CONCORDIA. FRENESÍ Y GUERRA
CAPITULO 6
LA
SITUACIÓN EN URRAO
En
Urrao comenzaba la hegemonía conservadora. Había candentes debates en el
Congreso que repercutían en el orden público de los pueblos. Cambiaban a los
inspectores de policía liberales por conservadores agresivos y provocadores.
Nombraban alcaldes con antecedentes penales con respectivas consignas
políticas. Estaban muy influenciados por la falange española hasta el punto del
fanatismo.
Me
ordenaron trasladarme a esa población de gente agreste y risueña situada sobre
el hermoso valle del Penderisco. Tierra muy plana poblada por muchos madereros
de oficio, abundante leche, cerdos por toda parte, variedades de quesos, el
frijol silvestre y encantadores maizales. Campesinos parecidos a los del
oriente antioqueño pero su prototipo está por fuera de lo común del mestizo ya
que es alto, trigueño y blanco. Un microclima que permite toda clase de
producción agrícola. Es despensa del suroeste antioqueño, se autoabastece y
aunque es de bajos salarios el campesino sobrevive. Con una amplia plaza donde
tiene una estatua del General Uribe Uribe ya que el municipio es 95% liberal.
Un
día nos dio por investigar el secreto hidráulico de los meandros del río y para
ello ascendimos por su cauce armados de un manómetro y una Cañabrava. Arriba de
la boca de la Cartagena encontramos dos Sabaletas reventadas porque alguien
estaba pescando con dinamita. Más arriba encontramos un paseo que parecía un
cuadro campestre de Goya. Era el alcalde de Venecia acompañado de unos
ciudadanos de Betulia y entre ellos Gilberto Arango Arias (Marañas) que tenía
una chaqueta amarilla, una boina roja, y apenas una patilla recortada. El
alcalde arrojó unos tacos de dinamita. Todos ellos fumaban cigarrillo a base de
mariguana, bailaban y se tiraban al río vestidos. Presentaban estado de
excitación permanente y algunos parecían alucinados. El alcalde me ofreció
tirar dinamita pero yo le reusé diciendo que estaba prohibido.
Luego
me ofreció un cigarrillo de mariguana o si prefería Pangola, él era uno de los
que había descubierto la acción alucinógena de este pasto. Le contesté que para
mis actuaciones no necesitaba elevador. Sacó una botella de Tapetuza. El expendio estaba a una cuadra de la plaza y las
autoridades no impedían su venta por miedo. La celebración se debía a que al
médico José Ignacio González lo iban a despedir porque era liberal y lo mismo
le pasaría a los alcaldes de Salgar, Concordia y Betulia a quienes iban a
reemplazar por alcaldes conservadores. Le agradecí el informe al típico
funcionario público violador de las leyes regresando en esa misma noche
a Concordia.
EN
BOLOMBOLO
A
mitad de agosto recibí la comunicación de mi destitución y debía trasladarme a
Bolombolo. Corregimiento de Venecia. Está sobre la vía del ferrocarril con una
plazoleta llena de prostíbulos de donde sale una calle hacia el puente y el
otro extremo un camino de Herradura hacia Venecia. Prostitutas a granel de las
maravillosas caucanas de amor libre. Temperaturas de hasta 37°. Remolino de
automotores de todo suroeste, carencia de agua potable, regular servicio de luz
eléctrica. Una iglesia en construcción presidida por el padre Quintero muy
politizado conservador de armas tomar. Población 98%
liberal. Antiguamente se llamó San Joaquín y pertenecía a la finca de Echeverri.
Finca desde Titiribí hasta el puente de Bolombolo. Sus vaqueros eran excelentes
enlazadores que perseguían a los nativos de San Joaquín para cazarlos.
León
de Greiff lo menciona en sus poesías en 176 ocasiones. El poeta vivió entre
este puerto y la mansa en la vía de El Troncal durante los años 27 y 28 y los
habitantes lo catalogan como el intelectual más grande que ha pisado su suelo.
En este lugar varias personas han hecho grandes fortunas como Hilario González.
Echeverri. los Ruiz y Toro, Rafael Salazar, Carlos y Gabriel Trujillo, Esteban
Huerta y Ernesto Garcés Soto.
Allí
conocí a Jesús González (El Indio). Negociante de Concordia que tenía numerosas
propiedades y era un hombre respetuoso, blanco, de cara avenida, se la pasaba
viajando de pueblo en pueblo haciendo negocios. Admirador de la guerra con el Perú por la
moratoria que lo había salvado de la quiebra ya que gran parte de sus fincas
estaban hipotecadas. Huía por tres años de sus acreedores y todos los días le
daban ganas de degollarse. Tenía 2500 cuadras entre Concordia y Salgar. Fue
contrabandista de tabaco teniendo que cruzar el río Cauca ha nado huyendo a los
resguardos. Junto a Alfonso Montoya era dueño de una de las carboneras en Amagá
y una finca cercana a Concordia.
Roberto
Velázquez propietario de la Boca de la Colonia y del famoso burro al cual le
traían yeguas de todo el suroeste. A Luis Felipe Vélez dueño de El Piñón,
hermano de Martín Emilio Veles propietario de Cabildo. A José Pizano dueño de
la finca la Herradura a cuyos pies vivió el poeta León de Greiff. A Santiago Ángel
(Don Zas) dueño de Zabaleta y quien fuera fundador de la población de Palermo
en Támesis. A Ramón Emilio Romero de la fonda de Cangrejo. Luis Uribe
propietario de la Aguada y de su hijo Alberto. Hilario González dueño de todos
los alrededores de Bolombolo y los principales locales.
Al
mayordomo de Las Arepas finca en el municipio de Tarso propiedad del padre
Sierra consejero del obispo de Jericó acompañado también del mayordomo de las en
hacienda Túnez de los Ospinas (la fundada por Mariano Ospina Rodriguez cuando
se fugó después del atentado a Simón Bolívar). Finca de 2000 cuadras en
Fredonia. Nos cruzamos con Juan Esteban Huerta quien iba acompañado de varios
negociantes de Jericó, tierra del célebre Tulio Simón Santamaría quien en la
década del 10 fue dueño de toda la Pintada, Támesis y Valparaíso.
Constantemente vendía fincas para satisfacer sus gustos de sibarita. Viajó a
Europa trayendo de París 12 deliciosas consortes licenciándolas en Jericó. Dijo
que me vendía una finca como lo había hecho con la finca Morrón a un colega
mío. Durante varios años insistió en esa promesa cuando en ese tiempo valían a
$500 la cuadra que hoy está entre 70 y 100 mil. Siempre he sido alérgico al
dinero.
Las
fincas están cercadas por árboles de Matarratón de donde hoy se extrae la
proteína foliar. La deforestación es casi total. Y el hacha ha creado un
paisaje monótono y a veces aburrido en la zona del Cauca. En especial la tierra
para Corrales donde siembran maíz y donde hay zonas que, sin agotarse, han dado
hasta 40 cosechas continuas y sin abono.
De Anzá
para abajo el río Cauca se le llama el Cauca de los pobres porque en ese
entonces el bajo caucano no ha sido descubierto como potencial agrícola
ganadero. Entre Anzá y la Pintada se llama el Cauca de los ricos donde se
encuentran indiscutiblemente las mejores ganaderías. Típicos antioqueños
creadores de riqueza e imaginativos. De la Virginia a Puerto Tejada es el Cauca
de la caña de azúcar y de los establecimientos paneleros, el algodón y la
agricultura mecanizada. Es el Cauca en los millonarios.
PARA
ALTAMIRA Y EL COMBATE DE AGUACATAL
Me trasladaron
al corregimiento de Altamira en el municipio de Betulia. Municipio sin agua
potable, pésimo servicio de energía eléctrica, clima templado, casco urbano en
una hondonada. Tierras geológicas más fértiles que las de Concordia. Segregado
de Anzá, se encuentra entre Concordia y Urrao. En el camino a Altamira pasamos
por la vereda Aguacatal en donde se libró el célebre combate del día 18 enero
1900 entre las fuerzas conservadoras del gobierno, conducidas por los Generales
Fructuoso Escobar, de Jericó y José Vicente Vázquez. Y por los Coroneles
Valeriano Arango y Luis Ángel Ochoa también de Jericó.
Las
fuerzas liberales las comandaban los Generales Cándido Tolosa, boyacense, y
Manuel Antonio Ángel. El Coronel Gorgonio Uribe Fernández (General Piedra),
primo hermano del General Uribe Uribe, el Coronel Alberto Restrepo Trujillo,
hermano mayor de Ñito Restrepo y abuelo del doctor Diego Calle Restrepo. Y el Coronel
Ricardo Mejía. El General Piedra recibió una herida de bala en la frente a
consecuencia de la cual murió en Concordia a los dos meses.
La
mayor parte de las fuerzas revolucionarias provenían del suroeste dirigidas por
el General Piedra. A la cabeza del destacamento iba Alberto Restrepo Toro y
pernoctaron la víspera del combate en el alto de San Luis, a 5 km de la plaza
de Concordia. Enviaron a comprar petróleo con el fin de limpiar el armamento
que habían enterrado en esa región. El joven Ernesto Toro Vélez murió en el Chocó
a causa de las heridas recibidas en la contienda. Se calcula en unos 8000 los
combatientes De ambos bandos.
El
choque se produjo en la finca de Joaquín Vélez perteneciente a los señores
Rafael Mejía y Gabriel Saldarriaga.
Daniel Escobar (el Hachero), quien en un acto de locura mató en Envigado (en la actual Aguacatala) a seis personas con hacha. A raíz de su comportamiento en el combate de Aguacatal (en Betulia) fue indultado gracias a los argumentos de Antonio José Restrepo y del general Uribe Uribe, quienes fueron sus defensores.
