UN DC-3 PERDIDO POR MÁS DE 50 AÑOS, ESTÁ
PRESERVADO EN EXCELENTES CONDICIONES EN BOGOTÁ
CAPITULO 3
La
historia aterriza en Colombia. Hasta ahora las pistas confirmaban que el N75T,
incorrectamente listado como 12726, es en efecto el mismo avión ubicado en el
colegio. Para terminar de armar las piezas del rompecabezas se necesitó indagar
en Colombia. Los archivos de la Dirección Nacional de Estupefacientes mencionan
un avión DC-3 con colores blanco y verde matriculado N75T, lo que concuerda
perfectamente con el avión de LKB Resources. Según el documento, el avión fue
incautado por la Unidad Especializada Antinarcóticos de Maicao. Si bien no se
mencionan fechas, el avión terminó en manos del Gobierno Colombiano bajo la
custodia de la Fuerza Aérea Colombiana FAC. Al parecer, el misterioso operador
que compró el avión en 1981 a LKB Resources se dedicaba al tráfico de drogas y en
uno de sus vuelos terminó en manos de las autoridades colombianas después. Se
resuelve el misterio.
MOMENTO DE LA ENTREGA
El
destino final. Esta travesía histórica termina con el viaje del avión al Colegio
La Salle de Bogotá registrada en archivos y fotografías del plantel. En 1987,
gracias a la gestión de sus directivas, la Fuerza Aérea Colombiana se lo dejó
en comodato para que este se encargara de su cuidado durante 100 años. El viaje
desde la Base Aérea de Madrid hasta las instalaciones tomó varias horas y se
convirtió en un espectáculo para los habitantes de la ciudad que tuvieron
oportunidad de ver el avión recorrer lentamente la autopista norte. Luego de
varias horas, y acompañados de músicos y miembros del colegio, el avión arribó
a la Institución. En el lugar se le ensamblaron las alas y con la ayuda de una
grúa se ubicó en el lugar que actualmente ocupa.
FOTOGRAFÍAS
DEL TRASLADO
Las
fotografías que rememoran la travesía, confirman que el esquema de colores del
avión no cambió entre 1980, época en la que era operado por LKB Resources, y
1987, año en que fue trasladado al colegio. Su identidad ha sido finalmente
confirmada. El misterioso C-47 desaparecido en 1947 es el mismo avión DC-3
preservado en el Colegio De La Salle Bogotá.
PARTE INPORTANTE DE LAS INSTALACIONES
Actualmente
el interior del avión fue cambiado y transformado en un pequeño salón en donde
se proyectan películas sobre Colombia y los fundadores del colegio. Sólo un grupo
de los estudiantes más pequeños recibe las clases en el avión, ya que es
posible que el peso combinado los de mayor edad comprometa la estabilidad del
aparato. Desde un comienzo el avión se utiliza como ayuda didáctica para los
niños, quienes incluso conforman una tripulación con uniformes completos que se
releva cada año.
CONFORTABLE INTERIOR
Periódicamente
recibe un mantenimiento completo que incluye la pintura especial de aviación
que requiere una gran inversión en tiempo y dinero. Cuidado que se ve reflejado
en el excelente estado de conservación con que se mantiene, después de casi 30
años de estar a la intemperie bajo el cielo bogotano. Oficialmente aún está
envuelto en litigios jurídicos, pero el colegio es quien lo cuida y mantiene
aunque el Gobierno es quien lo posee legalmente.
El
misterio quedó resuelto y después de casi medio siglo, un avión que se creía
perdido, reapareció y de la mejor manera. Preservado para la posteridad y
sirviendo a los más pequeños para ayudarlos a hacer volar su imaginación.
Javier
Franco TOPPER
NOTA: Durante la década de 1980 había un intenso tránsito de aviones ilegales en el espacio aéreo colombiano, en especial en la cosa norte, que venían por la “Mala Yerba”. Por esa razón la Fuerza Aérea Colombiana decidió construir un Comando Aéreo de Combate en Barranquilla con el fin de interceptar los aviones incursores y, al mismo tiempo, aplicar el Estatuto de Seguridad ordenado por la presidencia. La mayoría eran aviones viejos sacados de los cementerios y acondicionados para un solo vuelo. Algunos de ellos la FAC los dispuso para servicios de transporte militar.
Esa experiencia
fue muy valiosa para el desarrollo y el progreso de la especialidad de “Vigilancia e Interdicción Aérea”, conceptos que eran casi que desconocidos en la FAC en ese tiempo.
Pero con la instalación de una red de radares móviles, tácticos y comunicaciones
a lo largo de toda la costa, esa capacidad de combate comenzó a formalizarse
con tecnología y criterios de defensa área. Fue la escuela donde aprendimos el
arte con más profundidad y, sobre todo, en forma real y no solo académica. Esa misma
que ahora demostró su valor y aplicabilidad con las operaciones de entrenamiento
de unas escuadrillas de combate colombianas en los EE UU y el Canadá. En la interceptación
de los bombarderos rusos incursores en el Caribe en días resientes.
A pesar de lo viejo, el DC 3 sigue dando mucho que decir. Confirman la infalible filosofía del Loco de la Mancha: "Sancho, perros ladran. Luego, cabalgamos".
Fue una época de muchas anécdotas que luego contaremos.
Coronel
Iván González
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