ACCIÓN
DISCIPLINARIA INDIRECTA
Explicación del caso de cómo
se puede usar la acción disciplinaria indirecta por incumplimiento de una norma
sin que necesariamente se tenga que ser el superior directo de quien debe ser
corregido. Porque cuando se dispone de la razón esta tiene más fuerza que la
misma línea de mando directa.
El motivo de la solicitud de
asignación de vivienda fiscal que se evidencia en estos documentos, fue debido
al incumplimiento de la Oficial Responsable de la Sección Bienestar,
dependiente de la Dirección de Recursos Humanos, de asignarnos la vivienda a la
que teníamos derecho. Según lo ordenado en la Directiva que la rige.
A pesar que sabía, por haberes
sido informada, de nuestro trasladado de la Base Aérea de Tres Esquinas a
Bogotá. Y que dicha orden establece la asignación, en primer lugar, como norma permanente
y regular, a los militares que son trasladados de la provincia a la capital.
Sin embargo, ella estableció,
por su propio albedrío, que la asignación seria según si el trasladado hacia
una solicitud previa a su despacho. Le explicamos que no teníamos que cumplir
su criterio personal pues no es exigido por la norma. Por el contrario, ella ordena
que los que cumplíamos con ese criterio teníamos prioridad.
De esa forma, le pusimos de
presente, indirecta y subliminalmente, que era una demostración de lo que se inventa
la burocracia cuando necesita adaptar las normas generales, según su particular
perecer, para justificas el cargo. Una cultura que es muy acostumbrada en la
parte administrativa.
Por supuesto eso ofendió su
arrogante susceptibilidad y sobrada soberbia con la que se había arropado con
un indebido tráfico de influencias con los máximos grados militares. Típico de
las roscas y círculos cerrados que se crean espontáneamente en las elevadas
esferas de los altos mandos.
Pero en especial en la del
nivel central nacional. Quien considera que las normas nacionales pueden ser
modificadas cuando se trata de reconocer los privilegios y derechos con
respecto a quienes son vistos, según también su propio juicio,
provincianos. Que de seguro no reclamarán
los despropósitos que se quieran cometer con ellos.
Porque esas personas, que por venir
de la periferia nacional, en este caso de una área de frontera y zona de orden público,
deben considerarse privilegiadas por el traslado a donde están los máximos mandos
institucionales. Donde se tiene mejores niveles de calidad de vida. Una reasignación,
desde esas regiones de combate a la tranquilidad de la capital, donde los mayores
riesgos solo son de manejo documental y una simple trinchera de escritorio, era
un favor personal y no un derecho adquirido, que debía agradecerse. Por ello era
considerado un premio a la entrega al servicio. Es decir que seguía pensándose,
todavía y exactamente, en la misma forma como se cuenta en la crónica “Entre
leones y Ratones”. Incluida en este mismo espacio de “Aeronautas y Cronistas”
Habiéndole hecho caer en la
cuenta del error, se justificó en nuestro supuesto incumpliendo de su criterio
personal. Lo que no le gustó y quiso amedrentarnos con poner evidencia nuestro
desacato, de su procedimiento particular, informando de nuestro reclamo a su superior.
Un Señor General, detrás del cual quiso esconder
su disgusto con nuestro comportamiento. Supuestamente para amedrentarnos y que,
posiblemente, desistiéramos de lo exigido. Pero teniendo nosotros toda la razón
y de su mucho pesar, debió asignarnos el derecho pedido.
Para complacer su irracional terquedad,
de todas formas, hicimos la solicitud. Pues sabíamos que tenía el talante de
inventar más inconvenientes para persistir en su ciega posición por su ilógica
racionalidad. Además, con ello le dábamos, al menos, que pudiese considerar que
el haberla complacido en su exigencia era su gran victoria. Aunque, de todas
formas, era su victoria pírrica. Las mismas que son el ejemplo clásico de los
pobres y reducidos espíritus que se complacen, fácilmente, con cosas mínimas y
simples.
Pues ya habíamos evidenciado
tanto su demerito que de negarnos, el derecho que argumentamos, que pondría en
mayor evidencia su total incompetencia profesional y su retrograda actitud. Más
de lo que ya se había puesto ante sus superiores, compañeros y subalternos. Entre
más persistiese, ella misma agrandaría su desprestigio perjudicando su ya
abultada vanidad. La razón siempre supera a la sinrazón a pesar de las astutas
formas de cómo la gente torpe se las ingenia para querer forjar el mundo a su
manera, más por lo emocional que lo racional.
Una acción disciplinaria
indirecta de gran eficacia contra otro grosero intento de pretender usar las
influencias para justificar los errores. Abusos que se fueron haciendo cada vez
más evidentes cuando la institución comenzó a incorpora el personal femenino al
escalafón militar. Inmoralidad que ha perjudicado a las instituciones
militares.
La anterior explicación es con
el fin de facilitar el entendimiento de los documentos que se muestran a continuación.
Una anécdota que puede ser útil en cuanto se use para prevenir circunstancias
como esta. Que pensamos no sabíamos manejar adecuadamente. Pues debimos
aprender empíricamente bajo el criterio de ensayo-error debido a lo novedoso
del tema que con frecuencia nos sorprendía por no haberlo pensado antes. Técnica
que no es la más adecuada pues siempre el desempeño militar debe ser planificado
y calculado.
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EXPERIENCIA 19
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