CRÓNICAS
DE UN CURA PAISA
POR
EL PADRE ANTONIO MARÍA PALACIO VÉLEZ
CAPÍTULO
8
EXPEDICIÓN
MINERA
Quise
saber si era cierto lo del tal cobre que narra Manuel Uribe Ángel y convidé
a Belisario Torres que vivía en mi parroquia y conocía esas regiones por haber
andado varias veces esas selvas en compañía de indios y además entendía el
idioma. Planeamos el viaje para el 10 junio 1942. Llevamos dos peones para que
nos ayudaran a llevar las provisiones.
Subimos
a la vereda La Campiña, que era donde vivía Belisario Torres. Allí dejamos las
cabalgaduras y a pie nos internamos en la selva buscando el río Tuburidó.
Bajamos por una espesa selva hasta que llegamos al río. Seguimos por su cauce
una considerable distancia. Algunos estábamos provistos de machetes para abrir
trochas y además llevábamos dos escopetas de cápsula para defendernos de las
fieras. En aquellas celdas hay tigres, leones y serpientes venenosas.
En
el recorrido no pude ver los tales bloques de cobre que mencionaba el doctor
Uribe pero en una de las orillas se veía una franja de color azulado lo que
indicaba que era sulfato de cobre. Seguimos hasta que llegamos a La Ciénaga
donde hay un bohío de indios con ese mismo nombre y la casa de un señor que
vivía allí con su familia. Tenía cementera y potreros con Reses. Uno de los
peones de la finca llamado Julio Molina, que había trabajado en minas, quiso
irse con nosotros y lo admitimos en la compañía. Así completamos cinco: Julio
Molina, Belisario Torres, los dos peones y el que relata.
EL
VIEJO CAMINO DE LOS ESPAÑOLES, EL CAMINO FREIDEL Y CAMINO DE GREIFF
El
día 11 llegamos al viejo camino del señor De Greiff. El mismo camino del que
habla Manuel Uribe en su compendio histórico. El camino data del año de
1797 (El Camino de los Españoles). En efecto de un artículo escrito en Santafé
de Antioquia dice: “un siglo después de la muerte del temido jefe de bucaneros
y corsarios, Henry Morgan, que sembró el terror en las costas del Atlántico y
del Pacífico, quien un día de aguinaldo de 1700 expusieron sus vidas desde
Santafé de Antioquia para dar salida al mar desde las montañas”.
En
el año de 1797 Carlos María Freidel de Andrade se presentó ante el rey del
Nuevo Reino de Granada, don Pedro Mendinueta de Muaquis con el proyecto de
abrir un camino que uniera a Santafé de Antioquia con el Atrato. Inicialmente
aprobó el proyecto pero antes quiso conocer las observaciones que hiciera el
gobernador de la provincia de Antioquia. Después de varias consideraciones el
proyecto de la apertura del camino fue aprobada y le tocó realizarla al
ingeniero extranjero don Carlos Segismundo De Greiff, quien nació en Suecia el
27 enero 1793, vino a Colombia en 1826, fue cónsul de Suecia y Noruega ante los
gobiernos de la Nueva Granada y murió en Remedios el 19 de julio 1870.
CAMINO ESPAÑOL
A
este mismo camino salí yo, y a pesar de que habían pasado 90 años que había
sido abandonado se notaba perfectamente el corte de las barrancas. Pero en lo
que habían sido propiamente el piso del camino habían crecido árboles de un
grueso de más de abarcadura. Seguimos por este camino que debió haber sido
transitados por tatabras y tigres pues de hecho encontrábamos osamentas en el
mismo camino, siendo evidente que el tigre atacaba la manada y saciaba su
hambre con sus víctimas.
EL
TIGRE
Había
mucho que casar especialmente Paujiles y pavas de monte. Como a las cinco de la
tarde acampamos y pusimos, colgada de una rama de un árbol, una lámpara de
petróleo a fin de que alumbrara toda la noche y no dejara arrimar al tigre pues
muy cercano y varias veces se escuchaban sus rugidos. Belisario aseguró que el
tigre no arrimaba en la noche donde había luz. Además ya estábamos provistos de
linterna eléctrica. No dormimos pues teníamos al tigre que si lo sorprende a
uno puede estar seguro que el primer zarpazo es mortal porque con sus
colmillos y uñas le desgarra las venas del cuello. Otro peligro es el de las
culebras que por aquí abundan y son venenosísimas y uno está hoy expuesto
tendido en el suelo ya que los animales se arrastran buscando su alimento.
El
día 12 dejamos el antiguo camino y tomamos otra dirección. El rio Tuguridó lo
habíamos dejado lejos pero por allí donde nos llevaba Belisario debíamos
encontrarlo más abajo siendo muy caudalosos. En la tarde llegamos al rancho de
unos mineros y allí nos quedamos e hicimos una buena cena y nos acostamos a
dormir en un zarzo.
SELVA
VIRGEN
El
día trece debíamos ir hasta el río Sábalo según nos dijo el guia Belisario.
Llevamos 14 días caminando por estas selvas. Pero qué contraste era el que se
encontraba en estas selvas milenarias. Allí se mira la profusa mezcla de lo
pequeño lo grande y lo gigante, pero todo ostentando armonía y sin igual
belleza. Y es lo más natural porque allí la selva no está deformada por la mano
del hombre sino tal cual sale de las manos de Dios. Allí hay árboles enormes
que se elevan sus troncos rectos a gran altura para entrelazar sus copas con
árboles de frondosidad igual y semejando grandes pilares de una inmensa
basílica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario