AERONAUTAS Y CRONISTAS

martes, 7 de enero de 2014

LA HISTORIA DE LA CAJA. TERCERA PARTE


LA HISTORIA DE LA CAJA DE SUELDOS DE RETIRO DE LAS FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA

TERCERA PARTE


Un hecho de gran trascendencia por consolidar las pensiones del personal militar. No solo la significativa contribución dio fortaleza al fondo de pensionados sino que también produjo estabilidad al darle el carácter de entidad autónoma al disponer de patrimonio propio. La naturaleza de ente privado se juntó al deber oficial de reconocer los servicios al personal militar de profesión. La Caja logró reconocimiento jurídico con activos autónomos y por ello inalienables.   

De esa manera se evitó las fluctuantes políticas, por parte de la nación, del fondo de pensiones militares, siempre al criterio voluble de funcionarios públicos rotativos. Eventos sucedidos desde cuando el Libertador Simón Bolívar y el General Santander habían hecho los primeros intentos de consolidar un sistema regular de pensiones. Ellos buscaban remplazar al inestable y poco funcional, Montepío Militar proveniente del tiempo de la colonia, proceso que se extendió durante todo el primer siglo de la nación. Solo hasta las reformas implantadas por el General Rafael Reyes, después de la guerra de los Mil Días, se inició una verdadera consolidación.

Como esas donaciones eran con destinación específica, según lo testado y con los años se vio la necesidad de venderlas, por asunto de facilitar el manejo y la administración, y así se hizo. Pero con la condición que fuesen los fondos destinados a readquirir patrimonios que siguieran cumpliendo el mismo fin. De esa forma no se incurriría en motivo para deshacer el compromiso por el cual se había dado la ayuda. Esa es la razón por la cual la CREMIL actualmente dispone de propiedades en la ciudad de Bogotá que rentan para cubrimiento del pago de las pensiones militares de manera eficiente.


PROPIEDADES CENTRALES

CREMIL cumplen muchos años, desde la ultima organización lograda por el también visionario General Pedro Nel Ospina con la ley 75 de 1925. Que, posteriormente, en 1933, se fortaleció con el apoyo de don Federico Santamaría. Por eso es nuestro deber rememorar el elevado nacionalismo del ilustre hijo de Antioquia. Don Federico murió en 1937 pero nuestra sólida historia militar no olvida a sus benefactores.

En agradecimiento por ese gesto, la Asamblea de Antioquia decretó la colocación de su oleo en el recinto de la misma. Y el Comando General de las FF MM ordenó una fotografía para permanecer en el casino de oficiales del Batallón Girardot. Orden que no ha sido cancelada. Es bueno que se haya hecho esa consideración, según lo decidido por los comandantes, con tan insigne benefactor antioqueño con los militares por su empeño en defender la soberanía nacional.




BATALLÓN GIRADOT

Desde entonces, muchos retirados se han beneficiado de los servicios de la Caja como entidad segura, confiable y eficiente. De tal manera que es oportuno, recordar el gesto de solidaridad. En nombre de todos los pensionados militares de Colombia expresamos los más sinceros sentimientos de gratitud a don Federico por haber tenido un elevado sentido de pertenencia para con los hombres en armas. Que tanto como él, como nosotros, soñamos en una patria digna para todos los compatriotas y nuestros hijos.

Son bastantes años de evolución institucional durante los cuales se ha perfeccionado la actual Caja, que tantos servicios presta al personal militar. Esta es una demostración que la creación de tejido social, agrupación de esfuerzos, sentido de pertenecía y el espíritu de cuerpo, logran eficaces resultados. Ejemplo que muchos otros gremios nacionales y locales, de toda índole y profesión, deberían imitar.

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