana. Fueron tomados como prisioneros y
llevados a Iquitos donde fueron liberados solo ellos por ser norteamericanos.
·
Hardenburg contó que la Casa Arana había
implantado un auténtico régimen de esclavitud. Los indígenas eran obligados a
trabajar duras jornadas, carecían de alimentos, no podían cultivar, cazar y
pescar, les arrebataban sus mujeres a quienes convertían en concubinas.
Aquellas familias indígenas que no cumplieran con las cuotas de caucho eran
severamente castigadas, torturadas en el cepo e incluso asesinadas. Numerosos
nativos fueron mutilados, destrozados por los perros, quemados, condenados a la
inanición, ahogados o muertos a balazos. Morían en los barracones invadidos por
epidemias. La población activa desaparecía rápidamente como consecuencia del
genocidio.
·
La Casa Arana se había transformado, en 1908,
en la Peruvian Amazon Company PAC, inscrita en Londres como una compañía
inglesa. Su socio mayoritario era Julio César Arana. Arana se
presentaba asimismo como un civilizador de pueblos salvajes y caníbales.
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