AERONAUTAS Y CRONISTAS

martes, 22 de octubre de 2013

CONCORDIA. FRENESI Y GUERRA. CAPITULO 2


 

CONCORDIA. FRENESÍ Y GUERRA

CAPITULO 2

CONSTRUCTOR DE AEROPLANOS

Marcelo Wuillem, relojero francés librepensador, asesor de la relojería y joyería la Perla tenía una especie de zoológico de los más diversos animales. Era abstemio y detestaba la música. Trabajaban los domingos y en los días de fiesta acompañado por un mecánico nacido en Blois. Era un desertor de la Primera Guerra Mundial, extraordinario manipulador del acero y había buscado a Colombia como refugio. Se encerraba horas enteras en una especie de taller que tenía en la casa, sintiéndose un ruido de limas y algo parecido a un motor. Manipulaba un soplete que producía una llamita del grosor de un hilo cuando chocaba contra una aleación a base de vanadio y titanio. Trabajaban en la construcción de un aeroplano sin hélices a base de turbina. Era la propulsión a chorro antes de que fuera descubierto en Europa. Marcelo era especialista en aeronáutica.

De palabra me había nombrado su heredero creando una fuerte enemistad con Antonio días, su hijastro. Un domingo, se subió al tejado acoger unas goteras para ahorrarse el albañil cayéndose de un tercer piso y desnucándose. Los inquilinos y el municipio de Medellín se quedaron con sus bienes porque toda su familia en Europa había muerto.

Encontré en un rincón de su casa los planos del avión. Parte de él lo hice estudiar por un técnico de la aeronáutica. Se maravilló pues era perfecta la posición de las alas, bien concebido el fuselaje, magnifica la aleación empleada y las ecuaciones para romper el sonido. No encontró sino una falla, la del combustible. El francés empleaba gasolina corriente.

En un partido de fútbol con los Libertadores, en el barrio la América, un policía le quitó una navaja a Pancho Montoya que la llevaba dentro de una media y se la llevó a Eduardo Santos quien, Presidente de la República, visitaba a Medellín y presenciaba el partido.

El padre Miguel Agudelo, oriundo del municipio de Bello, cura terrateniente y excelente negociante, que había matado en una muchacha en una finca durante un accidente de casería, fue trasladado a la iglesia San Miguel.

Los oficiales y soldados del batallón Girardot, situado en el barrio Villahermosa, resolvieron hacer maniobras de entrenamiento en nuestra manga con despliegue de ametralladoras, morteros y polígonos. Nosotros alegamos que la manga era nuestra y que el barrio tenía posesión de ella hacía varios años y sólo permitiríamos el balompié, las riñas a las trompadas y la elevación de globos y cometas. En la segunda ocasión encontraron un verdadero estercolero, pues perforamos cierta parte de la manga y la llenamos con excrementos de toda índole. Incluidos los cristianos. Jamás volvieron porque el barrio era antimilitarista. Los militares del batallón Girardot, muy tiesos y orgullosos, circulaban en sus carros y en sus caballos. Algunos alquilaron casas en el barrio y así se creó un enclave militarista dentro del conglomerado.

Al barrio llegó la familia de Francisco Mejía. Lázaro Mejía era el mayor de los hijos y por unos cuentos que le dio su amante, que tenían el barrio Antioquia, mató una tarde a tres personas siendo condenado a 30 años de presidio. Durante la Guerra civil del 50, se fugó matando a un Capitán de la policía, cambio de filiación y murió apaciblemente hace poco en el barrio Villahermosa.

Mariano González era el único conservador del barrio. Decía que los liberales había que enseñarles a gobernar al lado de la virgen del Carmen y de Cristo. Tenía un retrato grandísimo Pedro Nel Ospina. Decía que había sido un gran gobernante pero que eso de poner a la gente a trabajar ocho horas y darle cesantías, era hacer a los negros más perezosos. Detestaba a Olaya Herrera y a López Pumarejo. La especialidad del maestro Mariano eran las pláticas, por ese entonces trabajaba en el hipódromo de Envigado.

