AERONAUTAS Y CRONISTAS

viernes, 3 de enero de 2014

ELUCUBRACIONES PETROLERAS. PRIMERA PARTE


ELUCUBRACIONES

PETROLERAS


PRIMERA PARTE

Esta crónica aconteció cuando me inicie en el vuelo del C 47 a finales de la década de 1970 al mismo tiempo que estudiaba ingeniería civil. Estudios que no terminé debido a mis ocupaciones como militar y piloto de la Fuerza Aérea Colombiana.

De estudiante me involucré en el tema de la topografía y la geología. Curiosidad que me surgió cuando, de muy joven y adolecente, había observado la colección de piedras raras y semipreciosas que el Sacerdote francés Enrique Rochereau había reunido en el colegio. El padre Rochereau fue un sabio, especialmente en minerales.  Con ellos hizo un museo pétreo que se conservaba en el internado de Jericó donde estudie la secundaria. Un pintoresco municipio paisa. En la tarea le ayudó el inquieto y alegre Sacerdote Antonio María Palacio, oriundo de la misma región del suroeste de Antioquia.
COLECCIÓN DE MINERALES

Durante los vuelos por los Llanos Orientales de Colombia aprovechaba para hacer constantes y rutinarias observaciones de la conformación del terreno desde el aire. Los complementaba con la ayuda de las cartas de navegación y topográficas elaboradas por la Agencia de Mapas para la Defensa de los EE UU. Material elaborado por medio de arofografia y de observaciones satelitales (LANDSAT).





CARTA DE NAVEGACION L 26

Debido a eso terminé pensando que Colombia debía poseer valiosos depósitos de petróleo. Como cerca de Villavicencio ya se extraía petróleo y la formación geológica de esta región es similar a la de Venezuela, creía que en otras partes del Llano también deberían existir yacimientos. Mis conclusiones eran que los sectores más factibles eran la región de Aguazul, Yopal, Tauramena, Trinidad, Puerto Rondón, Cravo Norte y la ribera sur del Río Arauca. Algo que se confirmó con los posteriores descubrimientos. No sé si fue una casualidad, porque no soy ningún ingeniero de petróleos, ni académico ni empírico, pero resultó como lo había pensado.






COMPLEJO CUPIAGUA

Algunos pilotos, cuando me veían haciendo observaciones precisas y tomando notas sobre las cartas de navegación, me preguntaban por el significado de la afición. Les explicaba y, por supuesto, no me creian. Me veían como un poco medio loco y aunque en ocaciones me importunaban algo con sus comentarios burlones, los comprendía porque no sabían que yo estudiaba ingeniería civil y era un inquieto por la topografía y la geología.
Por ello procuraba no compartirles mucho de lo que hacía para entretener el tiempo en los largos vuelos de los lentos DC 3. Un poco tediosos si no se tenía una distracción en esas lejanías.

PENSANDO
Con los años leí el libro de German Castro Caicedo “El Alcarabán” donde narra, basado en lo que le contó el muy mencionado piloto llanero Johany Bordé. Algo similar a lo que yo hacía en la misma región por mi cuenta.

Un extranjero fue a los Llanos quien lo contrató para volar por muchas partes de la extensa planicie. Durante las correrías Bordé veía como su cliente le indicaba los lugares y las dirección de los vuelos señalando algunos puntos y distintos lugares en los mapas que acostumbraba cargar. Intrigado le preguntó sobre el motivo de sus anotaciones. El extranjero le dijo que buscaba áreas con petróleo. Varios de los mismos donde yo tambien lo había previsto por mi cuenta.

 

LIBRO “EL ALCARAVÁN”

Tenía varias razones para mis premoniciones. La cordillera de los Andes corre de sur a norte por el costado occidental del continente suramericano. Al llegar a la costa norte de Colombia, al pie del Mar Caribe, tuerce hacia el oriente formando la llamada Cordillera Costera Venezolana. De esa forma encerró un inmenso lago que se disecó desaguando por el norte en el actual golfo de Maracaibo. De donde se extrae la mayor parte del petróleo ligero venezolano. Hacia el oriente por la cuenca del Orinoco donde se encuentra un gran yacimiento de crudos pesados junto a las Guayanas. Y hacia el sur por la olla hidrográfica del Rio Negro en el Brasil.


MAPA DE LOS LLANOS

Otra razón es la evidente fertilidad de las laderas de las montañas y las planicies del piedemonte llanero. Tales regiones son alimentadas por los numerosos ríos que arrastran abundantes residuos vegetales creando una gruesa capa fértil en el suelo pero solo al pie de las montañas. Humus que es transportado aun hoy en día por los ríos, que bajando de la cordillera corren paralelos por muchos kilómetros hacia el oriente buscando las grandes cuencas del Orinoco y del Rionegro. En ese tiempo alimentaban el fondo de ese extenso lago con sedimentos orgánicos.


LOS DEPOSITOS QUE BAJARON DE LA CORDILLERA

En la misma forma como se labraron los cauces de los ríos superficiales, durante millones de años de un interrumpido correr por esas planicies, el petróleo fue el lixiviado de la materia orgánica cuando fue digerida por los microrganismos que proliferaban en esa primitiva sopa. Fluidos que se filtraron atraves de las capas terrestres  por la gravedad y la compresión del suelo rocoso desapareciendo de la superficie.




PETROLEO FILTRANDO

POR ENTRE LAS ROCAS

Debido a esa presunción comencé a observar que en las muchas terrazas escalonadas del piedemonte hay evidencias de que fueron esculpidas por un potente oleaje de un antiguo mar en tiempos inmemoriales.
 
TERRAZA DEL PIEDEMONTE
Cuando las montañas se levantaron, por el indetenible desplazamiento de la placa tectónica del continente suramericano hacia el occidente, de ellas escurrió la materia orgánica vegetal. Luego se produjo un decantado profundo de los materiales líquidos y coloides de ese sedimento hacia el oriente, igual que los ríos, depositandose en el fondo del mar.


MONTICULOS EROSIONADOS DEL PIEDEMONTE
En ese cálido mar debió existir una rica fauna marítima que también agregaba precipitados orgánicos de origen animal al fondo. Después, el piso del mar salió a la superficie creando una primitiva planicie que se cubrió de una abundante flora. La primera selva de la cual aún queda como vestigio la actual jungla amazónica. Las plantas proliferaron debido al predominate clima húmedo y caliente. Una inmensa alfombra de antiguas plantas que eran parte del actual y colosal cinturón vegetal ecuatorial del planeta.

En ella vivieron monstruosos animales prehistóricos terrestres. Me imaginaba ver en esos lugares un gigantesco parque jurásico. Tanto plantas como animales agregaron más material orgánico a lo que ya no era un mar sino un inmenso pantanal. Años más tarde esos pantanos también se secaron y dejaron al descubierto el actual suelo seco y acido de los Llanos Orientales de Colombia.



 

PARQUE JURASICO DE LA PLANICIE YA DRENADA

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