Daniel Escobar (el Hachero), quien en un acto de locura mató en Envigado (en la actual Aguacatala) a seis personas con hacha. A raíz de su comportamiento en el combate de Aguacatal (en Betulia) fue indultado gracias a los argumentos de Antonio José Restrepo y del general Uribe Uribe, quienes fueron sus defensores.
Daniel
propuso a Tolosa cambiar el plan de combate dividiendo las fuerzas rebeldes
entre grupos. Uno combatiría por la Quebrada en León y los otros dos esperarían
en la vereda San Antonio para caer sobre las fuerzas gobiernistas. Tolosa no
aceptó la propuesta que hubiera sido efectiva. Entró por un solo lado todas las
fuerzas revolucionarias. Tampoco aceptó la propuesta de Alberto y Roberto Escobar
Torres, guerrilleros de La San Mateo quienes propusieron atraer a las tropas
conservadoras a los llanos del Tigre y el Penderisco. Los revolucionarios
quedaron entre dos fuegos.
Se
enfrentaron el Grass y el machete. Este último, el general Uribe Uribe lo
modeló en forma de la peinilla actual más liviana y larga y más fácil de manejo.
Las fuerzas del gobierno emplearon el Grass, invención de los prusianos. El
recular de esta arma fracturaba la clavícula sobre el hombro de quien la
disparaba. En el contrario hacia estragos como si le hubiera pasado un buldócer
quedando como un bagazo trapichero.
Por
el gobierno intervinieron los batallones Támesis y Montoya, fuertemente armados
y atrincherados de antemano. Por parte de los revolucionarios la brigada
concordiana fue indudablemente la de mejor comportamiento, dirigida por Olegario
Montoya. No soltando la bandera ni aun cuando tocaron a degüello. El
Concordiano Laverde, quien lleva una libra de panela, no quiso comerla antes
dejándola para comer con la carne goda, según dijo. Fue uno de los primeros en caer
cuando una bala de Grass le destrozó el pecho.
El contingente de Andes, dirigido por el General Piedra, Carlos, Julián y Manuel Tobón, padre y tíos de Jorge Tobón Restrepo ("Uno de Tropa" quien escribió el libro “Sur” sobre el conflicto con el Perú) , en los primeros disparos huyeron y al otro día temprano aparecieron en la plaza de Andes en donde recibieron el apodo de “Las Poyas”.
El contingente de Andes, dirigido por el General Piedra, Carlos, Julián y Manuel Tobón, padre y tíos de Jorge Tobón Restrepo ("Uno de Tropa" quien escribió el libro “Sur” sobre el conflicto con el Perú) , en los primeros disparos huyeron y al otro día temprano aparecieron en la plaza de Andes en donde recibieron el apodo de “Las Poyas”.
El
continente liberal de Rio Negro regresó a ese municipio y al preguntársele por
donde había cruzado el río Cauca dijo que ignoraban dicho río. También
participó el Antonio Parra padre de Ricardo Parra Toro (Tartarín Moreira). En
1964 en las barrancas aún se encuentran plomos y restos de esqueletos.
A raíz
del triunfo conservador en La Aguacatal se desató una persecución por parte de
las autoridades envalentonadas por el triunfo. El medico Wenceslao Villa de
Concordia atendió el Coronel Ricardo Mejía de sus heridas y por ello estuvo
preso. Eduardo Quevedo Peña se vio obligado a huir a la costa. El “negro coreana”,
en el año 10, gritó en la plaza de Concordia un viva al Partido Liberal y
recibió un tiro de carabina de manos de un jefe conservador que había estado en
Aguacatal.
En
el archivo de Concordia se guarda una carta de Antonio Gutiérrez, jefe
conservador de Betulia, donde pide al alcalde de Concordia que le envié dos Grass
para ir “tortoliando liberales”. Al otro día del combate, Antonio Gutiérrez
celebró un baile en la población de Betulia para festejar la supuesta muerte de
Roberto Torres Escobar, el guerrillero. En 1904 el general Uribe Uribe, después
de visitar a Urrao, se trasladó a la hacienda San Mateo a saludar a uno de sus
mejores soldados, el guerrillero Roberto Torres Escobar. Después pasó a saludar
a Alberto Restrepo Toro. Alberto se refugió en su finca en Salgar pero
posteriormente fue herido en la plaza de una puñalada, la cual probablemente le
provocó una hemotorax.
Los
batallones conservadores triunfantes fueron llevados a Santander para pelear en
la batalla de Palonegro el 13 mayo de 1900.
Los
odios y las venganzas de la guerra civil de los mil días y el del combate de
Aguacatal afloraron en muchas personas del suroeste durante la guerra civil del
49.
No hay comentarios:
Publicar un comentario