En la década del 30 vivía en el barrio Hernando Toro Agudelo quien llevado por la efervescencia se hizo anticlerical junto con varios estudiantes, entre ellos Gabriel González de Concordia. Enterraron un crucifijo en los predios de la normal provocando un escándalo religioso que trascendió a lo nacional. La normal fue cerrada, y hubo maldiciones que se extendieron hasta el barrio Santana.

El 2 agosto 47 Luis Eduardo López, (El hiato), propietario de Billa Wolff, trajo a Eliezer Gaitán al barrio Villahermosa donde fue muy bien recibido. Desde ese momento estos barrios se hicieron incondicionalmente gaitanistas. El 9 abril del 48 produjo en sus conciencias una profunda conmoción, una de las tantas causas de la guerra civil de 1949. Gabriel Gómez, una tarde de elecciones, fue muerto de un tiro en el cráneo por un prendero conservador.

A la Plaza de Cisneros de Medellín, durante la guerra civil de 1950, cierto grupo de conservadores llevaron la cabeza cercenada de una estatua del general Uribe Uribe y la colocaron con la boca hacia arriba en el piso de un orinal. Asunto que se narrará más amplio cuando se expliquen los hechos.

EL PALACIO EGIPCIO

El palacio egipcio entre las calles Miranda y Cuba fue construido por Fernando Estrada. Tiene una atalaya y encima de ésta el observatorio astronómico y consiste en una plancha en forma de sostenida por ocho columnas donde hay hermosos jeroglíficos. Hay tazones y ánforas bajo las columnas y tres palmeras sobre la acera del edificio. Este edificio fue vendido a la logia masónica a la cual pertenecía Fernando y donde oficiaba ritos por es un monumento esencialmente dedicado a Thánatos. El maestro Estrada tenían lo alto de la torre una campana y cuando los alemanes hundían un barco aliado la tocaba. El hundimiento de un convoy que iba para Múrmansk, donde los ingleses perdieron 27 barcos, fue una algarabía tal que los vecinos apedrearon la torre. Regina 11, de Concordia, trató de comprar este palacio, para practicar en él sus supercherías. Magno error de Regina el no haber hecho el negocio pues habría quedado como pez en el agua.

LA CASA Y FINCA DE PEDRO NEL OSPINA

En Pichincha con Carabobo quedaba la casa de Pedro Nel Ospina y entre los años 22 y 26 fue amo y dueño del país dejando una obra maravillosa de infraestructura en obras públicas contando para ello con la indemnización del canal de Panamá. Cada año llegaban 5 millones de dólares. Su biblioteca fue abandonada por sus sucesores.

En la casa había una especie de trampa y al tocarla de una manera especial daba a una puerta muy bien empapelada y nivelada con una pared. Cuando se habría aparecía un salón y en el rincón una escalera que daban al cielo raso donde había un gabinete con escritorio, muebles y libros. Era donde se escondía de la persecución del General Reyes y de sus enemigos políticos. El General fue, pues, el principal vecino del barrio Guayaquil.

La finquita de Ospina. Bernard Ospina, primo y yerno del general llegaba a Tarazá donde recorría esta hacienda que se iba casi hasta el San Jorge. De paso visitaba la hacienda Buenos Aires sobre el río Man, luego pasaba a su hacienda Cuba de 6000 hectáreas sobre el mismo San Jorge. Después pasaba a Marta Magdalena sobre el Sinú, una tierrita de 14,000 ha. En esta peregrinación duraba tres meses.

NUEVOS ELEMENTOS POLÍTICOS

De 1934 al 38 en el gobierno de López Pumarejo aparecieron nuevos elementos en la vida colombiana: la consolidación de la industria, que trajo como consecuencia la organización de las principales ciudades con un ligero abandono el campo. Apareció la figura jurídica del intervencionismo del estado y la reforma agraria.

El segundo fue el despertar de la tensión política y social a que estaban sometidos a los grupos estudiantiles y las masas obreras que se organizaban en sindicatos.

