AERONAUTAS Y CRONISTAS

martes, 20 de agosto de 2013

LAS DELICIAS (I)


ENTORNO Y EVENTOS QUE HICIERON PARTE DEL COMBATE DE LAS DELICIAS





Oigan lo que aconteció,

y aunque es suceso que admira,

no piensen, no, que es mentira,

que lo cuenta quien lo vio.



(José Manuel Marroquín)



LAS DELICIAS (I)



INTRODUCCION.



La siguiente es la secuencia de circunstancias y sucesos que llevaron al desastre de Las Delicias. Situación en la cual fuimos conducidos por la confluencia de factores sociales, políticos y militares, en forma tal que llegó a ser imposible que la derrota militar se hubiese podido prevenir de manera razonable o evitar, por ser la consecuencia producto de causas insuperables.



Lo que contaremos es para dejar evidencia de los hechos y para enaltecer a quienes dieron su vida en tan fatídico combate, a los que sufrieron heridas, los que padecieron un largo secuestro y a todos cuantos colaboraron, con su máximo empeño, haciendo lo mejor que podían en ese critico momento.

Solo nos limitaremos a narrar con apego a la verdad y a hacer nuestras apreciaciones de lo vivido. 



LOS ANTECEDENTES DEL FENÓMENO DELINCUENCIAL.



El único intento real, efectivo y decidido, contra el delito del narcotráfico se había dado solo durante el gobierno del presidente Turbay, a comienzos de la década de los años 80, en la costa norte, contra los famosos marimberos. La mariguana era cultivada en las estribaciones de la Sierra Nevada y exportada a los Estados Unidos por medio de un puente aéreo armado con aviones sacados de los cementerios en Norteamérica. Esa acción tuvo resultados satisfactorios pero mientras esto sucedía en el norte, el narcotráfico de la coca tomó fuerza en el centro del país.



Durante todos los años, 80 la sociedad colombiana y las autoridades nacionales, habían sido débiles para afrontar la delincuencia alimentada por la poderosa industria del narcotráfico. El delito se había arraigado en dos lugares específicos de la amazonia, las regiones del Caquetá y del Guaviare. Y los dos actores que lo impulsaban eran las mafias narcotraficantes de Cali y Medellín. Las mismas que habían permeado los campos políticos, económicos y sociales.


Este fenómeno era evidente para todos, en especial para nosotros los pilotos militares, que sobrevolamos esas áreas observando los grandes tumbados de selva donde cada día surgían cultivos de coca. Sin embargo, aunque se pedía combatir la mariguana, nos extrañaba sobremanera como el gobierno nacional era tolerante y hasta complaciente con el fenómeno de la cocaína. Combatía la mala yerba en la costa Caribe y no daba los recursos necesarios para combatir los grandes cultivos de la cocaína en el Amazonas. Al tiempo que no expedía las leyes necesarias. Aunque en sus declaraciones públicas eran en contra del fenómeno y sobre la necesidad de combatirlo. Eso era lo que se decía más no lo que hacía.






AVION MARIMBERO


Cuando finalmente el gobierno nacional se percató de que era necesario confrontar el narcotráfico de la cocaína, especialmente presionado por los Estados Unidos quien estaba muy interesado en combatirla, se decidió por crear un cuerpo especial contra el narcotráfico dentro de la Policía Nacional. Esa unidad fue quien destruyó los famosos laboratorios de Tranquila en el área del Caquetá, especialmente en la región del río Yarí. Estos laboratorios refinaban la pasta de coca traída de Bolivia, Perú y Ecuador. Sin embargo, ya se estaba cultivando la planta en las fronteras de la selva Amazónica para no tener que traerla desde tan lejos y hacer el negocio completo.



Los llanos del Yarí los sobrevolábamos con frecuencia haciendo las rutas comerciales de Satena a la Araracuara y la Chorrera. Podíamos ver las pistas clandestinas. Algunas de esas pistas eran el destino de las misiones de vuelo que se nos ordenaban. Algunas de ellas eran las de Tunía, Candilejas, El Recreo, Canadá, Caquetania, Araracuara.


Sabíamos que eran clandestinas porque no tenían registros aeronáuticos, ni figuraban en el manual de Rutas. No se tenía ni se daba información aeronáutica oficial. Aunque se reportaban como destino en los planes de vuelo no tenían objeciones por parte de las autoridades aeronáuticas y todo eso trascurría de manera normal. Solo entre pilotos se trasmitían los datos mínimos necesarios para la operación. Y quien hiciera algún comentario, al respecto de esa irregularidad, era tenido como un desubicado y un tonto, porque en la mentalidad general eso era plenamente admitido como parte de la cultura que imperaba en esas regiones.


Los colonos ofrecían, casi que suplicaban, que les cambiaran sus dólares por moneda colombiana ya que no les eran de utilidad. Eso podía ser un gran negocio pero preferimos no involucrarnos porque algún día eso sería tenido como un grave delito, así en ese momento todo mundo lo ignorara, aunque era ya oficialmente ilegal. Es decir, que la inteligencia si existía pero eso no inquietaba ni era de interés para nadie, ni siquiera para la inteligencia aérea.



Desde el aire nos era muy evidente la gran cantidad de círculos de foresta derribada para sembrar. Y aunque esto se comentaba en el ámbito militar, especialmente en el de la Fuerza Aérea, no se notaba ninguna intención por hacer algo. Tampoco el gobierno central, no mostraba ningún interés real de combate. Y mientras no exista el objetivo político y éste no sea un problema social, una fuerza militar está totalmente impedida para actuar por su libre albedrío, si es que es una fuerza con pleno sentido democrático.





CLAROS EN LA SELVA


En los últimos años de la década del 80 y comienzos de los 90, el combate al narcotráfico se convirtió en un objetivo político nacional. El fenómeno había crecido exageradamente y había comenzado a alimentar a los grupos insurgentes. Estos encontraron un gran tesoro para cubrir sus necesidades económicas proveyéndose de los dineros necesarios para adquirir gran cantidad de armamento y logística. Llegaron, incluso, a pasar, en estas regiones, de la fase de insurgencia clandestina a la de conformación de tropas con posibilidad de ejecutar operaciones de guerra regular. Les faltaba solo el adoctrinamiento necesario que adquirían rápidamente.

BANDOLEROS FARC

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