LA HISTORIA DE LA CAJA DE SUELDOS DE
RETIRO DE LAS FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA
TERCERA PARTE
Un hecho de gran trascendencia por consolidar las pensiones del personal militar. No solo la significativa contribución dio fortaleza al fondo de pensionados sino que también produjo estabilidad al darle el carácter de entidad autónoma al disponer de patrimonio propio. La naturaleza de ente privado se juntó al deber oficial de reconocer los servicios al personal militar de profesión. La Caja logró reconocimiento jurídico con activos autónomos y por ello inalienables.
De esa manera se evitó las fluctuantes
políticas, por parte de la nación, del fondo de pensiones militares, siempre al
criterio voluble de funcionarios públicos rotativos. Eventos sucedidos desde
cuando el Libertador Simón Bolívar y el General Santander habían hecho los
primeros intentos de consolidar un sistema regular de pensiones. Ellos buscaban
remplazar al inestable y poco funcional, Montepío Militar proveniente del
tiempo de la colonia, proceso que se extendió durante todo el primer siglo de
la nación. Solo hasta las reformas implantadas por el General Rafael Reyes,
después de la guerra de los Mil Días, se inició una verdadera consolidación.
Como esas donaciones eran con
destinación específica, según lo testado y con los años se vio la necesidad de
venderlas, por asunto de facilitar el manejo y la administración, y así se
hizo. Pero con la condición que fuesen los fondos destinados a readquirir
patrimonios que siguieran cumpliendo el mismo fin. De esa forma no se
incurriría en motivo para deshacer el compromiso por el cual se había dado la
ayuda. Esa es la razón por la cual la CREMIL actualmente dispone de propiedades
en la ciudad de Bogotá que rentan para cubrimiento del pago de las pensiones
militares de manera eficiente.
PROPIEDADES CENTRALES
CREMIL cumplen muchos años, desde la
ultima organización lograda por el también visionario General Pedro Nel Ospina
con la ley 75 de 1925. Que, posteriormente, en 1933, se fortaleció con el apoyo
de don Federico Santamaría. Por eso es nuestro deber rememorar el elevado nacionalismo
del ilustre hijo de Antioquia. Don Federico murió en 1937 pero nuestra sólida
historia militar no olvida a sus benefactores.
En agradecimiento por ese gesto, la
Asamblea de Antioquia decretó la colocación de su oleo en el recinto de la misma. Y el Comando General de las FF MM ordenó una fotografía
para permanecer en el casino de oficiales del Batallón Girardot. Orden que no
ha sido cancelada. Es bueno que se haya hecho esa consideración, según lo
decidido por los comandantes, con tan insigne benefactor antioqueño con los
militares por su empeño en defender la soberanía nacional.
BATALLÓN GIRADOT
Desde entonces, muchos retirados se
han beneficiado de los servicios de la Caja como entidad segura, confiable y
eficiente. De tal manera que es oportuno, recordar el gesto de solidaridad. En
nombre de todos los pensionados militares de Colombia expresamos los más
sinceros sentimientos de gratitud a don Federico por haber tenido un elevado
sentido de pertenencia para con los hombres en armas. Que tanto como él, como
nosotros, soñamos en una patria digna para todos los compatriotas y nuestros
hijos.
Son bastantes años de evolución
institucional durante los cuales se ha perfeccionado la actual Caja, que tantos
servicios presta al personal militar. Esta es una demostración que la creación
de tejido social, agrupación de esfuerzos, sentido de pertenecía y el espíritu
de cuerpo, logran eficaces resultados. Ejemplo que muchos otros gremios
nacionales y locales, de toda índole y profesión, deberían imitar.
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