El tercero fue la oposición conservadora por la nostalgia de la pérdida del poder en 1930. Estaba acaudillada por un ingeniero inteligentísimo, Laureano Gómez, irracional, maquiavélico, a veces demencial, quien llegó a predicar a través del periódico El Siglo la acción intrépida y el atentado personal, haciendo la pregunta cotidiana de quién había matado a Mamatoco. Así creó confusión y condujo al precipicio de la división de 1946 a las filas del Partido Liberal.

El Partido Liberal se había caído en 1946 por 1 frase que diariamente aparecía en el periódico el siglo: ¿quién mató a Mamatoco? Mamatoco era el apodo de Francisco Pérez una especie de boxeador. Laureano Gómez, quien añoraba el católico e imperial estado español, tenía como abrevadero ideológico a la misma España. Tenía al estado fascista como ideal del estado nuevo y odiaba deliberadamente la juventud liberal. Gómez, hipócritamente, se atrincheró en un anticomunismo, durante 11 años, que llevó al país a una serie de gobierno semifascistas, a una represión cruel y despiadada.

LA INFLUENCIA ESPAÑOLA

Los periódicos de la época apoyaban al partido la República Española. Adoctrinados por otros medios de comunicación empezamos a prepararnos para viajar a España. Había barcos que salían de todos los puertos de Sudamérica llevando voluntarios y empezamos a prepararnos para viajar a España. Nos proporcionaran el trasporte para un contingente antioqueño para ir a luchar contra el fascismo. Muchos no teníamos la edad y conocimiento sobre la ciencia militar y menos pasaporte o permiso de la casa. Tratábase de una aventurera dizque romántica influenciados por las noticias de la prensa nacional e internacional en una especie de contagio febril. Llegamos a puerto Berrio donde pernoctamos y al día siguiente nos embarcamos en un barco que venía de la Dorada. Llegamos a la medianoche a Barranquilla de donde salimos para Puerto Colombia a esperar el barco que venía de Buenos Aires Este fue mi primer contacto con el mar. El barco no apareció y resolvimos regresar a Medellín.

La presidencia de Eduardo Santos se consideró como la pausa de la revolución en marcha de López. Quien le había emprendido a la dirección del estado una orientación socialista apareciendo nuevas fuerzas productivas distintas a las que había encontrado el Partido Liberal en 1930. Las fuerzas estudiantiles y obreras entraron en ebullición ideológica, tensión permanente y pidiendo reivindicaciones sociales. Las primeras en las universidades públicas y las últimas en los sindicatos. El Liceo antioqueños se convirtió en el epicentro político de ese movimiento.

La República Española agonizó en marzo del 39 en manos del fascismo internacional, más producto de la anarquía y el caos de sus dirigentes en el poder que de las mismas fuerzas franquistas. Fue el primer gran triunfo de las derechas mundiales y sus reflejos se hicieron sentir en Colombia a través de la oposición conservadora acaudillada por Laureano Gómez. Gran parte de la juventud estudiantil se matriculó en el nuevo orden convirtiéndose en fogones ardientes fascistas y apéndices de las derechas españolas.

Hubo una manifestación por las calles centrales de Medellín contando con la simpatía de la quinta columna del Liceo antioqueño encabezada por entonces joven político Belisario Betancur al grito de “viva Franco”, viva Hitler, viva Laureano Gómez, abajo López, Stalin y Timochenco. Con esa provocación organizamos otra más caudalosa hasta el Palacio Nacional gritando viva el Partido Liberal, viva López, viva Churchill y viva Stalin.

La Segunda Guerra Mundial parecía extenderse a todo el mundo. Los gobiernos democráticos de Sudamérica empezaron a tomar medidas militares vigilando sus costas después del hundimiento del Graf Spee en Montevideo. Eduardo Santos llamó a los estudiantes de bachillerato a prestar el servicio militar con un fin secreto: el de enviar un contingente a Inglaterra. Los sábados a las horas de la mañana y en los patios del batallón Girardot, en Villahermosa, recibíamos la instrucción militar de parte del capitán Alberto Lara, bogotano y sobrino del doctor Eduardo Santos.

José Ignacio González Escobar

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